El hijo mimado de mamá
Crecí siendo el nene mimado de mi mamá, para golpear a mi padre, y eventualmente convertirme en el amante de mami .
Crecí siendo el nene mimado de mi mamá, para golpear a mi padre, y eventualmente convertirme en el amante de mami (aunque sospecho que es algo que ella preparo).
Mi nombre, será Martín, aunque poco importa.
Además, para mi seguridad, todo esto que contare será “ficticio”, es tan solo una fantasía mas. Ya saben, como todas las historias aquí.
Mi mamá, se llama Iliana. Mi… padre, Luis, aunque es mas conocido como el Lucho.
Se conocieron de jóvenes, prácticamente de puberes, y mi mamá quedo embarazada cuando tenia solo 14 años.
Como es era tradición en esos días, en esos pueblos del interior del país, los obligaron a casarse de joven es, siendo ambos menores de edad.
Lucho, siempre fue un cabrón hijo de puta. Le pegaba a mi madre incluso durante el embarazo, resultando que perdiera al bebé, que habría sido mi hermano o hermana mayor.
El Lucho siempre fue de malos hábitos, por decirlo de alguna manera. Tomaba, se drogaba, incluso se reunía con una bandita en la esquina de la casa, y ya por eso generaba miedo, asi que era normal que mis abuelos maternos, se metieran a defender a mi madre.
Paso el tiempo, y mi mama volvió a quedar embarazada del Lucho, justo cuando este ya era mayor de edad y lo metieron preso por robo.
Cuando salió unos meses después, se encontró con que mi mamá estaba embarazada, y acusándola de serle infiel (a pesar de que el hijo de puta se acostaba con alguna putita de barrio), le dio otra paliza y con esto, mi mamá perdió a su segundo bebé.
Paso un tiempo mas en que mi mamá volvió a quedar embarazada, pero sin que el bastardo le pegara, ella igualmente perdió el tercer bebé.
Los doctores le dijeron que no tendría hijos, por como tenia daños internos (productos de los golpes del hijo de puta).
Mi mama, estaba en sus 19 años, cuando yo vine al mundo, a pesar de los pronósticos en contra.
Fui mas que un milagro.
Además, coincidió en que el bastardo hijo de puta, estaba en prisión durante el embarazo, asi que cuando salió, yo ya había nacido.
Ahí comenzó a cambiar la cosa, por que mi mamá con tal de defenderme, se convertía a veces en una leona… a veces. Otras por desgracia, el Lucho de mierda era mas fuerte.
Crecí con los golpes de este salvaje hijo de puta, y el cariño sobreprotector de mi madre, y la seguridad de mis abuelos.
Cuando estaba en mis 8 años, ya el desgraciado encontró utilidad para mi, y me obligaba a meterme dentro de espacios chicos para robar. Me empujaba por las ventanas pequeñas de los baños, en donde mas de una vez, me torcía algún brazo por la caída del otro lado. Creo que incluso tuve una fractura pequeña.
Al llegar a mi pubertad, era común para mi el saber como robar cosas, y el hijo de puta me llevaba con sus amigotes a los que me obligaba a decirles tíos.
Estaba el tío Aldo, el tío Seba, el tío Manuel…
Fue en este tiempo, que mi mamá logro alejarme de esas malas influencias, y me fui a vivir con mis abuelos.
Claro, aun me los cruzaba en la calle, cuando iba a comprar, o iba a la escuela. También al hijo de puta.
Su estado de alcoholismo iba empeorando, asi que se me hacia fácil escaparme o no hacerle caso.
Poco a poco le fui perdiendo el miedo, ya que yo iba creciendo, y el se iba debilitando.
Mi madre, siempre extremadamente cariñosa conmigo. Me dio pecho hasta los 7 años, a escondidas del hijo de puta.
Claro que sus tetas no daban leche, pero era el ser mimado lo importante, el cariño de madre.
Y cada vez que ella iba a verme a la casa de los abuelos, me abraza, y se restregaba fuerte conmigo.
Incluso si se quedaba a dormir, dormía abrazada a mi, a pesar de yo estar ya en mi adolescencia.
Y claro, yo no conocía el cariño de otra mujer, no de esa manera.
Estaba mi abuela, claro, y mi maestra, pero eran ya mujeres mayores, ancianas.
