Mis inicios en la sexualidad
A manera de presentación, les cuento como fueron mis inicios en la sexualidad..
En su época, fui el último de un grupo de primos, mujeres y hombres, que hacíamos todo juntos, yendo de arriba para abajo en una seria de aventuras. El de más edad es diez años mayor a mi. Así que cuando era un niño, algunos de ellos ya estaban en plena adolescencia. Todos vivíamos en el campo, en un pueblo satélite de una ciudad grande.
Mi erotización fue a temprana edad. No recuerdo exactamente cuando, pero tengo recuerdos puntuales, que basados en el contexto, me indican que fue antes de cumplir cinco años. No recuerdo exactamente cuando perdí la virginidad. Eso si, tengo una serie de recuerdos que podría catalogar entre tiernos y bruscos. La verdad es que era todos contra todos.
Cuento los más destacados en mi memoria. Entre los tiernos:
Tenía dos primas un poco mayores a mi, con las que generalmente jugábamos. Las tardes, luego de la escuela, para aprender a leer, nos metíamos en la cama con un libro de cuentos. Mientras uno leía un párrafo de la historia, otro acariciaba al lector y le masturbaba delicadamente… teníamos que evitar ser descubiertos. Era delicioso la verdad, tanto en el sentido de sensaciones como en el de complicidad.
El segundo juego favorito, que lo hacíamos siempre que podíamos estar algo solos, era desnudarnos y experimentar con el cuerpo del otro. Tengo plena memoria de recorrer el cuerpo de mi prima favorita, de su olor, del sabor de su vulva y de la sensación de acariciarla con mis dedos. Es increíble para mi, en estos momentos que cuento estas aventuras, tener esta memoria. Prácticamente sentir en este instante, los labios y vagina de mi prima, en las yemas de mi dedos. ¿Cómo puede ser posible que estas memorias se hayan impregnado tanto en mi, mientras otras cosas me parecería que nunca ocurrieron?
Otra memoria interesante que tengo es jugar, entre mis dedos, con el moco cervical de una de ellas. ¿Qué les diré….?
Entre los recuerdos más bruscos: Recuerdo mamarle la polla a un primo o prestar mi culo para que eyaculen. Y digo recuerdos bruscos porque no siento una una emoción asociada. En los casos de los recuerdos tiernos, hay un sentimiento de ternura, de enamoramiento incluso. Estos recuerdos bruscos son vacíos, interesantes pero vacíos. Por otro lado, son importantes para mi porque, a pesar de haber tenido una buena época bisexual en mi vida, estas experiencias realmente me mostraron que soy heterosexual.
Continuando con mi historia, como es lógico, todos íbamos creciendo. Cuando cumplí once, ya la prima que me seguía comenzó a salir con un chico. El resto desde hace rato que ya estaban en otra onda. De repente me quedé sólo, digamos, sin todos los juegos sexuales de los que disfrutaba constantemente. Eso sí, con una cachondería crónica y una curiosidad alarmante.
Aquí comparto con ustedes un comentario que hice en uno de los relatos… Es bien interesante como una educación estricta y agobiante nos lleva por caminos de descubrimiento intrincados. Una imagen, una idea que se mete, y poco a poco, y luego de golpe, nos transforma. Esas cosas que no te dejan dormir y se te quedan en la cabeza. La curiosidad y el deseo, la valentía y/o inocencia de cruzar límites, y la mezcla de excitación y adrenalina… Espectacular!!!
En esa época aún no había ni internet, ni vídeos, incluso súper raro encontrar una peli. Las generaciones actuales tienen unas ventajas increíbles en comparación. Lo único que inició todo fue una frase. Parte de la estrofa de una canción en doble sentido que comentaba cómo los vaqueros culeaban con las vacas. La idea fue: ¿cómo se sentirá estar dentro de mi perra? (en realidad no pensé en vacas, en ese momento …. pero la curiosidad es …. ¿una reina?).
En ese momento comenzó un proceso de investigación, porque ni siquiera sabía como funcionaba con los perros. Vi varias veces cómo se apareaba mi perra y con esa información llegó el día de intentarlo. Al principio fue como complicado pero el momento en que la penetré cambió mi vida para siempre. Qué sensación de calor tan deliciosa, cómo sentía que era apretada mi polla!!!…. Y qué emociones tan intensas en muchos sentidos: desde hacer lo indebido, cruzar límites, el miedo a ser descubierto, una excitación indescriptible y una sensación de libertad extraña.
Como dije, ese evento cambió mi vida. No podría recordar todas las experiencias zoo que tuve. Muchísimas, con perras, yeguas y vacas. Duraron desde los once hasta como los 18 años, prácticamente a diario. Desde los 15 años ya tuve novia, pero no fue hasta los 18 o un poco antes, que las aventuras con chicas llegaron a alejarme de la zoo… Evidentemente, la pasé bomba… tal vez por todas las experiencias vividas era como bien desinhibido. Los recuerdos más destacados de esas aventuras son paseos nudistas en la naturaleza con las parejas del momento, un par de tríos que hice y un par de orgías en las que participé. Creo que todas esas experiencias también me hicieron mejor amante de lo que aparentemente es común… me lo han comentado un par de veces mi parejas. Esto último me parece muy interesante y es también la experiencia de otra miembro de SST.
Cómo dije, nuevas experiencias me alejaron de la zoo, y aunque hace mucho tiempo que no la practico siempre me he sentido y sentiré zoo. Ahora soy soltero, separado dos veces, sin hijos, (lo que agradezco porque no hubiera querido que sufran en las separaciones). Me siento agradecido de todas las experiencias que he vivido. Lo único que siempre he sentido, y aún siento, que me ha hecho falta es una pareja zoo y un grupo de amigos zoo. Creo que en ese sentido mi experiencia zoo a sido como solitaria.
Me gusta mucho leer los relatos zoo de otros, tal vez por sentirme parte de algo, digamos. Además, por recordar también y por excitarme, muchas veces. Mis palabras no pretendían excitar a nadie, así que perdonen los que buscaban eso en mi historia.
Saludos a todos,
JuanjoW
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