Samuel 1ra parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola mi nombre es Ibrahim y soy fiel seguidor de esta página, quiero compartir con ustedes algo que me pasó exactamente un día como hoy hace 7 años.
Mientras escribo este relato puedo ver a mi pareja dormido después de una rica jornada de sexo, hoy se cumplen 7 años de habernos conocido y desde aquel día no nos hemos separado.
Vivo en un pueblo de los andes venezolanos soy moreno, mido 1,91 y peso 85 kg.
Soy Ingeniero agrónomo y por mi trabajo me mantengo en buena forma, tengo un pene algo grueso que mide 19 centímetros, comienzo mi relato con esta descripción pues siempre me he sentido muy orgulloso de mi físico y he mirado con cierto desdén a los hombres bajitos y delgados, sobre todo al verlos desnudos, pero ese día la vida me dio una agradable sorpresa.
Todo comenzó a las cinco de la mañana cuando salí del apartamento que mi familia tiene en la ciudad de caracas cerca del terminal de la bandera con la intención de comprar el pasaje para regresar a mi pueblo, a esa hora comienzan a llegar los autobuses y normalmente los baños se encuentran llenos de gente, entré a uno y cuando me dirigí a los urinarios un chamo flaquito y delgado acababa de desocupar uno, comencé a orinar y al voltear vi que el chamo me miraba desde los lavamanos, hice una mueca, parece que le había llamado la atención pero él a mí para nada, no era mi tipo, aparte, se vestía con ropas humildes y llevaba una bolsa plástica con ropa en la mano.
Salí del baño y el chamo salió detrás, voltee y vi que discretamente me seguía, podía ser un atracador pensé, aunque yo lo superaba ampliamente en peso y tamaño, nunca se sabe.
Me dirigí a las taquillas compré el boleto y me dirigía a la salida del terminal cuando volví a ver al chamo cerca de la puerta, obviamente me estaba esperando, sentí algo de temor, así que me regresé al terminal subí las escaleras y me senté en las sillas de espera que están ahí, sentado lo detallé mejor, tenía cara de chamito y a pesar de lo flaco y bajo no era mal parecido.
El chamo se sentó frente de mi.
Yo: que paso chamo tu me andas persiguiendo.
El.
Yo no soy ningún ladrón, estoy esperando carro para irme a Maracay.
Yo: como te he visto varias veces mirándome, aquí hay que andar con cuidado.
Él: disculpa si te asusté pana.
Me levanté y salí del terminal caminé directo a mi casa que queda por la estación del metro, iba a cruzar la calle cuando me di cuenta que el chamo venía detrás de mí.
Me enfurecí y me paré en la acera a esperarlo, el llegó hasta donde yo estaba.
Yo: y entonces? O me vas a decir que vives por aquí, me estas persiguiendo?
Él: no me digas que te quito algo con mirarte, me llamas la atención.
Me sonreí, no esperaba aquella declaración tan directa.
Yo: seguro no eres un choro, o un campanero.
Él: para nada yo soy gente seria.
No sé que me pasó, aquello me dio morbo, de repente podía ponerlo a mamar, aunque no era mi tipo.
Yo: ya desayunaste?
Él: no, apenas tengo pal pasaje.
Yo: vamos para mi casa pero si me sales con una vaina te arranco la cabeza.
Cruzamos la calle y llegamos a las residencias donde está el apartamento, subimos en el ascensor y no vimos a nadie, entramos y el chamo miraba todo como deslumbrado.
El: esta fina tu casa, ah yo me llamo Samuel
Yo: Ibrahim pana, estás en tu casa, ponte cómodo, deja esa bolsa ahí y vamos a la cocina a comer algo.
El me obedeció y en la cocina preparé unos sándwiches hice café y comimos, mientras tanto el me contó su historia.
Su madre había parido 8 muchachos, de varios hombres él era el tercero, un año antes en el barrio mataron a su hermano mayor, luego su mamá que era adicta a las drogas se había envenenado, los padres de sus hermanos se los habían llevado pero el de él nunca apareció, tenía un año pasando trabajo y luchando para no convertirse en delincuente tuvo que abandonar los estudios, hasta que alguien le habló de una tía en Maracay, para allá iba a viajar ese día, tenía la esperanza que ella lo recibiera, le pregunté la edad me dijo que 21, no le creí, se veía demasiado chamo, no insistí con la edad, pero me dio vaina su historia.
Yo: que quieres de mi?
Él: mamártelo aunque sea.
Sonreí el chamo era franco, y se veía full hombrecito.
Se acercó a mí, con intención de tocarme pero olía a sudor.
Yo: si te propongo algo no te arrechas?
El: no creo, que será?
Yo: que te des un baño y yo te consigo algo de ropa.
El se encogió de hombros y aquello me gustó, ese es un baño le dije señalando una puerta, báñate mientras te busco algo.
