Verano, Recuerdos y Calzoncillos húmedos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Eventualmente_Sexual.
Los miraba desde el balcón, siempre andando con las patinetas, haciendo cualquier pirueta en las aceras. Con cuarenta años, Ramón se ponía a ver los muchachos del barrio, e imaginaba tenerlos a todos desnudos; se le pone siempre dura, de solo pensar en ello, pero aquello estaba muy lejos serlo.
Los domingos en la tarde, siempre salía afuera, ver a los hombres que pasaban, luego por la noche se hacia la paja, fantaseando con todos ellos, desnudos y mamando sus güebos.
Los padres de Xavier son portugueses, por esto, al muchacho le conocen como el portu. Andaba ese domingo solo, y extraño era, porque su costilla siempre es Eddy; el que le acompaña hacer toda clase de pirueta con la patineta.
Se preguntaba, porque los muchachos de ahora se dejan caer el pantalón, y se le ve el calzoncillo. Aunque le parece una moda estúpida, Ramón da gracia, y ojala que en su época hubiese sido así.
Recuerda cuando por primera vez, tuvo un calzoncillo en su mano, era el del tío Juan.
Cuando se bañaba, dejaba la ropa interior en la ventana del baño. Aun seco, el entro y lo vio. Tenía un manchón húmedo y viscoso, lo olfateo y cuando tuvo conocimiento de los fluidos corporales de un hombre, se preguntaba que había excitado esa vez a su tío Juan, que dejo el calzoncillo húmedo. Y el no solo lo olio como una fragancia masculina, sino que lo probo, se hizo la paja cuando pasaba su lengua, limpiando la viscosa mancha. Y desde entonces, más de una vez lo llego hacer.
Siendo chico, en la mañana Ramón inocentemente fue a la habitación del tío Héctor, que es un gordo con una cara hermosa –o al menos eso siempre ha pensado Ramón –fue una casualidad certera. Antonia ya hace dos años que le venía el periodo, es hermana de Ramón.
Ella estaba barriendo el piso. Vestía un cortísimo short de licra, en eso el tío Héctor, que estaba acostado en la cama y arropado de la cintura para abajo, despierta; bostezó como un gruñido de oso. Ramón se queda viendo detrás de la puerta media cerrada, ve cuando el tío Héctor se destapa, y estaba desnudo, mostrando una erección con un pene no muy grande, pero si grueso y cabezón.
– Antonia mámame el güebo –le dice. Ella ve a los lados, se asoma por la ventana, y luego soltando el cepillo de barrer, se monta en la cama, estira la licra y agarrando con su mano el güebo del tío Héctor, se lo mete por la vagina. Ramón se sonroja, y experimenta una erección rápida. Ve como su hermana coge con el tío. El chico sabe muy bien que el esposo de su tía es ajeno, como podía estar haciendo eso Antonia con Héctor. No se quedó viendo más nada y se fue de ahí, fuera de la casa.
I
Xavier se recogía una cola en el cabello rubio, su cara es fina, de pómulos huesudos y labios finos. Entro a la residencia donde vive ramón, este lo vio entrar y era primera vez que lo veía hacer esto. Se pregunta Ramón; << ¿a quién vendrá ver este aquí? >>. No le presto más atención, y se queda ahí en balcón mirando a la calle. No había pasado mucho tiempo, cuando oye que tocan la puerta. Ramón se extraña, se mueve y va a ver quién toca; si le hubiesen dicho que era Xavier, hubiera salido corriendo abrirle.
Le mira de arriba abajo, el chico está nervioso y ramón se pregunta que hace parado frente a su puerta.
Xavier suelta la pregunta que tenía en los labios y ramón no puede evitar reírse cuando le ha oído.
– ¡No! Yo no vendo hierba – le responde ramón.
Al dar la espalda, ramón detiene a Xavier, y le dice; –Al que tu busca vive en las habitaciones de abajo– Yo te la puedo conseguir si quieres – continua hablando ramón.
Tan rápido como pudo, fue y bajo a buscar al malandro que la vende. Esperando que abriera la puerta, pedía que estuviera el chamo ahora mismo. Sale el muchacho, se le queda viendo de mala gana. Antes de pedirle, ramón se queda pensando, como iba quedar su reputación en la residencia; << aparte de maricón, también un drogo>>.
