Un maduro del chat
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Antes de comenzar la historia me gustaría que supieran un poco sobre mí. Me llamo José y tengo 22 años; en cuanto a mi aspecto físico soy moreno claro, velludo, delgado y mido 1.70. Esto que les contaré pasó hace un par de meses, yo me encontraba solo en casa y pues ya saben que la calentura está a la orden del día, por lo que como supondrán, me dispuse a aprovechar el rato para hacerme una buena paja visitando algunas de mis páginas porno preferidas. Antes solía masturbarme viendo sólo videos hetero, pero en los últimos años me empecé a inclinar más hacia el porno gay, primero por simple morbo y después por gusto, aunque me considero bisexual. En fin, procedí a realizar mi cometido y ya entrado en la acción decidí meterme a uno de esos chats eróticos a ver que encontraba. Nunca antes lo había hecho pero en esa ocasión me ganó la curiosidad y entré, puse un nick y esperando a ver que sucedía mientras me la seguía jalando alguien me mando un mensaje con un saludo, a lo que yo respondí de la misma forma.
Así comenzamos a entablar una conversación con mucho morbo, pues me comenzó a preguntar cosas de sexo, lo que me ponía cada vez más cachondo. Después de un rato de platicar, me preguntó que si me gustaría conocerlo, algo que no me esperaba ya que era un extraño que acababa de conocer. Una buena parte de mí quería conocerlo porque la verdad no había estado antes con otro hombre, el sólo pensar que podría ser la primera vez me ponía nervioso pero después de ver un chingo de videos porno y de fantasear con ellos llegué a la conclusión de que tenía que aprovechar el momento, tenía que sentir como quien dice,en carne propia, lo que era coger con otro cabrón, ese era mi deseo. Fue así que acepté su propuesta, nos pusimos de acuerdo en el lugar, el día y la hora y quedamos en vernos un viernes en la tarde, ya que él trabajaba y yo salía del colegio hasta tarde. Nos dimos nuestros números para confirmar y esperamos.
Llegado el día mi celular sonó, era él quien me llamaba para preguntarme que donde me veía, ya que venía en auto. Al llegar al punto fijado y a su auto abrí la puerta y me subí. Nos saludamos y sonreímos de nervios, ninguno de los dos había estado antes con otro hombre. Me pareció que era perfecto para mí, un hombre maduro de 55, moreno claro, complexión media, un poco más alto que yo, vestido con ropa formal, varonil y velludo. El auto arrancó y platicamos sobre los dos, yo le conté que estudiaba, no había que decirle mucho sobre mí jeje y el me dijo que era divorciado, con dos hijos ya grandes y que vivía solo; me contó que trabajaba en una agencia de viajes lo que explicaba su formalidad. Estuvimos dando algunas vueltas mientras seguíamos platicando, me confesó que él buscaba a un chavo para tener una amistad y algo más, si era posible, a lo que respondí que estaba de acuerdo en ser ese chavo, y que yo también estaba en busca de un macho para hacer de todo, claro no se lo dije así pero lo pensé. Al cabo de un rato nos metimos en una calle y nos estacionamos, ya había oscurecido y me dijo que si me gustaría que fuéramos a su casa a cenar y si estaba de acuerdo también a tener sexo. Yo no lo podía creer, estaba casi en shock, me aventó la propuesta así nada más, sin saliva, sin embargo acepté de inmediato. Le dije que me fascinaba la idea y él me agradeció que aceptara, me extendió los brazos para darnos un abrazo, luego me miró a los ojos, me tomó de las mejillas y me besó a la francesa, yo estaba encantado, sentí su lengua junto a la mía, fue un beso muy cachondo que duró como 30 segundos jeje. Después de eso nos dirijimos hacia su casa, ambos con la verga ya bien despierta y pues ya en confianza nos fuimos manoseando la polla todo el camino.
Al llegar a su edificio estacionó el auto, saludamos a los de vigilancia y me guió hacia el elevador, subimos al tercer piso y me invito a pasar. Encendió las luces y me dijo que fuéramos a su cuarto, dejé mi mochila en la sala y me senté en su cama mientras él corría las cortinas y las persianas. Al terminar encendió la lámpara de su buró y se sentó junto a mí, me empezó a meter mano por todos lados y fue difícil ocultar mi erección, que se marcaba a través de mis jeans; nos besamos de nuevo, esta vez con más intensidad y duración, en la boca y el cuello, donde su barba me raspaba y la mía le raspaba también. Dirigí la mirada hacia su entrepierna y me quedé atónito al ver la tremenda verga que se mostraba imponente bajo su pantalón formal y la cual no dude en tocar y sentir entre mis manos para sobarla lentamente.