No tenia muchas compañeras de clase, y las pocas o eran gordas o feas. Para mi, mi madre era la mas linda.
Recuerdo las puteadas que el hijo de puta le decía a mi mamá: vas a volverlo trolo de tanto cariño… a este pendejo le hacen falta mano dura, y una buena puta para que se desvirgue y se vuelva hombre.
Yo en ese tiempo, tenia solo 10 años.
Poco y nada sabia él, que tanto amor de mi madre, no me volvía gay, todo lo contrario.
Incluso durmiendo abrazado con ella, tenia erección y sueños húmedos.
Alguna que otra vez, desperté con una de sus tetas en mi boca, cosa que mi madre encontraba tierno, a pesar de que yo ya estaba en mis 16 años.
Y entonces ocurrió:
Recuerdo bien los detalles por que eso me marco.
Hacia 3 meses que había cumplido años y mis abuelos me regalaron un teléfono celular, porque por cuestiones políticas aca en el pueblo, nos quedamos sin la computadora que regala el gobierno.
Y ahí estaba yo disfrutando una serie de anime en mi móvil nuevo, antes de dormirme, cuando una vecina de mi mamá, llego desesperada golpeando la puerta.
Venía a avisarnos que el hijo de puta, había caído en la casa de mi madre, con sus amigotes (mis “tíos”), con intenciones de cogerse a mi mamita.
Después me enteraría de que el hijo de puta, como no se le paraba, y necesitaba dinero, le ofreció a los amigotes cogerse a mi mamá, a cambio de unos pesos.
No sé que me agarro, pero cuando mi vecina apareció, y yo baje a ver por qué había tantos gritos desesperados, no lo pensé.
Sali, agarre un caño de metal que justo estaba afuera por las remodelaciones que mi abuelo estaba haciendo, y me fui directo al lugar.
Entre a lo bestia, en donde vi a mi mamá, armada con una escoba, tratando de mantener a raya al hijo de puta armado con una navajita de mierda, mientras los amigotes estaban a un costado, chupando cervezas, y uno estaba en el sillón, con la verga afuera, paseándose como preparándose para violar a mi mamita.
Yo entre dando golpes, no me importaba a quien le pegaba si estaba en el camino.
Revolee un par de golpes, y me le fui encima al hijo de puta.
No recuerdo tanto de mi ataque de ira, pero si recuerdo la sensación en el caño de hierro, cuando golpeaba su carne y sus huesos, como vibraba diferente.
También recuerdo brevemente algo que los amigotes, que uno se me hizo el machito, pero le revolee un fierrazo por la cabeza, haciéndole saltar los dientes.
Todo lo demás, me lo relataría mi propia mamá, y mi abuelo, que me siguió al lugar para tratar de detenerme.
Amenace a los tipos estos, con que no tenia miedo de matarlos hasta dejarlos hechos pure de carne podrida, y bueno, al hijo de puta le di tal paliza, que de puro milagro no lo mate.
Le fracture el cráneo, le volé casi todo el comedor (los dientes), un brazo (asumo con el que se protegió) quebrado en tres lugares, una costilla rota, y varias contusiones.
Tengo entendido que lo tuvieron que derivar al hospital de una ciudad cercana para que lo atendieran bien, y estuvo mucho tiempo ahí.
Incluso lo agarro la pandemia ahí dentro.
La cosa no estuvo tan fácil, por que luego algunos me querían meter preso, a pesar de que mi madre, mis abuelos e incluso los vecinos testificaron a mi favor.
Pasaron como 7 años de eso, y jamás me metieron en la cárcel, o me volvieron a llamar, asi que asumo que la causa o lo que sea, caduco.
Si me tuve que cuidar el culo por un tiempo, de mis “tíos”, aunque creo que ellos me tenían mas miedo a mi, que yo a ellos.
En este punto no eran mas que un grupo de borrachos a los que la gente les perdió el miedo.
Lo ultimo que supe, es que uno murió por el covid, y a otro lo encontraron tirado en una zanja de la ruta 19 (que esta como a 50 kilómetros de por aca), completamente desnudo, y sin vida. Se rumorea que lo violaron y lo apuñalaron.
