Mi primera vez, y fué hermoso. Parte 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Herlipshy.
Hola, este es mi primer relato, asi que me presentaré. Soy David. Mido 1.63, soy blanco, de ojos café y cabello negro. Les relataré mi primer y mejor experiencia con el amor de mi vida, hace 2 años. Espero y les guste.
Era el último año de secundaria. Me encantaban los regresos a clases porque miraba a mis mejores amigos, Rubén y Elena. Básicamente, eramos inseparables. Ella era una chica rechazada por las demás tipas, cosa que no entendía, pues es muy linda. Medía 1.50, y era delgada, con un cabello largo. Rubén es un chico normal, nada feo, medía 1.73, su cabello rizado me encantaba, y siempre le decía que si me dejaba cortarle un mechón, de ojos café claro.
Nuestro lugar de salida favorito era la plaza, y saliendo de la escuela, los tres ibamos ahí.
Elena siempre lograba captar la atención de los chicos, pero era muy tímida con los demás. Con nosotros, era una loca, y amaba su compañía. Pero justo cuando cumplió 15 años, fuimos a la plaza, y empezó a salir con un chico. Y poco a poco nos dejó solos a Rubén y a mí. Eso hizo que fuera más seguido a su casa, para jugar play o cosas así. Salíamos a joder a las personas del parque, ibamos al cine, y también solo para joder. Diario iba a su casa, y en muchas ocasiones me quedaba a dormir.
En una ocasión, lo ví cambiarse, y se me paró el pene. Me sonrojé, e intentaba taparme. Cuando dormí, quería golpearme por ser malditamente depravado.
Se acercó el otoño, y ya iba a ser el cumpleaños de Rubén. Yo llamé a Elena para planear algo.
—Jajaja, regalale condones.
—No jodas Elena, jajaja. No los usará, es un jodido virginal sin novia.
—Úsalos con el, par de jotos, jajaja.
—Jaja, ¿Y si le hacemos un pastel?
—Va, y con condones adentro. Usadlos con sabiduría, jajaja.
Yo quería regalarle algo especial, así que le hice un álbum con fotografías de los 3. Cuando ya fué su cumpleaños, lo festejamos a lo grande. Los tres solos, como siempre fue, y siendo los mejores amigos.
Cuando ya era noche, llegamos a su casa, y luego el nos dió una sorpresa.
—Los amo la neta, no se que haría sin ustedes.
—Pinche marica, también te amamos.
—No tarda en llegar alguien a quien les quiero presentar.
—¿A quién?
No pasaron ni 3 minutos, cuando tocan la puerta.
—Ella es Sofía, mi nueva novia.
—¿Eres la de costura, verdad? — dijo Elena — que genial wey, los felicito.
—Que genial, ¿desde cuándo son novios?
—Desde hoy en la secundaria. Al fin, fuí valiente, y le dije a Rubén que sentía.
Me sentía muy feliz por Rubén, pero esta tipa tenía fama de fácil. Y luego pensé que debía ser sincero conmigo. Quería llorar. No supe porqué, pero eran celos. No quería aceptarlo. Soy heterosexual, no debería sentir eso. Pero por dentro moría de celos. Pero de igual manera, disfrutamos la noche, porque en fin, era la noche de Rubén.
Pasaron los días, y yo ya estaba solo.
Me juntaba con un amigo, pero básicamente, no era lo mismo. Si en sí, dejar de ver a Elena me hacía sentir solo, más me molestó lo de Rubén. Y más odiaba verlo con esa perra. Uriel, mi amigo, me contó que el fué novio de Sofía en 2do grado, y lo engañó con uno de 3er grado.
Eso me hizo querer golpearla. Necesitaba dejar de pensar en eso.
Llegó Diciembre, ya ibamos a salir de vacaciones, y yo me sentía aliviado, porque tuve buena calificaciones. Quizás eso fue porque ya no me distraían mis dos mejores amigos. En la fiesta antes de salir, Rubén y Elena me hablaron, y entre todos nos dijimos cuanto nos extrañabamos y nos ibamos a extrañar más.
—Iré a San Diego a visitar a mis tíos.
—Tu cuando no Elena, jaja te vamos a extrañar. Y tu David ¿A dónde irás?
—Yo no saldré estas vacaciones, la pasaré en casa.
—Yo también, voy a ir a joderte todas las vacaciones.
—¿Y Sofía? ¿No estarás con tu noviecita?
—Saldrá a Guadalajara, creo.
Me sentía feliz, ya ibamos a hablar mucho más. Me sentía bien, pero también extrañaría a Elena.
Al día siguiente, Rubén llego a mi casa. Traía puesto un pantalón ajustado, una camisa roja y su cabello despeinado. Se miraba tan lindo.
—El frío me molesta.
—Que marica, te prestaré un suéter.
—No no no, el frío es mental.
