Noche de amigas, alcohol risas y algo más.
Una divertida noche de amigas que termino de la forma menos pensada..
Noche de amigas, alcohol risas y algo más.
El viernes pasado tuvimos cena de chicas en la casa de Gabriela mi amiga. Iban todas las compañeras del gimnasio y aprovechando que mi pareja tenía reunión de amigotes en otra casa, decidimos pasar ese viernes separados.
En la reunión éramos varias chicas de distintas edades y la verdad es que nos estábamos divirtiendo bastante charlando pavadas, algunas bailando, otras cantando karaokes y hasta jugando al juego de mímicas.
Habíamos tomado bastante alcohol, las risas y la diversión fueron el denominador común durante varias horas. Había muchas bebidas de lo más diverso y esas mezclas de bebidas creo que fue lo que nos hizo efecto a varias de las presentes.
Yo estaba muy mareada y bastante alegre, ya era tarde y luego de que se fueran todas las chicas nos quedamos a solas con Gabi en su casa. Ella me dice si quería que abriera un champagne que tenía guardado para festejar, yo dudé un rato porque ya habíamos tomado demasiado, pero al final le dije
” bueno si, de última me quedo a dormir acá en tu casa!”
Y así fue que nos tomamos ese champagne y eso obviamente sumó a la borrachera que ya teníamos.
Suena el timbre de la casa, me pareció extraño por el horario pues era bastante tarde, llega a su casa el nuevo novio de Gabriela al que aún yo no conocía personalmente.
Roberto, un hombre mayor muy alto y delgado, gentil y respetuoso, extremadamente formal y hasta algo anticuado. Tenía una apariencia algo intrascendente al que nunca jamás le hubiera prestado atención en ningún otro ámbito e incluso podría decir que lo encontraba poco atractivo y por no decirlo tácitamente, antiguo y un tanto vulgar.
Se quitó el saco y luego de saludarnos amablemente con un beso, se sirvió un trago y entablamos conversación los tres.
Al rato de charlar con nosotras y corroborar nuestro alegre estado de ebriedad comenzó a reírse de nuestra borrachera. Bromeaba comentando que estábamos arruinadas por la bebida y que en tal estado servíamos para poco, decía además que al parecer se había enterado que todas las amigas de Gabi eran unas veteranas borrachas jaja.
Esa frase chistosa de su parte fue el disparador para que broma va y broma viene, a Gabriela no se le ocurriera mejor idea dentro de su borrachera que decirle que para que él vea que aún estábamos sobrias (cosa que no era para nada así) ambas le íbamos a demostrar que estábamos en perfectas condiciones con un buen sexo de trío como él nunca jamás había tenido.
Me reí mucho porque pensé que era una buena broma de parte de Gabi y creo que en medio de esta cómica mezcla de alcohol mi inconsciente asintió sin querer al disparate que promulgó mi amiga, pues de la propuesta realizada por Gabriela tomé conciencia bastante más tarde.
Tengo por momentos borrosos ciertos pasajes de lo sucedido, pero recuerdo lo siguiente.
Estábamos las dos sentadas en el borde de la cama de mi amiga en la planta alta riéndonos de manera compulsiva y cómplice hasta casi el llanto y Roberto ubicado a los pies de la cama, parado sonriente mirándonos con ojos de complacencia y ternura mientras iba quitándose pulcramente sus zapatos.
No sé cómo pasó, pero Gabi al rato estaba ya completamente desnuda tirada en la cama y yo tenía mi nueva blusa puesta, un sombrero de ella tipo capelina antiguo sumamente elegante y de estilo que me hacía parecer toda una lady, pero de la cintura para abajo estaba completamente desnuda y con mis bragas en la mano.
De momento veo que él se quita el pantalón y de espaldas a nosotras quita su calzoncillo mientras nosotras le silbábamos riéndonos sin parar, dos mujeres fuera de si gritándole improperios y obscenidades como si fuese un stripper.
Él dobló todo prolijamente en la silla se dio vuelta lentamente casi con pudor y recién ahí estando de frente a nosotras pude traer a la realidad la confidencia de mi amiga.
