Una putita golosa destrozada por mi novio, parte 2: le meten la punta y algo más.
Mi macho le mete la punta y algo más a la zorra, pero descubre que hay un problema…ahí entro yo a la escena. .
En eso mi hombre levanta a la zorra para llevársela a la habitación. Cuando pasa por mi lado ni siquiera voltea a mirar, es tanta su expectación por comerse una zorra de 12 años…
Los músculos se le marcan en todo su torso mientras camina, la zorra extasiada lo mira como un dios, y no está lejos, es tan perfecto.
Dejo de mirarlos una vez entran a la habitación, por lo que me paro y voy hacia el despacho, para de allí poder ver lo que hacen. En la puerta que comunica el despacho con la habitación hay un vidrio ahumado, por lo que puedo ver sin ser vista. Además, como la puerta está entreabierta puedo escuchar perfectamente lo que dicen.
Cuando me asomo la putita le está comiendo la boca a mi hombre como si nunca hubiera comido algo tan delicioso. Le acaricia la cabeza con deseo mientras lo besa apasionadamente. Luego la zorra baja por su cuello, sus hombros y sus tetillas quedándose ahí para saborearlas mejor. Las enormes tetillas de mi esposo son succionadas por la zorra como si esperara que de ellas brotara leche. Luego la putita baja por su abdomen besando cada uno de los cuadros que se le marcan.
- ¿Si te está gustando lo que comes zorra? Le pregunta mi hombre.
- Está delicioso, nunca pensé que un hombre supiera tan rico.
- Eso que no has probado lo mejor, dice mi hombre tocándose la verga.
- ¿Papasito, me da permiso para sacarle su vergota? Le pregunta la zorra.
- Hazle putita, sácame la verga para que te la comas hasta los huevos.
En eso la zorra de turno le desabrocha su correa, para posteriormente desabotonar su pantalón. Mientras baja el cierre se da cuenta de algo que no había notado: que allí abajo hay algo muy grande. Con ansias trata de bajarle el pantalón, sin embargo, no lo consigue.
Mi esposo se para y se lo saca el mismo, dejando ver un gran paquete en el bóxer y unas piernas velludas e hipermusculosas.
Luego la putita se le acerca para bajarle el bóxer, que consigue quitarle con dificultad, dejando a la vista una enorme verga que aún dormida mide mas de 17 cm y con un grosor desmesurado. Como sé desde hace años, la verga de mi esposo no es de las que se pare con cualquier excitación del momento, pero que luego de paradas no hay quien las vuelva a hacer dormir.
La zorra toca la verga entre asustada y excitada, mientras mira esas enormes piernas con deseo y casi con las babas chorreándole por su boca. Al momento decide bajar a lamer sus musculosas piernas para luego ponerse a chupar su enorme verga, cosa que aún dormida no le cabe ni la tercera parte en la boca.
Poco a poco veo que la zorra traga menos de aquella verga, y no es para menos, poco tiempo después está en todo su esplendor. 23 cm de gruesísima carne, casi 21 cm de diámetro, coronada por una enorme cabeza y unos formidables huevos peludos y colgantes que parecen dos naranjas. Como mi esposo no se rasura la verga al ras, sus pelos son cortos, pero aún visibles. La verga es además muy venosa, sus venas son muy marcadas lo que la hacen ver un arma aún más temible de lo que es.
- Creo que no quiero hacerlo ahora. Es demasiado grande, no me cabrá ni siquiera la enorme cabeza, dice la zorra cogiendo la verga con las dos manos y aún así sin poderla abarcar. – creo que mejor me voy a mi casa.
- De aquí no sales con ese virgo, me voy a comer esa vagina quieras o no, expresa mi hombre acercándose a la zorra.
- Por favor señor, dice ella comenzando a sollozar, mientras se trata de alejar. – no quise meterme con un hombre como usted, pero es muy lindo y por eso acepté… pero es muy grande me va a matar.
- – me importa una mierda si te parto, pero ese chochito tendrá que ser mío, dice mi hombre cogiendo a la zorra del pelo y quitándole la ropa sin dificultad. – si gritas te pego un puño que de veras te mande al hospital, añade mostrándole un puño que parece una enorme masa.
