Secretos de familia 3
Me quité la ropa entrando a la ducha sintiendo el agua caliente acariciando mi piel, fue un alivio ya que la caminata fue algo pesada. Al pasar el jabón por mi entre pierna recordé las muchas veces que mi tío y mi papá habían penetrado mi cuerpo sin importarles que fue un niño. Empecé a masturbarme..
Terminé de bañarme en la pequeña habitación del baño, cuando regrese con los demás sólo vi a los adultos en la sala tomando de una botella de vino. Entré a la habitación donde estaban Samuel y Antonio acostados en la cama viendo el celular del mayor, me acosté del otro lado de Samuel viendo la pantalla; aparecía un vídeo porno donde un chico de 18 años más o menos era penetrado por un hombre fuerte.
– Te gusta? Jaja creo que soy adicto al porno_ dijo Samuel al ver mi expresión sorprendida, como estábamos cubiertos por una manta pude ver su erección marcada en ella, el vídeo seguía y a mi igual se me empezó a parar, miré a los mayores en la sala que seguían riendo de quien sabe qué, ya el vídeo estaba terminando. Entonces Samuel me volteó a ver sonriendo de lado.
– Quieres tocarlo?_ me dijo subiendo la frasada, obviando a que se refería; con algo de trabajo solté los nudos de su short negro; metiendo mi mano bajo su boxer. Inmediatamente sentí la piel suave que cubría su glande, deslizé mis dedos por lo largo hasta tocar los genitales, su pene tenía buena medida.
– Que les parece una paja de tres?_ nos dijo a ambos, Antonio y yo bajamos nuestro pants hasta quitarlo por completo. Los tres doblamos las rodillas empezando a masturbarnos, Samuel puso otro vídeo donde ahora un chico rubio era penetrado por un negro enorme de musculatura perfecta; su rabo oscuro parecía meterse sin problemas por el ano rosa del otro.
– Aaa quieres hacerlo por mi?_ me dijo Samuel muy cerca de mi cara, entendí a que se refería; con mi mano libre empecé a jalar rápidamente su pene de unos 17 centímetros muy parecido de pigmentación a la de su papá, era una situación demasiado caliente para mi, sentí como el mayor pasaba su brazo tras mi cuello para luego acercar mi cara a la suya, me beso lentamente, por ello me voltee de lado hacia él para estar más cómodo, cuando se volteó a hacer lo mismo con mi primo me dediqué a lamer su axila y pecho, cuando me di cuenta ya mi mano tenía semen en ella.
– aa mierda.. es mejor con la mano de alguien más_ dijo agitado tras venirse, entonces Antonio igual se vino manchando su propia mano pero fue poco; no se porque pero ver a mi primito en una situación así me daban ganas de pasarle la lengua por toda la cara y el resto de su piel blanca. Yo por el contrario aún tenía una erección por no prestarle atención, entonces Samuel la tomó con un poco de fuerza para empezar a moverla de arriba a bajo.
– Sueles pajearte? Se siente muy bien no?_ su sonrisa me gustaba bastante; era agradable y al mismo tiempo amable. Unos segundos después también me vine respirando agitado, cerré los ojos tratando de calmarme al igual que los otros. Cuando voltee vi a Samuel lamer la mano de Antonio dejándola limpia, cuando terminó igual se recoztó con los brazos bajo la nuca.
– Ahora si podré dormir como un bebé_ dijo riendo suavemente, entonces oí a Antonio.
– Alguna vez has cojido?_ el mayor pareció enojarse un poco por ello.
– No.. aunque si tu quieres te puedo cojer jaja ya me la mamaste antes no?_ yo me mantuve en silencio oyendo su conversación.
– Supongo jaja pero me dejas mamarte el culo?_ yo me sorprendí ya que no me imaginé aquello de mi primo rubio.
– .. hablas enserio? No sé jaja no me agrada la idea de que me den por el culo..
– Sólo te lo chuparia.. quiero saber como se siente_ dijo el menor viendo el techo.
