La profesora Helena
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
Cuando ingresé al nuevo plantel a continuar con mis estudios secundarios tenía muchas expectativas no sólo en mi actividad académica sino en el plano personal, sabía que ese cambio traería nuevas experiencias y vivencias que me ayudaría a conocer más la vida.
Pero a veces uno se queda corto en sus apreciaciones.
En el salón de clases pronto me hice a muchos amigos, pero quizás por afinidades comunes me hice muy amigo de Andrés, era un joven de mi edad, su padre era un próspero comerciante y su madre una profesora del mismo plantel.
Por sus actividades Andrés poco compartía con sus padres, así que nos hicimos buenos amigos.
Tuve la oportunidad de conocer a sus padres un poco más de cerca un viernes que me invitó a su casa.
Su padre se llamaba José , era un hombre corpulento, de complexión media y siempre andaba ocupado, pensando en sus negocios.
Su madre Helena era una mujer que por su presencia intimidaba, siempre con unas gafas de aro grueso y su pelo recogido con una moña , un rictus severo y una indumentaria holgada le daban la apariencia de un judoka.
Esa noche como cosa especial José compartió con nosotros un rato y además de eso unos tragos.
Sin embargo solo hablaba de negocios.
Helena por su parte se había encerrado en su estudio para terminar unos trabajos del colegio y salió sólo un momento hasta la sala , todavía portaba un legajo de papeles del colegio.
Luego se retiraron a sus respectivos aposentos pues hacía tiempo dormían en cuartos separados.
Andrés y yo continuamos hablando y sirviendo unos deliciosos tragos de brandy, el tema inicial fue el colegio, los compañeros de estudio, las chicas del colegio e inevitablemente terminamos hablando de sexo.
Andrés me confesó que no tenía novia y aunque le gustaba una chica tenía miedo de que a su madre no le gustara pues era una chica desinhibida y audaz.
El calor de la habitación, lo picante del tema y el alcohol fueron alterando la calma inicial.
Andrés se me acercó con su tablet y me convidó a ver un minivideo de sexo.
Sentados uno junto al otro pudimos apreciar el video de un trío MHM, era de sexo explícito y las imágenes crudas nos pusieron arrechos.
Mi verga se paró y una erección pronunciada levantó mi pantalón, Andrés se dio cuenta y le dio risa.
El también tenía su erección pero por el promontorio que se veía se deducía que su verga era pequeña.
Andrés me pidió el favor que sirviera los dos últimos tragos pues era tarde.
Así lo hice pero cuando me paré la erección era tan pronunciada que Andrés no podía retirar su vista de mi entrepierna, me sentí un poco confundido pero apuramos el trago y decidimos acostarnos.
Sin embargo había un pequeño problema , en el cuarto de Andrés no había sino una cama por lo que le pedí que me dejara dormir en el sofá cama que había en el cuarto de huéspedes .
Así lo hicimos, pero para mí surgió otro problema , no tenía pijama por lo que me tocó dormir en bóxer.
Traté de conciliar el sueño y pronto me quedé dormido.
Serían tal vez las dos de la mañana cuando sentí que corrían mi cobija, asustado me quedé quieto, en efecto una mano subía por mi pierna en forma muy lenta, al principio quise hablar pero dejé que la mano siguiera deslizándose para saber al menos donde se dirigía.
Su objetivo no era otro que mi pene, una delicada mano había llegado a mi verga, empezó a acariciarla muy suave al principio, luego fue apretando más hasta que la mano tomó la tan anhelada presa, simulé estar muy dormido y haciendo un ligero giro quedé en una posición boca arriba que facilitaba al máximo cualquier caricia que quisieran hacer , no tardó mucho en sentir en mi pene una lengua que se deslizaba en mi glande y luego el chupón de una boca ansiosa, quise gritar de la emoción pero me aguanté, luego dos o tres chupones más y la persona que estaba en mi cuarto desapareció.
Quedé sumido en la más grande incertidumbre …quién era esa persona ? por fin me cogió el sueño y al otro día lo primero que me acordé fue del pequeño incidente, un corrientazo me pasó por todo el cuerpo y una leve erección trató de insinuarse…lo que si tenía claro era que lo mamaba delicioso.
De pronto oí la voz de Andrés que me llamaba para tomar el desayuno.
Sus padres ya habían salido y a pesar de que trataba de buscar en la cara de Andrés alguna señal de ser la persona de la caricia nocturna o lo disimulaba muy bien o no era él.
Y si no era él entonces quien…?
Habían pasado unos quince días del suceso referido cuando Andrés me invitó a su casa de campo junto con sus padres en las afueras de la ciudad, acepté complacido y muy el viernes por la tarde nos fuimos para su cabaña.
Estaba bastante retirada de la ciudad en una zona de espesa vegetación, era una casa pequeña que constaba de tres alcobas, una sala grande , una pequeña cocina y dos baños .
Al llegar empezamos a asear el sitio y arreglar las cosas para nuestra estancia, don José notó con preocupación que faltaban varias cosas esenciales, el problema era que había que traerlas de muy lejos.
