Negros de buen corazón y buena verga V
Siguió forzando su hombría un rato más hasta que la mitad de su mástil de carne me atravesaba, sintió como algo golpeaba su glande desde mi interior, curioso buscó con sus dedos la zona qué estaba tocando su verga, pronto su mano se detuvo en mi abdomen, algo duro empujaba con fuerza mi piel. .
El adulto chasqueo la lengua llamando a sus soldados, dos hombres negros se presentaron desde las escaleras.
«Lleven a mi ahijado a la sala, necesita un castigo por interrumpirme» ordenó el hombre encima mio, los soldados asintieron llevándose al pequeño que gritaba para que lo soltaran, mantuve mis labios juntos alrededor de la carne palpitante esperando la atención del general, este sonrió con malicia ayudándome a sacar su hombría erecta.
«Ven, te mostraré lo que pasa cuando me desobedecen» dijo el mayor tomando mi mano, asentí lamiendo mis labios rojos e hinchados, su mano grande cubrió la mía más pequeña trasmitiendome el calor de su cuerpo.
Gemí inconscientemente al imaginar como sería estar encima suyo sintiendo cada fibra de su ser.
Llegamos a la planta baja donde los soldados se encontraban follando la boca del ahijado del general, el pequeño se resistía empujando sus manos en las piernas musculosas de los adultos, sin embargo, era imposible escapar de la fuerza de dos hombres macizos.
Con lágrimas surcando sus mejillas observó como el general y yo nos acostabamos en un sillón grande justo delante suyo, trató de decir algo, pero la verga en su boca se lo impidió, el adulto al lado mio tomó mi rostro empujandolo hacía su hombría erecta, asentí agarrando su herramienta viril y volviendo a meterla en mi boca, mientras tanto el mayor agarro mis pequeños glúteos amasandolos y abriéndolos.
Estiró la entrada de mi ano lleno de semen antes de saborear con su lengua la semilla de sus soldados en mi interior, suspiré encantado por la sensación mientras tragaba más de su pedazo de carne caliente.
La mitad había sido devorada por mi boca aguantando las arcadas qué tenia al rosarse con mi campanilla, delante nuestro el ahijado del general estaba siendo penetrado por un negro con bigote quien golpeaba su pelvis con fuerza en sus nalgas rosadas, el otro empujaba su verga en la boca del menor hasta el fondo, luego lo mantenía en esa posición durante unos segundos causando que el pequeño se atragantara.
Volví mi atención a mi hombre cuando introdujo sus dedos en mi agujero, revisó los alrededores de mis paredes internas sacando el semen sobrante, casi medio litro de leche viril salió de mi culo manchando el sillón de la sala.
Ignorando el charco que se había formado en la tela el mayor siguió analizando la zona en busca de algo.
Apreté mis labios en su verga saboreando algo dulce que salía cada cierto tiempo de su hombría, por lo rico que era podía adivinar su significado, el general estaba cerca de deslecharse en mi boca.
Miré un momento al ahijado notando que estaba retenido en el suelo por una mano negra mientras el cuerpo del adulto bombeaba su verga en su culo con fuerza, el otro soldado se masturbaba observando la escena.
«Detente» me ordenó el general, hice lo pedido justo cuando estaba por tragar otro centímetro de su monumental hombría, con su ayuda saque toda su polla observando como me acercaba a su rostro, lo vi lamerse una mancha blanca en sus labios antes de juntar sus belfos con los míos.
Gemí gustoso dejando que su lengua se introdujera en mi boca, sus manos acariciaron mis piernas, sus dedos amasaron mis glúteos estirando la piel para exponer mi agujero rojo.
Apoyé mis manos en sus pectorales duros tratando de mantener el equilibro, respiré su aroma a sudor mientras me devoraba con maestría.
Profundizó el beso buscando como meter su lengua hasta donde su verga había llegado, sin éxito se limitó a intentarlo varias veces logrando que nuestra saliva cayera de nuestras bocas hasta manchar su cuerpo musculoso.
La piel negra se tornó brillante mientras las venas se marcaban, sentí su mirada en mi con un brillo especial mientras sus manos se alejaba de mi culo un momento, cuando nos separamos para agarrar aire me tomó del cuello, alineó su gran verga en mi ano y miró a su ahijado en el piso.
Los dos soldados se lo follaban al mismo tiempo, uno acostado en el suelo y el otro desde arriba, ambos estaban chorreando en sudor mientras sus respiraciones eran erraticas.
