Mi hermano mayor se coge a mi hermanito a escondidas parte 2
Escupió en el ano de Chris y comenzó a meter un dedo de su mano izquierda mientras que con la otra frotaba su verga. El dedo de mi hermano solo entraba hasta pasada la uña y él insistía en meterlo y sacarlo con mucha ternura..
Esta es la segunda parte de los hermanos. Recuerden que esta es una historia contada por uno de mis lectores. La primera parte se encuentra en mi perfil. «Mi hermano mayor se coge a mi hermanito a escondidas»
Desde que abandonamos la casa comencé a planear la manera de verlos completamente sumidos en su perversión, sabía que el que mis papás se fueran de viaje era la forma de presenciar aquellos actos.
Tras volver a la casa en la tarde y desmontar las compras, le pedí permiso a mi mamá para visitar a mi mejor amigo que ella ya conocía, obviamente se negó por el hecho de que no estarían. Les dije que no iríamos a otro lado más que su casa y me estaría comunicando con ella, pero nada de eso la convencía ya que es muy sobrepotectora. Mi papá intentó intervenir a mi favor pero mi mamá aun dudaba.
– Cuando volvamos del viaje vas. -dijo mi mamá en tono suave para que comprendiera-. Ni siquiera tengo señal en el pueblo para marcarle a sus papás de Nico (mi mejor amigo) y ver cómo estás.
Yo seguía argumentando que no pasaba nada, que máximo 2 horas etc. En eso, Mateo entró a la sala e intervino.
-Déjalo ir mamá, que tome su uber y ya lo voy a buscar para que no te quedes con el pendiente. -argumentó mi hermano mayor a mi favor-. Además, le marco cuando llegue y antes de que vaya por él.
Mi mamá tenía duda, pero como ellos se iban en el carro de mi papá y el de mi mamá se quedaba, ella terminó por ceder.
– Está bien. -dijo mi mamá aún con duda-. Pero cualquier cosa me mandas mensaje, ya cuando tenga señal lo leo. Y lo vas a buscar, ¿Oyeron?
– Sí má. -contestamos ambos al unísono-.
No me sorprendió su insistencia para que me dejaran ir, les convenía estar solos a esos dos. Mis padres se fueron de la casa antes de que den las 5pm y nos dejaron solos finalmente.
Mateo y Chris ahora se encontraban viendo una película en la sala, sentados en el sillón más grande y con sus cuerpos pegados uno al otro. Mateo llevaba un short negro de tela gruesa qué usó para la salida y una playera larga, blanca y con estampado de frases en inglés. Chris ya se había cambiado la ropa que usó durante las compras, ahora tenía una playera gris de tonos claros y un putishort azul.
– Ya me voy a bañar. -avisé a mis hermanos, en lo que subía las escaleras detrás del sofá donde se encontraban-. Estaré cambiándome luego en el cuarto.
-Va. -respondió Mateo sin voltear a verme por tener la mirada fija en la tele.
Bajé nuevamente para bañarme en el baño de la sala y mis hermanos seguían viendo la película, pero cuando salí del baño, noté que Chris rápido y disimuladamente se retiraba del lado de mi hermano. Subí a mi habitación y comencé a cambiarme, cuando vi la hora ya eran las 5:15. Había estado arreglándome por 17 min más o menos, solo para hacer tiempo; abrí y cerre la puerta de mi habitación sin hacer ruido, bajé con cuidado las escaleras y me detuve antes de llegar a la mitad para poder ver discretamente lo que ocurría en ese sillón.
Solo podía ver las espalda de mi hermano mayor en el sillón, Chris estaba acostado en el regazo de Mateo, y aunque solo podía notar su cabellera, era obvio por los movimientos de arriba y abajo que hacia, se la estaba mamando en el sillón de forma «muy discreta». Mateo tenía su mano derecha reposada en el respaldo del mueble y la izquierda dentro del shortcito de Chris mientras hacía movimientos circulares en su colita aún tapado por su ropa. Ellos no hacían ruido, solo notaba la cabecita de Chris moviéndose y en ocasiones Mateo posaba su mano en la cabeza de nuestro hermanito. Sabía que no harían más en lo que yo siguiera en la casa, así que sigilosamente subí a mi habitación para abrirla y cerrarla con la fuerza suficiente para alertarlos abajo, entré a sus cuartos y entreabrí sus ventanas para poder espiarlos en un rato, exageré mis pasos y comencé a bajar las escaleras.
