Puta por accidente o ¿No?
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Camino hacia mi casa en altas horas de la noche. Faltan varias cuadras para llegar, un hombre de aproximadamente 30 años me sigue desde que salí de la fiesta. Estoy ebrio y volteo para hablarle. -¿Qué es lo que quieres?- le grito un poco enfadado. –Nada amigo, solo quería hablar contigo un rato. Yo con ganas de no llegar a mi casa y seguir bebiendo un poco más le digo –Paga la cerveza y vamos a hablar entonces.
El hombre es alto, flaco y de buen cuerpo, tiene un aspecto que cualquier mujer daría todo por estar una noche con él. Entramos a su carro y me trata muy amable, me deja escuchar la música que quiera y hacer lo que me guste, me siento complacido, nunca me había sentido de esa manera. Mientras maneja pone su mano en mi pierna, me sobresalto un poco pero la verdad es que me gusto así que volteo y le doy una tierna sonrisa. –Vaya que estoy ebrio- me digo a mis adentros. Llegamos a su casa y es un apartamento sencillo por fuera, pero adentro tiene muebles muy caros, bebidas por todos lados. Mantiene una luz tenue, no sé por qué razón pero me encuentro muy excitado, confundido y especial al estar en un lugar así.
Empiezo a contarle sobre mi vida al hombre y realmente me escucha, es de esas personas que realmente se meten dentro de la conversación y son parte de ella, también es alguien inteligente, que puedes hablar de diferentes conversaciones y nunca te aburrirías. Pasado el rato, y con las bebidas un poco encima, empieza a hacerme preguntas más intimas sobre mi sexualidad, yo le respondo que soy heterosexual pero que con él he empezado a dudar sobre mi sexualidad, de igual manera le respondo que de niño me vestía con ropa de mi mama y a esta edad de 20 años lo hacía regularmente pero lo había dejado de lado, aunque siguiera excitándome de mil maneras el verme reflejado como una mujercita. –Yo podría tratarte como una a partir de ahora bebe- me dice en un tono suave nuevamente tocando mi pierna y dando círculos con el dedo de forma muy excitante. Me sentí como una niña enamorada y totalmente podía dar todo por él en ese instante, así que con una voz afeminada que aprendí en mis tiempos libre de mi casa le dije – Gracias papi- mientras me acercaba a su boca para besarlo. Es de los mejores besos que he tenido en toda mi vida, su boca y su lengua junto a la mía fue algo muy hermoso, al mismo tiempo tratándome de manera linda, especial y un poco dominante.
Mi celular empezó a vibrar, lo saco y me doy cuenta que son mis padres –Hijo, ya son las 4 am y todavía no llegas ¿Estás bien? –Sí, perdón, no les había dicho pero me voy a quedar a dormir en casa de mi novia- solté una risita al decir esto y mientras mis padres hablaban empecé a tocarle el pene a mi hombre. –Que traviesa eres bebe. Tenía ganas de soltar toda mi feminidad y parecer novios, pero no teníamos ropa de mujer ni cosméticos para poder vestirte para mi hombre. –Creo que sería mejor irnos a dormir –Acaso no te estás divirtiendo – Si, pero tengo mucho sueño, vámonos amor. Lo tome de la mano y lo lleve a la cama. Roberto que era el nombre que tenía mi hombre y supe tiempo después estaba muy caliente y quería cogerme en ese instante, pero yo era virgen y tenía mucho miedo. Le dije –Hoy no vamos a hacer nada, solo abrázame y mañana vemos que pasa. Roberto se puso detrás de mí y sentía su pene erecto en mis nalgas. Por dios en ese momento era toda una perrita, quería que me penetrara pero me daba profundo miedo, así que solo movía mis nalgas para que sintiera rico, su mano que tocaba mi pecho, tome un dedo y empecé a chuparlo de una manera muy erótica. Roberto demasiado caliente para resistirse empezó a moverse de manera muy eufórica y dijo –Si no puedo cogerte, solo te echare todo el semen alrededor de todo tu cuerpo.
