Milagro Navideño
Bajo por un vaso con agua una noche de Navidad y me llevo una sorpresa que jamás he olvidado..
Era una fría navidad en la Ciudad de México un lejano 2005, un pequeño moreno de escasos 7 añitos despierta tras estar toda la noche con su familia en la cena navideña tradicional con la abuela, vestido en una sencilla trucita y una playera baja a la cocina por un poco de agua para relajar la sed que había interrumpido su letargo.
La cocina es alumbrada por un gran pino cubierto de luces de tronco a punta, luces que le permiten al pequeño caminar libremente por aquella oscura cocina mientras pica un poco del pavo de la cena y le da grandes sorbos al agua, cuando de la nada, su paz se ve interrumpida por una gran sombra que se pasea libremente por su sala. Aquel niño, asustado al inicio, camina sigiloso para poder observar mejor al causante de estas, probablemente alguno de sus tíos o primos podría haber bajado por lo mismo que él, pero grande fue su sorpresa cuando al asomarse desde la puerta de la cocina vio a un hombre alto, de larga barba blanca y con un brillante traje rojo, ambos se quedaron petrificados en el instante en que se dieron cuenta que se estaban observando mutuamente
S- Mierda- pensó el hombre del traje rojo -igual y solo piensa que esta soñando, tengo que apurarme con esto- y comenzó a sacar algunos paquetes de un gran saco del mismo color que su traje
M- ¿De verdad eres Santa?- susurro el niño con una voz tierna mientras caminaba al hombre, Santa comenzaba a ponerse cada vez más nervioso, a su mente llegaron recuerdos de infames niños que al descubrir al bonachón en sus casas lo sobornaban pidiéndole más regalos, el cumplía, pero el castigo que aquellos mocosos recibían eran pasar varias navidades con carbón dentro de sus medias ¿Qué sería lo que le pediría este chamaco?
S- Si pequeño, soy Santa- dijo el hombre completamente desganado, sabía que vendría un berrinche, el niño miro a Santa confundido ya que cualquiera pensaría que ser Santa Claus sería el mejor trabajo de la vida, más a los 7 años, pero este hombre se veía desganado
M- ¿Te gustaría que te sirviera algo de beber?- Santa miro al niño confundido, al mirarlo de pie a cabeza, un pensamiento lo invadió
S- Tengo buen tiempo- dijo tras mirar su reloj -quiero divertirme con el escuincle- pensó sentándose en el sillon que estaba junto al árbol, se quito su saco y se acomodo como si fuera su casa -¿Tienes licor?- pregunto de manera serena pero no hubo respuesta, cuando miro al niño vio que este lo estaba observando de una manera tan directa que parecía comérselo con la mirada, eso hizo que aquel hombre se pusiera de pie y caminara hacia el pequeño quien solo le trataba de sostener la mirada tanto como podía -¿te gusta lo que ves Mercury?- esa pregunta dejo helado al infante, Santa se reclino sobre el niño y, tomándolo con una solo mano de la cintura, lo cargo para que ambos entraran a la cocina.
Santa se dedico a servirse un vaso lleno de whikey mientras cargaba al niño, luego le dio un gran sorbo y, aun con el pequeño en brazos, regreso nuevamente al sillon donde había dejado su saco, puso el vaso en la mesa y al niño en su pierna, muy cerca el nacimiento de su miembro, quería ver que tanto podía manejar al niño antes de continuar.
