Ingrid, Yamica y Owen (sexo, amor y lujuria en familia Parte 3)
Las degeneradas hermanas Ingrid y Yamica habían puesto en marcha su plan para integrar a su relación incestuosa al pequeño Owen, el hijo de Ingrid. Allí estaba el pequeño Owen, a sus 8 años había disfrutado por primera vez la deliciosa sensación de recibir un sexo oral y nada más y nada menos que po.
La siguiente es una historia ficticia basada en personajes reales
Las degeneradas hermanas Ingrid y Yamica habían puesto en marcha su plan para integrar a su relación incestuosa al pequeño Owen, el hijo de Ingrid. Allí estaba el pequeño Owen, a sus 8 años había disfrutado por primera vez la deliciosa sensación de recibir un sexo oral y nada más y nada menos que por su madre y su tía.
Su pequeño cuerpo parecía convulsionar sobre la cama al experimentar su primer orgasmo, una placentera y deliciosa sensación que nunca antes había experimentado. Con sus ojos cerrados y su respiración agitada no comprendía lo que acababa de ocurrir, porque su mamá y su tía habían tocado, besado, lamido y chupado su pene, que era eso tan rico que sintió.
Ingrid y Yamica continuaban como perras una al lado de la otra sobre la cama, se miraban entre si con una lujuria indescriptible en sus miradas, sonreían y levantaban sus cabezas para mirar a Owen. Aun acariciaban ese pequeño pene con sus manos. Owen no había eyaculado aun, pero era mas que evidente que si llego al orgasmo. Su pene no se lograba tranquilizar, continuaba erecto.
Las dos hermanas se levantaron y se recostaron nuevamente al lado de Owen, una a cada lado, mientras con sus brazos extendidos continuaban acariciando su pene, comenzaron a besarlo en las mejillas y en la boca.
“Te gusto mi amor, sentiste rico”, pregunto Ingrid
Owen, abrió los ojos y con su respiración agitada y voz temblorosa respondió “Si mami”
“A nosotras también nos gusto y mucho mi amor”, dijo Yamica
“Que… que fue eso”, pregunto Owen
“Shh, por ahora tu solo disfruta mi vida, ya habrá tiempo de explicaciones”, respondió Ingrid
En ese momento, Ingrid y Yamica se levantaron poniéndose de pie sobre la cama, miraban hacia abajo a Owen acostado y comenzaron a quitarse la poca ropa que usaban, al quedar completamente desnudas, los ojos de Owen se clavaron en los cuerpos desnudos de ese par de hembras, su madre y su tía. Ingrid extendió su pierna y comenzó a acariciar la verga de Owen con la planta de su pie derecho. Yamica comenzó a acariciar su propio cuerpo.
“Te gusta vernos desnudas bebe”, pregunto Yamica
“Si, si tía”
“Vamos a hacer cositas que te van a gustar mucho bebe, tu tienes que hacer lo que te digamos y veras que te va a gustar mucho todo lo que haremos”, dijo Ingrid
“Y sabes porque lo hacemos mi amor, porque te queremos mucho, y así como tu mami y yo nos los demostramos, ahora queremos demostrarte cuanto te queremos”, agrego Yamica.
“Ok, ok” respondió Owen.
Ingrid y Yamica seguían de pie sobre la cama, Ingrid seguía sobando la dura y pequeña verga de su hijo con la planta de su pie.
“Ahora mi amor, tu vas a hacernos algo muy rico, tu tía y yo te chupamos el pene, ahora tu nos vas a chupar las cuquitas”, dijo Ingrid al mismo tiempo que se llevo su mano a su sexo y comenzó a sobarlo.
“Te va a gustar micho mi amor, ven…” dijo Yamica mientras con su mano le hizo una seña Owen para que se levantara de la cama.
El pequeño niño se levantó, Yamica lo tomo por los hombros y lo hizo que se arrodillara frente a ellas, volteo a ver a Ingrid, “Tu eres la mamá, así que lo mejor será que la primera chocha que pruebe sea la tuya…”
Ingrid sonrió y le dio un beso en la boca a Yamica en señal de agradecimiento, tomo con sus manos la cabeza de Owen y la apunto a hacia su coño, estaba peludito y sumamente húmedo, comenzó a acercar lentamente la cabeza de su hijo hacia su sexo.
“Mira mi amor, la cuquita de mami, te gusta”
“Creo que si mami”
Las dos mujeres rieron con la respuesta tierna y titubeante de Owen
“Es la primera vez que vez uno mi amor, pero te aseguro que a partir de hoy te va a encantar”, dijo Yamica
“Tócalo mi amor, acarícialo con tus manitas, puedes besarlo y lamerlo, y si extiendes tu dedito vas a sentir que hay un agujero puedes meter allí tus deditos y sacarlos” dijo Ingrid.
