Pasaron y me vieron
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Apenas llegué a la casa me desvestí y empecé ponerme la ropa femenina que había conseguido hasta ahí. No era mucha solo unas calzas, apenas alguna bombacha y corpiño y una camisa de mujer que resaltaba mis pechos. Me pintaba con algo de rimel, polvo maquillador y lapiz de labios, pero me gustaba como me sentía, así daba vueltas por la casa y cada tanto salía hasta la reja, pero una de esas veces que llegué hasta adelante de todo, de la casa, un auto me vió y ni bien pasó la casa bajó la velocidad y de la ventanilla de atrás del conductor salió una mano y me hizo un gesto. Yo solo atiné a responder con un movimiento de mano y me metí de nuevo en la casa, pero no dejaba de mirar por entre las cortinas que con la luz apagada me ocultaban discretamente. Unos minutos después el auto volvió a pasar pero esta vez frenó en frente de la casa; entreabrí la puerta y me dejé ver un poco; un hombre bajó y se acercó a la reja saludando: -Hola, buenas noches. Empezó -Buenas noches, ¿que buscas? Dije con voz suave, mientras me acercaba un poco más -Estamos buscando a un muchacho que nos iba a esperar y dijo que vive solo, se llama Diego -No soy de acá, no conozco a nadie, estoy de paso, esta es la casa de mi abuela. -AAAhhhh, ¿Y vos la cuidas? Preguntó ya buscando una conversación conmigo. -No, solo vine un rato, en la casa no hay nadie. Suelo venir a pasar el rato – Mirá que bien, tenés un lugar donde podes hacer lo que quieras sin que te molesten, eso es bueno. -Creo que sí. Comenté sin más y quedó un breve silencio que él se encargó de romper enseguida. – Estas lindo, te queda bien lo que tenes puesto. -Gracias, me siento cómodo y cada tanto disfruto de vestirme así. -¿No nos invitas a tomar algo? Fue más directo esta vez donde me percate que no estaba solo -Me gustaría, pero por lo que me decis no estas solo, no sé, no me animo. -Daaaaleeee, somos tranqui, tomamos unos mates y vemos que pasa, ¿no queres? -Bueno dale, pasen. En aquella época no había la inseguridad de hoy día y la verdad que entre la adrenalina que me generaba levantar a alguien en la calle y encima que sean dos no medí consecuencias y de inmediato cedí a las suplicas. Fue así que pasamos los tres y cerré la puerta con traba como para que nadie entre por sorpresa. Nos dirijimos a la cocina que estaba pegada al baño que a su vez tenía dos puertas que comunicaba con la amplia habitación donde estaba la cama y el espejo donde yo me lucía cuando me trasvestía. Yo me sentía cómodo hablando con mis ocasionales amigos vestido con ropa femenina, ni bien entramos puse la pava para preparar los mates y empezamos un diálogo banal, sin decir nada interesante, como para romper el hielo, los invité a sentarse y les cebé unos mates donde yo aprovechaba para pasearme entre ellos y reconocerlos un poco más. Tendrían unos 30 años uno y 35 el otro, uno de ellos era delicado, digamos, los dos de complexión mas vale chica, casi muy flacos para mi gusto, morochitos, de conversación agradable, mi edad en aquel momento era de 32 años y mis piernas largas con zapatos de taco alto resaltaban una cola dura que el mayor de ellos tocó cuando me acerqué a él -Perdoná, pero estas muy tentador. Dijo -Esta bien no me molesta. Y mostré más mis nalgas a los dos. Enseguida uno de ellos se paró a mi lado y pude ver en él un bulto importante que hinchaba el pantalón, al cual llevé mi mano y palpé suavemente; el otro tomó mi culo con sus dos manos e hizo que lo abría al tiempo que empecé a besarme con el primero. Iniciamos así un manoseo donde los dos inetrcambiaban posiciones dejandome entre ellos siempre y yo aprovechaba a palpar unos penes erectos que dejaban entrever los pantalones sueltos que tenían. Traté de guiarlos hacia la pieza, pero uno de ellos que estaba detrás mío me bajó la calza de lycra suavemente y cuando me vió la bombacha que se metía en la zanja del culo largó una exclamación y me dobló hacia adelante sobre la mesa de la cocina. Reconozco que me asusté un poco, me tenían los dos a su merced, pero yo era más grande de cuerpo y esperaba, al menos, poder salir corriendo, jajaja, pero en seguida me hicieron ver que todo estaba bien. Mientras uno de ellos empezó a besarme la cola, el otro sacó un buen miembro duro y caliente y acercó mi boca a él. Así y sin romper la armonía del juego sexual nos fuimos desnudando entre los tres, y pude ver que uno de ellos tenía una pija de buen tamaño y deseaba tragarla. Entonces lo tomé de ese pene erecto y suavemente lo traje hacia mí para sacar mi lengua y jugar con el glande rojo que dejaba ver sexo muy caliente; el otro primero me chupo el ano y fue lubricandolo para pararse detrás mío firmemente y empezar a dilatarme con pasión. En la medida que sentía que su pene ingresaba en mí yo tragaba al mismo ritmo otro miembro caliente de venas hinchadas que era una delicia. Los dos bombeaban a un ritmo que para mí era increible, mienttras mi culo se agrandaba cada vez más mi boca hacía arcadas de placer porque llegaba hasta el fondo la virilidad de uno de ellos. Sentìa sus manos por todo mi cuerpo, extrujaban mis tetas, me pajeaban un poco y daban chirlos que no hacían más que excitarme, ellos se daban cuento de esto y lo aprovechaban, dejándome las nalgas rojas de placer, mientras no dejaban de halagar mi cola y lo bueno que yo era mamando intercambiaban lugares cojiendome y metiendo hasta las dos pijas en mi boca. Quise llevarlos a la cama, pero no me dejaron, me subieron a la mesa y boca arriba uno de ellos me puso mis piernes en su hombro y sentí de golpe como un miembro muy caliente y duro entraba hasta el final, casi haciendome doler de placer, el otro se prendió a mi pene y empezó a mamarlo firmemente, me encantaba sentir eso, me succionaba fuertemente generando un vacío que sacaba de mí gemidos que gritaba sin tapujos. Casi al mismo tiempo metió su pija en mi boca y su bombeo firme hacía que sus venas se incharan a punto de acabar; el que me cojía sacaba y metía su miembro colorado y firme, ya casi acababa nos anunció a los dos y se pemezó a mover dentro mío fuertemente al igual que quien me mamaba para largar su semen en mi boca, tardaron apenas unos segundos más cuando primero sentí derramar leche caliente y sabrosa en mi boca casi ahogádome, yo empecé a acabar tambíen, pero él la saco de su boca y mi fruto del éxtasis se derramaba por mi ingle y mientras sus manos lo desparramaban por mi vientre sentí otra leche caliente que me llenaba la cola y chorreaba un poco cuando mi macho se alejaba de mí y sacudía su pene en mi ano. Yo quedé ahí, tirado en la mesa, con leche por casi todo mi cuerpo, cansado pero disfrutando, ellos fueron juntos al baño y se cambiaron. Uno de ellos se acercó y me dijo: -Estas muy bueno y cojes excelente, debemos repetir. -Gracias, me gustaría. Apenas pude decir mientras me levantaba, solo me puse la bombacha y los acompañé hasta la puerta. Uno de ellos me besó como despedidia, no lo esperaba reconozco, pero me gustó mucho, el otro me dió una nalgada y luego de subirse al auto e irse, tan solo me bañé y me fui a mi casa con la satisfacción de mi primer levante en la calle trasvestido. Tan feo no soy, pensé.jajaja
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