– ¿tienes monte? –
– ¿Cuánto quieres? – le pregunta el chamo.
– ¡para un tabaco nada más! –.
El chamo sonríe, como sabiendo que el viejo no sabe de lo que habla. Entra y cierra la puerta, y ramón no sabe qué hacer, tiene esperando a Xavier, y con los nervios que tiene el chamo debió pensar mal. Al menos eso se imaginaba ramón, cuando en eso, el malandro abre la puerta, y le pasa una bolsita.
Busco el papel, o como decía Xavier; el cuero. Ramón le pidió que se fumara el tabaco dentro del anexo. El chico le ofreció, pero ramón le dijo que no. Se le quedaba viendo nada más, como fumaba.
Xavier debía sospechar, se estaba fumando el porro y notaba como el viejo se le queda mirando. La nota le está haciendo efecto, se sienta en un sofá de madera, y se sube la franela. Ramón se come con la mirada al chico, viendo ese abdomen plano y blanco.
Se le veía el calzoncillo, ramón se sienta a su lado, y Xavier le ve de reojo y comienza a reírse. Ramón no entiende porque se está riendo, y le sigue la corriente. El muchacho rubio, estaba caído hacia abajo, mal sentado en el sofá. Ramón no deja de pensar, y luego con todo el temor del rechazo, le pone la mano en la entrepierna de Xavier. El chico solo se queda viendo como el viejo le manosea. Ramón viendo que no hacía nada por quitarle la mano, se arrodilla y le desabrocha el botón, para luego sacarle el güebo por la abertura del calzoncillo.
Un rolitranco de machete se gasta el muchacho. Grueso de tronco, cabeza no muy grande, y con par de pelotas rosadas que cuelgan de las pesadas que son. Lo masturba con ambas manos, y se dedica ver, como el chico se deja tocar y sigue fumando como si nada tuviera pasando. Xavier sigue fumándose el porro, le pone la mano en el cuello y lo empuja para que se lo mame. Ramón primero lo olio, y se degusto del aroma que trae; sudor, precum y orine. Le da una lamida, desde la base hasta al glande, luego un chupetón y se lo traga todo.
Xavier deja caer la cola del porro, y abriendo la boca, agarra la cabeza de ramón con ambas manos. Le cogía la boca, el chico jadeaba, y no veía como ramón se lo chupaba. Se puso de pie, e hincando el cuerpo, no pudo más y se vacío todo, dentro de la boca del viejo ramón.
Ramón se comía toda la leche del joven. Como una puta de porno, le mostro como se tragó su semen tierno. Xavier aun recuperándose del orgasmo, se sube el pantalón, coge su patineta y se acerca a la puerta, para que ramón le abra. El chico no decía nada, se veía relajado, ramón antes de abrirle le dice, que cuando quiera fumar monte, viniera para acá, él se lo compraba. Xavier no dijo nada, se fue y ramón se quedó con muchas más ganas.
II
La Semana Santa del 87, fue diferente. Tita que así era el sobrenombre que se le conocía a la madre de ramón, llevo a ramoncito a casa de la abuela. La señora Jazmín era regia, por cualquier cosa, le soltaba un correazo a los nietos cuando no hacían lo que ella le pedía, o por cualquier otra razón. Ramoncito no le gustaba ir, pero no le quedaba más de otra, y sin refunfuñar se dejaba llevar por su madre.
Desde muy pequeño, Yonaiker fue criado por la abuela, ahora es un hombre de 20 años. Las otras veces le molestaba a ramón, que se iba a quedar con la abuela, e iba sufrir lo mismo que le paso a él. Ramoncito lloraba, y se desesperaba por irse de ahí lo más pronto.
Esta vez, Yonaiker era diferente, ya comenzó andar bebiendo y andar con juntas malas. Esa tarde llegaron un lunes, y se encontraba bebiendo con unos amigos. La muy déspota de la abuela Jazmín, después que tanto maltrató al muchacho, ahora Yonaiker era su nieto favorecido. Tita se lo reprocha, la vieja balbucea, pero como a tita le interesaba dejar a ramoncito, lo dejo así. Esa misma tarde se regresó. Ramoncito se tragó las lágrimas y esa misma tarde la abuela le puso a recoger las botellas vacías que iban dejando, Yonaiker y sus amigos.