De inmediato llamó a Andrés para que lo acompañara, caía la tarde y el trayecto era largo.
Me pidieron que me quedara acompañando a doña Helena, asentí sin dudarlo y ellos partieron.
Doña Helena se había retirado a su cuarto para cambiarse de ropa y asear un poco el cuarto, yo hice lo mismo con el cuarto de huéspedes que se suponía iba a ser mi alcoba aunque tenía que compartirlo con Andrés.
Entré a uno de los baños para tomar una ducha, estando allí me acordé del incidente de la noche anterior y como estábamos los mismos personajes deduje que podía presentarse de nuevo esta situación.
De solo pensarlo me excité, aunque no sabía quién era lo que si sabía era que deseaba repetir esa experiencia, aún recordaba nítidamente la mamada de verga más deliciosa en mi corta vida y lo peor era que había quedado inconclusa.
Salí del baño y quede estupefacto, en la sala estaba doña Helena, se había despojado de su ropa holgada y ahora llevaba un short ajustado que delineaba un cuerpo espectacular, caderas amplias y un trasero firme con dos nalgas grandes y paradas, su tiro corto permitía apreciar su pubis perfecto en que sobresalía un Monte de Venus pronunciado, en la intersección de sus ingles se traslucía la entrada de su vagina por cierto con una abertura que definía sus labios vaginales en forma nítida.
Y sus senos que antes no se podían apreciar ahora gracias a una blusa ajustada eran dos hermosos frutos tentadores, no tenía brasier y sus pezones se destacaban como dos pequeños botones semi adormilados pero de buen tamaño.
Tal vez doña Helena notó mi reacción libidinosa y sonriendo se desenredó el pelo dejando caer una hermosa cabellera larga y negra que enmarcó su rostro que esta vez no tenía el ceño adusto sino la sonrisa coqueta de una mujer atrevida y sexy, para colmo de males se quitó sus gafas y su cara mostraba un rostro entre ángel y demonio…por Dios era una mujer completamente diferente.
Sentándose en el sofá me hizo señas que me sentara a su lado, no pude contenerme y corrí hacia ella como el insecto que va a la llama sabiendo que lo va a consumir, no acababa de sentarme cuando me abrazó en forma asfixiante y pegando su boca a la mía empezó a besarme apasionadamente, su lengua fue lentamente haciendo arabescos dentro de mi boca y sus labios de vez en cuando succionaban mi lengua , sus manos empezaron a bajar por mi pecho y muy pronto fueron a parar a mi entrepierna, como una poseída por el dios de la lujuria bajó mi pantaloneta y mi bóxer casi de un solo tirón, quedé allí con mi verga todavía adormilada frente a esa hembra de fuego, se lanzó ávida con su boca a darle vida a mi pene flácido, fue cuestión de segundos cuando lo convirtió en un cilindro de carne ansioso de buscar una vagina abierta, empezó a mamar mi verga con desespero, se arrodilló y con todo el tolete metido en su boca empezó a acariciar mis nalgas, no aguantó más y se acaballó encima de mí, con sus propias manos abrió al máximo su vagina y se clavó mi verga que rápido desapareció en esa gruta de lujuria, sus movimientos enérgicos y circunvalares me hicieron tener un delicioso orgasmo, mi leche desapareció y ella tomando mi glande exprimió mis últimas gotas de semen que degustó con sumo placer.
A lo lejos oímos el ronroneo del motor del carro de don José, retomamos nuestras labores y cuando ellos llegaron no se dieron cuenta de nada .
Esa noche del sábado junto con don José y doña Helena disfrutamos de una exquisita cena y nos pusimos a beber, al calor de las copas el ambiente se fue distensionando y don José animado por el licor empezó a acariciar a doña Helena que disimuladamente le correspondía, quizás no aguantaron más las ganas de tener sexo y se retiraron a su cuarto, más tarde sus retozos eróticos se oían claramente en la sala, Andrés no disimulaba su excitación al saber que sus padres estaban posiblemente teniendo un encuentro sexual frenético e intenso.
También yo suponía esas escenas y me acordaba de doña Helena haciéndome el amor, aún tenía la imagen de su vagina hambrienta de sexo, todavía sentía en mi nariz la aroma de su sexo, me ericé y mi verga se me paró.
Andrés se dio cuenta del incidente y sentándose a mi lado me agarró la verga que estaba ya erecta, me sorprendió su actitud pero esa noche estaba dispuesto a gozármela, me saqué el pene erecto y lo puse a disposición de Andrés , éste se lo llevó a su boca y en un santiamén ya lo tenía metido todo en su boca, mientras succionaba mi verga un sudor frío corría por todo mi cuerpo, su lengua empezó a lamer todo el pene y sus manos apretaban suavemente mis testículos.
Se paró de un momento a otro, tomo una botella de licor, dos copas y me llevó al cuarto, allí se despojó de su sudadera, no llevaba interiores y su cuerpo desnudo quedó frente a mí.
Su trasero era firme, sus nalgas macizas eran abombadas, su pene tal como lo había supuesto era relativamente corto pero de buen diámetro.