Él me empezó a desvestir, me sacó la playera primero y lamió mis pezones, me excité aún más, me aflojó el cinturón y desabrochó mi pantalón para deslizarlo hacia abajo, me sentó en la cama y se inclinó para sacarme los zapatos y finalmente dejarme sólo con el boxer. Entonces se sentó al borde de la cama y yo me puse de pie entre sus piernas quedando frente a él, nos volvimos a besar mientras estrujaba con sus manos mis nalgas, no lo podía creer, sentía sus manos apretándome el culo y mi verga se hinchaba al cien por ciento. Ahora era mi turno de dejarlo en pelotas, le quité el sueter, aflojé su corbata y desabotoné su camisa, debajo traía una camiseta que él mismo se quitó y pude apreciar su torso y abdomen, lleno de vello alrededor de los pezones y en el pecho, era delicioso tocarlo, luego le quité su cinturón y le quité los zapatos y luego el pantalón, estaba a nada de verlo denudo completamente así que no dudé en bajar sus calzoncillos y me llevé una enorme sorpresa, era su verga jugosa y babeante, nada mal, circuncidada como la mía, cabezona, gorda y como de 18 cm casi sin vello, me sentí en el cielo. En seguida él bajo mis boxer y mi verga también quedó al aire libre, así que se abalanzó y se la metió toda en la boca, me recostó y la devoró como loco, no lo podía creer, en verdad tenía ganas de comerse una polla y así me lo demostró.
Chupó mis huevos y de nuevo mi verga, una y otra vez, me hacía sentir mucho placer porque acariciaba mi pecho, mis pezones, estaba en verdad muy cachondo con lo que me hacía. Luego de un rato de mamarme la verga me dijo: "¿Quieres chupármela?", a lo que yo asentí con la cabeza, así que ahora cambiamos de lugar, él se recostó y yo a su lado más abajo a la altura de su largo y gordo amigo y procedí a chupar primero la cabeza, la cual estaba húmeda y lubricada de precum, disfruté su sabor un poco salado pero reconfortante, después fuí bajando por el tronco hasta la base y le chupé los huevos, volví a la cabeza y traté de engullirla toda pero me fue imposible, estaba enorme y aunque hice un esfuerzo sobrehumano no fuí capaz de comermela completa, al menos con la boca jeje.
No podía creer que estaba teniendo mi primera vez con un cabrón, estaba dispuesto a aprovecharlo al máximo y a coger como loco para disfrutar como en los videos que siempre había visto cuando me pajeaba. Era un maduro muy cachondo que quería seguir chupando verga, por lo que me pidió que hiciéramos un 69 y yo acepté encantado, él se quedó recostado boca arriba y yo me puse encima suyo quedando mi verga en su cara y la suya frente a mí. El placer fue extremo, mamar y ser mamado, nos encontrábamos bien entretenidos con la verga del otro cuando de repente sentí que alguien tocaba las puertas de mi culo. Se trataba de su dedo, el cual quería hacerse espacio dentro de mi cavidad anal; brinqué sobresaltado pues no me lo esperaba, por lo que el maduro pensó que me había lastimado, me preguntó si me dolía y si quería que me hiciera eso que estaba tratando, a lo que yo muy goloso respondí que estaba bien, aunque para serles sinceros estaba muy nervioso, no es lo mismo que te follen por la boca que por el culo y sentía un no se qué pero estaba seguro que mi culo estaba hambriento y por primera vez le daría de comer. En ese momento me dijo: "Entonces espérame, voy por lubricante", se paró hacia su armario y sacó una pequeña botella de lubricante y un par de condones, estaba que no me la creía, ¿cómo iba a ser posible que tremendo pedazo de carne entrara por mi culo estrecho?. Pues sin más nos volvimos a colocar en 69 y mientras yo seguía mamando su rica polla empecé a sentir al nuevo invitado, su dedo índice, abriéndose paso en mi interior con una gran facilidad que hizo que mi verga recobrara su erección al instante y la cual continuó chupando mientras seguía introduciéndose. La sensación era deliciosa, una vez que entró todo empezó un movimiento de mete y saca con su dedo y de repente sentí un segundo dedo, le pedí que usara más lubricante y así lo hizo, era increíble.
