MI CRISTOFER PARTE 2: en publico con el pequeñin
Gracias a que mi mamá tenia compromisos, pude llevar mi búsqueda de placer con Cristo a un lugar publico..
¡Buenas! Hoy vengo a contarles la segunda parte de mi primer relato, lo que sucedió después de poner a mi pequeño Cristofer a mamármela y como nos arriesgue para poder satisfacer mi necesidad de placer, espero que disfruten este relato, que les recuerdo es verídico.
Alrededor de las tres de la tarde me despertó la luz del sol en la cara que entraba a través de las ventanas que tenia justo al lado de mi cama. Seguía acurrucado con Cristo, con sus nalgas rozándome el bulto tan rico que pensé en seguir frotándome, hasta que los ruidos afuera de mi cuarto me hicieron recordar que para esta hora mi mamá ya estaría de regreso de con mi abuela. Me levante de mi cama y acomode mi erección para que fuera menos notoria y salí de mi cuarto para ver cómo le había ido a mi mamá. En cuanto salí note el olor a comida riquísimo y vi a mi mamá con su comadre platicando en la cocina.
—Ay Mauricio! Que bueno que ya te despertaste, estaban pero si bien dormidos cuando llegue! — me dijo mi mamá al notar mi presencia.
—Ya se ma, es que no dormí muy bien anoche y pues aproveché que Cristo estaba acostado para descansar también.
—No pues si quiera descansaste, ¿no te dio lata el chamaco?
—No, para nada, creo que el tampoco se despertó, ahorita sigue dormido.
—Pues háblale por favor, para comer de una vez que vamos a acompañar a Mary a un mandado— me dijo mientras servía los platos en la mesa.
Aun algo somnoliento me dirigí de vuelta a mi habitación y al entrar vi que Cristofer ya se había empezado a despertar, estaba sentado justo en la orilla de la cama, tallándose sus ojitos que en cuanto me vieron se abrieron un poco mas y me pregunto que hora era, yo le estaba diciendo que ya era algo tarde y que teníamos que ir a comer porque íbamos a salir, mientras me acercaba un poco a el y lo abrazaba pegándolo su rostro con mi abdomen, después de lo que había pasado hace tan solo unas horas me imaginaba que iba a sentir alguna especie de culpa pero por el contrario eso solo pareció despertar en mi un sentimiento de protección en este niño, era tal la calentura que me provocaba que sentía la necesidad de hacer todo lo posible porque el pequeño fuera solamente mío. Solamente yo podía ser el único que intimara con el de esa forma. Solamente yo podía ser el único al que le tocara la verga. Solamente yo podía ser el único que lo pusiera a mamar. Solamente yo podía ser el único que convirtiera a esa criaturita inocente en una maquina de lujuria. Solo yo lo quería complacer, y me aseguraría de que así fuera.
Antes de salir del cuarto me volví a acercar al pequeño Cristofer.
—¿Qué te pareció el juego de hace rato? —le pregunte, susurrando para evitar que afuera escucharan mi conversación con el niño.
—Me gustó mucho Ángel nunca lo había hecho —me respondió, como entusiasmado al recordar como lo había puesto a tragarse mi tronco.
—¿Y te gustaría volver a repetir el juego? —le dije, mientras comenzaba a sobármela suavemente por encima del pantalón
—Si, si si si! Se sintió muy rico, nunca había sentido esas cosquillitas.
—Entonces volveremos a jugar, siempre y cuando guardes nuestro secreto está bien?
El hecho de que las haya llamado cosquillitas me puso a mil, pues eso solamente me recordaba lo puro que aun era ese pequeño, así que le tome su manita y la metí en mi pantalón, para que me manoseara el un poco, el pequeño como si fuera un instinto comenzó a mover su mano que tomaba mi pito para arriba y para abajo, lo deje continuar por unos instantes pero recordé que nos estaban esperando fuera con la comida, así que me acomode de nuevo la erección y le dije a Cristo que si nos quedábamos solos volveríamos a jugar como hace rato, el me dijo que estaba bien y yo me incline y le di un beso húmedo en los labios. Esto pareció tomar al niño por sorpresa pues supongo que nunca había dado un beso así antes, mucho menos con lengua y mucho menos con otro hombre, pero en lugar de apartarse sus labios se relajaron y parecían intentar corresponder al beso, así que yo lo prolongue un poco mas y cuando por fin me separe le dije que teníamos que ir ya y le di un apretón de nalgas.
Durante la comida mi mamá le pregunto a Cristo como había dormido y si necesitaba algo en particular, el niño (como mi cómplice) le dijo que había dormido como nunca toda la mañana porque en su casa nunca lo dejaban hacer eso, siempre lo levantaban muy temprano. Después de esa pequeña interacción mi mamá estuvo platicando con su comadre Mary, al parecer ella iba a sacar un tramite en el banco y quería que mi mama la acompañara porque se necesitaba una especie de testigo, y mi mamá a su vez quería que nosotros la acompañáramos para que nos diera el aire un rato. Terminamos de comer y nos cambiamos de ropa, me hubiera gustado haber sido yo quien ayudaba al pequeño pero fue a mi mamá a quien le dejaron el cambio de ropa que usaría el pequeño además de su pijama, después de eso mi mama saco el auto y todos nos subimos.
