SECRETOS DE UN HOMBRE CASADO II
Seguimos las aventuras con mi vecino. Fuimos a un sauna y allí surgió una orgía de películas.
Después de un tiempo, les dejo la parte II de secretos de un hombre casado, espero la disfruten.
Pasó un tiempo hasta que con mi vecino nos decidimos y fuimos a un sauna, era viernes, y aunque era invierno, mi cuerpo estaba caliente. Nos metimos a un taxi y en el trayecto nos comenzamos a meter mano, me encanta chupara pene y bastó para ver el miembro de mi vecino erecto para tirármele encima y tragarlo todo, sin duda el taxista se dio cuenta de lo que pasaba y no nos importó mucho. Se metió por una calle a oscuras y detuvo el coche, sacó su celular y comenzó a grabar como me comía ese pedazo de carne, mientras que con la otra mano se pajeaba. Cuando mi vecino se corrió en mi boca, el taxista me pidió que mostrara como me comía el semen, lo hice y él se corrió dando gemidos de placer.
Llegamos al sauna, sin más dilación nos desvestimos, nos pusimos bajo la ducha caliente para estar a tono y luego así empelotas comenzamos a recorrer el lugar, no me fijé si era lindo o si estaba bien decorado, etc. mi atención la acaparaban los machos que estaban ahí. Caminamos por un pasillo y entramos a una sala iluminad, allí habían varios hombres, no había que ser experto para darse cuenta que todos quería culear, pero nadie daba el primer paso, yo con la mayor desinhibición comencé a acariciar el miembro de mi vecino y me arrodillé tragándomelo todo, bastó ese empujón para que empezara la acción. Se me acercó un hombre mayor, de unos 70 años con el pene erecto chorreando precum, sin dudarlo lo agarré y me lo llevé a la boca, luego se acercó otro más joven, en cosa de segundos estaba rodeado de vergas y alternaba las chupadas una a una, mi vecino se arrodilló también y me ayudó con tanta verga caliente. Ya todos calientes nos restregábamos, nos besábamos, sentí como me abrían el culo y una verga más bien pequeña se abría paso, la dejé que entrara, estaba muy caliente como para ser selectivo, el hombre duró poco y sentí que se corría, apenas sacó su miembro otro ocupó su lugar, entró con mucha facilidad gracias a que tenía el agujero lleno de leche.
Entró más gente a la sala, todo olía a semen, culo…olores de machos entregados al placer que sólo otro macho sabe dar, en algún momento miré a mi vecino y lo vi ensartado en dos vergas, una doble penetración que disfrutaba al máximo por los gemidos que emitía y por las palabras pidiendo más verga. Yo me limpié un poco la cara pues la tenía llena de leche caliente, me arrastré entre las vergas y los culos de machos hasta un par de hombres negros que ensartaban a un viejo por el culo y por la boca. Me puse a chupara el culo del viejo y lo mismo hacía con la verga del negro, el otro negro sacó su verga del viejo y de un empujón me empaló completamente, me sentí lleno, atravesado por esa verga dura, caliente. El viejo se corrió en mi mano al mismo tiempo que el negro lo hacía en mi boca, el viejo y yo compartimos leche abundante, luego el viejo se fue a buscar más verga, yo seguí empalado por el negro y sacando los últimos jugos del otro.
Mi vecino penetraba a un muchacho pequeño de no más de 20 años mientras otro hombre lo penetraba a él. El negro por fin se corrió en mi culo, me dejó muy abierto y chorreando leche, alguien se puso bajo mi culo y me sacó la leche del negro con la boca, me incorporé como pude pues el negro me había partido el hoyo y me senté tratando de descansar un poco, pero era imposible a mí lado un hombre gordo mamaba a dos machos como si el mundo se fuera a acabar, en el suelo hombres con las piernas abiertas recibiendo a otros con las vergas duras y chorreantes, estaba ahí sentado cuando un hombre me ofreció su verga y no la desprecié, me la comí toda como me gusta, se acercó otro y entre ambos intentaron meter sus vergas en mi boca, pero no podía por más que la abriera, chupé con desesperación esas vergas y luego me dediqué un rato a tragar sus huevos llenitos de leche, me los comí hasta que sentí que ambos ya no daban más y se corrieron en mi boca, era tanto el semen que no pude tragar todo, pero el gordo que estaba a mi lado se percató y con su lengua lamió el resto de leche y limpió esos palos calientes. Luego me corrí en su boca.
De pronto se encendió una luz más potente y se abrieron las puertas, entró un tipo vestido con un pequeño short para decirnos que ya era hora de cerrar, que debíamos irnos, sin embargo lo agarraron entre varios, él tampoco puso mucha resistencia, en un segundo le habían quitado el short y lo sentaron el la verga gorda y larga del negro que me había destrozado el agujero, se lo tragó todo, mientras otro le ponía su pene en la boca.
Busqué a mi vecino y nos fuimos a bañar, de nuestros culos salió mucho semen que se escurrió con el agua, el pelo, la cara, incluso en las orejas teníamos restos de leche, nos reímos. Nos tomamos un taxi y para nuestra sorpresa era el mismo taxista de la noche anterior, nos invitó a seguir la fiesta en casa de unos amigos, lo pensamos un poco y luego entre risas accedimos… lo que pasó en esa casa lo cuento en el próximo capítulo.
B
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