Todo esto, cambio aun mas la relación con mi mamá, por que volví a vivir con ella.
Y durante mucho tiempo, por lo chica de la casa, y por que aun estábamos con miedo a represalias, dormíamos en la misma cama, yo con el caño de hierro al lado.
Eventualmente, logre dormir de vuelta, por que me pasaba noche en vela por si nos atacaban.
Y nos agarro el aislamiento, asi que estuvimos mas encerrados.
Y claro, mi madre se había puesto mas cariñosa conmigo que nunca.
Mis hormonas estaban alborotadas. A veces me pajeaba de noche cuando mi mamá dormía profundamente al lado.
Tengo algunas fotos de ella que les comparto.
Fotos que le tomaba en secreto.
Una se la tome en ropa interior, y ella me vio, y me regaño, pero fue como jugando.
Estas últimas, son las mejores fotos que le pude tomar desnuda, dormida.
Y es que ya teníamos tal nivel de relación y convivencia, que ella no tenia problemas en andar en calzones por la casa, o dormir desnuda.
De hecho, como tuvimos veranos terribles, ambos amanecíamos completamente desnudos por el calor, tapados solo por la sabana.
Ella ya no tenia problemas, pero yo sí, porque si me quitaba los pantalones, se iba a notar que muchas veces tenia terribles erecciones solo de verla.
Y cada tanto, incluso durante el día, me iba al galpón que teníamos en el patio trasero, a pajearme con las fotos que le tomaba.
Mi mamá incluso se burlaba porque no me quitaba los pantalones, con el calor que hacía.
¿Tienes miedo de que te vea el pito? Si yo te vi nacer, te cambié los pañales y todo eso. Ya te he visto desnudo.
Fue uno de esos días en que la veía andar por la casa desnuda y transpirando.
Yo estaba con unos pantalones de jean medio sueltos, pero era lo único que tenia para ocultar lo caliente que estaba con ella. Ni ropa interior tenia.
Y ahí estaba yo, tirando en el sillón de la casa, desparramado, viendo una película repetida en la tele, por que encima ya en plena pandemia, no podíamos salir a ningún lado.
El ventilador lo único que hacia era mover el aire caliente de un lado al otro.
Fue de sorpresa, que mi mamá vino, y medio jugando, medio enojada, me jalo los jeans para quitármelos:
– Ya quítate esos pantalones que verte me da mas calor…
Se quedo muda cuando al bajarme los jeans, mi verga salió disparada hacia arriba como resorte, mostrando su cabeza brillosa por el precum.
Yo estaba medio adormilado por el calor asi que no puede reaccionar apropiadamente.
Y ahí estaba mi mami, arrodillada frente a mi, completamente desnuda y cerca de mi verga erecta.
El momento pareció eterno, aunque creo que duro unos segundos.
Incluso me pareció ver que mi mamá se saboreaba, o quizás solo era el calor.
Luego de unos segundos interminables, se paró, dijo “perdón”, y se fue a la cocina.
Desde ahí, como recuperando la compostura, me grito:
– Ponte unos pantalones cortos como mínimo, o anda en calzoncillo, pero no te pongas jeans.
La tarde paso sin mucha novedad, ambos nos dimos un baño frio en un momento (cada uno por separado) que mas que refrescarnos, parecía que nos daba mas calor.
Llego la tarde, bajo el sol, y la temperatura se calmo un poco.
Nos fuimos temprano a la cama, para poder dormir mientras la temperatura estaba baja.
Yo solía considerar que el día que enfrente al hijo de puta del Lucho, y le di una paliza defendiendo a mi mamá, ese día me convertí en hombre.
Pero seria esta misma noche que viene a continuación, en que entendí lo que es ser un hombre.
Yo venia mal, muy mal por que por el calor, no podía pajearme. Y por otro lado, medio que se me quedo pegado en la mente la imagen de mi mamá a unos centímetros de mi verga.
Asi que entre medio despierto, medio dormido, comencé a pajearme.
Y supongo que en ese estado, no tuve mejor idea que querer cogerme a mi mamá, porque ella estaría profundamente dormida. O eso fue lo que pensé en ese estado.
Recuerdo querer comenzar a pajearme rozando mi verga por su culo… acariciándolo, aprovechando que me estaba dando la espalda.