- O no gritaré señor, pero no me haga daño se lo suplico dice la zorra arrepintiéndose de haber conquistado semejante macho. Ahora tal vez sabe que ya no hay escapatoria.
Mi hombre baja a chuparle el chocho a la zorra, dejándole mucha saliva para que resbalen sus dedos. Luego se acerca a la mesa de noche de donde saca un lubricante. Esparce suficiente lubricante como para poder deslizar sus dedos sin problemas y continúa metiéndole su dedo corazón. La puta siente algo de placer por que comienza a gemir despacio, mientras tanto mi esposo nota algo raro.
- ¿Ya te han metido la verga verdad? ¿No eres virgen?
- No, dice ella avergonzada. Ya me han culiado antes.
- ¿Quien? Pregunta mi esposo.
- No se lo puedo decir, es un secreto.
- Dímelo dice mi esposo acercando su boca a la de ella y dándole un beso de los que solo el sabe dar. – dímelo no seas malita, repite.
- Mi hermano y mi primo dice ella.
Su hermano es un hombre de unos 20 años, alto y flaco, que siempre me hecha los perros, pero al que nunca le he visto gracia alguna. Por el contrario, su primo es un soldado de cerca de 25 años, musculoso y muy lindo al cual seguro que esta puta habrá disfrutado en más de una ocasión.
–y qué tan grande tienen la verga? Le pregunta mi esposo un poco decepcionado. Esta vez tampoco se va a comer una panucha virgen.
- Mi primo la tiene como de 17 cm y la mitad de gruesa que la suya. Mi hermano la tiene de 20 cm y con un grosor de 15 cm de diámetro, se la medí a los dos para mirar quien la tenía mas grande.
- ¿O sea que ya has estado ya con los dos al mismo tiempo?
- Si, varias veces.
- ¿Y te la han metido por los dos agujeros? ¿Por el culo y por el chocho?
- No, por mi culo todavía no ha entrado nadie, dice la zorra haciendo que mi esposo se excite de nuevo al tener un hueco inexplorado.
- Ya lo estrenaremos luego dice mi hombre con su voz de macho, haciendo que la puta se ponga a temblar por esa perspectiva.
En eso mi esposo le mete dos de sus enormes dedos, haciendo que la puta sienta dolor por primera vez en la sesión. Luego de dedearla un rato continúa con el tercer dedo, ahí la puta comienza a chillar. Mi esposo haciendo caso omiso a sus lloriqueos trata de meter otro dedo, sin embargo, no entra, por lo que decide meter la verga.
Acerca su enorme cabeza al chocho ya abierto por sus dedos mientras la puta llora aún mas duro sabiendo lo que viene a continuación.
La cabeza no entra ni al primer intento ni a los intentos posteriores. A pesar de que mi hombre empuja con fuerza el chocho le opone mucha resistencia. En esas decide poner en cuatro a la zorra para así meterle la verga desde atrás. Se pone muchísimo lubricante en sus enormes manos y luego las esparce por su gran vergón.
con la mano izquierda tapa la boca de la zorra mientras con la derecha tantea el chocho para colocar su cabezota justo a la entrada. Cuando la tiene allí la coge de la cintura fuertemente y la acerca hacia él. Aún con la mano de mi macho en su boca, se puede escuchar, apagado, el grito de la zorrita de turno. La cabeza de la enorme verga ha entrado y con ella, el dolor al cuerpo de la prostituta.
Mi esposo sin pensar le mete con dificultad otro trozo de su enorme verga, mientras que la zorra desmayada queda como trapo en las enormes manos de mi hombre. Luego de haberle metido casi la tercera parte de su pijota a la puta, mi esposo se da cuenta del enorme chorro de sangre que hay en la cama. En eso se alarma y saca su enorme pija de aquel chocho sangrante.
Corre al baño a coger una toalla mientras que por fin salgo del despacho rumbo a la habitación. Mi esposo me mira e intimidado me dice que no sabía que iba a pasar eso.
Continuará.
Quiero más