Mi vecino maduro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chirolas.
Desde que llegamos a vivir donde actualmente vivimos, mi pareja y yo, hemos tenido una excelente relación con los vecinos, particularmente porque la casa es propiedad de la difunta madre de mi pareja y fue su casa de infancia, los vecinos son familiares políticos o viejos amigos, de ahí que a pesar de no convivir tanto con ellos, si tenemos una buena relación de vecinos, siempre ayudándonos mutuamente, pues en este caso no fue la excepción, le “eche la mano” al vecino…
Nuestra casa, como mencione antes, es una casa familiar, por lo que solo la separa de la casa de la vecina (ex-tía de mi pareja, ella estuvo casada con un tío de mi pareja y se quedó con la casa en el divorcio) una pequeña barda de escaso metro y medio de alto, que permite ver perfectamente ambos patios, así fue diseñada por mis suegros por conveniencia familiar, así que mi vista daba de alcance al patio trasero de la vecina a través de la ventana de nuestra habitación.
La vecina después de separarse se casó con un mecánico, actualmente, unos 50 años, 1.
80 de estatura, moreno, espalda ancha, piernas gruesas y piel curtida por el sol, producto de su trabajo, tiene unos brazos gruesos sin ser musculoso, y un par de nalgas redonditas, que pocas veces se pueden a preciar a través de los pantalones flojos que siempre usa, siempre usa bigote y barba y últimamente le ha dado por raparse; todo un macho de pueblo, algo gruñón, pero muy respetuoso, atento, siempre apoyándonos en cosas pesadas de la casa, ellos saben que mi pareja y yo somos gay que vivimos juntos como matrimonio, de ahí que nunca se meten con nosotros, sino al contrario nos apoyamos en todo, en “todo”.
Todo comenzó un típico domingo, nos despertamos tarde, mi pareja tenía q ir a trabajar en la tarde y saldría algo noche, pasadas las 2 de la mañana, por lo que me despreocupe por salir y me quede todo el día en pijama, una pijama algo floja y sin ropa interior, mi pareja se fue a trabajar y yo me quede a hacer algunas labores domésticas, entre ellas lavar la ropa.
A medio día empecé a escucha música en el patio de los vecinos, efectivamente estaban organizando una carne asada, todo iba bien, me molesto un poco el humo, porque iba a impregnar la ropa que estaba tendida pero no quise ser grosero y esperando que eso no sucediera me metí a la casa.
Eran más de las 6, el evento estaba en su apogeo, a través de mi ventana pude ver al vecino muy bailador, traía puesto un pantalón de mezclilla, una camisa azul marino, sombrero, botas y cinturón que hacia juego con las botas, muy coqueto, muy macho, también había algunos de los vecinos del barrio, todo muy bien, me dispuse a retirar la ropa tendida y en eso me ve el vecino
-Luisiiito!!!
— Mande señor, buenas tardes
-Como estas mijo?, porque no te vienes y nos echamos unas cheves?? Pensé que no estaban??
–Si, aquí he estado toda la tarde
-De haber sabido le hubiera dicho a esta mujer q te dijera que te vinieras para acá
–Jejeje, gracias, no se preocupe
-Nombre, termina de hacer lo q estás haciendo y acá te espero
El vecino ya estaba algo tomado, demasiado para mi gusto, no me gustan los borrachines impertinentes y él es de ese tipo, así que decidí hacerme el desentendido y no volví a salir.
Eran algo así como las 10, y volví a salir a recoger unas cosas del patio, en eso el vecino me ve a través de la barda.
-Luisiiito!! Te estuve esperando no volviste canijillo
–Me ocupe en algunas cosas de la computadora y se me paso el tiempo
-Se ocupan las putas mijo, se ha dicho con todo respeto
–Jejeje
Estaba ya algo tambaleante así que no quería darle tanta cuerda; la reunión ya se había terminado, solo estaba el junto al asador, y con varias cervezas tiradas en el piso, para cortarle la plática le pregunte por su esposa
–y la vecina, no la vi en todo el día
-se fue a casa de Ruben (su hijo) vuelve mañana, me tocara dormir solo hoy
Al decir este se agarra el bulto, debo admitir que el señor siempre me ha parecido interesante, pero nunca pensé algo así, asumí que solo había sido una reacción aislada y no pasaría nada.
