Israel 3a parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por aslex.
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Soñé montón de cosas, entre las nébulas había sensaciones deliciosas en mi verga, alguien la apretaba y me decía cosas inteligibles. Medio desperté y comprendí que era Israel quien, dormido, pegaba su cuerpo al mío y aprisionaba con su mano mi miembro. Eran las 4:13 de la madrugada y mi pene me urgía a poseerlo de nuevo, me separé un poco y lo giré para que quedara de espaldas hacia mí, acostados los dos de lado. Acaricié sus nalgas unos minutos y después acerque mi pelvis y metí mi verga entre ellas. Despertó con un suspiro, se quedó quieto un instante y giró su cabeza sonriente hacia mi "lindo, ¿qué me quieres hacer?"
Lo besé, su aliento sabía a hierbas húmedas por el rocío; no le contesté, lo guié para que se acostara boca abajo y me puse encima de él. LO penetré lentamente al tiempo que besaba y lamía su cuello y la parte posterior de su mejilla.
Ya no tenía urgencia, quiero decir, ya no tenía el semen casi saliendo de mí como la vez anterior por lo tanto pude disfrutar de su culo sin preocupaciones. Apretado y dulce, se contraía constantemente y sus gemidos me provocaban oleadas de placer. ¿Te vas a venir a vivir conmigo?
"Si, me dijo entre suspiros, su culo estaba ardiendo, "te voy a comprar mucha ropa, toda la que te guste y en casa podrás andar vestida de Dalia"
Lo penetraba con lujuria, más que penetrarlo, lo zarandeaba una y otra vez en cada estocada "lo que quieras tío, ¡aahhh!"
"¿Te gusta mi amor?"
"Si amor" me dijo jadeando de placer pocos segundo antes de venirse, y luego: "más, ¡más!" me urgió y traté de darle con más fuerza "¡así!"
Hundía mi pelvis en su cuerpo, empujaba con todas mis fuerzas "¡me llenas Eleazar! ¡me llenas todo! ¡esto es tan rico, mejor de lo que me imaginé! y contigo… contigo…"
Lo seguí poseyendo varios minutos más, mi orgasmo estaba ya en puerta pero quería disfrutar de él más tiempo, pero luego me fue imposible, lo llené de nuevo con mi semen.
Me acosté boca arriba mirando el techo, su mirada llena de amor, ternura y felicidad me bañaba por completo. "Tíooo, me dejas vacía y muy llena a la vez, eres un macho bien hecho" Volteé a mirarlo, sus manos estaban bajo su cabeza, acostado de lado y su pierna derecha sobre mi cadera: "me haces muy feliz Eleazar" acarició mi rostro durante varios deliciosos minutos. "¿cómo convencerás a mamá de que me deje vivir contigo?"
No sé, le dije, creo que no será difícil, parece que le gusta que tú y yo seamos muy apegados
"No se imagina cuanto" dijo, se sonrió y luego me besó en la boca durante varios minutos. Me sentía tan enamorado y pleno, la felicidad que me invadía era inmensa. "Se lo diremos poco a poco, le comentaré que hay un excelente colegio en mi ciudad" Tomó mi brazo y lo puso debajo de su cabeza, como almohada, lo noté reflexivo, percibí que su actitud se había vuelto mucho más serena, quizá hasta madura. Sus ojos se cerraban y abrían con lentitud
"Y yo le diré que me siento muy a gusto contigo…" Nos quedamos dormidos.
Los toquidos en la puerta nos despertaron, me levanté de inmediato y le indiqué a Israel que se fuera al otro cuarto y que se cambiara, me acerqué a la puerta y solo vi la sombra de una jovencita. Respiré hondo y abrí: "Hola Ele" me dijo Deyanira desde el umbral de la puerta "¿está Isra?"
"Si, pero a lo mejor está dormido" le dije sin moverme, ella me miró con una expresión cargada de interrogación y yo me quedé petrificado, luego de unos momentos muy incómodos durante los cuales no supe cómo reaccionar comprendí al fin, me hice a un lado y le indiqué que podía pasar con un ademan que pretendía ser caballeroso. Ella sonrió un poco con actitud burlona lo cual ya me estaba fastidiando. ¿Qué se creía esa chiquilla? pensé
La seguí para decirle cual era la habitación de Israel y me retiré a la mía para ordenar y tratar de ocultar las huellas de lo nuestro. Los escuche cuchichear y luego gritar a la par, de seguro Israel le estaba contando todo; fui a la cocina luego de dejar las sábanas en la lavandería. Prepare el almuerzo y les avisé que me ayudaran a poner la mesa.