Al llegar al banco vimos que había una fila bastante larga, lo que de inmediato hizo sentir apenada a Mary pues iban a tardar bastante rato pero mi mama no tuvo ningún problema, pues no tenia nada planeado para hoy, así que se formaron. Como ese banco esta bastante cerca del centro para nuestra fortuna habían muchas cosas que ver cerca, así que no tendríamos que estar formados esperando a que ellas salieran del banco, mi mamá nos dio permiso a Cristo y a mi de ir a pasearnos ya que ella me llamaría cuando terminaran de hacer el trámite, yo tome a mi pequeño Cristo de la mano y empezamos a caminar en dirección a un parque que sabia que estaba cerca pues era el lugar que yo frecuentaba con mis amigos al salir de la secundaria, Cristo iba bastante feliz por la calle, viendo en todas las tiendas de alrededor y contándome de como le iba con sus amigos de la escuela. Al llegar al parque vimos que había muy pocas personas, cosa que no era extraña pues a pesar de que ya era un poco tarde este parque es uno de los mas viejos de la ciudad y por lo tanto menos gente prefiere visitarlo, a mis amigos y a mi nos encantaba exactamente por eso, casi nunca había gente así que podíamos hacer nuestras impertinencias sin miedo a ser sancionados. Al llegar de inmediato corrimos al área de los juegos a columpiarnos, Cristo me pidió que lo empujara y yo aprovechaba para meterle mano disimuladamente, pues esta área del parque es donde había un poco mas gente y si, esta vez habían por lo menos 3 familias con sus hijos jugando en los juegos. Cuando Cristo se aburrió de los columpios nos pusimos a jugar a las escondidas, yo me había quedado con la calentura de la tarde pero estaba intentando aguantármela por miedo a que me descubrieran uno de los padres de los niños que estaban ahí jugando, ya que no habían mucho lugares en los cuales escondernos y hacer algo rico, así que estuve jugando con Cristo normal por un rato hasta que tuve una idea un poco arriesgada, una de las veces que a mí me toco esconderme me dirigí a la estructura que simulaba una casa que se encontraba bajo las resbaladillas (que al parecer no son tan comunes en parques públicos, así que para quien no sepa que imaginarse, luce mas o menos así, aunque esta era un poco más grande pues estaba separada en dos “cuartos ” https://imgur.com/a/cPuhKeT), hice muy obvio para Cristo que me había escondido aquí para que el diera con el escondite sin llamar mucho la además de las personas de afuera, me asomaba cada tanto fingiendo buscar a Cristo, a quien fácilmente podía ver por las ventanitas pero cuando vi que el se dio cuenta de donde estaba me hice el loco y me metí al segundo cuartito que estaba mas alejado de la entrada a ese espacio bajo las resbaladillas, pude escuchar cuando Cristo intentaba entrar sigilosamente al lugar y en cuanto me vio estuvo a punto de decir “te encontré” pero rápidamente le hice la seña de silencio, me asegure una vez mas de que no hubiera nadie lo suficientemente cerca para vernos y le plante un beso, mucho mas caliente que el que le di antes de ir a comer, traía las hormonas a full así que le metía lengua en toda la boca al pequeño, me separaba de sus labios que ya estaban mojaditos y me volvía a pegar a ellos mientras le metía la mano bajo los pantalones buscando sus nalguitas y pegándomelo aun más, el pequeño se notaba un tanto nervioso, supongo que él tampoco quería que fuéramos descubiertos pero intentando fingir que yo no lo estaba le dije que aquí nadie nos iba a ver y eso pareció relajar más al pequeño, quien aflojo su cuerpo más e intentaba seguirme el paso con los besos, yo no podía mas con mi verga, pues me dolía de lo dura que estaba y además estaba siendo apretada por mi pantalón, así que me baje la cremallera y por esa ranura libere mi trozo, Cristo al ver esto se puso rojito y la miraba con deseo, a lo que yo le dije que me la podía tocar y el pequeño comenzó a sobarla, esta se resbala en sus manos pues estaba botando liquido preseminal a lo loco, tome sus pequeñas manitas tan suaves y las comencé a guiar de forma que este me hiciera un paja lentamente. Cristo entendió rápidamente que era lo que quería que me hiciera pues mas temprano me vio hacerlo cuando bote la leche, así que se soltó de mi y con sus dos manitas empezó a subir y bajar la piel de mi verga, poniéndomela aún más dura.
—¿Quieres sacarte la leche otra vez verdad? —me preguntó, con una voz traviesa.