Colgaba de su entrepierna una enorme verga plagada de venas y con una importante cabeza color violácea que se tambaleaba de un lado a otro y fue entonces cuando tomé conciencia de la situación en la que me encontraba metida sin quererlo, formaba parte de esta locura en conjunto a la que mi sentido común negaba rotundamente.
Más aún con la imagen que estaba viendo que me daba a pensar los estragos que podría sufrir si existía una mínima posibilidad que “eso” entrara dentro mío.
Obvio que yo aseguraba que jamás sucedería, no era opción viable para mi bajo ningún aspecto y mi moral jamás aceptaría.
Roberto se acercó y Gabi tomó hábilmente su pedazo con sus manos y rápidamente besó la punta repetidamente y con muchas ganas, me miró y con complicidad me instó a hacer lo mismo y ahí, no logro entender que sucedió, porque inconscientemente la obedecí y tomé su pene con mi mano (era muy grueso) besé su punta y no pude resistir el impulso de meterme su glande en la boca y darle una buena chupada, en ese momento él soltó una especie de gemido. Fue excitante porque su sabor y su aroma, profundo y persistente y la suavidad de su piel me produjeron un cosquilleo en la panza.
Gabriela se acomodó de espaldas en la cama y el la penetró, ella gritó un poco y comenzó el juego, y mientras eso pasaba ella me tomó de la cara y me dijo con un tono sumamente imperativo
-“después, te toca a vos”
Yo en realidad pensé que ahí terminaba todo, que solo era un juego de su parte y que no tendría mayores alcances que esa broma absurda y que ellos se harían el amor y listo.
Y aquí tengo una vez más otro vacío memorial ya que no recuerdo muy bien como pasó todo lo siguiente.
Es que el recuerdo vuelve a mí estando ya recostada de espaldas en el borde de la cama con las piernas en alto, Roberto sujetaba firmemente mis tobillos con ambas manos, separaba mis piernas y apoyaba el anverso de su enorme miembro en los labios de mi vulva, iba y venía frotándolo contra mí.
Acto que realizaba lenta y pausadamente y que me ponía los pelos de punta. Él sabía que su herramienta abriría caminos porque ya había comenzado a excitarme y él a notar que tanto mi vagina como mi ano se humedecían y empezaban a dilatarse poco a poco.
Roberto, viejo zorro, y con toda su experiencia encima sabía perfectamente lo que hacía, en uno de sus movimientos dejó que su miembro se deslizara un poco más hacia abajo a la altura justa en que su glande encontraba mis labios, con un poco de presión metió la mitad de su enormidad dentro de mí.
Separó repentinamente mis carnes y sentí como me abría, fue intenso y sumamente placentero ese golpe que me dejó sin aire y justo cuando pude volver a respirar vino el segundo empujón que terminó por meter todo dentro.
Fue en ese momento que escuché su voz decir
-“mira vos, es chiquitita pero de buena capacidad la petisa jaja ”
Siempre me jacté de ser estrecha en mi interior quizás dado por mi pequeño tamaño y baja altura, confieso que jamás imaginé que algo del tamaño que él poseía pudiese entrar dentro mío.
Sentí que mi ano en un acto de solidaridad con mi vagina y el resto de mi cuerpo se dilataba y contraía al compás de su ingreso, era algo que jamás había experimentado y era obvio que su poderosa herramienta tenía el poder de abrirlo todo.
Comenzó a bombearme lentamente entrando y saliendo de mi como para hacerme sentir todo el esplendor de sus rugosas venas y a la octava o novena entrada totalmente perdida, me vine sin poder parar.
Comencé a acabar de una manera continua con múltiples contracciones que no podía manejar de ningún modo, todo se fue de control y se ve que esas contracciones fueron las causantes del estrechamiento de mi interior porque un par de segundos después escucho a Roberto gemir
-“ no puedo más, me vengo “
y fue casi simultáneo con sus palabras sentir como su humanidad endureció llenando mi interior y sus espasmos comenzaron a dar camino a una enorme cantidad de semen que brotaba de su miembro, internamente sentía como si tuviera un diluvio caliente llenándome y así lo fue realmente.
