Memorias, Deseos & Secretos (Parte I)
Memorias, Deseos & Secretos (Parte I).
Memorias, Deseos & Secretos
Introducción…
Bienvenido a mi historia, una historia secreta llena de amor, morbo y deseo que hoy comparto contigo, esta es mi verdad y sólo mi verdad, con la que luchó día a día, la que algunos podrán juzgar, creer o no, con la que muchos, más de los que creemos, sueñan con vivir o se identifican en secreto, una verdad que algunos atacan y pretenden callar, sin aceptar que todos somos seres sexuales desde nuestro nacimiento nos guste o no.
Se supone que un padre debe de proteger, amar y cuidar a sus hijos, en mi caso, además de hacerlo, me siento atraído sexualmente por mí única hija, no sé bien como comenzó, ni hasta donde llegará, pero hoy quiero sincerarme ante el mundo, expresar libremente lo que he vivido y escondido en el mundo moral, desde mis primeras memorias y despertares sexuales, pasando por el recuerdo de la primera vez que mire con morbo a mi hija, como ese morbo me ha llevado a exhibirla y compartirla, hasta los lazos que he formado con personas que también son amantes de las nenas.
Esta es mi historia, con más realidad que fantasía, llena de amor, sin perversión y solo mía. Espero más de uno se identifique y la disfrute dejando correr tu imaginación con los detalles descritos en ella, liberándote de cualquier prejuicio, deseando ser alguno de los protagonistas y que al igual que yo, termines lleno de morbo y excitación, pero sobre todo con una visión diferente de lo que es un amante de menores.
La he dividido en diferentes viñetas de lo que considero son los pasajes mas excitantes que he vivido, algunos detalles son dejados a la imaginación para que sean completados por tus propias historias o fantasías, si en algún momento la descripción de los hechos se queda corta, espero me puedan disculpar, la memoria de la mente es más rápida que los dedos sobre el teclado.
1.- Tiempo Atrás…
Mi infancia podría considerarse normal, ninguna situación traumática ni desagradable, si bien mi familia es conservadora, no había platicas abiertamente sexuales, todo lo tuve que aprender de libros e enciclopedias médicas, desde luego complementándolo con experiencias propias, soy defensor del nudismo y la autoexploración desde siempre, jugar con mi pene, verme en el espejo, masturbarme es algo completamente arraigado en mi ser.
Mi primer recuerdo de lo que se conoce como incesto, aunque para mí en ese momento solo fue curiosidad y amor, se remonta a mis 13 años, soy hijo único de una madre soltera que por temas de trabajo tenía que dejarme al cuidad de una de mis tías, quien también es madre soltera, la cual tenía una hija a la que siempre he considerado mi hermana por la cercanía con la que crecimos.
Mi prima con 9 años, fue la primera mujer con la que tuve una acercamiento sexual, al verla crecer la complicidad y confianza entre los dos era privilegiada, no recuerdo como pero una tarde cualquiera jugando en la computadora, ella se sentó sobre mis piernas, algo me llevo a poner mis manos sobre sus nacientes y pequeños botones mamarios, mientras jugábamos acariciaba descaradamente esos pequeños senos, sin ningún rechazo por parte de ella, de ahí continuaron algunos encuentros después de clases donde los primeros besos de lengua, el tocamiento a sus nacientes pechos, nalgas o hundir mis dedos en su vagina suave, gordita y lampiña, me hicieron esclavo de un placer prohibido, las menores.
En esos encuentros que no iban más allá de besarnos y explorarnos, viendo todo como un juego, sin resistencia ni culpa de ninguno de los dos, experimenté la sensación de unas manos ajenas moviéndose de arriba a abajo en mi pene y jugando con mis testículos, las cuales me hicieron eyacular por primera vez sin entender bien que pasaba o como habíamos llegado hasta ese punto, o bien sentir como se iban mojando mis dedos y los labios vaginales de mi prima cuando acariciaba lentamente su vulva, haciendo de lado su calzón infantil generalmente de color pastel hasta generar, lo que años después supe que era orgasmo, cuando introducía un poco mis dedos en su cerrada vagina y hacia presión en ella mientras entrelazábamos nuestras lenguas en un beso.
Creo que nunca nos vimos completamente desnudos, solo tocarnos o acariciarnos con amor y curiosidad bastaba, no hacía falta completar una relación sexual, de alguna manera sabíamos que no estábamos listos para ello y que podía meternos en problemas, para nosotros era suficiente los besos y las caricias. Estos encuentros terminaron dos años más tarde cuando a ella le llegó el periodo y yo perdí la atracción por su cuerpo que pasaba de niña a mujer. Al día de hoy, jamás hemos vuelto a hablar de estas memorias.