– Tal vez jaja lo pensaré. No creí que fueran tan calientes jaja ya se los han follado?_ me vio intensamente, por su mirada supe que ya Antonio debió contarle un poco.
– Algunas veces.. Me sorprende que tu no, tienes buena polla_ dije jugando pero sin mentir al respecto, él rió un poco fuerte.
– Ya sé, es difícil encontrar a un culito que aguante.. una vez intenté con un amigo pero terminó llorando_ seguimos hablando un poco más entonces empezó a llover con fuerza, incluso el generador se detuvo dejándonos a oscuras. Con ello Samuel aprovechó a contar una que otra historia de terror, hubo una si que me asustó; además de los relámpagos de afuera. Antonio se pasó tras de mi para abrazarme, aún era muy niño después de todo. Ya eran las 11 de la noche o al menos eso creí, Samuel ya se había quedado dormido pues ya no hacía ruido, tenía a mi primo abrazandome el torso y yo quería orinar. Luego de unos minutos por fin me decidí a levantarme, caminé por el pequeño corredor hasta la sala donde mi papá dormía en uno de los sofás, mi tío Carlos en otro aunque con los pies colgados pues su altura era superior. Por poco piso a Roberto quien yacía acostado en el suelo con una cobija algo gruesa bajo él, sólo tenía los calzoncillos por lo que claramente vi esa verga dura; me imaginé que tendría algún sueño húmedo. Los vi gracias a los relámpagos y la escasa luz de Luna, mis piernas estaban temblando por el frío además que seguía asustado por la historia de Samuel. Al regresar; los mayores seguían en la misma posición, regresé al cuarto subiendo la cama a gatas; acostandome en medio de los otros dos. Estaba por cerrar los ojos cuando sentí como me tocaban la espalda, enseguida mi corazón se aceleró ya que ahora acariciaba mi estómago metiendo un dedo a mi ombligo.
– Samuel.. Que haces_ dije algo nervioso, no esperaba eso. Al no recibir respuesta me voltee, apenas pude ver su rostro pero nada mas la silueta. Se acercó metiendo su lengua en mi oído; me dio cosquillas así que me aparté.
– Saca la lengua_ susurró y así lo hice, cuando juntamos nuestras lenguas su mano apretó mi nalga pegandome a su erección, duramos unos minutos así cuando oí a Antonio despertar quejándose suavemente. Cuando me voltee a verlo ya estaba sentado para poder ver; al parecer Samuel le estuvo moviendo para despertarlo sin que me diera cuenta.
– Que pasa?_ por su tono del rubio supuse que estaba todavía con sueño.
– Vamos a jugar, te gustó chuparmela no? Está vez quiero cojer_ dijo Samuel sentándose para quitar su pijama por completo, apenas podíamos ver su cuerpo al desnudo.
– Pero y los demás? Que tal si nos ven?_ dijo Antonio preocupado; sabiendo del temperamento de mi papá y tío Carlos, yo no estaba muy seguro pues ya estaba acostumbrado a que me cogieran los mayores.
– No haremos ruido…
– Pero…_ mi primo iba a hablar cuando el chico mayor se le acercó tirándolo al colchón y quitándole la ropa a la fuerza, no sabía si debía hacer algo.
– Primero me ponen caliente y luego se hacen los difíciles? Ni madres, vamos a cojer dije_ cuando terminó con mi primo me jaló de los pies quitandome rápidamente el pants. Se subió sobre nosotros ya que era más grande en todos los sentidos, dio un beso en la mejilla de Antonio y luego en la mía.
– Me los voy a cojer a los dos_ dijo metiendo su lengua en la boca de Antonio, parecía gustarle tener a ambos para el solo. Cuando lo noté ya estaba boca abajo junto a mi primo mientras Samuel metía la cara entre mis nalgas y luego en las del otro.