Cuando vió lo excitado que estaba, me pregunto si quería que me penetrara y sin dudarlo le dije que sí, que quería sentir su verga dentro, entonces tomó uno de los condones que había sacado del armario y se lo puso, le ayudé a ponerle lubricante en la punta y lo distribuí a lo largo y ancho de su vergota, que apuntaba hacia el techo y también tomé más y me lo puse en el culo con las yemas de los dedos. Me pidió que me acostara boca abajo con las piernas abiertas y así lo hice, él se colocó sobre mí y abrió mis nalgas con una de sus manos, mientras que con la otra guiaba su verga hacia mi orificio. Primero sentí la cabeza en la entrada de mi culo, lista para entrar, el maduro me esparció el lubricante con su verga alrededor y me dijo: "Estás listo nene?", "Si, pero despacito por favor" repondí, "No te preocupes te voy a hacer con cariño, ahí te va". En ese momento comenzó a meterla y yo sentí que me partiría el culo en dos, pero no dije nada y me aguanté, entró un poco más, apenas llevaba la cabeza y yo ya quería que se saliera, se sentía bien cabrón. Le dije que me pusiera un poco más de lubricante y así lo hizo, la saco y luego volvió a entrar, la sensación que tenía era como ganas de ir al baño, pero seguí aguantando, sentía como iba entrando y por poco y suelto una lágrima, pero ya estaba casi toda adentro y no iba a renunciar a lo que ya había logrado, así que me concentré en ignorar el dolor y el continuó metiéndola hasta que sentí su abdomen tocando mis nalgas y entendí que ya me la había comido toda. Me dijo "Ya está nene" y comenzó el movimiento de vaivén, primero lento por que así se lo pedí, pero conforme mi culo se fue acostumbrando a tener un invitado sorpresa el dolor que había sentido al principio se fue convirtiendo en puro y total placer, el cual mi maduro tradujo en un mete-saca más rápido y con más energía.
Era increíble, unas horas antes estaba en el colegio y ahora me encontraba con un macho que me estaba dando la cogida de mi vida. Primero me estuvo cogiendo yo completamente boca abajo y el sobre mí, luego me levantó del culo para quedar yo en cuatro y metérmela de a perrito, fue delicioso. Después de un rato me avisó que se vendría y así lo hizo, se quedó recargado en mi espalda por un instante, sacó su verga un poco flácida y fue al baño a quitarse el condón y desecharlo, yo me recosté boca arriba con una gran sonrisa y aún también con una gran erección. Cuando volvió del baño se recostó junto a mí y me dijo que ahora era mi turno y que me relajara, primero me chupó la verga y me estuvo acariciando el cuerpo, fue delicioso, y luego tomó el lubricante, me puso un poco en la verga y los huevos y me empezó a pajear mientras chupaba mis pezones, estaba al mil de cachondo, acariciaba su cabello, sus orejas, sus brazos, entrelazamos nuestras piernas y tocaba sus pies con los míos, el sentir su piel en contacto con la mía, su vello corporal, su mano en mi verga masturbándome, su lengua mamando mis pezones uffff¡¡… me sentía en el paraíso. De repente sentí esa sensación que te avisa que estás apunto de venirte, le dije que ya estaba listo, él sonrió y continuó sobándome la verga y lamiendo con su legua mis pezones, de repente mi cuerpo se contrajo, solté unos gemidos acompañados de mucha leche, la cual brotó de mi verga y fue disparada hacia la cabecera de la cama, sobre mi pecho, el pecho de mi maduro, uno, dos, tres, cuatro trallazos de semen, el quinto y sexto salieron y resbalaron sobre su mano, una buena corrida para culminar ese encuentro.
Quedó sorprendido por la cantidad de leche que él mismo me hizo sacar, estaba muy contento y yo igual, nos quedamos un momento abrazados en la cama él seguía sobando mi verga y mis huevos con su mano llena de lubricante y semen. Después de descansar un poco nos dirigimos al baño a ducharnos, pude admirar su cuerpo en pelotas completamente, de pies a cabeza, por delante y por detrás, su verga ya dormida seguía siendo enorme, nos ayudamos a lavar nuestros cuerpos bajo la regadera, nos enjabonamos el uno al otro. Al terminar fue por un par de toallas y me dio una, nos secamos y volvimos a su recámara a recoger nuestras respectivas prendas y vestirnos, le confesé que cuando me cogió me dolió al principio pero luego el dolor se fue y sentí muy rico, él me dijo que disfrutó cogerme por que tenía el culo bien apretado y supuso que tal vez me lastimaría, pero tenía muchas ganas de darme verga y esperaba que lo dejara cogerme como se debe, fue algo muy gracioso jeje.
Finalmente me dijo que ahora me invitaría a cenar y nos dirigimos a la cocina, estuvimos preparando algo para comer y así lo hicimos, encendimos el televisor y cenamos viendo un partido de fútbol. Al terminar, el maduro se me puso de nuevo bien duro y me empezó a acariciar por detrás, yo indefenso, caí en su juego y pues tuvimos que echar pata otra vez hahaha, aunque ya era algo tarde y pues no tuve más remedio que quedarme a dormir en su casa, eso sí, dormir fue lo que menos hicimos jejeje, ese maduro me resultó bien cogelón y goloso y yo que soy igual pues ni modo, pero bueno, el segundo, tercero, cuarto y demás rounds se los contaré en el próximo relato, espero que les haya gustado y que les sirva de inspiración en lo que sea que hagan mientras lo leen jaja. Saludos¡
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!