Mi hermano mayor 5
Alguien nuevo se une a nosotros..
Continúo con esta historia después de mucho tiempo
Las demás partes pueden verlas en mi perfil. Espero que les guste.
Aquella tarde con William quedó grabada en mi memoria para toda la vida. No solo por haber recibido por primera vez la semilla de dos chicos, sino también por haber presenciando como Esteban y él se turnaban para hacerme ver las estrellas.
William era muy diferente a mi hermano, a pesar de ser más grande; él se las arreglaba para poderme besar y morder mi cuello mientras aceleraba sus embestidas. Sobra decir que mi hermano no se quedó atrás, pues de nuevo me confirmó que él tenía mucho aguante, y que ver cómo nuestro primo me poseía le exitaba de una manera en la que nunca pude imaginar.
Fueron varias las ocasiones en las que William participo en nuestros encuentros. Siempre aceptando ser el segundo en follarme, usando la semilla de mi hermano mayor como lubricante.
Y a pesar de que estar con él era un deleite, no podía negar que nadie podría superar a mi hermano. O eso creía hasta los acontecimientos de este relato.
Habían pasado ya tres meses desde que Esteban y yo cogíamos. En ese punto yo había adquirido algo de experiencia cumpliendo las exigencias y fantasías que mi hermano y William me pedían. Llegué al punto de poder chuparles por completo el pene, a lo que muchos le llaman garganta profunda. Y a experimentar con diferentes posiciones durante muestras extensas secciones de sexo.
Yo ya era un putito hecho y derecho, decir que me gustaban los chicos era poco. Era adicto al semen, un vicioso come pollas.
Fue durante una tarde de sexo rápido, que alguien más se quiso unir a nuestras prácticas. Alguien que ya llevaba tiempo sospechando que algo más pasaba entre nosotros.
Con el pasar del tiempo, y la nueva libertad que él trabajo de nuestra madre y nuestro padre nos daban nos fuimos haciendo más descuidados. Nuestra habitación ya no nos era suficiente, cogíamos dónde fuera que Estaban quisiera. En el baño, en la cocina, en la sala, incluso habíamos cogido en la habitación de nuestros padres.
Ese día Esteban me tenía empotrado contra la mesa del comedor, y debido a las rápidas embestidas y a nuestros gemidos y jadeos no oímos la puerta de la entrada abrirse.
—Juro que no puedo creer lo que te estoy viendo…
La voz de Sergio hizo que Esteban parará inmediatamente de embestirme y se dirigiera rápidamente hasta su mejor amigo. Estaban lo agarro del cuello y le exigió saber que hacía en nuestras casa.
Yo hice todo lo posible por vestirme, pero nuestra ropa estaba en el segundo piso, así que con dificultad intente caminar hacia allá.
—Sabia que algo raro estaba pasado entre ustedes dos, nunca pensé que te estuvieras cogiendo a tu propio hermano…
—Eso es algo que a ti no te interesa, ¡¿porque has venido, idiota!?
—Raul me pidió que te trajera la memoria para el proyecto de ciencias, estuve tocando la puerta varias veces, pero nadie respondió.
—Y decidiste entrar como si de tu casa se tratase.
Respondió mi hermano aún más enojado. Aunque Sergio no dejó de seguirme con su mirada. Incluso cuando intenté subir las escaleras.
Debí saber que eso sería una mala idea, pues apenas llevaba un par de escalones cuando uno de mis pies fallo haciendo que me callera por las escaleras.
Intenté prepararme para el golpe, pero esté nunca llegó, en su lugar un par de manos me sostuvieron con delicadeza y la suficiente fuerza para no darme contra él suelo.
Cuando abrí los ojos era Sérgio quien me sostenía con una de sus manos.
—¡Dany!
—Este idiota debió darte con mucha fuerza como para que prefieras fuerza en tus piernas.
Esteban llegó hasta nosotros, tomándome muy fuerte de la cintura, mientras me daba una manta para que me cubriese.
—Si la USB era lo único que quieras darme ya puedes irte, y pobre de ti si llegas a decir algo de esto a alguien.
La amenaza de mi hermano me desconcertó. Él no era así, nunca lo había oído hablar así. Esteban solía ser alguien amable todo el tiempo.
—Puedes dejar de hablarme así por un momento, no he hecho nada para que me trates así.
—Daniel es mío, entendiste, no quiero que te le acerques —gritó mi hermano mientras me ponía atrás de él.
Y en ese momento comprendí la actitud que mi hermano estaba teniendo. Él estaba celoso.
—¿Acaso escuchaste lo que acabas de decir? Es tu hermano menor, tu puto hermano menor. ¿Que pensarían sus padres si supieran lo que está pasando entre ustedes?
—Eso es algo que a ti no te incumbe, ¡largo!