– Hermosas nalgas, un par de hermanos para mi primera vez jaja_ dijo apretando una nalga de cada uno, Antonio se mantenía con la cara apoyada en sus brazos ya resignado a lo que viniera. Casi olvidaba que Samuel y su padre pensaban que mi primo y yo éramos hermanos. Yo metí mi mano por debajo de mí, acariciando mi pene disfrutando de la lengua del mayor; mamaba mi culito con menos experiencia que su padre pero igual se sentía muy bien. Alcé mi culo un poco para más comodidad, Samuel pasaba su lengua entre mis nalgas y chupaba mis genitales en momentos; se turneaba entre mi culito y el de Antonio. Sentí que paró; subiéndose nuevamente sobre nosotros.
– Con cual de ustedes empiezo?_ nos dijo jalando nuestro cabello para verlo, como ninguno respondió me soltó aventando mi cabeza contra la almohada. Vi como separaba las piernas delgadas de mi primo y dando algunas nalgadas a la piel blanca.
– Estonces tu serás el primero.. Se ve que sigues casi nuevo_ apenas lo oí cuando escupió saliva entre las nalgas del menor, Antonio respiraba agitado entonces me di cuenta que estaba llorando; lo obligó a poner el culo en alto con la cabeza en el colchón, lo penetró de golpe y sin cuidado.
– Aaaaa! Sacalo.. aa!_ los chillidos se oyeron agudos pero por la fuerte lluvia no creo que los mayores lo oyeron, Samuel cogía rápidamente al rubio no consiente de lo que le dolía, entonces me levanté para ayudar a mi primo.
– .. creo que si le está doliendo_ dije tratando de apartar al mayor pero en cambio me empujó con fuerza.
– Claro! Así debe ser! Es lo que les gusta no? Luego sigues tú_ dijo subiendo sobre el menor, Antoni seguía llorando ahora más quedo, me fui a gatas para bajar de la cama pero fui empujado de nuevo hacia atrás.
– Que putas haces? Vas a ir de chillón?
– Ya te dije que lo dejes! Si no quiere no tienes porque obligarlo_ dije enojado, no creí que algo así sería posible con él.
– Ja! Entonces tu tomaras su lugar? Eso lo hubieras dicho si tan ansioso estás!_ se subió sobre mi y aunque quise apartarlo no pude.
– Crees que no vi como mi papá te follaba en el bosque? No quieras hacerte el difícil con migo pendejo_ me soltó un puñetazo en la cara, ahora entendía su molestia. Me sorprendió cuando se quitó, alcancé a ver que estaba algo preocupado; toqué ni nariz la cual sangraba. Me apresure a poner mi playera para detener la hemorragia. Antonio ya más tranquilo se acercó a mí, los tres nos quedamos en silencio hasta que Samuel habló.
– Me iré con mi padre a la sala_ dijo tomando su short y camiseta, lo vimos irse.
– Vamos a dormir, ya mañana hablaré con él_ dije aunque más para mí, Antonio me sonrió.
– Gracias primo.
– Porque lloraste? Te dolió mucho?_ dije curioso pues cuando mi tío lo penetró por primera vez no había sido así.
– Si.. pero creo que fue más por como lo hizo_ dijo ya con el pants puesto acostándose, no le di más importancia así que me dormí luego de un momento…
..
Oía ruido así que abrí los ojos, por un instante me confundió la habitación pero luego me acordé que estaba en la pequeña cabaña. Me tallé los ojos para ver mejor, Antonio seguía dormido a mi lado pues veía su cabello rubio apenas asomándose de la manta. Bajé de la cama para ir a la sala, ahí ya estaba Samuel sentado en los sofás.
– Y los demas?_ él parecía incómodo, me hizo una seña afuera. Cuando salí vi a mi derecha que ya los adultos habían encendido fuego en la pequeña parrilla que apenas noté, mi tío Carlos fue el primero en verme.
– Buenos días Joseph, dormiste bien?..
– Buen día, si tío y usted?_ me veía con una sonrisa de burla.
– Muy bien jaja sólo que oí algunos gritos en la noche.. que hacían?_ a él no se le escapaba nada. Ya no respondí al ver a Roberto acercarse.
– Y tu hermano? Es algo callado no?_ él también me vio un poco extraño, como si quisiera darme a entender algo pero no sabía qué.