Mateo y Chris se encontraban ahora en cada esquina del sillón visiblemente separados y constantemente me veían de reojo.
– Ya pedí mi uber, ya me voy. -anuncié ya en la puerta de mi casa-.
– Está bien, bro. -dijo Mateo volteando a verme-. Me avisas cuando llegues y cuando estés por salir. Ya te ayudé con mamá para que te dejaran ir, pero ni de pedo te iré a buscar. Te regresas en uber y si le dices a mamá ya no te ayudo a que te den permiso, eh cabrón.
– Ajá, ni te iba a pedir que fueras por mí, sabía que dirías eso. -le respondí y abandoné mi casa, salí al patio y posteriormente cerré la reja para dirigirme a la esquina de la calle.
Estaba abandonando la casa como a las 5:50 y me di una vuelta por la colonia para hacer tiempo, ya que era obvio que no harían cosas tan pronto como dejara la casa. En eso de las 6:20, regresé y abrí la reja de forma supersilenciosa. Las cortinas estaban cerradas cuando no lo estaban antes de irme. Agachado me dirigí al patio trasero y con ayuda de una escalera de madera que estaba ahí trepé al tejado por donde podías caminar a las ventanas de los cuartos de arriba, era un método que Mateo y yo usábamos para salirnos de la casa a escondidas. Puse la escalera en dirección a la ventana de mi cuarto para que no me vieran y escalé al tejado, de cuclillas me fui a la ventana de Mateo y al llegar me puse a espiar por las partes que la cortina no cubría.
Su cuarto estaba vacío y la puerta estaba cerrada, al dirigirme al cuarto de Chris era lo mismo. «La sala», pensé con temor que me hayan visto tomando la escalera desde la ventana que daba al patio. Cuando bajé y me asomé la sala estaba vacía, con la televisión prendida así que pensé en ir al baño a ver si estaban ahí. No podían haber salido de la casa, el carro de mi mamá estaba en la sección qué usábamos como cochera, al pasar por el cuarto de mi mamá para llegar al baño escuché unas risitas, me asomé agachado por la ventana del cuarto que estaba abierta pero con las cortinas cerradas casi por completo.
Ahí podía ver todo lo que pasaba, pues los veía de lado, pero la cama estaba hasta el otro extremo de la ventana por ello no podían ver ni sentir mi presencia.
Chris estaba acostado boca arriba con solo su bóxer azul, sobre él se encontraba Mateo todavía vestido pero con un enorme bulto que la gravedad tiraba hacia bajo. Estaba besando desenfrenadamente a Chris, hundía toda su boca sobre la tierna boquita rosadita de nuestro hermanito, le escupía dentro y succionaba su lengua con salvajismo.
Tras un rato compartiendo besos morbosos, Mateo se levantó de la cama.
– Mira como me tienes, chaparrito. -dijo Mateo apretando su bulto pronunciado sobre su short para marcar su forma. -Te tienes que hacer responsable, mi amor.
– Dámela, papito. -respondió Chris agachándose frente al bulto de Mateo-. Quiero lechita.
– ¿De quién, amor?, Lechita ¿de quién?
– De papi Teo. -respondió Chris con su vocecita tierna y llena de excitación-.
– ¿Cierro la ventana por si acaso? -preguntó Mateo, en eso con el corazón a mil me agaché super espantado-.
– Déjalo así, ningún vecino puede ver de ahí y hace calor. -respondió Chris.
