MI MADRE Y EL SEXO
El asunto es que se me convirtió en una fijación la vida íntima de mi madre, yo no le contaría nada mi padre, pero si deseaba deleitar ese maravilloso cuerpo como lo había hecho Rubén, claro que no podría competir con su dotación según lo había escuchado de la boca de mi madre..
Soy hijo de una familia económicamente pudiente conformada por mi padre, siempre ocupado en sus negocios cuidando su dinero y disfrutando con pequeñas aventuras gracias a su capacidad económica que le permite conquistar mujeres con regalos e invitaciones, mi madre se ocupa de nuestro hogar y creo que algo está enterada de las aventuras de mi padre por información que le pasa una amiga de ella que trabaja en la empresa de mi padre, mi hermana de 21 años recién se casó con un hombre muy adinerado y yo tengo ahora diez y ocho años. Hace dos años por la situación de inseguridad, mi padre contrato un escolta, el personaje un hombre de al menos uno noventa de estatura, atlético, de raza negra, pero con muy buenas facciones, incluso de ojos verdes. Siempre muy cortes en especial con mi madre que es la persona que más lo ocupa y un día por casualidad escuche que ella lo llamo al celular y le pidió que subiera a su habitación, mi madre no sabía que yo ya había llegado de estudiar y estaba en mi habitación ubicada diagonal a la de ella. Cuando llegue y pase por frente de la habitación de ella, no la salude porque note que estaba en ropa interior, precisamente hablando con el escolta y escuche cuando le dijo… por favor suba a mi habitación. Me llamo la atención y me quede expectante para ver que acontecía.
Cuando Rubén llegó desde la puerta le dijo… Si, señora Mónica ¿que se le ofrece? Ella aún continuaba en ropa interior y le respondió… Pasa Rubén y cierra la puerta. Yo quede sorprendido y con mayor razón no le quite el ojo y oído para ver que sucedía. Me acerque a la puerta tratando de escuchar algo y oí que mi madre le decía… Rubén, hoy necesito un favor muy especial, usted debe estar enterado de las aventuras de mi esposo, por eso cuando llega a casa no le apetece estar conmigo y yo siento deseos como es normal, por eso quiero pedirle que me ayude. Si, señora Mónica ¿en qué le puedo colaborar?
Imagino que ella se quitó su ropa interior, porque Rubén le dijo… señora usted tiene un cuerpo espectacular mejor que el de mi esposa que es diez años más joven. Además, me fascina ver una mujer con la concha depilada. ¿A usted le gusta el sexo oral?
Por supuesto y espero que usted me de esa satisfacción.
Y a continuación, no escuche más palabras hasta que empezaron los jadeos de mi madre y los agradecimientos a Rubén, cuando decía… Uhmmm eres lo máximo, mi marido no tiene ni idea de hacer lo que tú me proporcionas. Sigue, sigue, que yo te voy a compensar y creo que ella alcanzo un orgasmo por los gemidos que escuche. Y a continuación, jadeos como disfrutando del éxtasis de la excitación. Pasaron un par de minutos que no escuche nada, hasta que ella le dijo… quítate el pantalón, el debió obedecer y ella exclamo… Hummmm Rubén estas muy bien dotado.
Ven quiero sentirte dentro de mí y a continuación escuche los sonidos propios de una pareja follando y más tarde nuevamente los gemidos de mi madre al tiempo que le pedía que la cogiera con más fuerza. Esto logro el efecto que ella esperaba y pronto Rubén le dijo… señora Mónica me voy a correr y ella le respondió… córrete dentro de mí que me fascina y yo también voy a disfrutar un delicioso orgasmo. A continuación, vino una explosión de agitadas respiraciones para terminar en una calma total.
Yo regrese a mi habitación y ajuste la puerta dejando una pequeña abertura para observar que más pasaba. La puerta se abrió y apareció Rubén y a su lado mi madre totalmente desnuda quien le hizo una señal poniendo su dedo índice en sus labios como pidiéndole… Total silencio.