– En un momento se despierta, que hay de desayunar?_ mi papá me sonrió alzando un par de conejos, obviando la respuesta. Al estar lista la carne volvimos a entrar, comiendo los seis; yo en el piso por puro gusto. Samuel me veía en ratos pero cuando volteaba a verlo dejaba de hacerlo. Al parecer los mayores estaban algo crudos, ya que cuando terminaron de comer se acostaron a seguir durmiendo.
Antonio y yo salimos afuera, la vista era en verdad agradable al menos para mi: los pinos verdes parecían más frescos por la lluvia de anoche y a mi izquierda vi un sendero que por lo que dijo mi papá en el desayuno iba a un arroyo de los tantos que había.
– Vamos a dar la vuelta? No quiero estar todo el día encerrado_ me dijo Antonio poniéndose unos guantes de tela y con su mochila en su espalda; ciertamente se veía algo gracioso.
– Estoy de acuerdo, quien sabe a qué hora se despierten ellos_ dije revisando que llevará un silbato que había traído por si las dudas así como una cantimplora.
– Puedo ir con ustedes?_ volteamos a ver a Samuel, seguía serio como desde la mañana.
– Claro_ dije amablemente, sabía que todos merecían una segunda oportunidad. Él sonrió un poco al escuchar, los tres caminamos tranquilamente viendo los matorrales y las plantas del suelo, yo iba en medio, Antonio adelante y Samuel tras de mí.
– Oye.. perdón por lo de ayer, se que fui un culero_ dijo Samuel ya a mi lado viendo al frente, supongo que es algo orgulloso pero me agradó que se disculpara.
– Esta bien, yo también_ dije pues creo que me lo merecía por cojer con su padre, ya más relajados; Samuel me preguntaba sobre las plantas y árboles; yo contestaba lo poco que sabía o mentía en algunas ocasiones.
– Ese debe ser el arroyo_ dijo Antonio esperándonos; al frente se veía el agua bajar con fuerza, más bien parecía un río. Por las lluvias se desbordaba más de lo usual, nos sentamos en una piedra enorme a varios metros del agua.
– Crees que habrá más personas por aquí?_ me preguntó Samuel viendo al otro lado del río donde seguía el bosque húmedo.
– Lo dudo mucho, la cabaña más cercana es a unos kilómetros_ dije recordado de la charla de papá con los otros dos, el mayor se levantó quedando parado frente a nosotros.
– Quieren seguir con lo de ayer? Prometo ser más cuidadoso_ parecía decir la verdad pero voltee a ver a mi primo; quien también parecía dudoso.
– Y si nos ven?_ dijo el rubio volteando por el sendero.
– No pasará, mi papá y el suyo seguirán durmiendo hasta la comida..
– Pero si me dejas mamarte el culo primero_ dijo Antonio también parandose; notándose la diferencia de altura.
– Esta bien_ dijo el más alto quitándose rápidamente la playera y bajando sus short con la ropa interior quedando con los tenis únicamente; tenía un culo redondo y blanco, sus bolas rosas colgaban. Samuel se apoyó en la enorme roca, abriendo las piernas. Me paré igual viendo a mi primo arrodillarse en el suelo y con ambas manos abriendo las duras y redondas pompas, vi el ano arrugado: tenía un bonito lunar cerca de el.
– Aa carajo.. Se siente raro_ dijo Samuel volteando a ver lo que le hacía el rubio, quien parecía haberle gustado pues mantenía la cara metida y se oía el sonido húmedo de su lengua contra el ano del otro. Me acerqué algo curioso, metí mi mano a mi pants acariciando mi pene; la piel suave se sentía muy bien al ver todo éso. Los sonidos de la boca de mi primo eran muy excitantes, se apartó dejándome ver como el hoyo se abría y cerraba, ya húmedo por la saliva.
– Levanta el culo_ dijo Antonio. Samuel hizo caso mientras se jalaba su propia polla.
– Maldición.. no creí que un niño me comería el culo_ dijo visiblemente excitado, a cada minuto parecía disfrutar mas de la boca en su entrada.
– Como se siente Antoni..