— y Beto?? No está??
-No, hoy le toco trabajar, saldrá más tarde
–Entonces a ti también te tocara dormir solo, muy mal, muy mal- y se volvió a sobar el paquete
Esta ocasión si vi algo más de intenciones en ese movimiento, simplemente lo ignore, sabía que estaba tomado.
Voltee a su patio y no lo vi más, así que pensé que se había ido a dormir.
Pero no, sorpresa para mí, salió frente a nuestro portón, con un six de cerveza en la mano y en la otra algo parecido a un plato de comida, como pudo abrió el portón y entro.
-Ten mijo, te traje algo para que comas, y unas cervecitas para compartir
— Gracias señor, acabo de cenar, pero se lo guardo a Beto que tanto le gusta la carne asada
-No me digas señor mijo, ya sabe q los quiero mucho, como a mis hijos los dos cabrones
–Gracias señor, igual nosotros los apreciamos mucho
Como pudo, tambaleante que andaba, me abrazo y me dio una palmada en el trasero, perfectamente sintió lo duro de mi trasero, no es por presumir pero es algo prominente, y más porque no traía calzones, así q él pudo sentir q no los estaba usando.
Igual lo abrace, pero por un costado, pero él se me replegó y siguió palmeando mi trasero, con delicadeza lo solté y le comente que iría a dejar el plato a la cocina
Cuando regrese él ya estaba instalado en nuestra mesa de jardín, ya llevaba dos cervezas (se las tomaba como agua) y arrima una silla junto a la de él
-ten mijo, acompáñame con una
— Claro, gracias – estaba algo fresco el clima, pero igual me tome la cerveza para no desairarlo, aunque aquellas nalgadas me habían dado un poco de calor
Empezó a platicar de trivialidades, pero entre cada cosa empezó a poner su mano en mi pierna y apretar, y poco a poco su plática fue subiendo de tono y sus agarrones más, debí detenerlo, pero me estaba gustando y creo q a él también, porque su pantalón ya deslumbraba un bulto visible.
– y cómo les va en sus cosas, mijo
— que cosas señor
– pues ya sabes sus cosas intimas
— pues muy bien y usted?? (la pregunta clave)
– pues te diré, ya sabes, cuando las viejas llegan a esa edad de la menopausia todo se chinga, ya nada de nada
— pero usted debe tener con quien “desquitarse”?
– ya a estas alturas, uno no está para esos trotes, las viejas ya nada más quieren sacarte lana y listo, de lo demás ni se preocupan
— pero si usted todavía esta fuerte y vigoroso
– es que llega una época también del hombre, que uno se cansa de lo mismo siempre, uno quiere ver cosas nuevas ( la respuesta clave)
Fue la señal para que ahora fuera mi mano la que se apoderaba de su pierna
– y como que cosas nuevas le gustaría ver – y apreté mi mano en su pierna
— no sé, pero algo nuevo- trago saliva ligeramente, estaba nervioso, pero sabía lo que quería, en ese momento no sabía si era nuevo para él, pero lo descubriría en escasos minutos
-hace cuanto que no la hace?? – y fui zagas, lleve mi mano a su bulto, y apreté ligeramente, un gemido salio de su boca
– jeje (su risa nerviosa), hace como 6 meses
Sin dejar de apretar le pregunte – y en este tiempo, como le hace para desquitarse?-
-pura manuela, pero pues uno se aburre, y le entran a uno ganas de hacer cosas nuevas, de sacarse la leche de otra forma-
— De que forma?
-No se, pero tengo chingos de ganas de …
— …Hacerlo?? – y apreté mas su bulto
Un ligero resoplido –siii-
Me percaté de que nadie nos estuviera viendo, pude sentir como su verga se ponía dura entre su pantalón, así que me levante, le di la mano para que se levantara y tomado de la mano lo lleve a dentro de la casa, en el camino al pasar por la sala le apreté la verga nuevamente
-quiere que lo hagamos, solos los dos-
–si, tiene tiempo que tengo ganas de algo nuevo, te he visto y pues tiene bonitas nalgas-
Sorprendente, él ya había imaginado esto antes, eso quiere decir que tenía tiempo esperando la oportunidad, pues esta era su oportunidad.