Israel y ella intercambiaban sonrisas maliciosas lo cual me desagradaba mucho. Durante el almuerzo charlamos de lo que sucedía en la casa grande, de chismes de parientes y de lo que se planeaba para los siguientes días.
Me ayudaron a lavar la loza y después me avisó Israel que estaría en su recamara. Me senté en un sillón de la sala con una par de cervezas y cerré los ojos. Bebía a sorbos pequeños y pensaba en el futuro, en Israel: Quería hacer muchas cosas con él ahora pero la sombra de Deyanira, en esos momentos, me ponía de mal humor.
"¡Despierta Eleazar!" abrí los ojos y ahí estaban los dos sonrientes, reí un poco apenado y confuso "me dormí" dije tontamente; hice por levantarme pero Israel me detuvo sentándose encima de mis piernas poniendo las suyas a cada lado de las mías "tío, ¿nos llevas al pueblo? Deya se quiere comprar ropa y… comprarme ropa a mi" dijo girando su rostro a ella y sonreírle pícaramente
Si, vamos, deja me doy un baño "te acompaño" me dijo y la sonrisa maliciosa de Deyanira de nuevo, si pudiera la ahorcaría, pensé "sí, claro" balbuceé. Me metí a la ducha y momentos después Israel. Mi verga ya estaba sumamente erecta, nunca me había pasado gozar de tanto placer y emoción al mismo tiempo, ni siquiera en mi luna de miel ya que mi ex es un tanto fría y no gusta de actos espontáneos. Su sonrisa me miró luego de que movió la cortina "¿puedo?" le sonreí y lo tomé de su brazo para atraerlo "¿Deyanira se fue o nos espera?"
Se fue a la casa, allá la recogemos y diciendo, y tomando mi pene con su mano "ya la tienes muy dura" me dijo mirándomela, se hincó y la tomó con sus labios gruesos "mmggg" saboreó mi dureza, la chupó y la lamió "me imaginaba hacer esto a veces" me dijo, pero nunca creí que te fueras a fijar en mi" se la metió en la boca otra vez y me miró con cierta coquetería mientras chupaba suavemente; sus mejillas se contraían y su lengua masajeaba de manera deliciosa "eres tan hermoso, imposible no fijarme en ti, y eres tan sensual y… y me gusta que yo te guste tanto, y la forma en que eres, tu carácter" le dije.
"Hazme así" me dijo mientras movía su mano en forma horizontal a la altura de su cara, entendí, lo tomé de sus brazos y lo moví para recargarlo en la pared, luego tomé su cabeza y comencé a penetrarlo lentamente; su boca me apretaba deliciosamente y aunque a veces sus dientes me rozaban, no me importaba, estaba sintiendo la mejor mamada de mi vida "¿más adentro?" le pregunté y él movió su cabeza asintiendo. Mi pene entró y él hizo una arcada; la saqué de inmediato pero el de la misma forma se la metió otra vez: "nmhgo" dijo moviendo la cabeza de lado a lado. De nuevo se la metí toda y otra arcada, pero sus manos me sujetaban de la cintura fuertemente para que no se la sacará. La tercera vez que lo penetré profundamente, se la pudo tragar sin problema.
Así se lo estuve haciendo bastante rato, penetrándolo profundamente y el tragándola; ya casi no ´podía soportar tanto placer, una de sus manos acunaba mis testículos y la otra apretaba mis nalgas. El colmo era ver su rostro, estaba rojo por el esfuerzo, sudaba a chorros y su expresión era parecida a la angustia pero satinada de enorme deseo y placer.
No pude más, le inundé la garganta, empujé con fuerza dentro de él, y él se tragó todo empujando su rostro contra mi vientre, gimiendo, deseando intensamente lo que le inyectaba en su cuerpo de una manera tal que nunca había visto en otra persona jamás. Se levantó; sus ojos semicerrados me miraron: te amo. Lo besé y lo abrasé con la mayor pasión que pude mostrarle.