Ya había entrado la noche, y dos compinches de Yonaiker, eran lo que quedaban aun en casa. La abuela se fue acostar, obligo a ramoncito estar despierto, hasta que todos los amigos Yonaiker se fueran.
Solo uno quedo, y Yonaiker le ofreció quedarse a dormir. Se acostó en el piso de la sala, Yonaiker se fue acostar, y ramoncito le siguió. El primo de ramoncito se queda dormido, y empieza a roncar, el pobre ramoncito no lograba conciliar el sueño, se levanta y va a beber agua. Cuando sale a la sala, ve que el amigo de su primo esta de cuclillas, y estaba cagando.
El olor a mierda llenaba toda la sala. Ramoncito se acerca al chamo, este le ve, pero está muy ebrio y se afinca del hombro del muchacho. Como pudo lo llevo al baño, pero no sabía para que, si ya había cagado.
Le decía que se limpie el culo, pero más vale se embroco en el excusado. El chico sale al patio, busca la pala, para recoger la plasta de mierda que está en la sala, de igual manera, a él le va tocar limpiarla, cuando se dé cuenta la abuela en la mañana.
Cuando dejo todo limpio, saco de nuevo al chamo del baño, y lo llevo a la sala. Al subirle el pantalón, no perdió la oportunidad para agarrarle la verga al muchacho, pero ni un poco se le puso dura. Al acostarlo de nuevo en el suelo, recordó como su hermana sentó encima del tío Héctor, y el imitando los mismo, se sienta sobre el muchacho, restriega el culo y se levanta de nuevo. Se acostó nervioso, pero a la vez, muy excitado.
El correr de la semana fue lento, o al menos, así lo veía ramoncito. Fue el mismo primo que lo desvirgó una noche. El jueves santo, esa noche se acostó, y sintió cuando el primo lo tocaba en la entrepierna. Se hizo el dormido, pero su verga estaba bien tiesa. Ramoncito apretaba el tronco, y Yonaiker palpitaba para que sintiera como su virilidad respondía. Cuando él puso la mano sobre ramoncito, el chico brinco de susto. Pero se dejó llevar, y solo empezó a masturbarle.
Lo empuja hacia abajo, el chico se hinca, y abre la boca. El grosor le llena todo. Era la primera vez que mamaba un güebo, y el de su primo lo sentía sabroso. Lo chupeteo como un caramelo, Yonaiker alzaba la cintura, y presionando la cabeza del chico, hasta no ahogarlo no le sacaba la verga de la boca.
Al acabarle, el chico se tomó todo el semen; era de un sabor medio amargo y muy caliente.
El primo de ramoncito en las siguientes noches, no le hizo más nada, él quería pero ahora Yonaiker le daba la espalda.
Después de la quemada del muñeco de trapo que representaba a judas, en casa se pusieron a beber, Yonaiker con sus amigos.
Ya era la media noche, y en casa también estaba un señor mayor que los muchachos. Ramoncito estaba acostado en el cuarto del primo, cuando entra este señor, simulando que se había equivocado, creyendo que era el baño. Se queda viendo al televisor, y se sienta en la cama. Le pregunta al chico; – ¿qué estás viendo? –.
Primero puso la mano sobre el hombro, luego recorrió toda la espalda, y después le manosea las nalgas.
Él le decía que no; podía venir alguien y verlos. Pero el abusador le decía, que nadie los iba a ver. Se montó encima, le bajo el short y le puso el miembro en la raja del culo.
No lo penetro, pero si se froto bastante, hasta dejarle todo su semen en las nalgas.
Ramoncito se acostó con mucho miedo, esa experiencia le hizo sentir asco. No lo volvería hacerlo más cuando ya fue un jovencito adolescente.
III
A lo mejor se sentía excitado viendo su reflejo en el espejo; blanco pálido, abdomen plano y una buena verga: grande y gruesa. Eddy se hace la paja mirándose al espejo, el cuerpo se le tensa todo, y se corre; caía todo el espeso semen en el suelo. Eddy todavía esclavo de sus espasmos, la prima Johana entra al cuarto y lo ve, como apretando su verga, exprimía el poco de semen que aun expulsaba. Al pobre muchacho le da algo, se tumba al suelo a recoger el bóxer, avergonzado no da la cara, y la prima se queda viendo sin decir nada, sonríe y sale de la habitación.
