Culos de mujer, que delicia.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Este relato me ocurre en la ciudad de Guanare, Edo Portuguesa, Venezuela. Corrían el año de 1994. Yo me desempeñaba como cajero de un banco y estaba recién llegado al estado, soy nativo del Estado Miranda.
Por razones que no vienen al caso, después de cierto tiempo de estar trabajando en mi estado natal solicité cambio al interior del país, en esa época era bastante errante. Al llegar a esta hermosa ciudad, comencé a conocer muchas personas ligadas a la banca y otras actividades, tuve muchas amigas, novias y mas. Ya cuando tenía unos meses de estar viviendo allí, conocí una muchacha que era secretaria del medico que me veía los ojos, comenzamos a coquetear llegamos a salir varias veces, ella comenzó a frecuentar la casa donde yo vivía solo, hacer el amor con aquella mujer era todo un mundo, después de las caricias, los besos y abrazos llegaba el momento de la penetración, la gruta de aquella mujer era extremadamente cálida y muy jugosa, al entrar allí me sentía como pez en el agua, ella era tan caliente que con solo una penetración podía llegar a tener unos tres orgasmos de un solo golpe, para mi eso era espectacular, porque yo podía llegar varias veces y ambos quedábamos satisfechos. Un buen día se presentó con una revista que hablaba del sexo anal y decidimos probarlo, claro yo ya sabía cual era el procedimiento, porque ya había tenido esa experiencia con otras mujeres, Llegó el momento y comencé por sobar su orificio con mucha calma, mojaba mi dedo de saliva y lo pasaba por aquel hueco, poco a poco fui introduciendo un dedo, seguía explorando con el mete y saca de mi dedo, luego metí el segundo cuando ya estaba mas dilatado, mojaba y seguía hundiendo mis dos dedos ya yo por mi parte estaba tan excitado que mi pene parecía una fuente, cuando estoy excitado libo liquido preseminal como una fuente. Después de tener listo aquel manjar le pedí que se colocara de perrito y que posara su pecho y cara sobre la almohada y coloqué la punta de mi miembro en aquel hueco que para ese momento era virgen.
Comencé a hacer presión hacia dentro ella cerraba y yo le decía que aflojara para que pudiese entrar, ella sudaba del dolor aun que no tan fuerte pero dolor al fin, al ver tanto rechazo me alejé un poco, le volví a meter un dedo y sin mas le empujé nuevamente mi falo, al momento sentí yo mismo dolor y miré como se agarraba de la cama pero no decía nada ya la cabeza había entrado y me quedé tranquilo y le dije que me avisara cuando dejara de molestarle, cosa que no pasó que ella comenzó a hacer movimientos circulares con su culo y yo aprovechaba y empujaba a cada rato un poco, así estuvimos mucho rato hasta que se la tenía toda adentro, ya para ese entonces yo no respetaba su dolor comencé a bombear y ella se retorcía de placer, hacía esos movimientos que me enloquecían y lo apretado y sus movimientos me hicieron llegar, puedo decir que bote leche como mas de lo normal, parecía un manguera de bomberos. Esta experiencia la repetimos mientras fuimos novios. Ya luego yo me casé y me fui de esa ciudad.
Al cabo de un tiempo en un viaje que hacía desde Caracas a Barinas en un bus en horas de la noche, tuve la suerte de encontrarla en el mismo transporte, al iniciar conversación salió a relucir el tema del sexo anal y ella me contaba que la pareja que había tenido hasta no hacía mucho no la penetraba por detrás y les juro que en horas de la noche dentro de bus sin luz, la fui calentando, le froté aquel clítoris que ya yo conocía y que muchas veces froté para hacerle venir un orgasmo, pues llego el tan esperado orgasmo y cual es mi sorpresa que ella se voltea y me ofrece aquello que ya había poseído, mi respuesta no se hizo esperar me coloqué a su altura y saqué a mi amigo y lo hice llegar al pozo del placer que nos ofrecía mi vieja amiga, en la oscuridad pero con nervios metí mi herramienta en aquella gruta que la noté apretadiza como la primera vez y me hice ir hasta donde mas daba mi posición y era tanta mi excitación que en menos de 5 minutos llegue como la primera vez, parecía que no dejaría de botar leche en aquel culo….
Ahora cuando tengo que viajar por esa zona, siempre imagino que la encuentro y bueno me quedo esperando.
Espero les guste mi relato. Dependiendo de su comentario, podría volver a escribir..
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