El pequeño Mercury, por su lado, miraba atentamente el cuerpo de Noél, era musculoso para la edad que aparentaba aquel hombre que para el niño era un anciano, pero calculaba que andaría entre unos 50 y 65 años, sus piernas se sentían fuertes y tonificadas y, si su experiencia complaciendo sexualmente a su hermano y primos no le fallaba, lo que estaba sintiendo entre sus nalguitas era algo que podría romperlo sin problema, el problema comenzó cuando el pequeño fue atraído por el dulce olor a menta en el sudor y la calidez que aquel regordete cuerpo le compartía desde hace ya rato, Santa le dio otro trago al whiskey y procedió a besar dulcemente los labios del niño para compartir aquel licor con el
S- ¿Te gusta pequeñin?- decía Santa susurrando en el oído del niño mientras mordía suavemente sus orejas, su pelvis había comenzado a moverse de atrás hacia adelante comenzando así a restregar su creciente ereccion entre las nalguitas del niño quien, sin entender de razones, solo gemia y suspiraba en voz alta, cualquiera podría haber despertado por los ruidos, pero era como si solo esa zona no produjera ninguno -vamos a disfrutar, pequeño- le susurro mientras comenzaba a quitarle la trucita para dejarlo desnudo de cintura para abajo permitiéndole a su mano tener rienda suelta con el diminuto miembro del niño, quien sorprendentemente solo se dedicaba a gemir con las sensaciones que aquel místico ser le provocaba con sus repetidas caricias causando que su pequeño pene estuviera tan erecto como este permitía, mayor fue la sorpresa de Santa cuando el niño dio la vuelta para poder mirarlo y luego lo beso en los labios de forma dulce -ahora entiendo porque a tus primos y a tu hermano les gusta tanto hacerte esto, eres todo un putito- decía aquel amigable gordinflon mientras continuaba besando a aquel infante en su propia sala y masajeando su pequeña verga de 7 cm
M- Santa, siento muy rico- le dijo el niño entre gemidos quien, sin haberse dado cuenta, ya se encontraba moviendo sus caderas lentamente para sentir como la verga de Santa se restregaba cerca de, lo que el niño llamaba, su “hoyito del placer” por donde sus primo y hermano varias veces le habían metido los dedos mientras el les daba placer a aquellos penes con su boca. Santa lo tomo con fuerza de la cintura y empujo su cadera lo más fuerte que pudo para que el niño sintiera ese duro miembro entre las nalgas -Santa ¿Qué es eso que siento en mi colita?
S- Es un juguete para meterlo ahí, te hará sentir más rico que cuando te meter los dedos- el niño volteo a ver sorprendido tras las palabras de Santa ¿más rico que cuando sus primos y su hermano jugaban con su colita? El necesitaba ver si eso era verdad
M- Quiero verlo, Santa- le dijo el niño dándole otro beso en los labios -quiero ver tu juguete- los ojos de Santa se iluminaron junto con una sonrisa maliciosa bajo esa frondosa barba blanca, puso suavemente al niño en el sillon y se puso de pie para soltar el pantalón rojo que portaba dejando en libertad un gran miembro de unos 20 cm, duro y lleno de venas por todos lados -que rico- fue lo ultimo que dijo que pequeño antes de tomarlo con sus manitas y comenzar a darle besitos por todos lados
Santa se encontraba acariciando suavemente la cabeza del pequeño mientras veía como este poco a poco comenzaba a darle una dulce mamada, que aunque al señor Claus lo estaba desesperando por lo lento que era, estaba disfrutando todas las sensaciones que esa boquita le estaba causando, aunque discretamente llevo su mano a la nuca del niño para comenzar a ayudarlo a que dejara entrar más de ese palpitante trozo de carne en su garganta infantil, y cuando más estaba disfrutando de ese placer, se dio cuenta de que era porque el niño ya tenia la verga entera dentro de su garganta y con su carita más roja que un tomate debido a la falta de respiración, fue ahí que Santa se despego para dejar respirar al chico
S- ¿Estas bien, pequeño?- dijo Santa mientras lo miraba a lo ojos, Mercury solo tosio un par de veces y luego miro a Santa con unos ojos brillantes que le pedían aun más de ese delicioso miembro que acababan de sacarle del fondo de la garganta
M- Si, tu juguete sabe rico, quiero más- le decía el niño mientras limpiaba la saliba que tenia regada por todo su mentón infantil, Santa no pudo evitar empujar con cierta rudeza al niño cosa que lo asusto, pero el miedo fue erradico en el momento que vio a aquel gran anciano que lo hacía sentirse tan caliente lo tomo fuerte de la cintura y le dio la vuelta para dejarlo acomodado en 4 cuatro con sus nalguitas abiertas y su pequeño y casi virgen ano a la lujuriosa vista de aquel hombre
S- Que suerte tengo- dijo Santa a sus adentros -este niño puede ser buen putito, que bueno que el sello me permite silencio total, porque esta noche lo voy a hacer mio- miro la cara del niño y podía simplemente ver como los ojos del pequeño estaban lleno de lujuria
M- ¿Qué me esta pasando?- pensaba el niño asustado, no sabía que era todo lo que estaba sintiendo, solo estaba seguro que quería que ese hombre que tenia encima lo hiciera sentir rico, más cuando esa posición le permitió tener cerca de su boca su pequeño miembro erecto -¿podré chupar mi propio pito?- dijo a sus adentro y de la nada abrió su boca con el objetivo de automamar su verguita, aunque solamente podía alcanzar a meter su cabecita y succionarla no era suficientemente rico para él.