Empezamos a jugar toda la tarde, y luego platicamos de lo que no pudimos. Me contó que Sofía y el eran muy felices. Me contó que la ama. Me contó que entrando de vacaciones le regalaría una manta con muchas cosas escritas de porqué la amaba. Yo le conté que lo extrañaba. Derrepente, el se me acerco, y me abrazó. Sentí un escalofrío. Eso nunca me pasó, nunca. Y solíamos abrazarnos con frecuencia, pero esa vez fue diferente. Total, seguimos jugando en el play.
Las vacaciones pasaron, y entramos a clases. Elena terminó con su novio, porque el se iría a otro estado. Ella estaba depresiva, y cambió mucho. Al menos, ya no estaría separado de ella. Rubén y Sofía eran "felices".
—Estoy celoso de el.
—Tranquilo, luego tendrás novia, y una más guapa.
—Si, una novia…
—Entonces lo que tu quieres es a Rubén, ehhh.
—No, no.
—Ya ya, cuentame. ¿Es por qué el te gusta?
—No, solo lo extraño.
Era verdad, me gustaba Rubén. Lo amaba, me encantaba. Se lo quería decir a Elena, pero me dió pena y miedo de que pensaría de mi. Estaba confundido.
Total, pasaron varias semanas. Todo iba igual. Elena y yo salíamos mucho, incluso llegué a pensar que si fuese mi novia, dejaría de pensar en Rubén. Pero no, no me gustaba. Yo la amaba, pero por nuestra amistad, no la miraba de otra manera. En cambio, a Rubén si. Y me odiaba por esto.
Y decidí contarle a Elena que me pasaba.
—No me esperaba que fuera verdad, pero te dire algo. Puedes guardarte esos sentimientos, y sufrir, o decirle lo que sientes y ver que pasa. Y también podrías sufrir por eso.
—Gracias Elena, por favor, nunca le cuentes esto. Yo lo haré en cualquier momento.
Pasaron más días, y cada día me sentía tan extraño. Cuando Rubén me hablaba, quería decirle, pero no estaba listo. Y pasarón más días.
Cuando empezó la primavera, yo pasé ese día caminando solo. Fue cuando escuché a Rubén y a Sofía discutir.
—Es que yo no tengo la culpa. A mí se me paso el gusto por tí.
—Pero yo te amo Sofía.
—Solo dejame en paz. No quiero ya ni tu supuesta amistad. Perdón.
Sofía se fue caminando, y Rubén se dejó caer en la pared. Estaba llorando.
—¿Qué te pasa wey?
—Ella, ella me dejó.
—Tranquilo, esto iba a pasar tarde o temprano. Es una perra. Pero yo, y también Elena, estamos para ti. Siempre vamos a estar, siempre.
—Gracias…
Al día siguiente, le llame a Elena, ella me dijo que solo fuera con el. Que era el momento. Tenía razón, o quizás no.
Me bañe, pensé en lo que podía pasar después. Me vestí, y decidido, fuí a con el.
Cuando toque la puerta, el estaba con el uniforme, el cabello despeinado, y con los ojos rojos.
—Gracias por venir, necesito a mi amigo.
—Lo se. ¿Está alguien?
—Mi hermanito, pero está durmiendo.
Me ofreció agua, y le acepté. A pesar de estar sucio, descuidado y mal, se miraba tan lindo.
—Me sigue encantando tu cabello.
—Jajaja.
Estaba nervioso, no sabía que decir.
—Es una perra…
—Solo la quiero olvidar. Cometí un error.
—Pero no importa. Sabes Rubén, no necesitas a una perra. Me tienes a mí.
—Jaja te amo.
—Yo te amo, y no sabes de que manera.
—No me hagas llorar.
—Sabes, deberías meterte a bañar para ir con Elena a la plaza o no se.
—Si, gracias David.
—Pero ve, te espero.
Cuando se fue, empeze a ponerme más nervioso. Yo quería estar solo con el, y decirle de una maldita vez la verdad. Cuando salió, se miraba tan lindo. Con un bóxer y sin camisa. Fué a su cuarto. Y después entre yo, con unos nervios que me hacían querer llorar.
—¿Puedo?
—Pasa.
—Jaja si. Oye, sobre todo lo que está pasando, y que es el último año… Me gustaría contarte tantas cosas, y pasar de todo.
—Lo se. Jaja.
—Te amo.
—Yo más Deivid.
—Pero es en serio. Te amo, eres el amor de mi vida.
—¿Qué?
Suspiré.
Caminé hacia donde se ponía la camisa.
—Y me encantas. Me encanta tu cabello.
Cruzamos miradas. Y hubo silencio.
—No me importa si después de esto ya no me quieras hablar. Porque no soporto guardarme esto. Te amo tanto.
—Te juro que, esto no me lo esperaba.
Lo besé. Y el respondió a mi beso. Y me salió una lágrima. Me alejé.
—Perdóname Rubén.
—Sigue besándome.
Su respuesta me congeló. Y pensé que todo era un sueño. Que estaba mal. Paso todo en ese momento. Pero no debía perder mi oportunidad.
