Mi primera vez a los 14 años parte 2

Tenía miedo de que me doliera mucho pero aún así lo quería dentro de mi .
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Después de desnudarnos Julián me puso a chupar su pene aproximadamente 10 minutos más, el me dió una guía de cómo hacerlo mejor y traté de hacer lo que me pidió, pasar la lengua desde la base hasta la punta, chupar sus bolas, tratar de meter todo de golpe y así estuvimos hasta que me dijo que me pusiera en 4 para penetrarme. Estaba muy asustado porque su pene era enorme y mi culo era virgen así que sabía que me iba a doler mucho pero Julián para tratar de relajarme me empezó a lamer el ano, tener la lengua de Julián en ese lugar fue una sensación deliciosa y me hizo dar pequeños gemidos de placer, estuvo poco tiempo, supongo que lo suficiente para tratar de lubricar un poco y cuando ya lo hizo me metió un dedo para dilatar mi ano lo que no me gustó mucho, se sentía incómodo y dolía un poco pero poco a poco la sensación fue mejorando hasta que metió el segundo dedo, me dolía más pero mientras metía y sacaba sus dedos me masturbaba el pene entonces se hacía algo placentero.

Estuvimos así unos 7 minutos hasta que me sacó los dedos y empezó a intentar meter su verga en mi ano, al inicio no dolía demasiado pues solo era la punta y ya me había dilatada un poco pero a medida que iba entrando el dolor de hizo más intenso y cuando tenía la mitad adentro le pedí que parara, que no aguantaba así que el empezó a meter si sacar hasta la mitad, me dolía y ardía el ano pero no quería parar, por fin estaba experimentando el sexo con otro hombre y a pesar de que en ese momento no sentía tanto placer pero quería continuar.

Julián me siguió penetrando y mientras lo hacía me decía «que rico estás bebé», «desde hace mucho quería abrirte el culo» lo que hizo que me prendiera más y poco a poco fue acelerando el ritmo hasta que en un momento me lo metió todo sin avisar, yo pegué un grito y me salieron un par de lágrimas, fue una sensación entre placer y dolor intenso, a partir de ahí me dió con todo mientras que yo mordía una almohada para tratar de ahogar mis gritos de dolor y placer hasta que sin previo aviso me llenó con su leche caliente. Al terminar nos dimos un baño (por separado) y nos despedimos sin decir mucho más.

Curiosamente después de ese día no hablamos mucho y no lo volvimos a hacer ya hasta mucho tiempo después.