S- Este niño de verdad es una putita- pensó Santa, viendo como el niño trataba de mamar su pequeño miembro, eso lo llevo, de una manera extraña a recordar los acontecimientos de los últimos años -con este ya son 5 años de disfrutar esto, no han sido mucho los afortunados y usualmente no logran aguantarme la verga, pero los que si han sido los mejores
La tradición de Santa comenzó cuando, en una noche, una pequeña niña lo descubrió dejando los regalos debajo del árbol, ante solía escapar dejando el resto de regalos de otra forma, pero ahora quería ver qué pasaba y descubrió que la niña era bastante putita pudiéndosela coger hasta vaciar sus bolas en lo más profundo del útero de aquella pequeña de 10 años, a partir de ahí, cada año buscaba todos los niños posibles que le sirvieran para llenarlos de semen y cogérselos, los mas suertudos eran los niños de 12/13 años que recibirían su ultimo regalo, incluido tener la oportunidad de perder su virginidad preñando el culo de Santa Claus, esos eran sus favoritos, aunque uno como Mercury podría ocupar ese lugar fácilmente y esa noche lo hizo
Santa tomo al niño de la cintura y lentamente acerco su boca a ese rosa ano al cual le pasó la lengua suave y lentamente
M- AHHHH- grito el niño retorciéndose por el tremendo choque eléctrico que acababa de sentir recorriendo todo su cuerpo, tras esto puso sus manos en la cabeza de Santa y, con toda su fuerza, la enterró contra su culo que fue la señal para Santa de continuar con eso que estaba haciendo -ahhhh, que rico- gemía en voz baja el niño y a veces se ponía su mano en la boca cuando quería ahogar sus gritos de placer
Santa simplemente se masturbaba suavemente, llenando su gran verga de liquido preseminal para lubricarlo, usualmente primero haría que el pequeño le continuara haciendo oral mientras le comía el culo, pero con este no era necesario, podría haberle metido la verga sin juego previo y sabía que lo disfrutaria, pero con ese niño quería que ROGARA por su verga, el niño sin saber que hacer llevo sus manos a aquel miembro y comenzó a masturbarlo esparciendo el lubricante natural, el niño comenzó a mover sus caderas en círculos restregando más su pequeño ano en la lengua y boca de Santa Claus que solo succionaba y empujaba la lengua.