Ya en el pueblo se divirtieron a mi costa, me miraban, cuchicheaban, se reían y luego corrían. En la pequeña tienda de ropa se tardaron mucho tiempo viendo ropa, se la ponían por encima para ver como luciría en sus cuerpos, toda la ropa era de mujer, claro. Yo los miraba y asentía cuando me preguntaban y sonreía para mis adentros, me sentía pleno, lleno de amor y de deseo. La felicidad de ser el objeto de amor de esa belleza de chico me embargaba. Ansiaba llegar a la casa donde estábamos y poseerlo de nuevo, saborear su boca, acariciar su cuerpo, sentirlo desfallecer de pasión por mí. Él a veces me miraba y me enviaba gestos cariñosos o sensuales o de amor o coquetos…
Vámonos Ele, dijo Deyanira "cómpranos nieve" La tiraron en el auto, hicieron una guerra de nieve y se mancharon con ella y me mancharon. Reí gustoso, ni siquiera la presencia de Deyanira me molestaba; me dirigía a la casa grande pero Israel me dijo: "Tío, Deya se quiere quedar a dormir con nosotros ¿qué dices? ¿sí? es que queremos probarnos la ropa"
Y la voz de pato de Deyanira: "ándale Ele, di que si"
Se me retorcieron las tripas del coraje, no íbamos a poder hacer nada Israel y yo, o quizá pero muy contenidos, a escondidas y eso me irritó, pero me aguanté. Si, está bien
Celebraron, yo apenas sonreí de mala gana.
"¡Mira!" mi pene se puso erecto inmediatamente, la visión de Israel vestido de aquella forma tan sensual, su maquillaje, su pose… "estas…hermoso" mi ojos casi estallaban. En su rostro vi felicidad al comprender que me había dejado sin aliento, se sentó en mis piernas y me beso suavemente, luego con más pasión. Le correspondí, pero luego de unos momentos "espera, Deyanira…"
"No te preocupes, ella entiende"
"¿Estás seguro que no dirá nada?"
"Seguro, de veras, no te preocupes" Se levantó y fue a cambiarse; me mostró otras tres combinaciones, y en cada se sentaba en mis piernas y me besaba, o me empujaba sobre el sillón y se recostaba encima de mí para besarme. Yo por reojo miraba al pasillo para ver si ella nos espiaba; me dio una palpada ligera en la mejilla "¿qué miras?
"No quiero que nos sorprenda ella"
"Ya te dije que no te preocupes" se levantó de encima de mi "te vamos a hacer de cenar, ¿te traigo una cerveza? ¿nos dejas tomar una? ¿sí?"
Cenamos en la sala porque la cocina quedó hecha un asco; reímos por las tonterías que hacían, vimos televisión, habló Romelia para preguntar si no estaba ya harto de ellos; se pusieron ebrios y yo también. Israel se levantó de pronto: "llévame a la cama" me dijo estirando su mano hacia mí, lo miré fijamente unos momentos y luego me levanté, lo cargué y lo llevé a nuestra cama. No me importó que Deyanira estuviera a unos cuantos metros de nosotros, ni que pudiera oírnos; me acosté encima de él y comenzamos a besarnos sin control. Nos acariciábamos de la misma forma: "¿te puedo pedir un favor?" me dijo
"Si"
"¿Puede venir Deyanira?"
Me alejé de él como si me hubieran golpeado, y creo que mi mirada de extremo asombro lo asustó "¿qué? ¿por qué te asustas?" No supe que contestarle o decirle, luego balbuceé: ¿Deyanira? ¿aquí con nosotros?
"ay Eleazar, es que ella tiene mucha curiosidad, no te enojes"
"¿Curiosidad de qué?"
Ella nunca ha visto de cerca una como la tuya, me dijo que si yo te decía que se le enseñaras, no te enojes tíito
Me quedé pensando sin creérmelo, la adolescente que tanto me molestaba su presencia, deseaba… ¡pero no! ya eran muchos factores, situaciones que se podían salir de control…
"Pero si alguien se entera me meten a la cárcel, yo confío en ti", le dije "pro ella no se"
"No va a decir nada, de verdad, te lo juro ¿entonces qué? ¿si?"