El entró y yo fui a un cuarto y busqué ropa de mis sobrinos, saqué un bóxer blanco, una bermuda, una franela y unas medias.
Entré al baño y el estaba en la ducha con la puerta cerrada, dejé la ropa sobre el lavamanos y salí, volví a la mesa donde lo vería salir, llamé a mi madre avisándole que viajaría esa noche y estaba cortando la llamada cuando salió del baño, lo miré de pies a cabeza, recién bañado, descalzo y sin gorra con su corte a la moda con el cabello mojado el cambio era considerable y los rasgos de chamo se acentuaban mas.
El: dejé la ropa en el baño para cambiarme esta mas tarde.
Yo: no vale tranquilo, quédatela te queda bien, hay había gelatina, desodorante y colonia, los usaste.
El: no, me dio corte yo no soy tan abusador.
Yo: tranquilo vale, anda arréglate bien.
Volvió a entrar al baño y cuando salió me impresionó, lo que hace la ropa y eso que era usada.
El se acercó hasta donde yo estaba y lo tomé por la cintura, me pareció más delgado de lo que aparentaba.
El: gracias Ibrahim hacia tiempo nadie me hacia un favor.
Sentí su aliento, había usado enjuague bucal, me besó en los labios, mi primera reacción fue apartarlo pero hice todo lo contrario, besaba torpemente, pero yo lo fui llevando hasta que mi lengua recorría su boca, mi pene comenzó a reaccionar, cosa que no pensé que me pasaría.
Lo tomé de la mano y lo llevé a mi habitación me quité la franela y el jeans y me quedé en bóxer, el me miraba extasiado.
Me acosté en la cama y le ordené que se desnudara, lo hizo de una, pero dándome la espalda, cuando quedó completamente denudo miré sus nalguitas, a pesar de lo flaquito se veían bonitas, me gustó que no tenia marcas en el cuerpo se veía sano.
Cuando se volteó quedé con la boca abierta, aquel muchachito tenía un bate de beisbol colgando en el medio de las piernas, si el mío era grande y grueso el de aquel chamo era algo incomparable y lo peor estaba completamente dormido.
El caminó hasta la cama y mis ojos miraron atónitos como aquel monstruo se balanceaba de un lado a otro, fácil mediría unos 15 o 16 cent, y repito completamente dormido.
Mi erección aumento al mil por ciento, he visto una cantidad considerable de penes a lo largo de mi vida, pero este era incomparable.
Al llegar a la cama el me hizo quitarme el bóxer y comenzó a acariciarme, me tocaba de una manera como cuando uno está tocando algo que consideraba imposible, acarició mi pecho, luego mis bíceps y mis muslos y luego tomó mi pene en sus manos y comenzó a mamármelo, no lo hacía mal, pero le faltaba técnica, malicia, comencé a orientarlo, pero no entendía mis instrucciones, se veía que era nuevo en eso.
Decidí tomar la iniciativa, me arrodillé en la cama y se lo metí de nuevo en la boca, el chamo era completamente sumiso, se lo acerqué a los labios y el abrió la boca, lo tomé por las orejas y comencé un mete y saca primero lentamente y luego fui aumentando mis embestidas me emocioné tanto con esa boquita apretadita que en una de esa se lo enterré todo, el chamo casi se ahoga, pero no hizo intención de quitarse, le pedí perdón y se lo saqué, el tosió, pero me dijo que estaba bien, lo acosté y me le acosté encima, sentía que lo estaba aplastando pero el chamo no se quejaba simplemente respondía a mis caricias, me di la vuelta y el quedó encima de mí, lo senté encima y comencé a acariciarlo el cerró los ojos y se entregó a mis manos, recorrí todo su cuerpo, lo atraje hacia mí y chupé sus tetillas y el lanzó un suspiro profundo, volví a besarlo y lo hice acostarse sobre mí, ahí sentí que el enorme pene del chamo se estaba despertando, apreté sus nalgas para que nuestros cuerpos se estrecharan mas, me di de nuevo la vuelta y quedó debajo mío con las piernas abiertas, nuestros penes uno encima del otro y comencé a moverme como si lo estuviera cogiendo, sus suspiros se escuchaban en toda la habitación, le pregunté si mi peso le afectaba y me respondió con un beso en los labios.
Me dejé caer completamente sobre él y el comenzó a chuparme una oreja, aquello me encantó, de pronto el entrelazó sus piernas sobre mis nalgas sus manos recorrían mi espalda de arriba a abajo y gimiendo me pidió que lo penetrara.
Me levanté un poco y se lo acomodé entre las nalgas, me dejé caer de nuevo y a ciegas comencé a embestirlo, el con una mano tomó mi pene y lo guió y una nueva embestida lo hizo chillar y retorcerse, en aquel momento reaccioné, estaba con un desconocido y no usaba protección, me quité de encima de él en el acto parándome al borde de la cama, me miró de forma interrogante y le aclaré que no tengo sexo con nadie sin protección.
