Tradición Familiar
«Ya era hora hijo» confesó inclinándose un poco, sus labios rozaron los míos observando mi reacción, la cual era de sorpresa total, después solo recuerdo sus belfos calientes dominar los míos durante varios segundos. Fue el beso más caliente de mi vida..
Mi padrastro Rodrigo es un hombre fuerte, a sus 47 años sigue laborando en su finca con las mismas energías que cuando tenía 25, se caso con mi madre a los 34 años y desde entonces nuestra vida ha ido para mejor, especialmente para mi.
Actualmente tengo 22 años, pero mis inicios en el mundo del sexo fueron a mis 9 años, gracias a mi padrastro, incluso hoy en día tenemos nuestros encuentros, aunque el sigue prefiriendo jovencitos que adultos, de vez en cuando le traigo algún regalo de ese tipo no sin antes llevarme mi parte.
Mi historia con el empezó un día cualquiera, mi madre trabaja de enfermera y siempre está fuera de casa, Rodrigo labora desde la mañana, pero en las tardes el permanece libre, algo que me alegra ya que pasaba mucho tiempo con el, mi abuelo a veces le ayudaba con su finca y se quedaba para cenar, aunque nunca sabía cuando el vendria.
Aquel día Rodrigo llegó cansado de trabajar, recuerdo que solo se quito la camisa, me dio un apretón de hombro y se acostó en el sillón.
Para ese entonces mi deseo sexual apenas estaba empezando, recuerdo que me causaba morbo verlo sin camisa, deleitarme con su pecho velludo, abdomen plano, con una espalda ancha pese a su estatura baja, su piel quemada por el sol junto a aquellos brazos curtidos por trabajar diario.
A veces lo observaba trabajar y en otras prefería hacerme un paja mientras dormía.
Como ya era costumbre me acerque a donde dormía cuando escuché sus características ronquidos, a mitad de camino me quite el short dejando entrever un calzoncillo negro pegado a mi entrepierna despierta y glúteos.
Baje mi prenda hasta las rodillas exponiendo mi pene, mientras movía mi mano observaba con deseo cada rasgo de su fisionomía anhelando algún día tener su contacto.
Sin poder detenerme, me acerque más respirando el olor a sudor que provenía de su cuerpo, provocando que mi excitacion aumentará.
No obstante, al estar sumido en mis fantasías no note cuando otra figura masculina accedía a la sala donde estaba y admiraba lo que hacía.
«Despiertalo hijo, te aseguro tu padre no te negara lo que deseas» dijo la voz ronca, me di la vuelta asustado notando quien estaba conmigo.
Era el padre de mi padrastro, el abuelo José, quien con una sonrisa observaba mi cuerpo de arriba a abajo.
«Abuelo» comenté apenado tratando de cubrirme, el ignoro lo que hacia acercándose para despertar a su hijo.
«Levantate Rodrigo, tienes trabajo que hacer» confesó el mayor con burla, trate de irme asustado, pero el me detuvo con una de sus manos.
Mirando como mi padre se despertaba y estiraba el cuerpo pude percibir primero la sorpresa antes fruncir el ceño, sabía que estaba molesto.
«¿Qué quieres Jose?» Preguntó en tono alto, era normal que se hablaran por sus nombres, una costumbre de ellos.
«Tu hijo anda en busca de atención, lo encontré jalandose la verga, creo que ya es hora de que le enseñes como se debe» refirio el adulto con sorna, me dio un empujón antes de salir del cuarto.
La mirada de mi padrastro se poso en mi por unos segundos que sentí eternos, antes de levantarse y tomarme de los hombros.
«¿Es cierto lo que dice tu abuelo? Quiero la verdad » ordenó autoritario, asentí apenas con la cabeza, luego mi cara fue de incredulidad cuando lo vi sonreír, su mano pasó de estar en mi hombro para tocar mi mejilla.
«Ya era hora hijo, es momento de que te enseñe la tradición Familiar» confesó inclinándose un poco, sus labios rozaron los míos observando mi reacción, la cual era de sorpresa total, después solo recuerdo sus belfos calientes dominar los míos durante varios segundos.
Fue el beso más caliente que había recibido en ese entonces
«Acompaña a papá, te mostraré lo que los hombres de esta familia pueden hacer» refirió pasando su brazo por mi espalda hasta quedarse en mis hombros.
Ese día no hicimos nada aparte de besarnos y tocarnos un poco, pero si me contó como en su familia era costumbre adiestrar a los varones en el sexo, siendo los encargados los padres de cada generación.
Su abuelo lo hizo con su padre, su padre lo hizo con el y ahora a mi padrastro le tocaba conmigo.
Subiré segunda parte en un rato, este relato es solo una introducción de como empezó todo, espero les guste.
Supercaliente la introducción. Espero pronto nos regales la continuación.
Jajaja si es sólo una introducción, quiero leer hasta la bibliografía… Jajaja… Está excelente!
Está bien, aunque mejorables las descripciones físicas y luego lo bueno lo pasas muy rápido