Yo rozaba mi verga a lo largo de su raja del culo, cuando mas abajo fui sintiendo pegajoso, mojado, resbaloso.
Ahí se sentía mejor y me acomode para rozar mi verga ahí.
Estaba blandito, eran carnoso… sepan que para mi, que era virgen, solo había sentido el contacto de mi mano que era dura.
Esas carnecitas suaves y blanditas…
No recuerdo cuanto estuve asi, que quise mas y empuje entremedio de esas carnes que se aflojaron, y sentí el cuerpo de mi madre empujar hacia contra mi.
Sentir por primera vez que mi verga se hundía en esa cavernosidad que abrazaba mi erección… sentirme deslizar dentro y fuerza de esa cavidad… eso me despertó un poco mas, y le puse mas empeño.
Ahí cuando me desperté, entendí que se la había metido en la concha a mi mamá… que estaba dentro de ella, asi que no pude evitar que se me escape un “mierda, aaaah… la puta que lo pario… estoy dentro.”
Frase que mi mamá, quien tambien ya estaba despierta, escucho y me respondio:
– Se siente bien?
Eso me espanto, y medio que me volvió a la realidad… me asuste, y le saque la verga. Me pare al lado de la cama, pidiéndole perdón a mi mamita:
– Mamá, perdóname, yo no quería hacerlo, se me escapo, perdón, no te enojes!
Yo hablaba trabado y desesperado. Y aunque todo este tiempo estaba calienta y prácticamente enamorado de ella, dedicándoles todas mis pajas, una cosa era la fantasía y otra hacerlo.
Ella prendió la luz y me calmo, me llamo a la cama de nuevo.
– Calmate, esta todo bien, no me enojo…es normal, estas en esa edad. Vení, sentate, hablemos… calmate.
Cuando me sente y me acerque a ella, me abrazo y me besaba en la cara y la cabeza mientras me decía que estaba todo bien, que me calme. Que no estaba enojada ni nada similar.
Ahí me volvió a decir que era normal por mi edad.
Me pregunto si el hijo de puta me había hecho debutar con alguna de sus putas, o si había alguna chica con la que yo haya estado.
Le respondí que no en ambos casos, y que era virgen.
– Eras virgen, ya debutaste, mi amor. Bueno, mas o menos.
Ella me siguió pidiendo que me calme, que estaba todo bien, que no estaba enojada, y que era normal.
Luego me pregunto hace cuanto que yo pensaba en el sexo, si yo pensaba en ella y que sentía cuando la veía.
Ahí le explique que desde que la veía en ropa interior y luego desnuda, estaba caliente y no podía evitarlo.
– Eres mi hijito, mi bebé. Mi único hijo, y al único que amo en todo el mundo.
Eres al único hombre que amo en el mundo. El resto están muertos para mi, entiendes?
Y si mi bebé esta caliente y quiere coger, yo no me voy a negar, por que amo a mi hijo y nadie me va a convencer de lo contrario. Nadie se mete con una madre y su hijito.
Sentir el abrazo y besos constantes de su cuerpo desnudo, comenzaron a calentarme de nuevo.
Y por lo que me dijo, o yo entendí, es que me daba permiso para cogérmela.
Asi que fui respondiendo mis besos en mis mejillas, con besos en la boca, lo cual la sorprendió y la hizo reír un poco, para luego guiarme en como debía besarla.
– Para… bebé… tranquilo… abri tu boca mas…. Asi… usa… usa tu…lengua… eso…
Me fue guiando durante el beso y a como acariciarla.
Yo no aguante mucho que me trepe encima de ella, me abalance, queriendo cogérmela.
– Espera… no… para… tranquilo, hijo… que impaciente… a ver, déjame a mi.
Ya encima de ella, se abrió de piernas, me tomo la verga que estaba muy parada, y la dirigió hacia su abertura.
Yo estaba desesperado, y ya hacia movimientos de cadera de metérsela antes de tocar su concha con mi verga.
Ella se reía, y trataba de calmarme.
– Ay, que inquieto… espera… asi no… para… todavía no… no, no espera, espera…
Yo apenas senti sus labios mojados en mi verga, empuje duro hasta dentro.
– Aaaayaaayyyy!! Dueleee!!!
