Andrea y su pequeño hijo Yair 1: Como inicio todo
Esta es la historia de una madre que descubre el placer del incesto con su pequeño hijo a quien convierte en su amante y disfrutan juntos de los placeres del sexo. .
Andrea es una mujer simpática de un carácter amigable y agradable, es madre soltera pues a los 25 años tuvo una relación de la cual quedo embarazada de su hijo Yair. Pese a esto ella termino sus estudios para maestra y a los 31 años llego a ser la directora de una escuela primaria privada. Ella es una mujer tenas que siempre lucha por lo que quiere. Físicamente es simpática, tal vez no es una super belleza, pero tiene un encanto que cautiva, mide 1.55 es bajita, cabello negro largo grandes ojos y en general un lindo cuerpo para una mujer de 31 años que ya tiene un hijo. Su sonrisa es gentil y se enmarca por el uso de brackets para corregir sus dientes.
Su hijo Yair tiene 7 años y es el amor de su vida, el padre nunca se hizo responsable por él, pero esto no ha sido ningún impedimento para que Andrea le de todo lo necesario, incluyendo mucho amor. Es un niño lindo, inteligente y muy curioso.
Ahora, esta historia comienza cierto día en el que un hecho despertó en Andrea un sentimiento que jamás pensó llegaría a sentir por su pequeño hijo. Andrea siempre había sentido un profundo amor por su hijo, es su mas grande tesoro y hasta ese día ella nunca lo había visto de otra forma. Fue algo repentino, inesperado pero que sin duda la marco y desencadeno todo.
Siendo la directora de una escuela privada Andrea por fin había podido obtener la independencia de sus padres, hasta entonces ella aún seguía viviendo en casa de ellos, pero con la prosperidad económica que comenzó a tener pudo hacerse de su propio departamento. Tenia apenas un mes que ella y Yair se habían mudado a vivir solos en el nuevo hogar, el lugar aun lucia medio vacío, había cajas con pertenencias por varios rincones del departamento, en fin, se notaba que aún estaban terminando de asentarse, faltaban algunos muebles, pero poco a poco iría mejorando. Lo indispensable estaba presente.
Un fin de semana durante el sábado por la tarde, Andrea se encontraba haciendo alginas actividades de documentación de la escuela donde trabaja, estaba en una mesa de plástico en lo que seria la sala del departamento mientras su pequeño hijo Yair jugaba en su habitación. Repentinamente fue alterada por el llanto de Yair que se escuchaba desde su habitación, de inmediato corrió para ver que ocurría y al entrar en el cuarto vio al pequeño de 7 años hincado junto a la cama llorando y con sus manos en su pene sobre el pantalón, Andrea se dirigió a el y lo levanto mientras le preguntaba que le había ocurrido, lo llevo a la cama y lo recostó, el niño entre llantos le dijo que se había caído de la cama de cierta forma que al caer se pego en el pene con un camioncito de juguete.
Al amar tanto a su hijo y como toda buena madre, Andrea se sentía mal por aquello, pero no sabía qué hacer para calmar el dolor de Yair. Pasaron unos instantes y el niño le decía sin dejar de llorar que le dolía mucho, el instinto maternal de protección llevo a Andrea a hacer lo que dio comienzo a todo.
Sin pensarlo más Andrea le bajo los pantalones y el boxercito a Yair, diciéndole palabras de consuelo con un tono muy dulce comenzó a sobarle el pene a si hijo, ese pequeño trocito de carne que provocaba dolor a Yair, Andrea sentada en la cama a un lado de su hijo sobaba suave y lentamente el penecito de Yair, poco a poco el dolor fue cediendo y el llanto de Yair se fue apagando, sin embargo algo estaba ocurriendo, Andrea se había quedado como hipnotizada mirando fijamente aquel penecito y a pesar de que el dolor ya no estaba y Yair ya no lloraba ella seguía sobándolo sin parar, aquello le había provocado una erección a Yair y eso fue lo que provoco tal conmoción en Andrea era algo inexplicable, un escalofrió la recorrió, pero fue uno de esos que emocionan. Unos instantes después Andrea comenzó a entrar en razón y a darse cuenta de que hacía rato había dejado de sobar el pene de su hijo y ahora lo estaba jalando como masturbándolo y mas aun, el pequeño niño parecía estarlo disfrutando por la expresión de su rostro con los ojos mirando hacia su pene viendo como las manos de su madre lo consolaban y con una discreta sonrisa, el dolor se había transformado en una nueva y extraña sensación placentera para el crio.