Mateo se quitó su playera blanca mientras Chris bajaba su short, salió disparada su erección que todavía estaba contenida en el bóxer Calvin Klein blanco de Mateo. Aquel bóxer apretaba su verga dejando ver cada detalle sobre él, su verga estaba acomodada de lado hacia la izquierda y podía ver que tenía una enorme mancha donde se posaba su glande, ya estaba lleno de precum, tal vez por la sesión de besos. Chris tomó la erección de Mateo sobre el bóxer y llevó su nariz a ella succionando cada aroma de aquel mástil de 20cm que estaba por explotar.
– ¿A qué huele la verguita de papi? -preguntó Mateo restregando su verga en el rostro de mi hermanito-.
– A machote. -le respondió Chris mientras lo veía fijamente-. Huele a mi machote.
– Traes babeando de las dos cabezas a papi. -le dijo Mateo sobando la parte de su bóxer donde su glande mojado se hallaba.
Noté que le encantaba jugar al rol de ser el padre de Chris, no me sorprendió ya que durante todo este tiempo actuaba muy sobreprotector con él como si de verdad fuera su hijo. O tal vez solo era una expresión, la verdad nunca hablé con ellos de eso jaja.
Chris finalmente tiró del bóxer de su hermano mayor dejando salir su pitote que golpeó su rostro. La verga de mi hermano se veía descomunal, estaba frente a Chris con sus 20cm completos, torcida ligeramente hacia la izquierda y su glande rosita rosita.
Chris tomó la verga y comenzó a chupar su glande mientras la masturbaba, hacía movimientos circulares con su boca sacándole gemidos a mi hermano, quienes ya no se contenían en sus reacciones. Chris usó sus trucos de siempre, le hacía garganta profunda a la verga y ya le cabía hasta el final, tomaba el glande y lo succionaba, finalmente lamía con su lengua exageradamente de fuera su tronco, de los huevos a su glande y viceversa.
Mi propia verga ya era una roca en mi short de mezclilla que me dolía por la presión que la misma hacía. La liberé bajando mi short a mis tobillos, mi verga estaba en sus maravillosos 17cm y el glande se lubricaba por mi precum que ya había manchado mi bóxer negro. La tomé y con movimientos suaves me masturbaba.
Mateo cargó a Chris apuntando su verga en el culito del pequeño adolescente, lo seguía besando morbosamente, subía y bajaba el cuerpo de mi hermano para punsar su culito aun con bóxer con su vergota. Lo tiró a la cama y quitó su bóxer con mucha velocidad, llevo las rodillas de mi hermano a su pecho para poder ver con claridad el ano de Chris. Ufff, no mames, el anito de mi hermano estaba rosita, lampiño y se veía cerradito, ya sabía porque Mateo estaba loco por él.
Llevó su lengua al agujero de su putito, lamía de sus huevitos al inicio de su rajita y luego mamaba con ternura la verguita de mi hermano de unos 12 cm. Mi hermanito ponía sus ojos en blanco con la mamada de culo, pero Mateo aun no había terminado.
Escupió en el ano de Chris y comenzó a meter un dedo de su mano izquierda mientras que con la otra frotaba su verga. El dedo de mi hermano solo entraba hasta pasada la uña y él insistía en meterlo y sacarlo con mucha ternura. Después agregó otro dedo y desaparecían signo de que ya lo estaba dilatando.
– Estás pero bien apretadito, chaparrito -decía Mateo con una sonrisa ancha en su rostro.
– Dame ya verguita, por favor. -gemía mi hermanito mientras ya 3 dedos de Mateo se hundían en su anito.
– Ahí te va entonces, bb. Aguanta la verga de papito.
Mateo se levantó, escupió en su glande y lo apuntó al agujerito de ese niño. Hacía presión en su anito y su verga parecía no poder entrar dado al grosor. Retiró su pito y volvió a escupir tanto en su ano como en su pito. Volvió a puntar y el anito de Chris iba cediendo ante esa vergota blanquita, ambos gemían exageradamente, sobre todo Chris. Las embestidas eran suaves para dejar que el interior se acostumbrara a tremendo miembro que lo invadía. Mateo besaba a Chris de forma tierna pero morbosa y con el paso de los minutos aumentaba el ritmo de sus embestidas.