Apague las luces y lo lleve directo al cuarto de huéspedes
— lo que aquí pase será entre nosotros dos, nadie más-
-Sí, no te apures
Su mirada estaba ebria, pero lujuriosa, deseoso de saber que pasaría en esa habitación entre él y yo, solos; estaba ansioso, lo podía sentir en su respirar.
Nos paramos frente a la cama, me puse de pie tras de el:
-relájese, no va a pasar nada que no quiera, pero puede pasar todo lo que usted quiera
Lo tome de los hombros, y le empecé a dar un masaje, nunca había tenido la oportunidad de tenerlo tan cerca, el hombre era varonil, muy viril, de espalda ancha, su perfume embriagaba mis sentidos, aquello me estaba gustando, lleve mis manos por debajo de sus axilas, y me apodere de sus tetillas por encima de la camisa, -q rico- decía con su voz ronca y masculina, desabotone su camisa, ante mis manos quedo su pecho muy velludo, sus tetillas morenas y respingadas, su pancita sexy.
Mi verga ya había reaccionado, se la estaba restregando en las nalgas, él lo sentía, y más disfrutaba mis agasajos, le quite la camisa y continúe con mis caricias en su peludo pecho, aquello era extasiaste, el vecino hetero, mujeriego, que jamás creí tener así ahora estaba gozando conmigo, gozando mis caricias, mis manos tocando toda aquella tierra fértil, virgen de la mano de otro hombre, mis pensamientos eran locos, pensaba hacerlo mío, que me hiciera suyo, sucumbir ante los deseos y las ansias de este macho que quería algo nuevo, algo que lo hiciera retomar su camino por la vida del deseo y la pasión.
Baje mi mano para apretar su paquete aun cubierto por su pantalón, lo masajee sin dejar de apretar sus tetillas, seguido le quite por completo la camisa, su espalda ancha estaba ante mi desnuda, morena, brillante, mis labios no se resistieron y la comieron a besos, mi lengua se estaba saciando de su sabor a macho, limpio, fuerte; subí con mis besos por su nuca, mi boca toco su barba y encontró sus labios, mis labios, los suyos, se fundieron en un beso apasionado, su lengua temerosa ante la mía, inocente ante mí, su cuerpo empezó a temblar, ese temblor de venadito asustado; aproveche el momento, mis manos se apoderaron de él, lo abrace fuerte, apreté su cuerpo contra el mío, toque su miembro que estaba más que duro, era hierro ardiente, reventando todo ante su paso; quise comprobar su entre, baje mis manos a su nalgas, las metí por dentro de su pantalón, tocando sobre su ropa interior, y las apreté contra mí, su miembro estaba apretando al mío, el apretón de nalgas provoco que diera un pequeño salto, pero nunca dejo que nuestros labios se separaran, su falta de negativa confirmo mi pensamiento, era mio, completamente mío.
Nuestra beso duro tanto tiempo que no recuerdo, mis manos tocaron todo, su cintura, su espalda, sus nalgas duras, su nuca, su cabeza.
Nos separamos, pero seguí tocando su paquete.
– Que rico- me dice jadeando
– y lo que falta-
Besé su boca, con besos descendí por su cuerpo, su cuello, su pecho; mordí sus tetillas, base por su peludo abdomen abultado, seguí el camino de bellos desde su ombligo hasta su paquete; su cinturón me detuvo; baje más y mordisquee su glande por encima del pantalón.
Incado como estaba, le quite las botas, los calcetines; sus pies eran tersos, un poco de bello, pero cuidados, recios, duros, pero suaves al tacto, los besé, olian a limpio.
Volví a mordisquear su miembro, entonces desabroche su cinturón, su pantalón no opuso resistencia asi que pude desabotonarlo y bajar el cierre, me ayudó a quitarse el pantalón e iba a quitárselo con el bóxer, lo detuve
-solo el pantalón- le dije
-ok- me dijo sonriendo
Ante mi estaba el semidesnudo, solo un bóxer de algodón blanco, su erección casi lo rompía, mordisquee su pene por encima de la tela, me lo metí todo a la boca, era el momento de que la acción fuera cuerpo a cuerpo, con fuerza lo arroje a la cama, indefenso ante mí.