Eddy repetía más de una vez; – ¡mierda, mierda! –.
Ha Johana le decían la gorda, y es un año mayor que su primo Eddy. Por la noche cuando el dormía solo, llego a su habitación, se montó encima de él asustándolo todo. Le cierra la boca con un beso, Eddy se pone duro y le afinca la erección al coño. Le pasa los dedos por encima de la tela, sonríe, porque hacer esto le hace sentir emocionado por ser la primera vez que le toca la cuca a la prima.
Lo que más le calentó en el momento, fue cuando la gorda se abrió toda, agarrándose las piernas para mantener esa postura. Eddy encima, la penetra, y apoyando su peso con los puños sobre la cama, movía la cadera ferozmente. La prima estaba muy aguada, el miembro viril de Eddy entraba y salía sin esfuerzo alguno. Le roza con el glande por la abertura de los dos labios regordetes; la chica tiembla, y se contrae con los espasmo, chilla muy quedito y corre, sin tener el güebo de su primo adentro.
Eddy reventando el coño de su prima, se lo metía hasta al fondo, y golpeando duro, con cada arremetida que daba, Eddy aceleró el movimiento de cadera y pegando toda su pelvis con la de Johana, muy quedito se quedó, y soltó los trallazos de leche, dejando a su prima con la cuca toda enlechada.
¿Y no tienes miedo que haya quedado preñada? – le pregunta Xavier – No se marico, no creo que haya quedado de una vez –le responde Eddy.
Eddy le contaba con todo y detalle, y si ambos hubieran sido sinceros con ellos mismos, se abrían dicho que tenía una levantada de güebo atrapada ahora mismo en el bóxer. Pero no lo eran. Ellos mejor esperaban que todo sucediera como siempre; en silencio y así no más de curioso; con el silencio y las sonrisas cómplices.
Estaban acostados en el suelo de la habitación de Xavier. Ya la tensión en ambos se está tornando evaporada – ¿Quién daría el primer paso? – Eddy estira las piernas. Por encima se toca la entrepierna, y Xavier entiende que es ahora de hacer lo que han hecho antes.
Se lanza sobre su amigo, y presiona su erección con la suya. Se ven a los ojos y fruncen los ceños. Eddy es el primero en darle un beso, Xavier introduce su lengua, y este la chupa con desespero. Se desabrochan sus bermudas, mas sus penes aún están adentro del bóxer. Eddy tocaba las nalgas de su amigo y Xavier movía la cadera como si lo estuviera cogiendo.
– ¿Te la cogía así? – le pregunta Xavier, y sin dejarlo responder lo besa de nuevo.
En ningún momento los penes de los dos chicos salieron del bóxer. Acabaron casi al mismo tiempo, vieron cuando eyacularon, y el semen que salía expulsado se brotaba a través del algodón. Los calzoncillos quedaron húmedos. El último beso de ese momento único, que ellos tenían, lo dio Eddy. Después se levantó y fue el primero en irse a limpiar.
Por la tarde, salieron afuera; arriba en la terraza encendía un cigarro y hablaban como dos amigos, que no habían hecho nada.
IV
A los 16 años, porque quiso le dio el culo a un muchacho del barrio. Ramoncito fue bien ensartado por el malandro de Johnny.
En una fiesta, se lo volverían a coger. Entro primero el al baño, luego lo siguió Johnny. Ahí lo puso a mamar güebo; que era grande, moreno y bastante peludo.
Al ponerlo contra la pared, le escupe y lo clava sin compasión. Como estaba de espalda no se dio cuenta que venía otro a cogerlo, o más bien a ponerle a mamar verga.
Lo conocía, era Cristian, otro moreno de güebo oscuro y lleno de pelo. Ramoncito creía que a él no se le notaba lo mariquita, y lo cierto es que los muchachos del barrio, hablaban de eso a espalda suyo.
Con un trozo grueso y largo partiéndole el culo, otro más le rebozaba la garganta. Ramón estaba a gusto con la remetidas de güebo que le están dando, se corre con tan solo tocarse un poco. Luego Johnny le acaba adentro, y sin tardar mucho se traga toda leche de Cristian.