2.- La Esposa Virgen…
Pasaron 5 años, entre novias fugaces y encuentros de ocasión nada serio ni formal, hasta que conocí a mi hoy esposa, aquel fin de semana de inicios de marzo, cuando se mudó a la unidad donde yo vivía justo en el piso de arriba. Acaba de cumplir 18 años y ella apenas 14. Desde el primer momento que la vi quedé flechado, una adolescente gordita, morena, chaparrita con un caminar coqueto y mirada inocente. Nos hicimos amigos rápidamente, me enteré por su insistencia a que la acompañara a su iglesia que profesaba la religión cristiana, a pesar de que viene de una educación altamente religiosa, fue fácil enamorarla y al mes de salir tomar su virginidad. Me imagino que la represión a la que estaba sometida terminó por hartarla y como lo he dicho, al ser un ser sexual por más creyente que seas, las hormonas son las que mandan, facilitando el proceso de ser el primer hombre en su vida, sin chantajes ni arrepentimientos. Al final es cierto lo que dicen, mientras más recatadas, más cachondas. Aunque su vestimenta y actitudes eran pudorosas, debajo de esa imagen había una mujer esperando despertar su lado sexual reprimido desde temprana edad.
Esa noche de abril en mi casa, mientras mi mamá, mi tía y mi prima salían fuera de la ciudad de vacaciones, yo me tuve que quedar ya que había comenzado mi primer empleo, al llegar la noche ella bajó a mi departamento a saludarme, inmediatamente comenzamos una sesión de besos, no pude resistir mucho y comencé a tocar sus pechos, primero por encima de su blusa, poco a poco metí mis manos en su espalda, usaba un corpiño, sus padres no la dejaban usar sostén, pude sentir como sus pezones se endurecían, me intento detener diciendo: “detente, estás haciendo que me moje”, no podía creer que esas palabras saliera de su boca o que supiera su significado, me detuve un momento y ella sin más se quitó la blusa con el corpiño, puede ver por vez primera sus hermosos senos, de un tamaño considerable aun en crecimiento, pero con una marcada aureola grande y café que abarcaba casi la mitad de sus senos, la más provocativa que hasta ese momento hubiera visto.
Continuamos besándonos, llego un momento donde bajé por su cuello, tomaba con mis manos su seno suave e inmaculado, me lleve a la boca su pezón, lo que la hizo dar un salto y soltar un leve gemido, mientras tiernamente lo mamaba, con mi otra mano baje por su cintura hasta llegar a sus nalgas, me metí por debajo del pantalón de pijama que traía puesto, masajee sus nalgas por un rato, ella me quito la playera y se bajó los pantalones quedándose únicamente con un calzón que claramente le quedaba pequeño, me recordó los calzones que usaba mi prima y la mayoría de niñas que había podido espiar de vez en vez, de color rosa, ligeramente desgastado, de algodón, con un clara mancha húmeda en la entrada de su sexo.
Me puse sobre ella y continuo la sesión de besos, hasta que me pidió quitarme el pantalón, tenía una erección enorme, llevaba meses sin sexo, y aunque considero a mi pene de tamaño pequeño, la excitación del momento lo puso más ancho de lo normal. Estuvimos uno sobre el otro sobando nuestros genitales durante unos 20 minutos hasta que ella tomo la iniciativa y bajo su calzoncito, le pregunté si estaba segura, ella solo cerró los ojos asintiendo, me bajé el bóxer, como por arte de magia, mi pene al sentir el contacto con sus labios vaginales se deslizó como guante dentro de su muy húmedo y virginal canal vaginal, apenas una pequeña molestia y un gesto de dolor al momento de romper su himen, dolor que poco a poco se evaporó y fue sustituido por jadeos y sensaciones nuevas al penetrarla gentil y lentamente, ella alcanzó el orgasmo antes que yo, sus gritos inundaron mi habitación, yo no pude aguantar más y termine inundando su vagina de mi semen, eyaculé como nunca, recuerdo que no hubo más que un pequeño hilo de sangre pero entre tanto semen mío este se perdió, nos abrazamos y nos dijimos por primera vez “Te amo”.