Mi verga estaba mega mojada dado a ese espectáculo, por lo que tuve que dejar de masturbarme para no venirme en ese instante.
Mateo volteó boca abajo a Chris y siguió penetrando pero ya con más velocidad, Chris solo podía gemir sin control mientras su hermano mayor abría sus glúteos para observar como sus 20cm desaparecían en el culito blanquito de aquel menor. Cuando se la sacaba del ano, volvía a embestirlo con fuerza haciendo que Chris gimiera y pusiera los ojos en blanco.
– No mames, te sientes bien calientito por dentro, amor -decía Mateo mientras alentizaba su penetración-.
Después de un rato en esa posición, salió del ano de Chris y se recostó en la cama boca arriba, nuestro hermanito lo siguió y se apuntó esa verga de vuelta a su ano. Bajó lentamente y ahora el guiaba los movimientos, no era muy experto se notaba, pero era una experiencia de otro mundo ver como 20cm de hombre entraban en ese anito de 14 años.
Las acciones eran las mismas, Chris comiéndose con su culito aquella verga en varias posiciones más, tras un rato, Mateo comenzó a cogerse con más velocidad el culito de mi hermano que seguía sobre él.
Tomó a Chris de las caderas y gimió fuertemente. Cuando Chris se levantó de esa verga, la lechita que Mateo depositó dentro se escurría de su culito rojito. Mateo le pidió que se volteara y le dejara ver cómo rellenó el culito de su hermanito, mientras masturbaba su verga que seguía muy parada pero perdiendo dureza y que tenía restos de su propia lechita. Tomó lo restante con su dedo y lo llevó a la boquita de Chris quien chupaba su dedo como si fuera otra verga.
– Eres de papi, amor. No quiero que veas a nadie más, ¿okey? Este culito es de quien lo desvirgó primero.
– Es tu panochita, papito. -le contestó Chris.
Tomé mi verga y comencé a masturbarme con mucha locura, disparé 5 chorros espesos al pasto e hice algo morboso inspirado por mis hermanos. Con mi dedo agarré la lechita que aun salía por mi glande y me devoré lo restante hasta limpiar mi verga.
– Báñate en la sala, yo me bañaré en el de mamá. -dijo Mateo levantándose y recogiendo su ropa-. No debe tardar Mario, así que de una vez.
– Me quería bañar contigo, Teo
– Otro día chaparrito.
Me subí el short y sigilosamente me salí de casa de la misma forma que entré.
Le di una vuelta a la colonia y pasé al oxxo a comprar mamada y media solo para hacer tiempo. Le mandé mensaje a Mateo de que ya iba y llegué a mi casa a las 8 y tanto.
Al entrar, Mateo estaba solo en el sillón aun viendo la tele, llevaba una playera larga de color rojo y un short de basquet negro, se veía que se había secado el pelo recientemente.
– ¿Y Chris? -pregunté.
– Creo que leyendo en su cuarto. -respondió Mateo con la mirada fija en su serie-.
Subí y noté que la puerta de Chris estaba abierta y vacía. «Tal vez en el baño» se cruzó por mi mente en lo que abría mi puerta. Uff, esto ni parece real pero se los juro que sí paso, abrí la puerta y Chris estaba recostado en mi cama completamente desnudo y jugando su anito. Me congelé completamente pero mi verga se endureció a tal escena.
– ¿Te gustó lo de hace rato? -preguntó Chris mientras seguía penetrando su hoyito con sus dedos-.
¿De-de qué hablas? -pregunté hiper nervioso.
– Vi que estabas pendiente de todo lo que pasaba en la ventana, por eso le pedí a Mateo que no la cierre. -me contestó Chris.
Yo estaba en shock, de verdad no me podía mover.
– ¿No quieres hacer lo mismo?
– ¿Mateo sabe que me uniste a su juego? -pregunté tratando de no verme nervioso-.
– No lo sabe, dice que no me comparte, pero si ve que eres tú, no creo que diga nada.
Cerré con seguro mi puerta y…
Continuará…
Historia real en cada punto.
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