Los muchachos que ya eran unos malandros, con malicia después de habérselo cogido, al pobre de ramón lo patearon, y lo dejaron todo adolorido ahí en el baño…
Ahora que tenía estos dos par de ejemplares de muchachos tiernos frente a él. Recordó que desde entonces, no volvió a estar con dos hombres a la misma vez.
Sabía que Xavier volvería, sin importar que en la residencia pensara que era un drogo, volvió a comprar marihuana al malandro de abajo. Lo que no sabía, era que Xavier vendría, pero acompañado.
Estuvo primero con Eddy, mamándole el güebo, Xavier sentado en el sofá de madera, lo veía todo. Se toca por encima y al rato se saca la verga. Es ahí cuando el viejo ramón se acerca y le mama el güebo a este.
Eddy ve como el viejo se baja el short, dejando ver par de nalgas redondas y peludas. Por detrás de ramón y de rodilla, le termina de bajar el short, le pasa un dedo por la raja, y luego sin pensarlo tanto, le da una olía a ese culo.
Escupe, le unta toda la saliva e introduce un dedo. Jadea el viejo y Xavier lo atraganta presionándole la cabeza.
De la cartera, saca dos condones, y uno se lo lanza a Xavier. Cada vez que Eddy destapaba un condón, sentía un escalofrío excitante, que le recorría todo el cuerpo; debe ser porque sabía que lo iba a meter.
Con el machete bien aforrado, le abre las nalgas y apunta; lo clava acompasado, y cuando lo entierra completo, el viejo puja y gime despacito. Eddy Le mira a los ojos de Xavier, y aferrando los dedos a la cintura de ramón, le bombea con mucho furor.
Xavier se quita todo de la cintura para abajo, solo los calcetines se deja puesto. Abre bien las piernas, y pone a ramón a que le mame las bolas, para luego irlo bajando poco a poco y ponerlo a que le chupe el culo.
– Güebón me vas hacer acabar– Eddy le dice a su amigo, al verlo con la piernas abierta y el viejo dándole una mamada de culo.
Tan rápido, que apenas ramón dio con todo.
Eddy saca su miembro del culo de ramón, y así mismo de rápido se quita el preservativo. Xavier seguía con las piernas abiertas, mostrando su culo tierno y rosado. Eddy se acerca a él, le apunta el güebo, y antes hacer el intento de penetrarlo, primero lo besa y luego le susurra.
– Esto es lo que venias buscando ¿no? –.
Lo prensa, y Xavier siente la estocada que le da su mejor amigo. Solo atina a jadear con la boca abierta. Eddy, por un momento quiso detenerse en solo ver como el rostro de su amigo se arrugaba del dolor.
Envueltos en los sudores de sus cuerpo, ramón se sintió triste en ver que ya no era participe de ese encuentro. Solo se puso a ver, y aun con la verga dura, se masturba sin molestar a los chicos.
Ensartado por Eddy, Xavier lo abraza, sus lenguas se unen y cogiendo a un compás sincronizado; Xavier se corre en el estómago de Eddy, y este le llena el culo de semen.
Ambos sintieron que sus cuerpos estallaron, cuando acababan. Xavier apretaba el culo, así como sentía cuando Eddy le eyaculaba adentro, lo abrazo fuerte y Eddy dejo todo su peso sobre él. Con la cara sudada, se restriega con el sudor del pecho de Xavier; jadeando y cansados, ambos dejaba pasar el momento, hasta que pudieran de nuevo, volverse a recomponer.
IV
Al salir del baño, Xavier se pone un mono de algodón de color gris. Le pregunta a Eddy si se iba a bañar.
Pero si me baño me quedo contigo esta noche –le dice Eddy.
Al terminar de secarse, Eddy se tapó con la toalla. Ve a su amigo, que esta acostado en la cama; pensativo, mirando al techo. Se le zumba encima, le da un beso y presiona su verga contra la de Xavier, este le sonríe sin muchas ganas. Eddy frunce el ceño, y lo queda viendo dubitativo; – ¿Qué te pasa? –.
Se quita la toalla, y todo desnudo, Xavier se le queda viendo, cuando Eddy le jala el mono y lo deja también desnudo. Eddy se le monta encima de nuevo, le muerde la quijada, y lo besa, obligando que Xavier le chupe la lengua.
Besándole el cuello, se acerca al oído, y le susurra…
¿Me quieres coger tu a mí?
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