Andrea miro a Yair a los ojos y le pregunto
– ¿te sientes mejor mi amor?
– si mami, respondió el crio.
A pesar de que el dolor ya le había pasado a Yair, Andrea no comprendía porque no podía dejar de hacer aquello, simplemente sus manos parecían pegadas al penecito de su hijo y no podía dejar de jalarlo de arriba hacia abajo. Tal vez era que su instinto materno la obligaba a estar completamente segura que ya no dolía más, o seria que un morbo tremendo la invadía en ese momento. Andrea entonces estaba consiente de que ya no jalaba la pequeña verga de su hijo para quitarle el dolor sino porque se había dado cuenta que aquello le provocaba placer y quería seguir haciéndolo. Pasaron unos pocos minutos cuando repentinamente una sensación muy rica y nunca antes experimentada invadió el pequeño cuerpo de Yair haciendolo retorcerse un poco en la cama, Yair había tenido el primer orgasmo de su vida.
Un poco de líquido transparente salió de la cabecita del pene del niño y Andrea sin dida alguna estuvo consciente de que acababa de masturbar a su hijo, aquello la dejo pasmada sin poder creerlo y confundida por un sentimiento que no podía comprender. No era capaz de entender como es que se había llenado de morbo por aquello, por y tener en sus manos el pene de su hijo, sobándolo y masturbándolo.
Finalmente, Andrea un poco alterada volvió a ponerle en su lugar el boxer y el pantaloncito a su hijo, pregunto nuevamente si ya estaba bien a, lo cual el crio respondió afirmativamente. El niño estaba aun extasiado por la sensación del orgasmo y Andrea lo noto. Evidentemente confusa y alterada le dio un beso en la frente y salió del cuarto sin decir más. El resto de la tarde se la paso pensando en aquello y tratando de descifrar sus sensaciones y sentimientos. En el fondo ella había disfrutado hacer aquello también, pero se sentía culpable. Y así pasaron unos días hasta que las ocupaciones, el trabajo y las actividades propias de una ama de casa la hicieron dejar aquello atrás.
Sin embrago lo que Andrea no sabia es que ahora su pequeño hijo Yair se masturbaba todos los días en la noche estando ya solo en su cuarto antes de dormir, el niño había sentido algo tan rico con lo que le hizo su madre que comenzó a repetir lo que vio, se jalaba su pequeña verga hasta lograr tener un orgasmo.
Por el momento aquello había quedado un poco enterrado en alguna parte de la memoria de Andrea hasta un día que sucedió algo inesperado. Un viernes por la tarde estaban ella y Yair en su departamento viendo una película, Andrea le había comentado a su hijo que un amigo de ella iría a visitarla ese día. Era Juan, un amigo de Andrea desde la universidad con quien tenía una relación de amigos con derechos, no era nada formal solo salina y se veían ocasionalmente para ir al cine a comer y por su puesto para tener sexo.
A eso de las 5 de la tarde Juan llego al departamento, para ese momento el pequeño niño se había quedado dormido recostado sobre los pies de su madre.
Andrea recibió Juan, charlaron un poco y ella cargo a Yair y llevo a su habitación, lo acostó en la cama y lo dejo durmiendo.
La idea de esa tarde era solo pasar un rato platicando con Juan, ver alguna película y ya, pero mientras estaban sentados en el sillón de la sala comenzaron un cachondeo que fue subiendo de intensidad. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que tuvieron sexo y los dos estaban deseosos. Debajo de esa cara de esa linda cara de tranquilidad de Andrea se esconde una mujer sumamente cachonda y lujuriosa. Llego el momento en que Andrea no podía más y comenzó a bajar el cierre del pantalón de Juan, introdujo hábilmente sus manos y saco la verga que ya estaba bien dura y chorreando liquido por tanta excitación, de inmediato Andrea se inclinó y comenzó a lamerla, besarla y chuparla como una perra hambrienta.
Entre jadeos Juan le pregunto a Andrea si seria correcto ya que su hijo estaba en la casa a lo cual ella le respondió que estaba durmiendo y no había problema.
- No te imaginas las ganas que tengo de tu lechita bebe, tú no te preocupes que m hijo duerme como un bendito, relájate y déjame comerte esta vergota tan rica…
Juan estuvo de acuerdo y haciendo lo que le indicaron comenzó a disfrutar las tremendas chupadas que la hambrienta Andrea le arremetía, tomaba con su mano izquierda la cabeza de Andrea y la hacia meterse hasta el ultimo centímetro de su verga en la boca mientras con su mano derecha manoseaba el culo de la hembra. Andrea gemía como perra en celo y disfrutaba la verga de Juan.