Dije sacando mi erección para masturbarme más rápido, el rubio se detuvo viéndome con una sonrisa.
– Quieres intentar? Ya me has mamado el culo a mi..
– Que hacen? Porque se detienen?_ dijo Samuel algo enojado; parecía querer venirse pronto por su respiración. Me acerqué quedando frente a esas nalgas duras, separé ambas sacando mi lengua; cuando toqué ese punto arrugado fue extraño, ya lo había hecho antes con Antonio pero esta vez se sentía diferente, podía sentir como apretaba al sentir mi lengua, estaba caliente y me gustaba mucho la sensación. Recordé como se sentía y de ello me guíe para hacerle sentir lo que yo, por los gemidos del mayor supe que le gustaba.
– Aaa! Aaa! Aaa
Sentí las contracciones de su esfínter al venirse, pero en ningún momento me detuve. Cuando ya se calmó; me levanté. El mayor respiraba aún agitado con sudor en la frente, de su polla salía una gotas de esperma.
– Aa mierda, se sintió muy rico jaja pero ahora me toca_ dijo Samuel mientras se acercaba. Luego de un momento Antonio estaba en la misma posición que Samuel hace unos minutos, y él le mamaba el culito a mi primo.
– Aaa aaa aaa
Los gemidos de Antonio eran agudos, si fuera más grande creo que me lo follaria también. Me separé al ver que ya era hora, Antonio respiró hondo sintiendo la punta de la polla del mayor entre sus pequeñas nalgas.
– Aquí vamos… aaa si, que bien se siente_ Samuel cerró los ojos mientras iba adentrándose más en el interior del menor; escupi saliva en mi mano para luego frotar mis dedos húmedos en mi oyito metiendo uno por uno. Movía mi mano tan rápido como veía a Samuel cogerse a mi primo.
– Aa Aa aaa aaa
– mm es más rico de lo que pensé_ dijo Samuel quedándose quieto: el culo del rubio se meneaba y se aventaba contra él. Yo ya estaba por venirme sin siquiera tocar mi pene, entonces Samuel me hizo una seña para que me acercará, quedé a lado de Antonio mientras el mayor metía sus dedos más largos en mi culito a gran velocidad.
– Aaa aaa!!_ vi que Antonio se vino en ese momento, su semen salió en un par de chorros, me empecé a masturbar rápidamente.
– Aaa que rico_ oí a Samuel decir cuando me vine manchando la roca frente a mi, sacó sus dedos así como su pene de Antonio y volteandolo para pegarlo a la roca; me dio algo de celos verlos besarse pero enseguida fue mi turno.
– Nada mal para ser tu primera vez no?_ dijo Antonio al mayor quien rió en voz baja, los tres nos volvimos a vestir.
– Así es, y ahora que? La verdad estoy algo cansado, me gustaría nadar en el río pero parece pelinegroso..
Decidimos quedarnos más tiempo; platicando de cosas triviales pero Samuel parecía querer saber de nuestra vida y el nos contó de la suya; nos dijo que estaba por mudarse, así pasó la mañana. Cuando el Sol ya estaba en lo alto decidimos regresar. En el camino estuvimos jugueteando a corretearnos y Samuel nos cargaba en su espalda corriendo; fue muy divertido, vi a lo lejos la cabaña.
– Oye Joseph.. tengo curiosidad, enserio no te dolió cuando mi papá te cogió? Le e visto la polla y es enorme_ dijo en voz baja ya que estábamos llegando.
– Bueno, si me dolió bastante.. pero al final me gustó_ dije avergonzado de que me haya visto en esa situación con su padre.
– Vaya.. Entonces la mía se te va a ir muy fácil no?_ dijo con burla, le di un codazo en modo de juego; Antonio nos escuchaba atento y riendo por lo anterior. Antes de entrar sentí ganas de orinar por lo que ellos dos se adelantaron, caminé unos pasos lejos de la cabaña. Me quedé pensando en que pasaría cuando regresara, mi papá y mi tío no se quedarían mucho en casa después de esta salida. Desde que mi tío me quito la virginidad me di cuenta que ya era una costumbre todo esto del sexo; esperaba que no me afectará demasiado la ausencia de ambos.