Empezó a moverse dentro de mis nalgas, pero nunca me quito el bóxer, solo me hacía sentir todo su gran paquete a mi lado. – Te gusta bebe- me decía gimiendo. –Si papi, dale rico, méteme un dedito por favor. Empezó a meterme el dedo dentro del culo y se sentía hermoso, yo ya lo había intentado solo en mi casa, pero que mi hombre lo hiciera le daba un aspecto muy especial. Bruscamente me volteo y comenzó a rozar su pene en mi estomago, su pene era grande y hermoso, todo lleno de venas y tan él. Lo tocaba con devoción, después de tanto rato de estar masturbándose en varias partes de mi cuerpo, ahora mismo estaba haciéndome una rusa, me dice- Ya me voy a venir.- Vente justo ahí papi, échame todo. El semen se desparramo en el cuello, parte en mi cara otra en el cabello y fue cayendo por mi estomago hasta mi pene. Dios que sensación tan rica, con una mano fui untando toda esa leche por las partes de mi cuerpo que no habían sido tocadas, después con mi dedo manchado por todo su semen, me metí mi dedo en el culo y con otro dedo agarre un poco de semen que había en mi cara y lo comencé a chupar. Roberto estaba tomando una cerveza exhausto, mientras yo le dije- Gracias papi, ahora si podre dormir bien.
Al siguiente día desperté un poco crudo, y también con una cruda moral insoportable por lo que había hecho. Veía a un hombre junto a mí y un olor a semen muy potente en mí, note que estaba todo manchado. Quise echarle la culpa al alcohol por todo lo que había pasado pero sabía que no podía, así que mientras seguía dormido Roberto comencé a vestirme lentamente. – ¿A dónde vas? Voltee a verlo y una parte de mí me dijo que ese hombre me había dado mucha satisfacción y no podía dejarlo así como así. –A ningún lado, solo por un vaso de agua. Roberto me dijo que me bañara y que me invitaría un desayuno. Fuimos y seguía tratándome como una damita, eso era lo que hacía que siguiera con él, en realidad me gustaba. Me abría la puerta de su carro, me ayudaba a sentarme y toda esa clase de cosas. Desayunando me dijo que iría a comprarme ropa y cosméticos para hoy en la noche. Me pareció muy lindo de su parte y le dije—Ok, pero tu ve a comprarlos porque a mí me da una pena enorme.
Acompañe a Roberto al centro comercial pero yo me quede en el carro. Después de una hora Roberto sale con 8 bolsas repletas. Llegan de nuevo al departamento y me encuentro otra vez muy excitado, mi hombre es muy amable y hare todo por él. Voy al baño a bañarme, rasurarme las piernas, las axilas y todo rastro de pelo que tenga. Me pongo una crema que huele a cereza por todo mi cuerpo. Me maquillo muy poco, solo los ojos, y los labios de un tono rosa brilloso que queda perfecto para mi tono de piel morena.
Después me pongo una tanga rosa, unas medias negras, un vestido rosa que me hace ver como una Lolita, unos tacones de poca altura por no estar acostumbrado a caminar así. Salgo y Roberto está en la sala esperándome. –Hola papi- Le digo en el tono más femenino que puedo. –Por dios que belleza- Se le nota en sus ojos y en su paquete su gran excitación. Comenzamos a besarnos durante 30 minutos. Después de mucho tiempo de cachondeo, le digo: -Deja te agradezco lo que hiciste por cumplir mi fantasía. Me pongo de rodillas y le digo: -Dámelo papi. El comienza a desabrocharse el pantalón y saca el gran miembro. Yo empiezo a olerlo todo, desde los testículos hasta el gran miembro erecto que se le nota. Saco la lengua y chupo todo. Mi sueño se ha cumplido. Estoy mamando una gran verga mientras con mis manos le toco sus abdominales y sus testículos.
En ese instante mi celular suena: – Bueno –Si, hola soy Adriana, tus papas me dijeron que si te habías quedado a dormir la otra noche y yo les dije que si para no causarte problemas pero ¿Dónde estás?
Yo estaba de rodillas frente a mi hombre y en ese momento es cuando decide hablar mi novia, le dije: -Estoy con un amigo muy intimo- Soltando una risita y lamiendo su verga volteándolo a ver. -¿Qué tiene de gracioso esto? Estoy preocupada. Así que comencé a jugar a hablar con mi novia y mamarle la verga a mi macho era una experiencia muy excitante. Agarro la mano de mi macho y la pongo en mi cabeza para que la mueva como quiera. Mi novia sigue hablando y no sé si entienda lo que está pasando. –Bueno ya me tengo que iighrrrr.- La verga en mi boca no me deja hablar bien. –Adiós luego hablamos. –Adioos- Al pronuncia el ultimo adiós toda la leche salió y me la trague. Un poco cayó en el suelo y lo recogí con la lengua. –Me considero tu putita amor, ahora si puedes hacerme lo que quieras. Corro hacia el cuarto, me quito el vestido y me quedo en prendas interiores, me pongo en 4 con la cabeza agachada, Roberto entra y le digo: Cógeme.
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