Tradición Familiar V
Sus belfos se ampliaron con los míos dejando que su lengua penetrara en mi boca, podía sentir el recorrido que me hacía mientras apretaba mi cuerpo, el tío Hector terminó de desnudarse acercándose, mientras mis manos se sostenían de los hombros de Aldred, Hector se inclino abriendo mis nalgas..
Mamá y papá estaban ocupados alistandose para la reunión familiar, mientras los esperaba imaginaba la verga del abuelo otra vez en mi ano, había sido una experiencia inolvidable y quería repetirla con él, sin embargo cuando le pregunté a mi padrastro sobre el tema, el solo me sonrio sin decir nada.
Los días con el se tornaron intensos, antes el sexo era más suave con besos y caricias, pero después de tener la hombría del abuelo en mi interior se le veía más posesivo, cada embestida estaba cargada de sentimientos que solo podía reconocer entre gemidos, sus palabras sucias me dejaron pensando que talvez papá tenía miedo de que ya no quisiera hacerlo con el, eso me aterraba.
Es por eso que aún sintiéndome incómodo dejaba que hiciera lo que quisiera conmigo, para que no se molestara y me dejara de penetrar como tanto me gustaba.
Aunque los besos eran escasos, el sexo se mantuvo siempre en lo más recurrente, una vez lo hicimos con mamá presente, pero al estar ocupada cocinando no se percato de los gemidos en el baño, mi padrastro había dicho que iba a bañarse y como todo un goloso decidí hacerle compañía
Fue muy gratificante aquella experiencia porque por primera vez vi un lado salvaje de mi padrastro, me levanto del suelo sin miramientos, puso crema en su verga y en mi ano antes de metermela de una embestida.
Gemi con gusto dejando que subiera y bajara mi cuerpo por toda su hombría.
Los golpes de su pelvis y el choque te sus pies con el suelo eran notorios, pero al tener el agua de la regadera cayendo el ruido se logro camuflar.
Era placentero escucharlo gruñir, dejando que su cuerpo se encargará de complacerse, disfrute siendo usado como un muñeco esa vez, pero al pensar si prefería su lado cariñoso me quedaba siempre con este.
Asustado escuche la puerta del cuarto cerrarse de un portazo, papá y mamá estaban discutiendo antes de tomarme de la mano para salir.
Durante el recorrido a la finca del abuelo los escuché conversar sobre algo que no entendía, parecían cosas de adultos por lo que solo me entretuve observando el cuerpo de mi padre, era tentador con aquella camisa a cuadros, pantalón ceñido a sus piernas y botas marrones, se había afeitado la barba luciendo más joven, el cabello lo lucía hacia atrás dándole un toque más sensual a mi vista.
Llegamos a la finca en donde tuve que despedirme de mi madre, en las reuniones familiares siempre se dividen en dos lados, la casa donde estarán las mujeres y el lugar donde estarán los varones, yo siempre iba con mi papá en esos casos por lo que era normal no vernos hasta que cayera la noche.
Con un beso en la mejilla y una mirada extraña de mamá se fue rumbo a donde estaba la abuela con mis tías, papá me sonrio más animado llevándome de la mano.
«Hoy tus tíos quieren verte, dicen que quieren saber cuanto has crecido estos últimos meses» converso apretando su entrepierna, en la lejanía vi al abuelo cortando leña y le salude con la mano, el devolvio el gesto antes de seguir con lo suyo.
Cuando llegamos a la casa pude escuchar a mis primos jugar en el patio.
«En un rato ellos se irán al río como siempre, esta vez no los acompañaras, ya tus tíos les dijeron que tienes que ayudar al abuelo con unas cosas, por lo que no te molestaran» comentó tocando la puerta, escuché un pase de dos voces graves haciendo que mi cuerpo temblaba.
La puerta se abrió dejando ver en la habitación a dos hombres barbudos, sus cuerpos grandes con aquella ropa ceñida era un deleite para la vista, sonrieron al verme caminando los dos juntos.
«Sobrino, que bueno verte, tu padre ha contado maravillas de ti» dijo el tío Alfred abrazándome, su hermano menor, Hector acaricio mi cabello.
«Los dejaré un momento con mi hijo mientras llevo a los niños al río, cuando regrese espero ya hayan terminado» dijo en amenaza mi padrastro, sus hermanos asintieron despidiendolo con la mano.
Al cerrarse la puerta ellos me soltaron quitándose la ropa, sonreí emocionado entendiendo lo que querían, hice lo mismo viendo como ellos no despegaba sus ojos de mi.
«Veo que captas rápido sobrino, ven con tu tío Alfred, quiere que le enseñes como das amor» dijo con sus cejas frunciendose, sus ojos brillaron emocionados, corrí hacia el saltando a su pecho, el me levanto dejando que mis labios tocaran los suyos.