Santa de un momento a otro dejó caer la cadera del niño y con eso logro que su pene quedara justo entre las nalguitas del nene, comenzó a moverlo rozando el culito dilatado que cada vez estaba más cerca de abrir, fue el propio Mercury quien tomo la iniciativa colgándose de su cuello para comenzar a besar, Noel solo tuvo que acomodar la cabeza de su venoso miembro de 20 cm en el ano del niño y fue este quien comenzó a dejarlo entrar en sus entrañas poco a poco, lo más difícil fue la cabeza ya que era grande, la verga de Santa tenia una cabeza grande y un tronco grueso, fue difícil para Mercury lograr que su culo se abriera lo suficiente para recibir ese glande en su culo
M- AHHHHHH- grito nuevamente el pequeño, pero ahora por el dolor, Santa lo tomo de la cintura y lentemente hizo que bajara para continuar la penetración, no dejaba que el niño se adaptara a aquella verga -detente, me duele- le decía el niño pero Santa comenzó a besar su cuello suavemente y lamer sus orejas, mientras continuaba haciendo que el pequeño bajara lentamente para recibir su verga, ya iba por la mitad cuando Santa se dio cuenta que Mercury estaba llorando sobre su hombro mientras este lo besaba -me duele, quiero hacer popo- le susurraba el niño a Papá Noel pero cuando vio la oportunidad lo beso en los labios, luego comenzó a lamer ahora el su cuello llenando su lengua del sudor caramelado del hombre que estaba penetrándolo en ese momento, de la nada simplemente el niño se dejo caer clavándose la mitad de verga que le faltaba de golpe, provocando que ambos soltaran un pujido al mismo tiempo
S- Ohhhhh- gimio Santa lo más bajo que pudo -este pequeño hijo de puta- pensó Santa -¿Estas bien?- le pregunto al niño pero este parecía estar desmayado sobre su hombro -¡Mierda! ¿Ahora que hago? Esta desmayado, desnudo y con mi verga adentro, se nota que es virgen y me acabo de dar cuenta que este es el niño más chico que me he cogido- Santa no pudo evitar comenzar a mover su cadera de adelante hacia atrás suavemente comenzando un suave mete saca en el cual aprovecho para medir los estragos que su verga estaba causando, de todos modos lo curaría al terminar pero no quería arriesgarse -Tienes un culo delicioso, querido- le susurro Santa al pequeño y comenzó a subir la fuerza de sus penetraciones -te lo voy a llenar de leche, ho ho ho- mientras tanto el niño comenzaba a recuperar la conciencia
M- ¿Qué esta ocurriendo?- pensó abriendo poco a poco sus ojos, lo primero que sintió fue un objeto extraño dentro de su estomago y todos los recuerdos cayeron como trueno, seguía colgado del cuello de Santa y ahora este le estaba metiendo algo por su culito como sus primos –Santa ¿qué me estas metiendo?- le preguntó el niño con inocencia en los ojos y este lo acostó suavemente en el sillon y le dejo ver como tenía su pelvis pegada a las nalgas
S- ¿Realmente quieres ver, nene?- pregunto el Santa y Mercury solo movió su cabeza diciendo que si, así que este comenzó a sacar su miembro lentamente del culo del pequeño
M- ¿De verdad todo eso estaba adentro de mi?
S- Te lo voy a demostrar- Santa acomodo las piernas del pequeño en sus hombros y con su mano derecha llevó la punta de su miembro al agujero del niño empujando suavemente su miembro y dejo la mitad de la cabeza, el niño no dejaba de mirar ni ese miembro ni los ojos de lo poseía -¿Estas listo?
Mercury solo movió su cabeza afirmativamente de nuevo y Santa solo comenzó a empujar suavemente su verga, el niño veía gracias a las luces del árbol navideño como ese miembro de 20 cm invadía su culo, no era la primera vez que veía algo así, muchas veces su hermano le mostraba videos porno mientras el pequeño le hacía sexo oral y siempre había tenido curiosidad de que se sentía cuando una verga entraba en un culo, que lo dedearan de vez en cuando era lo más cercano que había sabía, pero ahora estaba complaciendo su curiosidad viendo como Santa Claus le metía ese enorme miembro poco a poco y, aunque dolía, se sentía bastante bien, Mercury se colgó nuevamente del cuello de Santa
S- ¿Te gusta como se siente?- dijo Santa poniendo sus manos en las caderas del niño pero ahora era este quien dejaba caer su culo para que la verga entrara suavemente, el niño beso a quien era el dueño de su virginidad y, por lo tanto, su dueño según había oído en la televisión