Empece a desnudarme para estar en igualdad de circunstancias, pero me detuvo
-esperate, yo quiero hacerlo- me dijo
-adelante, soy todo tuyo-
Su sonrisa era picará, traviesa, pero seductora; se puso de pie frente a mí y mi camisa de la pijama fue lo primero en quitarme, mi pecho es peludo un poco más q el de él, pero su lengua no se detuvo, fue directo a mis tetillas, que son mi debilidad, e imitó lo que yo le había hecho, era salvaje, sentía sus mordidas con algo de dolor, me encantaban, estaba súper caliente;
– si te duele me dices-
-no se detenga-
-no me hables de usted- me dice mientras tenía mi tetilla entre los dientes
-así me éxito mas, saberlo prohibido-
Eso más lo éxito, me quito el pantalón de la pijama y se dio cuenta que no traía ropa interior, mi pene estaba erecto, babeante, por varios segundos lo vio detenidamente, poco a poco se fue acercando, empezó por oler mi vello púbico, me parecía un perrito olisqueando, paso su lengua por mi pubis, después sin más se apodero de mi pene erecto con la mano, retrajo mi prepucio y observo mi glande, se lo metió a la boca, su boca caliente, hiriviendo me hizo gemir, no pude controlar mis gemidos, era inexperto pero era un maestro con la lengua, supuse su experiencia en el sexo hetero; mamaba todo mi pene, entero se lo metía y lo sacaba hasta la base, daba arcadas pero no lo detuvo ni un segundo, estaba en la gloria.
Pasaron varios minutos de su mamada y empecé a sentir el impulso de mi cuerpo por terminar, así que con mis manos desacelere poco a poco, lo puse de pie y volvimos a fundirnos en un beso apasionado, agarre sus nalgas, las apretuje con fuerza, dándole a entender lo que quería, y él se dejó hacer cuanto quise; era mi turno de verlo en pleno desnudo, quería arrancarle el bóxer y comerme la verga caliente que estaba ocultando; su verga apuntaba con toda su fuerza al frente, el bóxer estaba húmedo de sus calientes jugos, de mi saliva y de su sudor, lo arroje a la cama nuevamente; esta vez yo desnudo, estaba extendido en toda la cama, sus piernas peludas largas y fuertes, poco a poco fue subiendo, poniendo mi cuerpo sobre el suyo, pase por sus tetillas y las mame; su olor era delicioso, a macho, limpio, a perfume, a cerveza, la mezcla era exquisita, subí a sus labios y los bese apasionadamente, algo de placer y perversión me hizo poner mis nalgas sobre su pene aun en el bóxer, acomodé mi raja para que fuera tocada por su glande y le di ligeros sentones mientras besaba su candente boca; pase mis manos por pecho, sus brazos, y los puse sobre mis nalgas, el entendio mi gesto y abrió mis nalgas para que su glande entrara más, con mi culo aprisioné su verga y con apretones empece un vaivén que lo enloqueció porque su boca quería devorarme.
Fue largo el tiempo que estuvimos así, no podíamos prolongar más el placer, baje y quité su bóxer, su verga salto y pude apreciar al rojo vivo un pedazo de carne morena, gruesa y venuda, una cabeza roja y cubierta por un glande que hacia juego a la perfección con unas enormes pelotas peludas, aquel semental estaba dotado de una excelente herramienta, que hambrienta pedía más; brillante por el precum fue absorbida por mi boca, el sabor era una mezcla de afrodisiacos que hicieron que mi culo palpitara por tenerla dentro, la mame hasta dejarla bien lubricada, cuando sentí su máximo esplendor me detuve, y asumi nuevamente mi postura sobre él.
Ahora mi culo tenía una batalla cara a cara con aquel mástil erecto, le dí pequeños sentones para que él se acostumbrara a la presión, puse saliva en mi culo y empecé por estirar toda mi espalda, apoyando las manos en su pecho y ligeramente fui sentándome en aquella verga erecta; mis entrañas se abrían paso ante aquel monstro poco a poco mi culo fue cediendo hasta tener la cabeza dentro; aprimí un poco más y de un sentón me comí todo aquel manjar; sentí un fuerte dolor, pero varios segundos me permitieron acostumbrarme, él tenía los ojos en blanco, el placer en su cara era indescriptible.