Con su vista fija en el pequeño profanado, el mayor habló.
«Pon atención Jonathan, si vuelves a interrumpirme no serán mis hombres los que te castigaran, sino yo, y lo que te haré será lo mismo que le haré a él» amenazó forzando su hombría en mi culo, hice una mueca notando como la piel se estiraba, los musculos se ensachaban aceptando con fuerza aquel instrumento de carne de grandes proporciones, fue difícil meter el glande, pero una vez dentro el resto fue de irlo empujando lentamente.
Mirando el rostro de dolor que tenía, el pequeño lloró amargamanete aceptando las palabras de su padrino, nunca volvería a interrumpirlo.
Satisfecho el general se deleito en empujar cada centímetro de su hombría en mí, respire con fuerza tratando de acostumbrarme, el calor que se impregnaba en mi culo era tan alto que sentía como si un fierro ardiendo me estuviera quemando, aguanté la lágrimas en mis párpados cerrandolos y me sostuve de los hombros musculosos del mayor.
Enterré mis uñas levantando el rostro hacia el cielo, su mano izquierda seguía sujetandome del cuello mientras la otra ayudaba a su verga a entrar en mí , lo escuché exclamar admirado por como su hombría negra desaparecía a cada segundo.
Apenas llegamos a un tercio cuando se detuvo, mi rostro estaba rojo por el esfuerzo, me costaba respirar y me sentía mareado, un poco incomodo el adulto se limitó a sujetarme con sus manos, está vez quitando su agarre de mi cuello y tomándome de las caderas.
Sin moverse, solo con un tercio de su hombría en mí, el mayor se distrajo observando como su ahijado terminaba lleno de semen de sus soldados, los adultos se levantaron cansados y sonrientes, se vistieron ayudando al pequeño a hacer lo mismo, con un gesto de despedida se lo llevaron con ellos fuera de la casa.
Luego, me miro percibiendo qué me encontraba más cómodo, sonrió empujando otro centímetro en mi ano, hice una mueca, pero podía aguantarlo, siguió forzando su hombría un rato más hasta que la mitad de su mástil de carne me atravesaba, sintió como algo golpeaba su glande desde mi interior, curioso buscó con sus dedos la zona qué estaba tocando su verga, pronto su mano se detuvo en mi abdomen, algo duro empujaba con fuerza mi piel creando un bulto de carne, tenía forma de hongo, el mayor se dio cuenta de lo que era.
«En esta posición no puedo metértelo todo ¡Jamás pensé decir esto!»Murmuró extasiado, se levantó conmigo forzando otro centímetro en mi culo, solté un gritito notando como el glande trataba de perforar algo en mi interior.
«Respira, todo estará bien» dijo el mayor usando sus manos expertas para delinear su verga en mi interior, noté como aquel pedazo de carne se retorcía buscando un lugar por donde avanzar, pronto el glande dejo de presionar la pared interna encontrando una vía para seguir entrando.
Satisfecho el mayor siguió forzando otro centímetro en mí, mi respiración era erratica mientras poco a poco mis ojos se nublaban, la experiencia era mayor a cualquier otra, el calor que sentía tanto de aquel pedazo de carne como de los músculos del mayor era sofocante, sudor se impregnaba en nosotros mientras nuestros alientos se mezclaban, ambos parecíamos cansados de lo que hacíamos, sin embargo, el mayor no se detuvo.
Centímetro a centímetro siguió moviendo su verga en mi culo hasta que se volvió a topar con una pared, incómodo escondí mi rostro en sus pectorales, él soltó una carcajada ido por el placer, con sus manos volvió a retorcer su verga para buscar una vía de acceso, después de encontrarla siguió adelante.
Una descarga recorrió mi cuerpo cuando su pelvis tocó mis glúteos, él pareció sentir lo mismo porque miró sorprendido como su vello púbico rosaba mi ano sin problemas.
«¡No puedo creerlo! ¡Todo ha sido metido!»Murmuró sin aliento, mantuvo su mirada durante varios segundos capturando la imagen en su mente, había sido un logro imposible para él.
Con un brillo en su mirada empezó a sacar unos centímetros de su verga, gemí por el ligero roce, pero ya no me molestaba, mi agujero estaba tan acostumbrado a tener aquel pedazo de carne por tanto tiempo que era como si siempre lo hubiera tenido.