- Me encanta tu verga bebe, no sabes las ganas que le tenia
- Si chiquita así, chupa, chupa bien como sabes hacerlo, oh nadie me la chupa como tú, eres toda una zorrita…
Los dos estaban completamente absortos en aquello y ninguno se percató que hacía unos minutos que Yair los observaba, se había despertado y salió de su cuarto sin saber que el amigo de su madre ya estaba allí y tremenda sorpresa se llevo al ver aquella escena detrás de la pared que por alguna extraña razón para él le había hecho que su verga se endureciera y disfrutaba mucho de ver aquello.
El pequeño continúo observando hasta ver como dando un gran gemido de placer juan libero una buena descarga de leche en el interior de la boca de su madre quien gemía también muy rico. La leche se derramaba por la boca de Andrea quien se sacó la verga de la boga y trabo todo lo que pudo para después limpiar con ricos lengüetazos la verga de Juan.
- Que delicia bebe, que rica lechita
- Es toda tuya mi zorrita hermosa
Andrea le guardo la verga a Juan y se levantó. En ese momento el pequeño Yair regreso corriendo a su cuarto completamente excitado aunque el no entendiera ni supiera que ese era el sentimiento que lo invadía en ese momento. Por alguna razón tenia unas tremendas ganas de jalarse su pequeña verga, cosa que no dudo en hacer hasta llegar a un rico orgasmo.
Mientras Andrea y Juan siguieron un rato entre arrumacos en la sala hasta que Juan se fue del departamento. La madre ignoraba que su crio había presenciado como le dio una buena mamada a su amigo.
Y así, paso una semana, Yair continuaba masturbándose todas las noches mientras recordaba lo que su madre le hizo en el pene a su amigo. Durante los días siguientes Andrea comenzó a notar algo raro en su hijo y se preguntaba que podría ser. Finalmente llegado el fin de semana el sábado llevo a Yair a dar una vuelta al centro comercial y a comer como solían hacerlo. Andrea vio que su crio no estaba normal no disfrutaba de aquello como siempre y su instinto de madre la hizo pensar que algo andaba mal, así que pensó en hablar con el al llegar a la casa. Y así fue, a eso de las 6 de la tarde regresaron a su departamento, pasaron unos minutos y Andrea le dijo a Yair que quería hablar con él.
Se sentaron en el sillón y Andrea comenzó a decirle a su crio que lo notaba raro, que no era el mismo niño de siempre, comenzó a preguntarle que era lo que le ocurría y el niño inocentemente no dudo en decir lo que le ocurría…
- La semana pasada cuándo vino tu amigo me desperté y Sali del cuarto y te vi haciéndole algo a tu amigo…
Andrea entro en shock, se quedo pasmada y de inmediato sintió un escalofrío, “me vio” se dijo de inmediato en la mente. Se puso un poco nerviosa y con la ligera esperanza de que no fuera lo que se temía, le pregunto a su crio que es lo que vio.
- Estaban sentados en el sillón y tu tenías su pene en la boca y se lo chupabas y lamias y el te tocaba el cuerpo y tú le decías cosas
Andrea se quedo sin palabras, no sabia que hacer, que decir, solo miraba fijamente la tierna carita de su crio. Y fue entonces que quelas misma sensación, los mismos sentimientos que la habían invadido el día de masturbo a Yair la recorrieron, sabia que no era correcto que su hijo la hubiera visto dándole tremenda mamada a su amigo, pero al mismo tiempo le daba morbo y la excitaba un poco, pero esa excitación creció aún más.
- Y te acuerdas el día que me pegué en el pene y me sobaste, ese día sentí algo muy rico, no se que es, pero me gusto mucho y lo he seguido haciendo todas las noches antes de dormir, siento muy rico, ¿porque siento eso mami?, ¿porque le hacías eso a tu amigo?
Andrea estaba paralizada llena de sensaciones y sentimientos encontrados pero una tremenda lujuria estaba a punto de despertarse en ella, algo estaba a punto de ocurrir que cambiara su vida y la de su crio Yair de 7 años para siempre…
Que buena mamá da esos consejos
Hermoso relato que vivan las madres insestuosas
Luego preguntan por qué soy 100% pro incesto y sexo (respetuoso) con niños. Me faltarían manos con uno así. Tremenda gana de tenerlo conmigo ahora.
Que fantastico relato. Yo comencé a los ocho años a experimentar esos placeres con mi maestra. Ella tenía 23 años. La recuerdo con mucho cariño.
Hola que buen relato