– Joseph! Ya volvieron? Me preocupe al ver que no estaban_ me asustó un poco el tío Carlos al aparecer de entre los árboles frente a mi, guardando mi pene con rapidez.
– Si tío, perdón; no creí que se despertarian tan pronto_ dije viendo como le daba gracia lo que acababa de hacer, al estar ya frente a mí se agachó a mi altura.
– Que estuvieron haciendo? Morros calientes jaja ayer los vi, recuerda que sólo yo te puedo cojer cabron; mi hermano es una excepción por ser su hijo, acaso ya no quieres mi verga?_ me dijo sonriendo levemente al mismo tiempo que con su mano tocaba mi pene y tenteaba mis bolitas, su aliento a vino me llegó directo a la cara, estaba seguro que se había enojado con migo. El tío Carlos me daba miedo en ese momento.
– .. ayer Antonio y Samuel eran los que estaban en eso_ dije también a la defensiva dudando que me fuera a golpear teniendo a mi papá cerca.
– Jaja puto niño, si no tuvieras ese culito tan rico ya te hubiera dado una lección para que no me hables en ese tono. Ven_ dijo tomando con fuerza mi brazo jalandome con él, nos adentramos al bosque caminado unos minutos. Llegamos a un lugar con muchos troncos secos y partidos para leña.
– Tenemos unos minutos, mi hermano y Roberto siguen dormidos pero pronto les dará hambre… que esperas?_ dijo sentándose en lo que fue un árbol; cortado casi en la base formando una superficie plana. Abrió las piernas invitandome a acariciar esa polla que bien conocía.
– En realidad ahora no tengo muchas ganas, mejor más tarde tío_ dije un poco nervioso; sus ojos azules con lo rojo de lo crudo me perturvaban.
– Jaja! Ves? Sólo te gusta calentar huevos, no te estoy preguntando.. te quiero cojer ahora_ se acercó rápidamente alzandome para dejarme recargado del estómago en aquel tronco. Al ver que no estaba cómodo; me subió por completo quedando de perrito.
– Para eso venimos aquí, te voy a follar las veces que me sean posibles antes de que termine la semana.. quien sabe hasta cuando vuelva a probar este culito_ dijo apretando mis nalgas y bajando de golpe mi ropa.
– Aa! n’o! Ya te dije que no quiero ahora.. más tarde tío Carlos.. tengo hambre_ dije y como pude me paré sobre el tronco subiendo mi pants, salté dispuesto a irme; ya había notado que seguía borracho el mayor.
Escuché sus pasos acercarse rápidamente y cuando iba ver que me diría sentí un fuerte puñetazo en la quijada, caí sintiéndome mareado por el golpe. Mis lágrimas ya estaban por salir debido al dolor, mire hacia arriba donde mi tío me veía enojado como nunca vi antes; empecé a temblar..
– Ni mierda cabron!! Te dejaré ir hasta que me hayas dado el culo! ¿Me oiste o quieres otro?_ bajé la cabeza sin poder sostener la mirada dura que me mandaba; empecé a llorar muy quedo, una vez más me alzó pero esta vez ambos nos sentamos en el suelo recargados en el tronco de antes pero yo en sus piernas. Así pude sentir la polla dura en mis nalgas, metió sus grandes manos bajo mi playera subiendo lentamente, cuando llegó a mis pezones los apretó con ambas manos.
– Si te portas bien no hay necesidad de que te golpee nuevamente, no le dirás nada a tu padre o de lo contrario el viaje se acabó_ susurró mientras hacía que su pene punsara en mi culito, sabía a que se refería pues conocía a mi papá; si le decía de esto seguramente me llevaría de vuelta a casa. Traté de dejar de llorar pero me dolía bastante el golpe además que seguía asustado, levanté las manos cuando quiso quitar mi playera. Me tomó de la cintura inclinandome hacía adelante besando mi espalda mientras presionaba mi trasero contra su duro pene tomándome de la cintura, si no fuera por la ropa seguramente ya estaría tratando de meterla.