Esa pregunta hizo que me calentara mas de lo que ya estaba, escuchar esas palabras tan sucias salir de su boquita tan dulce e inocente hacia que me dieran ganas de cogérmelo por la boca de una buena vez hasta que le dejara toda su pequeña garganta llena de semen, pero no, no podía ser tan rudo con él, sabía que en algún punto iba a terminar sucediendo pero quería tener a mi nene bien entrenado para ese entonces, así que solamente me agache y lo seguí besando mientras el me hacia esa paja de otro mundo. Duramos en ese vaivén un buen rato hasta que empecé a escuchar que había niños subiéndose a la resbaladilla arriba de nosotros, esto pareció incomodar un poco a Cristo pero en cuanto me asome y me asegure de que sus padres no estaban cerca me ocasiono un morbo impresionante saber que habían niños viviendo su plena infancia mientras otro estaba aquí abajo, complaciendo a alguien un tanto mayor. Me acomode dándole la espalda a la parte en la que se entraba a esta sección de la casita, de manera que si alguien intentaba entrar aquí abajo probablemente me daría tiempo para esconderme la verga rápidamente y fingir que no estábamos haciendo nada extraño, acerque al niño de vuelta a mi verga y le dije que me la chupara, el pareció dudarlo un poco, notándose aun nervioso por el lugar en el que estábamos, pero yo acerque mi verga a su carita y fue ahí cuando el empezó a meter y sacar la cabeza de mi polla en su boquita, la vista desde arriba era tan magnifica. Un pequeñito lleno de vida concentrado en darle placer a un pedazo de carne fálico que solo buscaba liberar lo que tiene dentro. Cristo luchaba por hacer que entrara la mayor cantidad de verga posible en su boca, pero apenas y podía entrar un poco mas de la cabeza, aunque eso a mi me ocasionaba un placer indescriptible. Empecé a notar que mas gente se acercaba a esta zona de los juegos lo que me puso mas nervioso pero la gota que derramo el vaso fue que mi teléfono empezó a vibrar, era mi mama, supongo que ya habían terminado con el pendiente del banco, pero yo estaba dispuesto a terminar con mi pendiente así que lo deje que terminara de vibrar y saque mi verga de la boca de mi pequeño Cristofer y con el aun hincado me empecé a masturbar frenéticamente, tanto que se empezaba a escuchar el roce de mis manos contra la tela del pantalón, pero esto no me importo en lo absoluto, la excitación fue tanta que no me importaba si alguien entraba y miraba lo que estaba haciendo con esta inocente criatura, yo estaba dispuesto a cumplir mi cometido y era dejarle la boca llena de leche a mi pequeño Cristofer y así fue, en cuanto estaba a punto de venirme le dije que abriera bien su boquita pues aquí venia la leche, el pequeño no hizo ninguna pregunta y sumiso abrió su boquita, permitiéndome meter justo a tiempo mi verga en su orificio y liberar todo el semen que tenía dentro de su boca tan calientita, no pude evitar soltar un pequeño gemido de placer y me asegure de dejar hasta la última gota en su boquita, metiendo y sacando mi verga unas cuantas veces más. El pequeño Cristofer se quedo con la boca abierta enseñando todo el semen que le había dejado dentro y yo le dije que se la podía tragar, el me hizo caso y en cuanto se lo paso le di un beso más. El niño solo rio y me dijo que le había dolido un poco su boca al meter y sacar mi pipi, pero que le encantaba mi lechita, a lo que yo le pedí perdón por lastimarlo, le dije que sería más cuidadoso las siguientes veces, pues aquí tenía a su lechero siempre.
Me guarde la verga en el pantalón y me asegure de no haber manchado a Cristo en ninguna otra parte antes de salir de ahí, cuando salimos juntos pude notar que un señor se nos quedó viendo raro, así que supuse que sospechaba algo pero trate de no ponerme nervioso o me delataría así que solamente tome a mi nene de la manita y caminamos. En camino al banco le devolví la llamada a mi mamá quien me dijo que ya estaban a nada de salir y que regresáramos al auto para volver a casa, me pregunto por qué no le respondí la llamada y yo le dije que habíamos estado corriendo por todos lados así que no había escuchado el tono del celular, ella me dijo que no había problema y le colgué. En camino al auto Cristo se veía un poco cansado, y cuando llegamos mi mamá y Mary ya nos estaban esperando dentro, nos subimos y el pequeño se quedo dormido durante el trayecto a casa. Llegamos a eso de las 6 de la tarde a casa, mi mamá me pregunto si podía bajar al pequeñín y dejarlo dormido en el sillón, yo le dije que lo pondría en mi cama para que se quedara más a gusto y mi mama me dijo que de cuando acá yo era tan servicial jaja, yo solo le dije que así se debía tratar a los invitados. Poco sabia que era más que un buen servicio lo que quería darle a este niño.
Al llegar a mi cama lo acomode y lo envolví con las cobijas para que durmiera rico, apague las luces de mi cuarto y al verlo de espaldas me acerque a él, le di un beso que se extendió desde el cuello a sus cachetes y lo deje descansar, por ese día.
Gracias a todos por leer este relato, espero pronto poder traerles la tercera parte de mi historia con el pequeño Cristofer, también espero que les haya gustado este relato y les haya brindado el placer que me brinda a mi recordar todas estas vivencias con mi chiquito, nos vemos la próxima.
que ganas de leer la 3 parte
En espera de la 3ra parte.