M- Si papi- le susurro en el oído Mercury y cuando pudo contemplar como aquella verga había invadido su interior y sentía la presión que provocaba en sus entrañas sintió como sus caderas comenzaban a moverse por si mismas en círculos y comenzó a lamer el cuello de Santa absorbiendo ese liquido mentoso mientras aquel hombre lo tenia agarrado por las nalgas moviéndolo de arriba a abajo para hacerlo sentir como esa verga entraba y salida de su culo llegando a su estomago y golpeando todo lo que estaba a su paso -ah, que rico, esta es la mejor navidad- dijo el niño gimiendo al sentir como Santa lo penetraba
S- Y se pondrá mejor, pequeño- le susurro Santa al nene mientras que, sin sacarle la verga, lo acomodo sobre su hombro y llevo su pierna izquierda al hombro mientras continuaba la penetración -que delicia de culo- dijo Noel mientras comenzaba a penetrar con cada vez más fuerza mientras lamía los pequeños pies del niño quien solo gemia y tocaba su pequeña verga de manera frenética buscando calmar las sensaciones que tenia en estaba, no sabía que hacer, solo tenía presente el dolor de su ano que desminuia cada vez más, ese miembro de 20 cm que entraba y salía de su culo indiscriminadamente y las que más le estaban gustando, las mariposas de su estomago cada que esta verga topaba el fondo de sus entrañas dejando ver un bulto que se mostraba cada que estaba totalmente ensartado por esa verga -quiero llenar tu culito de puto- gemia Santa mientras lamia los pies del nene quien solo atinaba a gemir con sus ojos cerrados y una almohada en la cara que era con lo que los callaba
M- Ah, ah, ah, que rico- decía Mercury cada que sentía las penetraciones y Santa se divertía cogiéndolo como deseaba, le daba penetraciones profundad para luego sacar todo su miembro por completo o solo le daba penetraciones con su gordo glande provocando gemidos por parte de ambos -Santa, que rico se siente esto- le decía el niño mientras las sensaciones se multiplicaban cada vez más hasta que de la nada grito -Me meooooooo- y un fuerte chorro de orina comenzaba a caer mojando toda su sala y su cuerpo, resulta que el niño ya había tenido un par de orgasmos durante las penetraciones de Santa pero como por la edad no había muestra de esto y tenía la próstata a todo lo que daba no pudo evitar tener una clase de squirt sobre su cuerpo
S- Que delicia putito- decía Santa mientras besaba al niño y lo comenzaba a penetrar cada vez más duro y rápido -te voy a dar un gran regalo de navidad, toda mi lechita en tu culo- gritaba al sentir el orgasmo cada vez más cerca -AHÍ VA- grito y con una embetida final hasta profundidades inaguantables para el niño comenzó a soltar chorros de semen dentro de aquellas entrañas infantiles las cuales acababa de profanar, mientras tanto, el niño que recibía esas descargas sentía como de manera extraña esa verga palpitaba y dejaba un liquido caliente provocando escalofríos que iban desde su ano hasta su estomago, la sensación era rara, pero deliciosa
M- Que rico, que rico, que rico- era lo único que decía el pequeño con sus ojitos en blanco y su respiración entre cortada mientras continuaba recibiendo aquella descarga de parte de Santa, fueron 5 chorros bien cargados los cuales llegaron a zonas que provocaron aun más placer en el pequeño quien solo se dejó caer sobre el cuerpo sudoroso de Santa rendido y jadeando por todo lo que acababa de vivir y sentir, de la nada comenzó a mover nuevamente sus caderas metiendo y sacando aquella verga que tenía en su interior -quiero más, papi- le dijo el nene a Santa con un tierno susurro en el oído, con todo y que aquella verga comenzaba a perder firmeza logro continuar penetrando un rato más al pequeño hasta que este cayo dormido por el placer.
Poco tiempo después Mercury sintió una suave sacudida intentando despertarlo, era una de sus primas quien lo había encontrado dormido en la sala “¿Qué haces aquí?” fue una pregunta que no supo responder, por un lado, aunque ella sabia e incluso disfrutaba de lo placeres del incesto junto con el, no pensaba que creería que Santa le había dado el follón de su vida, así que decidió que ese sería su secreto, aunque había una prueba irrefutable que Mercury descubrio después debajo del árbol, una pequeña caja roja la cual tenía inscrito “no vemos el próximo año, atte: Santa Claus” y que dentro tenía la prueba de que todo lo que había pasado la noche anterior había sido real. Mercury solo sonrio y dijo “la próxima navidad será deliciosa”.
Espero que este relato haya sido de su agrado, recuerden que pueden mandarme su comentarios a mi Telegram @MMMercury.
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