El día que cruce la línea.*
Una prima bajo medicación y un primo lujurioso. .
Mi nombre es Flavio, tengo 21 años, mido 1.70, soy delgado, de piel morena y nada más en cuanto a físico.
Tengo una prima hermana de nombre Isabel.
Isabel es un poco llenita, de 1.65 de estatura, tiene 19 años, piel canela, una cara tierna, casi de niña, usa lentes, es medio narizona, a pesar de tener un rico trasero mediano y redondo, acompañado de unas tetas también medianas se le nota muy bonito cuerpo.
A mi lo que me encanta de ella son sus piernas, no se porque, pero me gustan y cada que tengo oportunidad las toco.
Apesar que no crecimos juntos nos llevamos muy bien.
Dicho esto. Comienzo.
Yo sabía que mi prima estaba en tratamiento, no pregunté y tampoco ella me dijo. La cosa es que un día tuvo un ataque muy severo no se si ansiedad, esquizofrenia o algo por el estilo.
Mi tío había salido de viaje y mi tía no podía faltar al trabajo.
Yo me ofrecí para cuidar de ella en cuanto me entere del asunto.
La hermana de mi mamá me pidió que de una forma rigurosa, Isabel tomará su medicina a la hora.
Nunca había tenido pleito alguno con Isabel y dudo que ese día fuera distinto.
Realmente me sentía nervioso, como si algo fuera a pasar, no sabía si bueno o malo, pero por si acaso lleve varias películas y botana para pasar la noche tranquilamente.
Mi calentura empezó cuando Isabel se metió a bañar y yo traté de espiarla. Pero no conseguí nada. Al salir ella, rápido entre al baño para oler un cachetero muy coqueto y así tirarme una paja.
El olor que tenía la prenda era muy embriagante y rico, yo digo que Isa se masturbaba. No tenía mucha experiencia con chicas, pero ese olor ya era de mujer.
Conforme avanzaba la tarde, mi prima y yo comimos de lo que mi tía nos preparo, charlamos un rato y nos dispusimos a ver unas películas.
A eso de las diez y media de la noche, le recordé a Isabel tomar su medicina.
Se sirvió un poco de jugo de naranja y ahí vertió unas gotas de su dosis.
Al terminar fue a ponerse su pijama.
Al verla me puse algo nervioso.
Tenía un short color azul muy sugerente diría yo, pues se le salían un poco las nalgas y su camiseta sin mangas.
Como había comentado aprovechaba cada oportunidad para tocar sus piernas, suaves y tersas.
Así que cuando se sentó le hice cosquillas, pero no solo toque sus piernas; sino, también los pechos.
Estaban duros y aparte no tenían sostén.
Una hora más tarde ocurrió mi hasta cierto punto fantasía.
Isabel estaba totalmente dormida.
Espere un poco para cerciorarme que efectivamente estaba inconsciente.
Lo primero que hice fue mover la bruscamente y nada, pellizque parte del muslo y nada. Ahí fue donde aproveche.
Como ella estaba inclinada en la brazera del sillón, me puse a sus pies para oler esas piernas que tanto me fascinan, luego saboree su piel, con besos y una que otra lamida y así estuve, de arriba a abajo, hasta que…
Recordando el olor de aquel cachetero, puse mi nariz en su vulva, no olía más que a limpio y fue que cegado por volver a degustar del aroma, le quite su short.
¡Maldita. Llevaba puesta una tanga rosa!
Pase mi nariz por encima, pero pronto opte por quitarla, su panocha estaba depilada, le abrí las piernas, su vulva y metí mi cara hasta donde pude.
Tampoco encontré ese fascinante olor, por lo que con un dedo estimule su clitoris, hasta que la humedad se hizo presente.
No había de que preocuparse dado que mi tía llegaba por la mañana y mi tío en dos días.
Ahí estaba finalmente ese delicioso aroma. Un rato más tarde, decidí disfrutarlo con mi boca. ¡Mmm. Que delicia!
Con mis dedos llenos de su jugo moje sus pies y piernas para lamer cada parte de su piel.
La contemple por unos segundos para tomar la decisión de desnudarla completamente. Sus pezones rosados apuntaban para arriba y sin pensarlo, los saboree de la misma forma.
Con mi boca llena del líquido le saqué la lengua y comencé a chuparsela.
Ahora solo quedaba lo siguiente.
Poco a poco la fui clavando con temor que aún fuera virgen, pero no. Mi falo entraba y salía como si nada.
El calor de su vagina era muy satisfactorio, tanto que mis estocadas estaban llenas de energía.
Cuando sentí que casi me vaciaba pare para seguir contemplando a Isabel, por lo que la lleve a su recamara poniéndola sobre su cama boca a bajo.
Oye. No había visto bien esas nalgas, se veían muy apetecibles como para darle de manotazos y estrujar las.
Así lo hice.
De nueva cuenta acaricie, pellizque, bese y lami sus piernas.
Ahora la coloque en posición perrito y para mi sorpresa ni siquiera se ladeaba.
Volví a penetrarla con fuerza hasta que… Me dije ¿paquete completo no? Al cabo nunca he metido mi pija en el culto de alguien.
Gracias a unos videos, supe como estimularla para no lastimarla.
Su propio líquido, crema y mi dedo haciendo labor, para luego irle metiendo mi verga.
Uuufff, mmm, ya. Con un poco de trabajo la pude penetrarla y ahora si, a gozar de lo lindo.
Lo apretado y virgen de su culo, fue tan placentero que decidí terminar ahí.
Muchos dicen que salen residuos de heces, pero me limpie como si no lo hubiera metido en el culo de Isa.
Luego de limpiarla, la coloque boca arriba, para echarme encima, besando su cuello y boca, hasta que otra vez la penetre vía vaginal.
No se si era capaz de sentir algo, pero su cuerpo se estremeció dándonos un orgasmo al mismo tiempo.
Uuufff! Que rico fue haber sentido eso.
Quería seguir así, pero no sabía cuánto tiempo duraría el efecto y así la limpie bien, la vestí y la deje como si por pie propio hubiese ido a su habitación.
Por la mañana temprano acudí a una farmacia para comprar la pastilla del día siguiente.
Cuando despertó se la revolvi con su jugo. Eso me dio cierta tranquilidad de que no saldría embarazada, ya que mi segunda descarga fue en su vulva.
Otra vez no hice preguntas y ella no comento nada de como había pasado la noche.
Realmente me sentí mal por lo que le hice, no merecía eso y mucho menos podía confesar lo que hice.
Mi comportamiento cambió con ella para mejor, tal vez por mi arrepentimiento, o por saber que hice muy mal.
Lo peor del caso es que al recordar lo hecho me mato a pajas, con la promesa de no volver a tocarla.
¿O si?
Vladimir escritor.
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