Pues si tu quieres, fue lo único que pude decirle, mi mente era un torbellino "¿tú no quieres?"
"Es que sinceramente me da miedo que se le vaya a salir, que sea indiscreta"
"No es indiscreta, ella sabe muchas cosas y solo a mi me las cuenta, así como yo a ella solamente se las cuento y nunca he sabido que otros sepan las mismas cosas"
"¿Qué cosas?"
"Ay, ya te contaré, de verdad, pero ahora ¿qué dices?"
"Bueno, si dices que no dirá nada…"
"¡Siii!" vitoreó, luego se levantó y momento después entró con ella de la mano. Él la soltó y se acostó a mi lado, abrazándome. Ella se quedó en la puerta, sonriendo maliciosa aunque esta vez no me desagradó tanto su expresión. Yo claro, estaba estático, no sabía qué hacer o decir "ven" le dijo Israel, ella no lo pensó mucho, se sentó en el lado de la cama de él y me nos miró como esperando qué diríamos o haríamos a continuación
"Enséñasela Eleazar" lo miré con desconcierto, no esperaba ese tipo de orden, pero obedecí a continuación, me desabroché el pantalón y lo deslicé, luego los bóxers, los cuales les causaron risa "se te ven chistosos" dijo Israel atacado de la risa, igual ella. Él tomó mi pene y deslizó su mano hacia arriba y abajo "mira" le dijo, "es grande, acércate"
Ella no perdió su perenne sonrisa irónica; apoyó sus manos y sus rodillas en la cama y se acercó para mirar mi verga. "Cuidado, le sale la leche en chorros" dijo Israel y ella amplió su sonrisa; "a ver, chúpala como dices" le ordenó ella e Israel se la metió en la boca. Claro que mi excitación estaba al tope de nuevo, y era por la presencia de la chiquilla ¿podría ser tanta mi suerte que…? "ahora tu" dijo Israel, ella no dijo nada ni se movió durante unos segundo, luego me miró con esa expresión que antes me cagaba, y después acercó su boca, la abrió y me engulló.
¡Oh! su hermosa carita, sus labios finos, lo rojo de sus mejillas, el esfuerzo que hizo para poder tragar; todo eso combinado casi me causan un orgasmo. Sus ojos fijos en mí, aunque parecían decir: eres un vicioso, o "te tengo en mis garras", me hipnotizaban. Era imposible saber que pensaba, pero su boca, al principio casi estática, empezó a moverse lentamente; luego por fin cerró los ojos y pareció disfrutar del bocado "¿te gusta?" le preguntó Israel
Ella no respondió, siguió el mete y saca delicadamente, mi pene brincaba y mis ojos no se despegaban de la visión tan maravillosa; "¿te gusta Eleazar?" qué predicamento, pensé que si decía que no, ella se molestaría, que si decía que sí, Israel iba a ser el despechado "se siente igual que cuando tú me lo haces, aunque tú sabes más"
"Claro, yo te la he mamado más veces, a ver Deya, deja te enseño como se hace"
Tuvo que retirarla ya que ella se resistió a soltarla, no pude imaginar dicha igual, quizá estaba soñando, me dije o quizá estaba a punto de ser descubierto y todo se iría a la mierda y es que no podía concebir tanta dicha y tanta suerte. Israel me la mamó con maestría, chupo, besó y lamio; "¿ya viste? a ver tu"
¡Oh! ¡no puede ser! ahora ella, una hermosa e increíblemente deliciosa adolescente estaba ansiosa por mamármela, su boca se abrió de nuevo y de nuevo me engulló pero ahora tratado de imitar las enseñanzas de mi hermoso Israel.
Ya no podía más, mi pelvis se sacudía "¡no te vayas a venir Eleazar, porque luego nos la tienes que meter!" dijo con aprensión él; eso fue el acabose, le eché mi semen dentro de su boca lo que hizo que ella se retirará un poco tomada por sorpresa, por lo que parte le cayó en el rostro y en el pelo "¡ay! ya te viniste, ahora tendremos que esperar a que se te pare otra vez" dijo Israel llevándose las manos a la boca.
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