Me tumbó en la cama y empezó a besarme de pies a cabeza, cuando llegó a mi verga nuevamente se la tragó y empezó otra vez a mamar, mi cuerpo no resistía tanta emoción, unos movimientos espasmódicos le avisaron que mi eyaculación estaba pronta, se tendió en la cama boca abajo, colocó unos almohadones en sus caderas que le permitieron elevar su culo, con sus dos manos apartó sus carnosas nalgas dejando ante mis ojos un ano rosado y grande, fui tras ese botín, era tan llamativo y provocador que no dudé un instante en meter mi lengua en su estrecho orificio y con mi saliva lubricarlo, lo penetré con mis dedos, éstos resbalaron suave en la mullida gruta , sus paredes rectales eran de un rosado intenso y ligeramente cálidas, ensalivé de nuevo su esfínter y clavé mi verga en esa entrada pecaminosa, después de entrar mi pene se deslizó suave, empecé a meter y sacar mi verga en forma vertiginosa, Andrés bramaba de la emoción mientras se masturbaba con movimientos rápidos para excitar su pequeña verga, de pronto no aguanté más y un chorro de semen inundó el culo de Andrés, él se sintió pleno y acelerando sus movimientos manuales también logró su eyaculación.
Me había deslechado, quedé exhausto sin embargo al ver su pequeña verga en un acto de reciprocidad la llevé a mi boca y le succioné las pocas gotas de semen que salían de su pequeña verga.
Nos acostamos y el sueño nos venció.
Al otro día era Domingo, doña Helena llamó muy temprano a Andrés para que la llevara en el carro a la misa del pueblo, cuando ellos salieron yo todavía dormía.
Ya estaba en ese estado de somnolencia que antecede al despertar cuando sentí que una boca empezaba a succionar mi verga, en mi letargo creí que era Andrés y en forma casi inconsciente me acosté boca arriba para que mi verga quedara completamente vertical y darle todas las facilidades para que me la mamara, en efecto empecé a sentir unas mamadas llenas de lujuria, esa succión era cada vez más fuerte, yo simulé seguir dormido, solo cuando sentí un pesado cuerpo sobre mi bajo vientre reaccioné, don José se había ensartado mi verga erecta en su culo y moviéndose en un contoneo de puro marica buscaba con esos giros meterse mi verga en lo más recóndito de su recto.
No tuve tiempo de reaccionar, y don José siguió encima comiéndose mi tolete.
No había reaccionado a esa sorpresa cuando apareció Andrés con su madre y nos encontró en esa orgía.
Y allí en esa incómoda situación vino la sorpresa mayúscula, el puntillazo de la faena, doña Helena desnudó a Andrés y excitada de ver a su marido clavado empezó como loca a mamarle la verga a Andrés que también excitado tomó a doña Helena y acostándola en el sofá empezó a culiársela como poseído por un demonio.
La escena era cosa de locos, don José clavado hasta el fondo del culo, Andrés clavando a su madre y para cerrar con broche de oro como pudo doña Helena se arrimó a su marido y mientras su hijo la clavaba ella empezó a mamárselo a don José, la distracción de la sorpresa me había frenado mi orgasmo que ya venía en camino pero ahora con los jadeos de doña Helena, las imprecaciones de don José y los alaridos de Andrés llegó un orgasmo conjunto y ese cuadro de lujuria concupiscencia e incesto explotó en un espectáculo multiorgásmico que llenó la estancia de un aroma de sexo y pecado.
Todos quedamos mamados, don José salió hacia el patio , doña Helena yacía en la cama con esa vagina hermosa entreabierta, sus labios vaginales eran como pétalos que se abrían lado y lado pero su clítoris estaba erecto, no aguanté las ganas y me lancé encima de ella, empecé a mamarle ese clítoris y ella volvió a excitarse , me acosté encima de ella y para darle elevación a sus caderas hice que metiera unos almohadones bajo sus caderas, me monté encima de ella y empecé nuevamente a penetrarla, estaba excitado al máximo, pero sentí un frio cortante cuando una verga empezó a penetrar mi culo, era Andrés que viendo mi culo a su alcance metió su pequeña pero regordeta verga y empezó a clavármela muy adentro, al principio sentí escozor, pero luego el movimiento de mi penetración a doña Helena se sincronizó con el movimiento de penetración de Andrés, de tal modo que cuando Andrés empujaba su verga en mi culo hacía que yo empujara la mía y la insertara más profundo en la vagina de su madre, cuando Andrés sintió venir su eyaculación incrementó sus movimientos y los tres obtuvimos un orgasmo simultáneo.
Nos incorporamos en silencio, doña Helena estaba radiante, Andrés lo mismo, yo estaba entre sorprendido y excitado… buscaba una explicación… tal vez doña Helena adivinó mis pensamientos y en una lacónica frase aclaró mis dudas.
“Andrés no es hijo nuestro, es adoptado”
Eso explicaba muchas cosas pero permanecía un enigma…esa noche quien fue el que me dió esa mamada de verga inolvidable …???
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