Así que tímidamente, el pequeño Owen acerco su cabecita al chocho de su madre y comenzó a lamerlo y besarlo, también con sus manitas empezó a sobarlo, el aroma y el sabor le parecían extraños, pero no le desagradaron, por el contrario, casi de inmediato comenzó a tomarles gusto. A los pocos minutos Owen ya estaba disfrutando de comer el sexo de su madre, lo lamia, lo besaba y metía y sacaba sus pequeños dedos de él. Aquello era indescriptible para Ingrid, su lujuria y depravación parecían llegar al límite, sus gemidos de extremo placer lo indicaban así.
Yamica miraba la escena, extasiada, con gran lujuria en su mirada miraba como su pequeño sobrino devoraba el sexo de su hermana.
“Mmm te esta gustando verdad mi vida”, dijo Yamica.
“Si, si, mucho” respondió Owen con una dulce pero excitada voz.
Ingrid acariciaba la cabeza de Owen mientras gemía como perra en celo.
“Ay Dios mío, que rico, no pares mi amor, cómeme, comete a tu madre”
Después de varios minutos, Yamica estaba ya impaciente.
“Ay hermanita se ve que lo estas disfrutando demasiado, pero deja que mi sobrino pruebe la cuca de su tía también”
Ingrid abrió los ojos y miro a Yamica sonriendo.
“Disculpa Yami, es que esto es el paraíso, pero tienes razón, anda mi amor, ahora prueba la cuquita de tu tía y cómetela tan rico como a mí”
“Si mami”
Owen se acerco entonces al sexo de Yamica que estaba parada a la izquierda de Ingrid, sumamente excitado y habiéndole encontrado un gran gusto a aquello, de inmediato comenzó a comerse a su tía. La reacción de Yamica fue inmediata, comenzó a gemir mientras miraba hacia abajo a su pequeño sobrino arrodillado comiéndole el coño, con sus manos en su cabecita lo empujaba hacia ella para hacerlo que la comiera con pasión.
“Mmm, esta rico también tia”
“Ay si mi amor, cómeme ahh que placer”
Ingrid se arrodillo detrás de Owen, comenzó a besarlo en el cuello mientras el continuaba devorándose a su tía Yamica, extendió sus brazos por delante del cuerpo de Owen y comenzó a jalarle suavemente la verga, con movimiento lentos, jalaba una y otra vez su escroto provocándole aun mas placer a Owen que ya tenia el otro placer del delicioso aroma y sabor del sexo de Yamica.
Los gemidos de Yamica excitaban a Ingrid, lo que provoco que comenzara poco a poco a jalar más rápido la pequeña verga de su hijo, a tal grado que repentinamente Owen volvió a tener un orgasmo, mas rico aun que el primero. Ingrid pudo sentir junto a su cuerpo como el de Owen vibraba, como se convulsiono de placer.
“Ahhh, ahhhh mami, mami que ricoooo” grito Owen.
En ese momento Yamica se arrodillo también frente a Owen quién quedó en medio de los cuerpos de su madre y su tía, Ingrid detrás y Yamica enfrente. Las dos mujeres comenzaron besar al pequeño niño, mientras acariciaban su pene.
“Wow, no se le baja, sigue bien duro”, dijo Yamica
“Eso quiere decir que quiere más, verdad amor, quieres seguir, quieres hacer más cosas”
“Si mami, si quiero”
“Vamos a seguir entonces mi amor”, dijo Yamica.
“Ahora mi amor, también puedes besar y tocar todos nuestros cuerpos, no solo nuestras cucas, todo lo que quieras puedes hacerlo”, dijo Ingrid.
“Ven mi amor, vas a disfrutar todos nuestros cuerpos”, dijo Yamica
Entonces Ingrid y Yamica se acostaron sobre la cama una al lado de la otra.
“Explora y haz lo que quieras mi amor”, dijo Yamica.
El pequeño Owen se coloco en medio de las dos, arrodillado y comenzó a tocar sus pechos y a besarlos, besaba los de Ingrid y luego los de Yamica sin dejar de manosearlos al mismo tiempo. Ingrid y Yamica comenzaron a besarse mientras dejaban que Owen las disfrutara. Owen fue bajando poco a poco, besando los pechos de esas dos mujeres deslizándose hacia abajo mientras besaba sus estómagos y sus vientres hasta llegar a sus sexos, una vez allí empezó a comérselos alternadamente, los lamia, los besaba y los dedeaba produciendo gemidos incontrolables en su madre y su tía. Así paso varios minutos.
“Ahora por detrás mi amor” dijo Yamica.