Luego de eso él cayó suavemente de lado encima de mi hombro de manera inerte mirando para el lado opuesto y ahí quedó inmóvil por los varios minutos encima mío.
Logré ver que Gabi me miraba desde el otro lado de la cama y sin salir de su asombro se acercaba susurrándome
-“a mi jamás me acabó así , lo mataste “
Cuando por fin se levantó y salió de mí, pude ir hasta el baño y me di cuenta que su espeso semen corría ya a mitad de mis piernas. En el baño y de puro curiosa saqué un poco con mis dedos y lo probé…. sabía bueno y había acabado una enormidad
Regresé a la cama luego de limpiarme un poco, me tiré a un costado y los vi a ambos desparramados.
Mi amiga estaba como si hubiera caído muerta de un cuarto piso y él aún semidormido respiraba pausadamente su post orgasmo.
Creo que me quedé dormida, no sé cuánto tiempo fue y desperté porque tuve ganas de orinar, me levanté con dificultad tambaleando y fui nuevamente al baño, dejé entornada la puerta del mismo y luego de limpiarme me paré frente al espejo para ver mi lamentable estado general.
Una mezcla de cansancio, borrachera, grandes ojeras, rímel corrido y demás invadían mi cara de manera fantasmal pero curiosamente aún tenía puesto el viejo sombrero, esbocé una sonrisa al verme porque era algo cómico sin dudas, hice una mueca, me gustaba
Me incliné hacia adelante apoyando mi vientre en el borde del lavabo para poder acercarme al espejo y poder mirar mi rostro de cerca (sepan que mido 1,50m) y en ese instante siento por los costados de mi cadera un par de manos que me acarician suavemente, miro en el espejo por el lateral del sombrero y lo veo a Roberto con una tierna sonrisa parado detrás de mí, le devuelvo la sonrisa de manera cómplice
Sus manos acariciaron y masajearon mis caderas amorosamente y en poco tiempo pasaron de acariciarlas suavemente a sostenerlas con firmeza y hasta diría con cierta fuerza.
Se acercó a mi cuerpo, presionó el suyo contra el mío y comenzó a acariciarme con más firmeza las caderas siguiendo con los pechos y el abdomen. Sentí el roce de sus piernas contra las mías que aún estaban de puntillas y que él con sus pies las separaba suavemente hacia los lados, sus manos deslizándose hábilmente y lo que intuyo era su pene fláccido rozando mi entrepierna.
Imaginé el desenlace de esta situación, pero me equivoqué sin dudas…ya van a ver
El roce de su sexo y las caricias provocaron en mi la misma sensación anterior que tuve en el dormitorio, comencé a excitarme y a gemir y sentí a mis orificios nuevamente comenzar a humedecerse y a distenderse.
Roberto , hábilmente y sin soltarme los cachetes del culo con el dedo pulgar de ambas manos comenzó a masajearme el ano dulcemente, cosa que realmente me resultaba placentero, me gustaba mucho y había algo de éxtasis en eso que jamás me había hecho nunca nadie y me hacía sentir de maravillas.
Y como soy una mujer decidida y de carácter fuerte, y siempre me gusta tener el control de todo especialmente en el sexo, solo entonces me di cuenta de que me encontraba en una posición algo desfavorable en esta situación
Parada en puntas de pie haciendo equilibrio sin poder cerrar mis piernas, presa contra un lavabo con mis manos apoyadas contra el espejo para no caerme y con Roberto teniendo todo a su merced, temí por mi… él apoyó su miembro ya erecto en mi vagina y entró unos centímetros y yo gemí de gusto, se sentía fantástico era excitante y me gustaba mucho. Después me di cuenta que estaba buscando que mis fluidos lubricaran su miembro.