—Esto no es justo, tú sabías lo que he sentido por tu hermano toda la vida.
—Y ya te había dicho que es menor de edad…
—Ah entonces es menor para mí pero no para tí… eso es una puta estupidez.
Yo estaba atónito al escuchar éso. ¿Que era lo que sentía Sergio por mí?
—Tu y yo hemos tenido muchas experiencias, somos mejores amigos, joder. Cuando te confesé mis sentimientos por Daniel me dijiste que no tendrías problemas si él me correspondía de alguna forma, pero que tenía que esperar a que creciera.
—Pero las cosas han cambiado, Sergio, no puedes…
—¿Que?, ¿no puedo follarmelo porque ya te lo estás follando tú? ¿Es eso?
—¡No!, es decir…
—Y lo peor de todo es que tú también has empezado a sentir algo por él… ¿verdad?
Mi hermano quedó en silencio, y yo no podía dar crédito a lo que ambos decían.
¿Acaso Sergio tenía esa clase de «sentimientos» por mi?
Y si era así, desde cuándo lo sabía mi hermano.
—Me iré, no puedo soportar saber esto, hubiera preferido estar equivocado…
Sergio se dió la media vuelta y comenzó a caminar a la salida. Mi hermano mayor se quedó ahí parado sin hacer nada.
Yo sentí pánico al saber que habíamos sido descubiertos, ¿que pasaría si Sergio llegaba a decir algo? Si el mundo se entraba de la relación que mantenía con mi hermano mayor.
Así que me esforcé en salir del shock que tenía y me apresure a alcanzar a Sergio.
Cuando por fin logré alcanzarlo, él estaba a punto de abrir la puerta principal.
—¡Sergio espera!
Él se detuvo y volvío su vista a mi tratando de aguantar las ganas de llorar.
—¿Es cierto lo que dijiste… que tú sientes algo por mí?
El aludido se quedó en silencio unos segundos, mismos que le tomaron a mi hermano para llegar hacia donde ambos estábamos.
—Te he querido desde que éramos unos niños…
—Entonces no te vayas… —respondí sin saber el porque— quédate con nosotros…
—Dany…
Voltee a ver a mi hermano y supe que era hora de tomar una dura decisión. Si realmente quería seguír teniendo mi hermano conmigo, debía asegurarme que Sergio no nos delatara.
—No he estado con muchos chicos, y sé que uno más no me hará daño.
Me deshice de la sabana y camine desnudo hacia el mejor amigo de mi hermano.
—Pero si te quedas, no dirás ni una palabra de esto a nadie, ni siquiera a Raúl.
Mi hermano quiso protestar, pero yo le dí una mirada que le dió a entender que la decisión ya estaba tomada.
Por lo que solo me dedique a esperar la respuesta de Sergio. El pelinegro me miraba como si yo fuera una ilusión, como si todo lo que estaba viendo fuera un sueño.
Y no lo culpaba, yo estaba completamente desnudo frente a él, ofreciendo mi cuerpo a cambio de su silencio. Un trato más que justo.
—¿Si aceptó podré hacerte mio?
—Las veces que quieras, solo debes guardar el secreto.
Sergio miró a mi hermano y este le dió su aprobación con la mirada. Por lo que él acortó la distancia y comenzó a besarme con deseo.
Lo que pasó después fue muy rápido. Pensé que mi hermano se haría a nuestra habitación, o que por lo menos nos dejaría un rato solos, no obstante se quedó ahí mismo en la sala viendo como si mejor amigo comenzaba a desvestirse y a acariciar mi cuerpo sin contenerse.
Mentira si dijera que su toque no provocaba nada en mi, pues era todo lo contrario.
Pues donde mi hermano era tosco, él era dulce. El me besaba con deseo, pero lo hacía como quien manipula algo delicado, tratando de no morder ni dejar marcas muy visibles.
Mi cuerpo era pequeño comprado con el suyo, pues él y mi hermano eran muy parecidos en el físico.
No fue si no hasta que se deshizo de su boxer que me dí cuenta que eso sería difícil.
Su miembro era casi igual al de mi hermano, pero esté tenía un grosor más grande en la base que en lo demás, además de contar con un piercing.
Me arrodillé poniéndome entre sus piernas, masajeando su pene con mucho deseo. El me miraba con mucha ternura. Si pene estaba casi del tamaño de mi cara.
No tarde en egullir aquel gran mástil, asiendo especial énfasis en jugar con el piercing que tenía atravesado la cabeza de su pene. Él solo respondía con suspiros y ligeros movimientos de cadera, subiendo y bajando.
Pensé que mi hermano continuaba sentado sin hacer nada, pero al parecer acepto lo que le estaba pasando. Estaban se estaba masturbando mientras yo le comía la polla a su mejor amigo. Algo que sin duda me facino, pues no quería que las cosas con él se pusieran raras después de esto.