– mm aa
Su boca me hacía cosquillas, en una de esas me mordió aunque sin demasiada fuerza. Me quedé quieto mientras él se quitaba la playera de manga larga color roja de cuadros: tipo leñador, le quedaba muy bien con su porte.
– Ahora vas a ser un buen sobrino verdad? Sabes que te puedo cojer muy rico si te portas bien_ sus manos se metieron en mi pants tocando mi pene que cabía con facilidad en su gran mano velluda, inevitablemente gemi del placer.
– Si tío.. seré bueno_ dije ya entregado al placer que me daba; saber que mi tío Carlos me follaria era algo que me calentaba mucho, después de todo era un macho demasiado atractivo. Me fue quitando el pants dejándome con los tenis únicamente, pasó su brazo izquierdo por debajo de mis rodillas alzandolas y con la mano derecha tocó mi ano.
– Uff que rico.. Me sorprende que siga tan pequeño jaja la última vez te la comiste entera_ dijo metiendo la punta de su dedo, me dolió al no tener lubricado ahí; quise apartarlo pero pareció insistir aún más metiendo casi la mitad, aguantaba el ardor como podía. Luego de un momento me obligó a ponerme de pie frente a él dándole la espalda, recargando mi culito en su cara. Gemi al sentir como se comía con vehemencia mi ano, al mismo tiempo que trataba de abrirlo con sus dedos: su lengua me hacía contraer el culo.
– Aa un culito así para el desayuno jaja_ su voz gruesa se oía raspada por el alcohol, con la sensación de su lengua y el como sus vellos faciales acariaban mi culito me hacía gemir un poco alto.
– Aa Aa aaa!
Sentí una mordida en mi nalga con fuerza; mi quejido le hizo reír aún con la cara entre mis nalgas.
– Quieres mamar mi verga? Tu también tienes hambre no?_ dijo soltandome para ponerse de pie, se recargó en el tronco y bajo su pantalones sólo lo suficiente para asomar su virilidad. Me agache para quedar a la altura de ese pene enorme, tenía un olor fuerte; lamí con la punta de mi lengua el orificio donde salía una pequeña gota transparente, notando el escalofrío que recorrió su cuerpo.
– Aaa chupala toda, hazlo rápido para que me de tiempo de cogerte_ tomó mi cabeza hundiendo su polla en mi boca hasta casi la mitad que era todo lo que podía, lo hacía con rapidez. En algunas ocasiones sentí las arcadas comunes al rozar la campanilla de mi garganta con su glande, los minutos se me hicieron eternos en esa ocasión; literalmente me estaba follando la boca.
– Aaa aaa
Cuando me soltó pude respirar aliviado, sequé mis lágrimas mientras me ponía de pie. El rubio también parecía agitado, me sonrió tomando su falo.
– Listo? Se que ya te la e metido varias veces pero esta vez será diferente_ no entendí a que se refería pero me dio miedo, vi como ponía mi pants en donde estaba sentado antes; haciendo un cojín improvisado. Cuando ya estuvo sentado como antes me hizo una seña con la mano, me acerqué quedando sentado en su vientre.
– Ahora si cabron, te la vas a comer toda y más vale que no llores_ mi tío Carlos sostuvo mis nalgas separandolas.
– Ya sabes que hacer_ me dijo serio, tomé como pude su pinga, pegando el glande en mi pequeño ano. Me fue bajando sintiendo la ya conocida sensación de su carne abrirme, casi olvidaba el dolor de ello.
– Aaa si, así.. Ya va la mitad_ me sostuve de sus anchos hombros, mi culito se acoplaba con cada centímetro que entraba en él, cuando quedé empalado por completo me pasó las manos grandes por mis piernas blancas.
– Disfruta de mi verga, cuando no esté la vas a extrañar_ me dijo tomando mi mandíbula, fue un poco difícil pero junto su lengua con la mía. Unos momentos después ya el dolor había pasado; tener semejante nabo en mi culito era adictivo.