El se levantó de la cama también y arrodillándose comenzó a mamar de nuevo, pero esta vez mientras mamaba acariciaba mis nalgas, volvimos a la cama, yo me encontraba demasiado caliente, lo puse a mamar de nuevo pero él se colocó esta vez en posición de 69, así que lo atraje cuando mi mano rodeó su pene mis dedos no lo abarcaban completos, cuando lo acerqué a mi boca, primero comencé a pasarle la lengua cuando me lo metí tuve que abrir bastante la boca y solo me metí una parte.
Le lamí las bolas y luego me dediqué a comerle el culito, allí el comenzó a gemir y a pedirme más, al rato sustituí mi lengua por mis dedos y él me pidió que lo cogiera ya.
Busqué condones y lubricante y cuando le había lubricado bien el huequito le pregunté que como quería que lo cogiera, se acostó de espaldas con las piernas al aire, me acerqué, me coloqué el condón, puse unas almohadas en su espalda y sus pies en mis en mis hombros, coloqué mi pene en la entrada de su culito y comencé a embestir suavemente, el tomó mi pene con la mano y se lo colocó y afincándose le abrió camino dentro de su cuerpo, el se quejó al tiempo que su cuerpo se arqueaba producto del dolor pero no retrocedió, me obligó a dejarme caer encima suyo entrelazó sus piernas en mí espalda y de dos empujones mas mi pene se enterró completo, el apretó mi espalda y sus ojos se llenaron de lagrimas pero no cedió, yo comencé a moverme lo mas que la posición en que me encontraba me permitía, su culito parecía un aro alrededor de mi pene de lo apretado, minutos más tarde el tenia un orgasmo lo que hizo que las contracciones de su ano apretaran mi pene en una forma demasiado rica, el me obligo a darme la vuelta y quedó sentado sobre mí con mis 19 cent. enterrados en su culito, el había eyaculado abundantemente pasó la mano sobre el semen se embarró un dedo y lo acercó a mis labios, le chupé el dedo metiéndomelo todo a la boca, su leche sabia divina, yo comencé a cogerlo con un mete y saca violento, el gemía, chillaba y nuevamente se le llenaron los ojos de lagrimas, me detuve a descansar y el muchacho tomó el control, se lo sacaba hasta la cabeza y se dejaba caer, con cada caída gemía de placer mientras todo su cuerpo se estremecía, hizo eso como diez veces seguidas y se dejó caer sobre mí, en ese momento de mi pene brotaron chorros de semen y el placer fue tan intenso que perdí la noción de tiempo y lugar.
Cuando reaccioné estábamos abrazados de manera tal que nos era imposible movernos, nos fuimos separando lentamente busqué su boca y lo besé ansiosamente, me encantaba ese chamo, y el sentía lo mismo por mí.
Se lo saqué y vi su culo abierto como una boca hambrienta, me fui al baño y me limpié cuando regresé a la habitación el estaba acostado en la cama acariciando su monstruoso huevo.
Me imaginé como seria tener aquella preciosura dentro de mí, pero el sexo que acababa de tener me había dejado exhausto.
Me acosté a su lado y tomándole el pene con mi mano comencé a masturbarlo recorrí aquel cuerpo delgado de pié a cabeza y me sorprendí de todo el placer que me acababa de proporcionar, le di una rica mamada que me dejó doliendo la mandíbula varios días, pero luego del placer que él me había dado era lo menos, me bebí hasta la última gota de su leche lo besé en los labios y me coloqué detrás de él encerrándolo entre mis brazos, en ese momento algo en mi me decía que debía retenerlo a mi lado y sin pensarlo le propuse que viajara conmigo a los andes yo le podía dar empleo, casa y comida, me miró incrédulo, pero nunca yo había hablado más serio en toda mi vida.
Me preguntó que como haría, le dije que tenía un sitio donde él podía vivir trabajando como cuidador, bajando la vista me confesó que apenas tenía 16 años, cosa que yo sospechaba, le dije que en donde yo vivía la gente no estaba pendiente de eso, el me miraba como quien escucha algo imposible de creer, le dije que yo debía viajar esa noche pero que si el aceptaba tendríamos que hacer otra cosa pues como menor de edad necesitaba un permiso de viaje, el se paró fue a la sala regresó con la bolsa donde guardaba su ropa y registrándola sacó una cedula de identidad de su hermano fallecido, era algo peligroso pero la adrenalina que inundaba mi cuerpo no me dejó razonar, regresamos al terminal y consiguió pasaje, esa noche viajamos separados y a la mañana siguiente estábamos en mi pueblo.
El resto se los cuento después.
Espero les guste.
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