Fui el primer hombre en su vida, y ella la primera virginidad que tomé, era la mujer más cachonda con la que jamás hubiera estado, quería aprender y experimentar todo, lo cual tuvo consecuencias. Al tercer mes de salir y de vivir aventuras sexuales increíbles, como masturbarnos mutuamente en el trasporte público, despertar todo ese morbo y deseo sexual que su educación religiosa reprimió, quedamos embarazados. Ella me había dicho que aún no tenía su periodo, y francamente nunca me ha gustado la sensación del condón, por lo cual nos confiamos de más. Fuimos obligados a casarnos y vivir juntos, no fue fácil, pero logramos salir adelante.
Durante los primeros meses de su embarazo descubrimos y experimentábamos nuestra sexualidad de muchas maneras, su ano fue mío, al igual que su boca, y aunque a ella no le gusta hacer oral, ha aprendido a disfrutarlo cuando me devoro su vagina a tal grado de que se ha venido en mi boca, incluso durante estos 15 años juntos, hemos comentado la posibilidad de hacer un trío, sin llegarlo a concretarlo y solo quedando en fantasía, además de morboso, para mí, es importante que ella pueda conocer otros hombres, ya que yo he sido el único en disfrutar de su intimidad. Si pudieran ver cuánto se moja, lo fácil que es excitarla, como se monta y gime, cualquiera querría vaciarse dentro de ella.
El pudor es algo que no ha podido vencer del todo, recuerdo las primeras visitas al ginecólogo, lo difícil que era para ella poder mostrarse ante otro hombre desnuda, imagino no debe de ser nada fácil para las mujeres tener que vivir ese procedimiento y menos cuando te inundan de tabúes desde una edad temprana. En una de las primeras consultas el doctor tuvo que detener la exploración ya que mi esposa la estaba pasando fatal, nos recomendó salir a tomar aire, no sé porque, pero verla en la camilla, con las piernas separadas y su sexo expuesto, despertó un morbo en mí que no conocía, ver como alguien la miraba, aunque fuera sin deseo, me hacía sentir una especie de excitación desconocida hasta el momento. Salimos a la terraza, ella con lágrimas en los ojos se disculpaba, mientras yo hacía lo posible por tranquilizarla, no podía aceptar que esa situación, por la que ella sufría, a mí me había generado una erección que no disminuía, por lo cual con total disimulo, la llevé hasta las escaleras de emergencia del edificio donde se encontraba el consultorio, y comencé a besarla primero tiernamente como consolándola hasta avanzar a un beso lleno de pasión, ella respondió a mi cachondeo sorpresivamente. Para hacer la revisión más sencilla, ese día se vistió con un vestido a botones, por lo cual fue sencillo deslizar mi mano hasta levantar la parte baja del vestido y hacer de lado su calzón tipo cachetero con holanes color verde, introduciendo mis dedos en su vagina y sobando sus pechos, mientras besaba su cuello, pensé que se molestaría, pero me dejo hacerlo, mi dedo entraba y salía de su vagina presionando su clítoris, lo cual la hizo llegar al orgasmo. Me masturbó rápidamente, metiendo sus manos en mi pantalón, seguíamos besándonos hasta que terminé llenando sus dedos de semen, corrimos al baño para asearnos lo mejor posible.
Regresamos al consultorio, cuál fue la sorpresa del doctor que al volver a ver a mi esposa en posición de revisión, la encontró tan mojada que tuvo que limpiarla con un pañuelo y esbozó una simulada sonrisa mientras me miraba discretamente, casi eyaculo en ese momento de ver como sus dedos estaban hurgando la vagina de mi esposa sin ningún instrumento de exploración, estoy seguro que si el doctor hubiera sabido que era el segundo hombre en verla y lo que había pasado en las escaleras, también se hubiera excitado.
Continuara…
Hasta aquí, esta primera parte. Gracias por leerme, agradeceré tus comentarios, los cuales me ayudan a mejorar mis relatos. No dejes de compartir tu opinión. Espera pronto una segunda parte.
Upa, que rico relato, y muy prometedor, felicidades y esperemos continúe pronto
Gracias!!! Has podido leer los otros capítulos?
Con todo el contexto que has dado, se hace más interesante tu historia. Y da gusto saber que tu esposa a pesar de toda esa tradición y represión religiosa sea tan morbosa, claro entiendo que por el hecho que ella sea muy sexual no quiere decir que le vaya a gustar hacer de todo, pero muy buena la descripción de las situaciones que has vivido con ella. Me identifico mucho con lo que viviste con tu prima, ya que en mi caso personal fue algo más o menos similar 🙂
Gracias por compartir! Espero te gusten los siguientes capítulos!