– Recuerda la primera vez que te coji.. Me la jalo cada que lo recuerdo_ me dijo acariciando mi pene y daba movimientos con su pelvis haciéndome caer suavemente. Daba saltos en la cadera de mi tío Carlos cada vez más rápido.
Cuando vio que me había cansado se apoyó de manos y pies a la tierra subiendo su cintura: aventandome hacia arriba con algo de fuerza, mi único trabajo fue tratar de no caer por la fuerza en que subía o que se saliera su polla de mi.
– Aaaaa aaa!_ ya llevábamos algunos minutos en esa posición y parecía que el rubio no se cansaria de follarme.
– Aaa te gusta? Tomalo como una disculpa por el golpe de antes_ me dijo potenciando su ritmo, esos brazos gruesos no eran de adorno.
– Aaa si.. mm.. aa! Que rico tio..
Había descubierto una de mis posiciones favoritas pero unos minutos después se detuvo, nos pusimos de pie ambos; me abracé de sus hombros mientras él me cargó; pasando mis piernas a cada lado.
– Como no hay cama las opciones se reducen, ya luego te cojo más tranquilo_ dijo lamiendo mi labio para que yo sacará mi lengua, con un poco de dificultad logró meter su glande en mi ano de nuevo. Me sonrió atrapando mi labio inferior entre sus dientes blancos; su aliento a vino me hacía excitar sabiendo que era aquel macho quien me estaba cojiendo.
– Esta bien.. aaa no está tan mal asi_ dije pegando mi cara a su pecho luego de separar, sintiendo el movimiento de arriba a abajo aumentar rápidamente, su polla se deslizaba ya sin problemas y haciéndome sentir sus bolas golpear mis nalgas.
– Aaa mierda, ya voy a terminar_ gemi con más fuerza al sentir su semen llenarme luego de un rato, creo que yo me había venido desde que empezó en aquella posición. Dio las últimas embestidas bajando la intensidad de a poco.
– Bueno supongo que te debo un regalo por aguantar hasta el final jaja el morrito de mi amigo sólo pudo aguantar la punta jaja_ me sorprendí un momento pero ya debía saber que no era el único al que se follaba teniendo una polla así. Me bajo pero vi como se agachaba haciéndome dar la vuelta; separó mis nalgas, voltee viendo que veía mi ano lastimado.
– Te duele esto?_ dijo metiendo un dedo sin problema a pesar de que fuera bastante largo y grueso, sentí como metía y sacaba rápidamente.
– Aaa espera tío.. aaa
– Creo que tu culo aún quiere seguir pero ya no hay tiempo. Más tarde será.
– Creo que debemos regresar_ dije cansado, en este momento solo quería comer, bañarme y dormir un rato. Lo vi acomodar su pantalón que había bajado hasta las rodillas y se acomodó la camisa. Mientras me vestía sentí su mirada en todo momento, me puse el pants luego de limpiar el semen de mis piernas. Una vez listos caminamos de regreso y mi tío Carlos llevó con sigo un buen pedazo de troncos los cuales dejó a un lado de la puerta. Entramos a la sala donde ya estaban terminando de comer los otros, mi papá me vio serio.
– A donde fueron? Los esperamos pero se tardaron casi dos horas_ me sorprendí un poco al saber que habíamos tardado tanto, supuse que él y Antonio ya sabían el porqué.
– Fuimos por leña para más tarde, no quiero pasar otra noche a oscuras; casi me rompí la madre ayer cuando quise orinar. Más tarde a ver si vas tu Bayron; a ver si así dejas de chingar_ al parecer el mayor seguía malhumorado por la resaca, siguieron discutiendo e incluso Roberto participó: más por diversión. Noté a Samuel verme enojado pero no le di mucha importancia por ahora, apenas eran las 2 de la tarde y ya había vivido un par de experiencias algo fuertes. Comí junto a mi tío mientras mi papá y Roberto salían a pescar al arroyo de antes; mientras los otros dos platicaban ahí mismo en la sala. Cuando terminé me fui a bañar para poder dormir un rato; seguramente despertaría para la cena.
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