Las dos mujeres giraron para quedar recostadas boca abajo sobre la cama, Owen estaba arrodillado entre las dos a la altura de sus culos, de inmediato supo que hacer, instintivamente el pequeño empezó a acariciar las nalgas de su madre y su tía, también empezó a besarlas y lamerlas.
“Mmm que rico, te gusta mi amor”, dijo Ingrid
“Si mami, mucho, muchoooo”
“Puedes abrir con tus manitas nuestras nalgas y lamer el agujero mi vida”, dijo Yamica
De inmediato Owen comenzó a hacerlo, lamiendo los anos de Ingrid y Yamica mientras seguía acariciando sus nalgas, todo eso le provocaba un gran placer al niño, escuchar los gemidos de su madre y su tía, comerles los culos, todo le resultaba sumamente excitante.
Cuando Ingrid sintió que el pequeño ya había disfrutado lo suficiente, se levanto quedadondo de pie sobre la cama, le indico a Owen que se acostara.
“Ven Yami, vamos a darle un espectáculo a Owen, vamos a enseñarle lo mucho que nos amamos”
Yamica se levanto y se puso de pie sobre la cama junto a Owen y de inmediato comenzó a besar y manosear a Ingrid. El pequeño Owen miraba con morbo y lujuria lo que su madre y su tía hacían. Y así las dos degeneradas hembras le comenzaron a dar un buen espectáculo a Owen, se manoseaban las chochas y los culos, las tetas, se besaban como locas mientras gemían y miraban a Owen llenas de lujuria.
“Mira bebe, mira cómo nos demostramos amor tu mami y yo” dijo Yamica.
“Te gusta vernos mi amor”, pregunto Ingrid.
“Si mami, si mucho, me gusta mucho”
Ingrid y Yamica continuaron por un buen rato, haciendo de todo frente a Owen, se comieron los chochos, los culos, las tetas, Owen las vio como perras comiéndose los culos, las vio comiéndose al mismo tiempo en un 69, y presenció como llegaron juntas al orgasmo frotando sus sexos haciendo una tijera. Los gritos y los gemidos de su madre y su tía, fueron sumamente excitantes para Owen.
Al tranquilizarse un poco después del éxtasis, Ingrid y Yamica voltearon a ver a Owen.
“Se ve que te gusto mucho mi amor, y se ve que quieres más”, dijo Yamica
“Por supuesto que quiere más, mira cómo tiene la verga”, dijo Ingrid
“sí mami sí, quiero hacer más cosas”
“Pues en ese caso vamos a complacerte mi vida” dijo Ingrid
“Te gustaría que te chupáramos otra vez el pene mi amor” pregunto Yamica.
“Si, tía, por favor otra vez”
“Mmm que lindo y hasta lo pides por favor, en ese caso vamos a darte gusto”
Ingrid y Yamica se pusieron nuevamente como perras con sus caras frente al pequeño pene de Owen y de inmediato comenzaron a chuparlo, pero esta vez lo empezaron a hacer con mucha pasión desde el principio, lamian y besaban su pene y sus pequeños huevos, lo jalaban y lo succionaban como locas. Owen gemía sin control
“Ahhh, ahhh que rico que ricoooo”
Después de un momento Ingrid se levantó dejando sola a Yamica chupando el pene de Owen, se coloco encima de su hijo y se sentó en su carita, de inmediato Owen comenzó a comer el sexo húmedo de su madre que no paraba de chorrear néctar. Ingrid gemían al sentir la lengüita de su hijo en su sexo mientras miraba con lujuria como su hermana seguía devorando la verga de su sobrino. Después de unos minutos las mujeres intercambiaron posiciones, ahora Yamica se sentó sobre el rostro de Owen que estaba mojadito por el néctar de Ingrid, y esta regresó a devorar el pene de su hijo. Los tres gemían de placer, la escena era muy depravada.
Ingrid, noto que Owen estaba ya durando mas tiempo que las primeras dos veces, seña que estaba acostumbrándose a aquello. Entonces dejo de chupar el pene de su hijo.
“Creo que ya está listo para cogernos”, dijo Ingrid
“Mmm si, quiero sentirlo dentro de mi” dijo Yamica.
Ingrid se acostó sobre la cama y abriendo laspiernas le indico a Owen que se arrodillara frente a ella entre sus piernas. Yamica se arrodillo a un lado del niño y tomo con su mano el pequeño pene de su sobrino dirigiéndolo hacia el coño de Ingrid.
“Ahora mi amor, así como nos metiste los deditos, ahora nos vas a meter el pene dentro de las cucas, mételo y sácalo repetidamente” dijo Yamica.
“Adelante amor, has lo que te dijo tu tía”, agrego Ingrid
Yamica encamino a Owen sosteniendo su penecito hacia el agujero de Ingrid, cuando sintió que ya estaba en posición lo solto.