Mi placer fue absoluto cuando el retomo el respiro y se apoderó de mis caderas, empezó a empujar más adentro su verga, si esto era imposible lo hizo posible, sentía sus bolas casi dentro de mí, su pose placida cambio radicalmente, era un macho en celo el que ahora, con fuerza, dirigía mis nalgas para que se clavaran más, era un toro que aceleró sus embestidas con mayor fuerza, bufaba, mi culo hambriento estaba siendo saciado, mi próstata estaba siendo destruida por aquel macho, mi placer llego a su máxima expresión, mi culo estaba siendo exprimido,
-AAAAAAAAA- grite con un placer increíblemente inexplicable-
Por increíble que me pareciera, aquel macho maduro, inexperto en el sexo con otro hombre, me estaba haciendo venir sin tocarme, mis huevos estaban siendo exprimidos por las embestidas de aquel macho peludo y moreno.
Mi leche se derramo por todo su pecho, mientras el me veía sudado, mordiendo su labio inferior, acelerando el ritmo, siguió embistiéndome por varios minutos más, yo era un títere no podía más, mi culo estaba totalmente exprimido, y él seguía y seguía.
Se aferró con mucha más fuerza a mi cadera y con todas sus fuerzas dio la estocada final, sentí su verga duplicar el tamaño, sentía dentro de mí una barra de hierro hirviendo que como fuente emanaba litros de leche caliente, sus bolas escurrían de su propia leche, de mi culo surgían ríos de leche de toro.
Me desplome sobre él y me acurruque en su pecho; varios minutos pasaron para que su verga perdiera vigor y por inercia saliera de mi culo; fue mucho el tiempo que estuvimos en esa pose exhaustos, descansando; cuando recuperamos el aliento me dijo
– Me gusto chingos (mucho) esto, nunca creí que fueras tan rico al…
-al coger- complete la frase, porque se apeno por usar esa palabra
-sí, eso mero, lo haces bien rico y estas bien rico-
-quieres más- le pregunte aunque creo que necesitaría varias horas para recuperarme
-jejeje, si quisiera pero pues no se si aguante, nunca he dobleteado (repetido)- pero si quieres lo intentamos-
-me encantaría pero lo dejamos para una segunda ocasión porque ya es tarde; pero me encantaría repetir-
– igual a mi, nunca había sentido algo asi, nunca había sacado tanta leche y menos de esa forma- – te digo algo nunca había cogido un culo-
-enserio, no puedo creerlo, lo hizo muuuuuy bien-
-a lo mas que había llegado era a…-
-a que, digame, con confianza, que mas confianza quiere que estar los dos encuerados y yo con el culo repleto de su leche, jajajajaja-
-jajajaja, pue si,- bueno es que lo más que había llegado con otro hombre era a que me la mamara y yo se la mamara-
-seré curioso, ¿a quién?
– fue hace algunos años, era un cabrón de un taller donde trabajaba, borracho un día me dijo que yo le gustaba y que quería que me lo cogiera, le dije q no, que no le hacía a eso, y me digo que de perdis (por lo menor) lo dejará que me la mamara, y pues lo deje-
-que rico, y por q no pasó nada más con el-
-después me convenció que se la mamara y lo hice-
-y que tal-
-me gustó, pero nunca más lo hice, solo esa vez-
-pues lo hizo excelente para ser la segunda vez-
-es que la tuya está muy rica, limpiecita, suavecita; aunque estas bien peludo y eso me gusta y no sé porque-
Reímos un rato más reviviendo un poco de lo que había pasado y quedamos de volver a repetirlo en cuanto se pudiera.
Le pedí que me diera el gusto de bañarme con él y acepto.
Nos metimos al baño y fue muy rico poder enjabonarlo, pasar mis manos por su pecho velludo y besarnos apasionadamente, le apreté las nalgas y se las abrí para que el agua caliente entrara en su raja y tocara su culo virgen
-la próxima me tocará disfrutar de este culito rico que tiene- y le pase un dedo por las nalgas y apreté un poco en su ano, suspiró
-me tendrás que enseñar como, por que eso si nunca o he hecho-
-no se preocupe, lo que pasamos hoy solo es el comienzo de lo que podremos seguir haciendo y disfrutando juntos-
Terminamos de bañarnos, nos vestimos y apague las luces del jardín para que pudiera salir discretamente.
Lo que pasó después …
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