Dije anteriormente que me equivoqué y fue realmente así, lo que pensé que iba a suceder no sucedió y ocurrió otra cosa
Luego de un rato de moverse y ante mi sorpresa él retiró su pene lo poco que entró en mí y subiendo apenas unos centímetros lo apoyó en mi orifico anal que ya estaba dilatado gracias a sus masajes…me asaltó el miedo en ese instante debo decirlo.
Presentí algo inesperado, yo jamás había tenido sexo anal en mi vida y viendo sus enormes dimensiones, noté que las cosas venían sucediéndose de forma que eso parecía algo inevitable…
Al menos para mí y eso me asustaba
Roberto se inclinó hacia adelante sobre mi cuerpo, sentí su respiración cerca de mi oído, me besó dulcemente en la cara y lo escuché decir
-” desde que te vi quise poseerte ”
Sintiendo lo que se avecinaba, le rogué entre susurros de miedo que tuviera compasión de mí, y él, con total calma y control de la situación, me dijo
-«No te preocupes, tranquila, ya vas a ver.»
Acto seguido sentí el glande de su verga venosa comenzar a empujar y abrirse paso lentamente dentro de mi esfínter anal. Al inicio fue un intenso dolor sentir como mi ano se abría ante semejante poder, un torbellino de sensaciones variadas me sucedía inusitadamente, fue algo inusual quise llorar e incluso hasta pensé que iba a desmayarme, confieso que grité un poco y quise salirme, pero en la posición en que estaba era imposible moverme.
Y de repente mágicamente al cabo de un rato lo que parecía que era un infierno se fue convirtiendo en algo agradable, su enorme pene ya estaba por la mitad de su recorrido y allí comenzó lentamente a entrar y salir de mí, de manera pausada suave y tranquila como tratando de acostumbrarme a su enorme presencia dentro mío, sabiendo perfectamente lo que acontecía.
Él tenía total claridad y control de la situación.
Un par de minutos más tarde me di cuenta que estaba entrando casi todo dentro de mí, su cadencia ya era más intensa e incluso su respiración había empezado a convertirse en gemidos más fuertes y yo por mi parte incluso podía percibir en sus ataques la remota posibilidad de un orgasmo anal acechándome, algo que nunca había tenido en mi vida y que ni siquiera sabía que era posible tener.
Este frenesí, debió durar solo un par de minutos, hasta que en un momento mis piernas comenzaron a flaquear ya no podía sostenerme, comencé a pedirle por favor que parara que ya no aguantaba más.
Ante mi pedido, él con su siempre natural amabilidad y respeto hacia mí como si fuera un lord inglés con una gentileza y una tranquilidad que por momentos llegaba a desesperarme, accedió a mi petición arremetiendo en un par de empujones hasta tocar fondo y ahí si sentí que algo golpeaba e invadía mis entrañas profundamente, era algo desconocido para mi hasta ese momento. Quise gritar algo, pero no pude y en medio de tal sensación lo escuché decir tranquilamente a mi oído
-“tranquila, acá estoy……y esto es para vos….”
Y como si se tratara de un homenaje hacia mi persona su eyaculación comenzó dentro de mí, sentí fluir enormes cantidades de su semen caliente que llenaba e inundaba el interior de mis intestinos, sus venas latían al compás de sus contracciones y a cada una de ellas se transformaban a través de mi esfínter anal en mis gemidos.
Casi al instante y al ritmo de esa sensación frenéticamente rítmica, llegó lo que faltaba.
Como de la nada un orgasmo anal me hizo sacudir todo el cuerpo en un estado casi convulsivo, temblaba con diversas contracciones de manera constante y no sé si este hecho provocó una contracción muy poderosa de mi esfínter para permitirme escuchar con claridad de su boca un fuerte gemido casi al borde del llanto
Quizás el repentino apretón de mi ano le dio una estocada final al noble caballero y esto lo hizo terminar cayendo sobre mi espalda para luego llegar a la calma.
Quedamos como abotonados, ambos inmóviles durante un par de minutos sobre el lavabo
Acercó su rostro, me beso dulcemente en la oreja y el cuello y suavemente y sin quitarme su verga me dijo en un susurro amoroso casi paternal
-“siempre quise poseerte íntimamente, que de alguna manera tuvieras algo mío para siempre y ahora ya nadie me va a poder quitar ese privilegio…..gracias ”
Sacó su enorme verga de mí trasero y su esperma comenzó a chorrear por mis piernas.