“Adelante mi amor, cógete a tu mami” dijo Yamica
Owen empezó entonces a penetrar a Ingrid, quien apenas y sentía el pequeño pene de su hijo, pero sin importar su tamaño, era mas bien la lujuria, la sensación, la idea de estar siendo follada por su propio hijo lo que la excitaba, lo que la hacia gemir sin control como perra en celo.
Yamica miraba llena de lujuria como Owen follaba a su madre, su sexo chorreaba néctar.
“Asi mi amor, que rico te ves cogiéndote a tu mami, te gusta”, dijo Yamica
“Ahhh si, si tía me gusta mucho esto”
“No pares mi amor, no pares por favor cógeme, ay que delicia” exclamo Ingrid mientras jadeaba como perra sintiendo como su pequeño hijo de 8 años la follaba.
Unos minutos después Owen experimentó un nuevo orgasmo, uno aún mucho más rico que los anteriores, su cuerpo se cimbro y palpitaba entre las piernas de su madre, gemía y jadeaba sin control. Dejo caer su cuerpecito sobre el de su madre, quien lo abrazo y miro con amor y lujuria, Yamica sonreía y miraba sumamente excitada.
El pequeño pene de Owen seguía dentro del coño de Ingrid, palpitante y aun duro.
“Aun esta duro” dijo Ingrid
“Crees poder cogerte a tu tía ahora bebe”, pregunto Ingrid
“Ay si mi amor, por favor ahora métemelo a mi” dijo Yamica
“Si mami, si quiero metérselo a mi tía”
“Mmm wow, pero que energía tiene este niño” dijo Ingrid riendo.
Así que ahora Yamica se puso en posición, se recostó sobre la cama con las piernas abiertas y ahora fue Ingrid quién dirigió el penecito de Owen al coño de Yamica, De inmediato Owen comenzó a penetrar a su tía provocándole la misma sensación que le había provocado a Ingrid.
“Oh por Dios, que ricooooo, que placer” dijo Yamica jadeando
“No se compara con nada” respondió Ingrid.
Y es que a pesar de a ver sido folladas por multitud de hombres mayores y experimentados, nada se comparabas con esa sensación que les producía esa relación incestuosa.
El cuerpecito de Owen se movia adelante y hacia atrás una y otra vez, su penecito entraba y salía del jugoso coño de su tía Yamica.
“Ay que rico que rico siento” decía Owen
Finalmente, Owen dio un gran gemido de placer y se dejo caer sobre el cuerpo de Yamica quien lo recibió abrazándolo y acariciando su espalda. Ingrid se recostó junto a ellos al lado de Yamica y comenzó a besarla. Ahora sí, Yamica sintió como el pene de Owen se ponía flácido dentro de su coño. El pequeño estaba exhausto, agotado y muy pero muy complacido. Owen se quedo dormido sobre Yamica, entonces lentamente lo acomodaron sobre la cama y lo dejaron acostado durmiendo. Paradas a un lado de la cama, desnudas y llenas de placer y lujuria, Ingrid y Yamica contemplaban a Owen, silenciosamente se salieron de la habitación y se fueron a la cocina, tomaron un par de cervezas bien frías del refrigerador y se fueron a sentar a la sala, una a lado de otra se miraba y sonreían.
“Dios mío, en verdad acaba de pasar esto”, dijo Ingrid
“Si hermanita, yo me siento igual, es increíble, pero si, acabamos de tener sexo con Owen”
Las depravadas hermanas continuaron platicando por un largo rato sobre lo que acababan de hacer, comentaban lo excitante y depravado que fue tener sexo con el pequeño Owen a quien dejaron descansar por un buen rato. Unas horas después regresaron al cuarto de Owen y se recostaron junto a él, una a cada lado, como el pequeño ya había dormido y reposado un buen rato, lo fueron despertando poco a poco acariciando juntas su pequeño pene y dándole besitos en las mejillas y la boquita. Owen fue despertando, y miro a su madre y a su tía acostadas a su lado.
“Vamos a hablar Owen…” dijo Ingrid.
Entre las dos le fueron explicando al niño lo que había pasado, tuvieron con el esa platica que los padres suelen tener con los hijos ya mayorcitos, le explicaron las cosas relacionadas al sexo, a la preproducción, le dijeron que aquello que sentía al verlas era excitación, que esa sensación tan rica que había sentido varias veces se llama orgasmo, en fin le explicaron todo lo que el niño tenia que saber para comprender y disfrutar mejor del sexo y principalmente le dijeron que ese era un secreto que tenía que mantener bien guardado, a lo que Owen, con tal de poder seguir disfrutando con su madre y su tía estuvo completamente de acuerdo. A partir de ese día, Ingrid, Yamica y Owen comenzaron una depravada y deliciosa relación incestuosa…
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