Cuando ya me di cuenta de que le dolía, ya la tenia ensartada hasta el fondo.
– Para, hijo, para… estas yendo muy adentro…cálmate un poco!!
Luego de un rato, sus quejido de dolor, se transformaron en gemidos.
– Ahí…aaaah… asiii… no… movete mas asi… aaaaah, eso…que ricoooo… aaaah…
Al escucharla gemir, la calentura se me fue por las nubes y eyacule enseguida.
Mi madre se desilusiono un poco.
-Ya tan pronto? Justo que se estaba poniendo bueno…
Ahí cambiamos de posición, y mientras yo me tendí en la cama boca arriba, ella se acomodo encima mío, se volvió a meter mi verga que estaba media delicada y semi flácida, y comenzó a cabalgarme suavemente.
Ella comenzó a gemir de nuevo y disfrutarlo. A mi me incomodaba un poco por que aun estaba sensible.
Creo que fue su venganza por que fui muy bruto e impaciente al inicio.
Encima podía sentir sus músculos apretándome fuerte la verga.
Tras un rato, recupere mi segundo aire y mi verga se fue parando rápidamente.
-Eso, mi amor… ponete duro para mi…
Me hizo incorporarme, y me dio a chuparle las tetas, y a besarla de lengua.
Sus caderas y su culo, sus nalgas, temblaban con cada sentón y embestida que mi mamá me daba.
Durante lo que fue un par de horas, fuimos cambiando de postura, aunque no muchas.
Cuando ella no me cabalgaba, nos poníamos en misionero, o de costadito, y luego lo mismo.
Fue cuando ella estaba encima de mío de nuevo, que mi mamita comenzó a aumentar el ritmo.
Paso de mover sus caderas de atrás hacia adelante, a moverlas de arriba abajo, dándome unos fuertes sentones.
Con el calor, mis huevos bailaban al aire libre, y cada tanto chocaban con el culo gordito de mamá.
Incluso ella contraria sus músculos internos, por lo que en cada sentón, yo sentía como pelaba mi verga de mi prepucio.
Eso dolía un poco pero al mismo tiempo era la gloria.
Y asi como no aguante mas, y acabe dentro de mi mami.
Pero fue tan grande, que por un breve momento pensé que me estaba orinando en lugar de eyacular.
Mamá sintió como me derrame mucho dentro de ella, y eso la hizo acabar también.
Después como de 3 o 4 sentones mas, dio un gemido intenso y se derrumbo sobre mi.
Esa noche nos quedamos dormidos.
Amanecí cuando el sol me daba en la cara.
Aun tenia esta rara sensación de que lo de anoche habría sido un sueño, pero el dolor en la verga, me lo recordaba.
Además, la tenía toda pegajosa con los fluidos de la concha de mamá. Incluso podía sentir el olor intenso a concha, a sexo.
AL levantarme y darme un baño, me vesti mas por costumbre que otra cosa, además por suerte ya el calor había dado algo de tregua.
Y mientras espere ver a mi mamá desnuda como siempre, o en calzones, andaba con una bata floreada cubriéndole todo.
Me saludo como si nada de lo ocurrido la noche anterior hubiera tenido lugar.
Éramos un hijo mayorcito, y su joven madre, conviviendo en la pandemia.
El día paso sin mucha novedad.
Llego nuevamente la noche, pero como yo ya no sentía tanta calentura, no hice nada.
Y nada paso.
Los días continuaron, y nada ocurría. Tampoco se daba o yo sentía que se daba el ambiente para hablar de esa noche de sexo.
Mas adelante lo entendería.
Luego, otra noche en que estaba caliente de nuevo, tenia la verga parada.
No quería intentar nada por que no sabia como ella reaccionaria, pero sin querer, y a pesar del calzoncillo, la puntee en la pierna sin querer.
Ella lo noto, diciendo:
– Mi bebe esta caliente otra vez? Venga con mamita…
Y me abrazo mientras podía sentir como se quitaba los calzones.
Desde entonces, durante el día, somos madre e hijo, nada mas.
Durante algunas noches, cada vez mas seguidas, somos una madre que mima demasiado a su único hijito y lo consciente tanto como para dejarse coger por el, en formas obscenamente incestuosas.
Ya van 3 años desde entonces.
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