Nos besámos por un largo rato. Exploré esos labios, y metía mis dedos en su cabello. Amo su jodido cabello. Y lo besé lo más tierno posible. Me sentía tan excitado, tan nervioso. Lo empecé a tomar de la cintura y caí arriba de el. Nos seguiamos besando. Me encantaba besar su cuello, y morder su lengua. Lo que más me encantaba era el momento.
—Rubén… ¿Me dejarías seguir?
—S, si.
Ya no me importaba que mierda pasaba conmigo. Ahora quería que fuera mío, y yo de el. Le quité la camisa, y besé su abdomen, bajando hacia su pene. Desabroché su pantalón, y metí mi mano. Rubén soltó un pequeño gemido, y se estremeció. Torpemente tomé su pene. Estaba erecto, y eso me excito aún más. Lo empezé a lamer, y a besar. Posiblemente medía unos 18 cm en ese momento. Y lo seguí lamiendo, hasta que pude meterlo en toda mi boca mientras con una mano acariciaba su abdomen. Rubén hacía jadeos, y su respiración era rápida.
Duramos así unos 5 minutos. Y luego subí hacia su deliciosa boca, lo besé apasionadamente.
—Te amo Rubén. Maldita sea, me vuelves loco.
—Me creerás aún más loco, si te digo que me encantaste siempre.
Me quitó la camisa, el pantalón y los zapatos. Yo le quité el pantalón por completo, y nos abrazamos. Nos acomodamos en su cama de tal manera que nos quedabamos viendo el uno al otro. Y nos besamos. Después el bajó hacia mi pene, e intento meterlo a su boca. Como no pudo, solo lamía, hasta que tomó el rollo y se metía todo. Me estaba volviendo loco. Lo tomaba de su cabello y guíaba levemente los movimientos. Me enredaba su cabello en mis dedos. Realmente me encantaba, y sentía cosquillas en el abdomen. Lo tomé de los hombros y lo subí hasta mi, y rozabamos nuestros penes. Nos volvímos a besar, y nos encantaba rozar cada vez más. El mordía mis orejas, y me besaba el cuello, mientras seguía acariciando su cabello.
—Te la quiero meter ¿Me dejas?
No sabía que hacer, ya ibamos muy lejos. Pero obviamente, lo deseaba. Así que le dije si. Se acomodó boca arriba, y me tomo de la cintura. Me acosté boca arriba, y me volteaba para besarlo. Derrepente sentí que metío un dedo, y me estremecí. Me dolío un poco, pero siguió girando. Sentía una sensación diferente. Me encantaba. Se lamió otro dedo y lo metió. Nos seguiamos besando, y yo estaba gimiendo muchisimo. 5 minutos después, me preguntó si ya estaba listo. Me estaba muriendo de ganas de tener su pene en mi culo, pero tenía miedo. Sería mi primera vez, pero aún así, acepté. Empezó a meter lentamente su pene, y yo arqué la espalda del dolor. El me calmó con sus besos que me derretían y me mordía las orejas.
—Tranquilo, será despacio, si no puedes, aqui la dejamos.
—No mames, ya que logré estar contigo, no me quiero detener.
Siguió intentando, hasta que ya tenía media verga dentro mío. Era un dolor tremendo. Pero poco a poco se fué calmando, y más porque me decía cosas tan lindas en el oído y me besaba el cuello. Siguió lentamente, y cuando ya estaba completamente dentro, me tomó de la cintura. Empezó a meter y sacar. Dolía, pero no de igual manera, e incluso comenzé a disfrutarlo. Mi pene palpitaba, y me sentía lleno. Comenzé a disfrutarlo.
Rubén aceleraba cada vez más los movimientos.
—Te amo Rubén.
Seguimos con esto. Me dijo que me sentara y volteara hacía el, y lo hice. Puse mis manos en su pecho, y luego lo abrazé. Se sentía tan rico. Nunca había experimentado eso.
—No jodas, me encantas.
Derrepente me dijo que ya se iba a venir. Dió unas embestidas tan deliciosas, que hizo que yo me viniera antes. Mi semen cayó en su pecho. Cuando se vino en mi, se detuvo y nos quedamos abrazados por un rato.
—¿Qué pasará después de esto? Siento que cagué nuestra amistad.
—Quizás, pero que tiene. Nos amamos ¿No?
—Esto significa que ¿seremos novios?
—No lo se, esto me confundé. Lo que dirán los demás. No quisiera que por eso esto sea un secreto.
—Lo puede ser, solo necesito que me tu quieras de verdad ser mi, novio.
Nos besamos, y después me dijo que fuera al baño. Me bañe. Me sentía extraño, pero tan feliz.
Olvidé las ataduras y solo quería amarlo, solo eso.
Días después, decidimos decirle a Elena que, ya eramos novios. Ella fue la primer persona. Lo que paso después, se dejó llevar.
Actualmente somos novios, y hace 1 año fué que no temíamos de los demás. Y no me arrepiento…
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