Por el elastico de las pantaletas de mi hermana 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gatoespia.
Cayendo sobre sus agitados pechos descanse aun sin sacar mi polla del interior de mi hermana mayor, mi sonrisa de oreja a oreja y mi agitación no me dejaba articular palabra alguna, mi hermana con su vagina llena de semen escurriéndose entre sus labios de su concha y mi polla morcillera, me acariciaba mi cabello y me dijo.
Papa después de jalarme del cabello y abofetearme me llevo al baño, me regaño y me pego muy fuerte asiéndome prometer que nunca más te tocaría, es cuando él decidió que cada uno necesitaba su habitación y eso fue la causa por la que nos separamos nuestros padres.
Papá siempre me vigilaba cuando estábamos solos y lo llegue a ver desde la ventana de nuestras habitaciones muchas veces observándonos en silencio, en cuanto a mamá ella me preguntaba por qué lo hice contigo y nunca quise realmente contestarle, ella lo tomo como la curiosidad de una adolescente explorando su cuerpo y tomando simplemente lo que tenía a la mano, pero la verdad Ricardo es que después de lo que paso, intente tener relaciones con otros chicos de la escuela escogí a alguno que me llamara la atención, él era atlético, muy guapo y era mayor que yo por un año, él me folló en el gimnasio de la escuela, pero a pesar de que me gustaba el chico no sentí lo mismo que cuando me desvirgaste, a pesar del dolor en que me rompiste el himen también sentí una excitación que ningún chico me dio jamás, por lo opte por esperar una oportunidad como la de hoy hermanito.
Sabes no me olvide de ti, solo esperaba que te ocurriera lo mismo que me paso a mí, solo esperaba la edad en que entrarías a la pubertad y sintieras lo mismo que yo sentí en ese momento, las ganas desesperadas de follar con alguien, aunque fuera de tu familia, y sabía que para eso me tenía que conservar a la altura de tus expectativas, mantuve mi cuerpo hermoso, y me conseguí un novio que se conformara con una felación de vez en cuando para mantenerlo contento, tenía que hacerle creer a papá que ya tenía con quien divertirme, para que me dejara de vigilar, y no es por nada pero creo que me puedo ganar un óscar por mi actuación jajá verdad hermanito.
No podía creer lo que me decía mi hermana, pero la prueba que todo su plan funciono a la perfección era que mi verga perdió su erección y el semen salía por su concha de mi hermana resbalando entre sus piernas, me incorpore y me acosté alado de ella, olí su cabello y me miro a ver, entonces yo le dije: sabes me excita el sonido del elástico de tus pantaletas cuando te vistes en las mañanas, me llegue a imaginar cómo te las ponías y acomodabas en tu cuerpo, soñaba con hacerte mil cosas pervertidas y follarte de todas las formas.
M- lo se hermanito, yo quería que las escuches y me desearas, no me imagine que diera resultado pero estoy feliz de que así fuera.
R- sabes cuánto te deseo?
M- si lo sé, tanto como yo te deseo a ti, soy tuya puedes hacer de mi lo que quieras, me puedes coger, me puedes violar, te puedes venir en mi las veces que quieras, dentro de mí y encima de mí y me puedes embarazar si lo deseas, quiero que sepas que estoy para tu total placer hermanito, lo único que pido de ti es que me folles y jamás dejes de hacerlo, solo quiero sentir tu pene dentro de mi vagina, me gusta tanto el incesto.
No podía creer sus palabras si yo era pervertido mi hermana era el doble, pero eso me agrado, me levante y la bese en la boca le metí mi lengua y ella me correspondía, le lamí sus orejas y cuello, y fui bajando hacia sus pechos, me tome todo el tiempo del mundo jugando con ellos, ella solo me miraba feliz y yo la miraba con morbo, ella sonreía y me decía me vuelves loca, proseguí a su abdomen plano y metí mi lengua en su ombligo, mi pene ya estaba nuevamente duro pero me tome el tiempo para acariciar sus curvas, ella reía de vez en cuando y me decía me haces cosquillas enano, tome sus dos rodillas abriéndola por completo y explore sus labios vaginales, seguían hinchados, así como su clítoris lo olí y no pude contener el deseo lo lamí deleitándome con sus jugos.
Empezó a retorcerse como gusano y a estirar la punta de los pies, ronroneaba esta rico, allí, allí y yo le lamia el clítoris lo saboreaba y absorbía su concha con mi boca , no paraba de gemir, le acaricie sus largas piernas por dentro y luego por fuera, la voltee y mordí sus nalgas, eran duras y firmes las abrí y vi su orificio le metí la lengua ella gemía sin importarle quien la oyera le lamí el culo y le metí un dedo en él, la puse de lado, le alce la pierna y le metí mi verga hasta el fondo, mi polla entraba fácil y mis huevos chocaban con su concha, su rostro era un poema y sus gemidos iban acompañados de si hermanito fóllame, cógeme hazme sentir que soy tan puta para que deje que mi hermanito me coja rico y que derrame su semen dentro de mí, embarázame, quiero tener a tus hijos dentro.
Su último comentario fue la gota que derramo el vaso, acelere mi arremetidas y la sonrisa de mi hermana era de perversión, la postal de ella agitada con sus pechos moviéndose a el ritmo de mis embestidas fueron el detonador y mientras ella se sacudía de placer yo le llenaba la vagina de semen.
Su agitación y su cara de pervertida me encantaba, la acaricie y le di un beso de piquito y le dije hay hermanita cuando venga papá y mamá te aseguro que ya estarás esperando a mi hijo en tu vientre.
Y así sucedió, ese día me llegaron a doler hasta los huevos de las diez veces que acabe en su coño las últimas veces solo salían gotitas de semen, el cansancio y el dolor de huevos me hizo parar, pero esos quince días no paramos lo hicimos por toda la casa y hasta en un parque, solo comíamos y fornicábamos como conejos, y al pasar los quince días mi padres volvieron, organizamos una cena de bienvenida , comimos y nos contaron como les fue, nos trajeron regalos, recuerdos y cuando íbamos a brindar mi hermana olio el licor y en ese momento salió corriendo hacia el baño vomitando y diciéndole a mi madre que tenía ascos y que se encontraba mareada.
No olvidare las caras de terror de mis padres en ese momento, presintiendo lo que realmente pasaba, mi padre me miro a ver y dijo no puede ser.
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