Me di la vuelta y sin pensar lo que estaba haciendo lo besé en la boca. Le agradecí sin saber por qué y aún bajo el efecto del alcohol fui a bañarme.
Cuando salí del baño ambos dormían en la cama de mi amiga, me cambié como pude juntando mis cosas y me fui para mi casa.
Hoy, después de varios días, dan vueltas los pensamientos en mi cabeza tratando de entender qué pasó esa noche, una noche muy extraña, por cierto.
Nunca tomo tanto alcohol ni yo ni las chicas, nunca hay visitas en casa de mi amiga a esa hora de la madrugada, nunca he perdido el control de mí en una situación como la que me pasó la otra noche y jamás me involucro con las parejas de mis amigas, menos aun teniendo pareja.
Y los más extraño de todo, un hombre absolutamente desconocido, bastante mayor que no es mío sino de una amiga, a quien considero además para nada atractivo y hasta vulgar. Logró darme dos de los orgasmos más intensos y raros que tuve en mi vida incluso sin quererlo
Ni siquiera en mis sueños fantaseé alguna vez con llevar dentro de mí la cantidad de esperma que me llevé esa noche de la casa.
Que alguien me agradezca con ternura después de darme dos cogidas tremendas así es realmente muy extraño, casi incomprensible.
Debo confesar que la sensación de tenerlo dentro de mi culo me duró por varios días. Sin dudas Roberto no es algo fácil de olvidar, al menos para mí jaja
Y como nota colorida a todo esto que cuento, ayer iba caminando al mercado de la otra cuadra y al cruzar la avenida veo que bajaba del auto en esa vereda Roberto.
Me ve y me saluda con su mano, me acerco y lo saludo con un beso en la mejilla y nos pusimos a charlar animosamente.
Era evidente en la conversación que ambos queríamos decirnos algo sobre la noche en cuestión, pero parecía como si ninguno se animara y lo esquivábamos.
En un momento tomo la posta y le digo que estaba tratando de entender algo de todo lo que pasó en esa casa y en mi estructura mental no lograba encontrarle ningún sentido.
Que pasaron cosas que nunca me hubieran pasado a mí si hubiera buscado esa situación, y buscando un chivo expiatorio para exculparme culpé al alcohol por todo lo que pasó.
Él después de escucharme y con su pausada tranquilidad me dice que en realidad no iba a ir a lo de Gabriela esa noche, ella le había dicho que para las dos de la madrugada ya no iba a estar ninguna de sus amigas y si había alguien, que posiblemente fuera yo que era de su plena confianza.
Y me cuenta que Gabriela le mostró una foto en donde estábamos todas las del gimnasio, ahí él nota que mi cara le resulta familiar y le pregunta quién soy, ella le cuenta que soy algo así como su mejor amiga, la confidente que era muy íntima, y él ahí decidió ir esa noche a su casa.
Y acá viene lo interesante.
El vive lejos de aquí pero me cuenta que en dos oportunidades de su vida paro a comprar cosas en el mercado del barrio, que de pura casualidad él me vio andar por los pasillos , que le gustó mi manera al caminar y hasta incluso mi altura jaja, y que en una oportunidad se acercó y me hizo una pregunta trivial sobre el precio de un producto y que mi sonrisa iluminó su rostro fue entonces cuando pensó que bueno sería darme algo suyo para que nunca lo olvidara así como él no olvidaría jamás esa sonrisa.
Nos despedimos con un beso en la mejilla y ambos nos fuimos
-“hasta la próxima jaja “
Le digo y él se sonríe.
Si hay algo en todo esto de lo que él estaba completamente seguro y en lo cierto es que nunca podría olvidarlo…
Cada tanto la sensación de tenerlo en mi culo me lo recuerda…… y a veces tengo ganas de reencontrarlo…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!