Continúe chupando aquel pene varios minutos hasta que sentí la polla de mi hermano invadir mi entrada.
Sergio y él se vieron por unos segundos justo antes que mi hermano empezará a moverse con lentitud.
Yo recibía la verga de mi hermano, mientras chupaba y masturbaba a Sergio. La escena era digna de una película porno.
Cuando sentí que mi hermano terminó, deje de chupar la polla de Sergio y me permití gozar la sensación de ser marcado de nuevo por mi hermano mayor.
Segundos después sucedió algo que nunca imaginé ver. Sergio se acercó a mi hermano y ambos comenzaron a besarse mientras él todavía estaba dentro de mi.
—Sigues tú, ten cuidado con él…
—No tienes que pedírmelo —respondió Sergio mientras me levantaba hasta quedar yo sobre él.— ¿Estás listo para sentirme dentro de tí?
—Quiero que me demuestres lo que sabes saber —contesté.
Un momento más tarde él posicionó su verga justo en la entrada de mi dilatado ano y presionó haciéndome gemir de placer.
Su pene, apesar de ser casi del mismo tamaño de mi hermano, me hizo sentir lleno. Cómo si nunca antes hubiera tenido algún pene dentro de mí. Incluso sentí un poco de dolor mientras me iba metiendo los últimos sentimientos de su verga.
Suspiró en mi oído e intentó quedarse quieto.
—Sé que es algo grande, por eso tu me dirás cuándo ya este bien moverme.
Ese gestó lo agradecí internamente, pues a pesar de no ser virgen, si sentía algo de dolor al tener semejante cosa dentro de mi.
Esteban se acercó para besarme y acariciar mi espalda.
—Ve despacio, yo los dejaré un rato, me iré a bañar…
Me besó por última vez y subió las escaleras en dirección a nuestra habitación. Dejándo a Sergio y a mí solos en aquel lugar.
—Tendre que hablar con él más tarde…
Hablé en voz alta.
—Él estará bien, solo está un poco celoso.
—¿Tú crees?
Sérgio afirmó mientras acariciaba mi mejilla.
—No sabes cuántas veces quise tenerte de este modo.
—¿En serio sientes algo por mí?
—Claro que si si, Dany, desde que ibas en segundo año, desde entonces supe que haría cualquier cosa por estar contigo.
—¿Entonces tú ya sabías que era gay?
—Lo imaginábamos. Siempre fuiste alguien sensible.
—A veces pienso que es un error…
Sergio me tomo de mis mejillas e hizo que le mirase a los ojos.
—Ser gay no tiene nada de malo, Dany, por mucho que las personas lo digan. Solo eres capaz de amar de una forma diferente. No es nada del otro mundo.
—Pero si mi mamá supiera de mis gustos…
—Si ella se diera cuenta estoy seguro de que te apoyaría. Cómo Esteban lo hace, como yo lo hago.
Pide sentir que sus palabras eran sinceras. Algo que hizo que algo dentro de mi sanase, como si todo tomará un nuevo sentido.
Puse mis manos en sus hombros y comencé a moverme. Arrancándole uno que otro suspiro. No pasó mucho para que él tomara el control de las embestidas, subiendo y bajando su cintura, logrando llegar a ese punto que me hacía sentir escalofríos.
Se levantó con cuidado, sosteniendome entre sus brazos, cargandome hasta chocar con una de las paredes de la cocina.
Fue ahí donde comenzó a cogerme con más rudeza, gozando de lo apretado de mi estrada, lanzado gemidos graves y suspiros mientras me besaba con más fuerza. Fueron varios minutos los que estuvimos en esa posición cuando, sin decirme nada, me volvió a tomar y sin sacarme su miembro me puso sobre la mesa de la cocina. Colocó mis piernas en sus hombros y aceleró sus embestidas.
Yo me sentía en las nubes, no podía creer que el mejor amigo de mi hermano me estuviera cogiendo con ese ímpetu. Sentía escalofríos cada vez que en
traba y salía de mí. Fue inevitable que terminara sobre ambos, para que segundos después, justo cuando me metió su miembro hasta el fondo se derramará dentro de mi.
—Te amo Dany, no sabes lo feliz que me haz hecho.
gran relato con ganas de leer la siguiente parte
Buen relato, como sigue?
como sigue?
Excelente relato. como sigue?
Que bueno que hayas continuado la historia porque hace mucho la leí y quedé con ganas de saber como seguía, ojalá la sigas escribiendo y no tardes tanto esta vez
Muy buen relato 🔥
Muchísimas gracias, es un placer escribir aquí. Prometo no tardar en subir la continuación.