Dejé que sus manos expertas empujaran mi culo hacia arriba sacando un tercio de su verga, luego chocó su pelvis apoyándose en los talones de sus pies, el primer golpe de piel fue glorioso, una descarga de adrenalina recorrió mi sistema, el segundo golpe fue erratico, como si lograrlo fuera un milagro, sin embargo, los siguientes empezaron a volverse rítmicos.
«¡Demonios! ¡Sí! ¡Llevo queriendo esto tantos años! «Gruñó el adulto, la voz ronca me causó un escalofrío qué me hizo apretar mi ano, lo escuche maldecir de nuevo empujando con mayor ímpetu su hombría, cada centímetro rosaba tantas zonas sensibles que era imposible concentrarme en alguna.
Respiré su aroma a afrodisíaco masculino mientras mi cuerpo rosaba su musculatura negra, apreté con uno de mis dedos sus pezones encantado por la textura que tenían, el mayor siguió follandome con su enorme hombría sacando y metiendo cada vez más de su verga en cada embestida.
Primero fue un tercio de su pedazo de carne, luego la mitad, después tres cuartos y finalmente toda.
Cuando la sacó se detuvo un momento para mirar el montón de líquidos que tenía impregnados en su hombría, desde manchas de semen, lubricante, sangre y algo marrón.
Ignorando lo último volvió a empujar su verga en mi y con ayuda de sus manos hizo que toda su verga evitará las paredes de mi cuerpo hasta tener todo su mástil de carne adentro.
La sangre se agolpó en su glande ensachandolo, pude notar como obstruia mis paredes al punto de rosarlas con fuerza, sus venas se marcaron mientras su tono de piel negro se tornaba de un color rojizo, su respiración era pesada mientras el sudor bañaba cada centímetro de su cuerpo.
Su aroma masculino estaba impregnado en cada poro de mi piel y me hizo recordar a Ryan, suspiré al pensar en él antes de volver mi mirada en el rostro del hombre.
«Talvez, si lo complazco lo suficiente, pueda pedirle que lo traiga para mí, aunque suene imposible» me dije en mi mente, el hombre aceleró sus embestidas presionando su cuerpo con el mio.
Llevaba de pie follandome por mucho tiempo, mi cuerpo subía y bajaba con tanta rapidez que empezaba a marearme, tuve que cerrar los ojos obligándome a disfrutar de cada sensación en mi cuerpo.
«¡Joder! ¡Sí! ¡Aquí tienes toda mi semilla! «Vociferó el mayor deslechandose, debido a lo profundo que había llegado su hombría, su semen se quedó atorado muy por encima de donde otros hombres me habían llenado, por tanto, cuando sacó toda su verga de mi nada cayó de mi agujero.
Lo vi caer al sillón conmigo encima, su respiración era caótica mientras una sonrisa adornaba su rostro, acarició mi cuerpo con sus dedos suavemente, acercó su boca a mi oreja y la mordió juguetonamente.
Al separarse tomó mi rostro con sus manos callosas y me obligó a mirarle, mis párpados estaban caídos, pero resistí las ganas de dormir para observarle.
«Bien hecho, pequeño, te prometo que si te entregas a mí, te daré todo lo que quieras» murmuró el mayor con una sonrisa, force a mi mente a recordar una idea que había tenido y la dije con pereza.
«Si te pidiera que trajeras a un hombre para mi ¿Lo harías?»Consulté cerrando los párpados, lo escuche meditar un momento antes de reír.
«Claro, todos los que quieras ¿Quién tienes en mente?» Me preguntó golpeando una de mis mejillas con sus dedos para despertarme.
«Se llama Ryan, trabaja para el jefe de la casona» hablé somnoliento.
«Está bien, haré una llamada a mi padre, ahora duerme, deberás estar listo para mi más tarde en la noche» susurró el hombre en mi oído, su voz profunda me hizo sonreír y lo abrace con mis manos, besé su piel negra entregándome a él.
Continuará…
Gracias por haber leído, espero les haya gustado el capitulo tanto como a mi al escribirlo, el siguiente relato que publicaré será una continuación de fiesta de disfraces para niños traviesos.
Sí quieren charlar no duden en contactarme por Telegram.
Telegram:@AlexanderTL28.
Nos leemos luego.
Qué hermoso, todo fue muy romántico y erótico, parece que el pequeño tendrá 2 hombres de planta y cientos para jugar o que jueguen con él
Muy buen relato me tienes cautivo que rico como se cogieron a ese nene eres muy bueno detallando los momentos claro que lo disfruté.
me fascinó