Fue un beso profundo, sus belfos se ampliaron con los míos dejando que su lengua penetrara en mi boca, podía sentir el recorrido que me hacía mientras apretaba mi cuerpo, el tío Hector terminó de desnudarse acercándose, mientras mis manos se sostenían de los hombros de Aldred, Hector se inclino abriendo mis nalgas, mi ano rosa quedó al descubierto haciendo que acercara su cara con la lengua afuera.
Gemi en medio del beso sintiendo esa calidez en mi culo, después de unos minutos las posiciones cambiaron, tío Hector amoldo sus labios en los míos con una desesperación que me sacó varios gemidos, tío Alfred se encargo de abrir con sus dedos mi entrada maravillandose de como me los tragaba sin problemas.
«Sostenlo bien hermanito, este chico ya esta listo » dijo el mayor caminando a una encimera, de ella agarro un bote azul parecido al que usaba mi padrastro conmigo, se echo crema en la verga y en mi ano antes de poner su glande en mi entrada.
Apreté mis manos en los hombros de Hector mientras mi cuerpo era empujado hacia el, la verga de Alfred pasó sin problemas en mi culo haciendo que su pelvis rebotara con mi trasero, dio un gruñido a gusto empezando con sus embestidas.
El hermano menor dejó de besarme y empujó mi cuerpo en el de su hermano mayor abriendo mis piernas, desde abajo se podía ver como la hombría de mi tío arremetia con fuerza en mi culo, Hector sonrio morboso empezando a lamer tanto el pene como mi ano.
Mis gemidos eran altos sintiendo todos esos cambios en mi entrada, el calor de una verga, la frescura de una lengua y el roce continuo entre dos carnes que lograban maravillarme.
Estuvimos así unos minutos antes de que cambiaramos de posición, me bajaron de la hombría de Alfred para llevarme a una cama en uno de los cuartos de la casa, me dejaron acomodarme en cuatro mientras ellos se masturbaban.
Tío Hector volvió a mis labios, pero esta vez para que le mamara su verga, gustoso chupe el glande y el tronco recibiendo de mi culo la verga del Tío Alfred.
Los ruidos que hacíamos quedaron cubiertos por la casa y mis gemidos fueron bajando mientras los gruñidos de ambos hombres iban en aumento.
Las embestidas fueron continuas empujando mi cuerpo de un lado a otro, al parecer les gustaba tener mucho movimiento en la cama a los dos adultos.
Sintiendi un calor placentero en mi interior chupe con más ganas la verga de Hector, quería demostrarle lo bien que la estaba pasando, el dejaba salir maldiciones empujando su pelvis cuando metía su hombría hasta el fondo.
Ambos se entretuvieron un rato en aquella posición antes de cambiarla, ahora me encontraba acostado bocarriba con la verga de ambos en mis dos agujeros, mientras mi cuerpo temblaba por cada arremetida mis labios se tornaron rojos por el constante roce con la hombría de mi tío.
Los suspiros fueron frecuentes mientras los minutos pasaron.
Estuvimos una hora atrapados en el sexo hasta que Alfred terminó de tirar su leche, luego Hector fue a penetrarme mientras limpiaba la verga de su hermano mayor, apenas me embistió unas cuantas veces antes de soltar su semen también.
«Terminaste muy rápido hermanito ¿andabas faltante de sexo?» Se burlo el mayor, mi tío sonrio sacando su hombría de mi.
«Este nene la mama como un profesional, si estuvieras con el como lo estuve yo no durarías mucho» confesó feliz, ambos me dejaron limpiarles el pene antes de que llegara papá, este regreso unos minutos después con el cuerpo mojado y sin camisa, al parecer se había metido al río.
Desde la sala mis tíos ya estaban arreglados tomando unas cervezas.
Mi padrastro fue a verme y sonreí cuando entró al cuarto, corri hacia el abrazándolo.
«¿Cómo estuvo? ¿Te gusto hacerlo con tus tíos?» Dijo con una mueca, al parecer no le agradaba la idea, asentí feliz haciendo que su ceño se frunciera.
«Me gusto papi, pero prefiero hacerlo contigo, es más rico» dije acariciando su entrepierna, sus cejas dejaron de estar juntas regalándome una mirada encantadora.
«Ese es mi bebe» confesó besando mis labios hinchados, luego cerró la puerta del cuarto para que no nos expiaran.
Continuará.
Quinta parte lista, la sexta parte será una continuación de esta y espero les encante como a mi el escribirla.
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Adiós.
como sigue
Definitivamente una familia en la que estaría excelente vivir y crecer.
Estaré atento a la siguiente parte.
Más de lo mismo. Una pena pq la historia es muy morbosa
@cesarperv en tele sin lim