Esta escena y lo que acababa de escuchar me habían excitado sobre manera así que me jale una que me hizo explotar en el silencio de mi habitación. Desde ese día deje de ver a Mónica como mi madre y más como mujer, y mujer muy sensual, cada vez que podía espiarla lo hacía, al igual que escuchar sus conversaciones privadas tratando de conocer toda su intimidad. Exploraba en la ropa de lavar sus pantys encontrando un par de veces señales de semen, ¿de quién? Ni idea.
El asunto es que se me convirtió en una fijación la vida íntima de mi madre, yo no le contaría nada mi padre, pero si deseaba deleitar ese maravilloso cuerpo como lo había hecho Rubén, claro que no podría competir con su dotación según lo había escuchado de la boca de mi madre.
Unas semanas más tarde, mi padre se fue a visitar fuera de la ciudad una planta que estaba construyendo y se llevó con él a Rubén. De manera que en esos días solo estábamos en casa mi madre, la señora del servicio durante las mañanas y yo cuando regresaba al medio día de estudiar.
Pero en esa semana un día se presentó un daño con el suministro del agua en las instalaciones donde yo estudiaba, por eso apenas llegamos nos devolvieron a las casas con la indicación que avisarían si solucionaban el problema durante el día. Yo regrese a la casa y como sabía que mi madre se levantaba tarde, entre sin hacer ruido, salude a la señora del servicio y seguí para el segundo piso muy en silencio.
Apenas estaba en mi habitación cuando escuche unos gemidos en la habitación de mis padres, me asome y era que mi madre estaba con su computadora sobre la cama, arrodillada en el suelo, desnuda, observando una película de porno y mientras la observaba se acariciaba los senos y su concha y estaba tan concentrada que no percibió mi presencia. Sabiendo cuanto le gustaba el sexo, tome la decisión intempestiva de desnudarme, me pare en la puerta y comencé a masturbarme mientras la observaba.
Cuando escuché que los gemidos del video estaban acompañados de los de mi madre decidí entrar y pararme a su lado y apenas me vio, me dijo… ¿Hijo que haces?
Le respondí… mirarte y desearte. Ella replico… pero tú eres mi hijo y yo tu madre, no puede ser.
Le respondí… desde que te vi coger con Rubén deje de verte como mi madre y ahora te veo como mujer, por demás hermosísima, deseándote todos los días, cada vez más.
Como ella seguía arrodillada mi pene le quedaba a la altura de su cara y como sabía que le gustaba el sexo oral, le acerque mi verga a su boca y ella no dijo nada, levanto su mano, tomo mi verga, la masajeo un par de veces y acercándola su boca comenzó a recorrerla con su lengua y finalmente la dejo deslizar dentro de su boca en medio de sus hermosos labios.
Mi excitación era tan grande, que creí que iba a explotar de inmediato, pero resistí ante mi deseo de poder follar su depilada concha. Me puse a pensar en otras cosas y a continuación la levante, la acosté en la cama y separándole las piernas me consumí en medio de ellas, para con mi lengua prodigarle la excitación suficiente que la llevara a disfrutar al menos un orgasmo, por si acaso después yo explotaba muy pronto dentro de su concha.
Pero ese receso ayudo para que mi verga se calmara y estuviera lista para cuando llego el momento. Una vez que ella disfruto su orgasmo yo me subí sobre ella y apenas nuestros sexos tuvieron contacto, ella deslizo su mano por en medio de nuestros cuerpos y tomando mi verga la dirigió a su concha dejándola justo en el lugar de entrada.
Como quien disfruta la mejor golosina, fui penetrando esa cueva tremendamente lubricada, rozando sus suaves labios que luego soportaron entradas y salidas sin parar. Cuando sentí la respiración agitada de mi madre me convencí que estábamos cerca de coronar su más maravilloso orgasmo y mi mejor corrida. Dejé que fluyera mi semen dentro de ella por la misma vía que años atrás vine al mundo gracias a ella y a mi padre.
De allí en adelante la he buscado una y otra vez y ella no se ha negado, creo que disfruta demasiado el sexo y mi padre no le da ninguna atención.
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