Se respiraba la Lujuria en la casa de mi tía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamaré Roberto de 25 años.
Me fui de casa a trabajar a una ciudad, a unas cuatro horas de distancia del pueblo donde vivía.
En lo personal siempre he tenido buen físico y hago gym frecuentemente.
Mido 1.82 mt, soy moreno claro, y mi pene mide 8 pulgadas y de buen grosor.
He sido muy promiscuo en mi vida, me encanta el sexo y tomar la iniciativa en la relación.
Mi familia es muy humilde y con mucho esfuerzo pude terminar la prepa.
Unos días antes de irme, mi mamá, me habló y me dijo que ella tenía una media hermana en esa ciudad, de la cual nunca había hablado, porque era el resultado de la relación prohibida de mi abuelo con la sirvienta.
Sin embargo mi mamá no había perdido la comunicación con ella, al parecer mi tía se había casado joven y bien casada con un persona de bastante dinero en esa ciudad.
Asi que me dio un teléfono y una dirección.
Luego de establecerme en una pequeña y humilde pensión, tomé la decisión de buscar la dirección que me dio mi madre.
Asi fue que llegué a un residencial de casa muy lujosas, alli ubiqué la casa, toqué y me anuncié con la sirvienta y al rato llegó una mujer morena clara, de cabellos negros largos, ojos grandes y negros, con labios gruesos y carnosos, tenía puesto un vestido blanco de una pieza, con cincho a la cintura, se notaba un par de buenos senos y buenas piernas, una mujer que pintaba unos cuarenta y tantos años, se veía muy atractiva.
Al saber que era su sobrino, hijo de su media hermana, me abrazó efusivamente, pude sentir sus grandes senos contra mi pecho y se notaba su carne firme por todos lados.
Me pasó a la sala y llamó a sus 3 hijos; Saira la mayor de 16 años, quien tiene un tatuaje en el hombro, se lo hizo sin el permiso de mi tía y eso ha ocasionado problemas entre ellas; luego está Sandrita de 12 años, una nena muy curiosa y caliente, ella es delgadita pero de rostro muy bonito, y luego está Rodrigo de 10 años.
También me presentó mi tía a su esposo, un hombre poco simpático, quien a todo momento está hablando por teléfono y se cree muy importante.
Mi tía me ofreció vivir con ellos, pues la casa es grandisima, y tiene varias habitaciones para visitas, asi que me ofreció una de ellas.
Su esposo no estuvo muy complacido por eso, incluso hasta causé una pelea entre ellos por eso.
Pero al final me quedé con ellos.
Pasaron los días y me fui acoplando a la familia, más con las mujeres que con los hombres.
Aunque nunca fui muy bueno en la escuela, le ayudaba a mis primas en sus tareas o sino con la compañía era muy buena.
Fui notando que yo le gustaba a mi primita Saira, un día nos quedamos en su habitación haciendo sus tareas, ya era de noche, como las 11:00.
Ella estaba con el uniforme del colegio donde estudiaba, una falda corta y una blusa de botones estaba descalza, sus pies son una belleza, es una parte del cuerpo de una mujer que me gusta muchísimo.
Entonces vi que ella se puso cachonda, se empezó a pegar a mi y me preguntaba cosas de mi vida personal, si tenía novia, si la quería mucho, si ya había estado con ella en la cama, cosas asi.
Sentí calor en el cuerpo como ella.
Y de pronto, comenzamos a besarnos mucho, mi primita sabía besar muy bien, me metía su lengua en mi boca y chupaba mi lengua, mi pene comenzó a ponerse parada y quería salir de mi pantalón.
Yo le metía las manos debajo de su falda y le acariciaba sus caderas y sus nalgas.
-sácatela!- me dijo ella.
Yo entonces me saqué el pantalón y mi verga del calzoncillo, estaba paradisima, ella cuando la vio me dijo -uyy que grande la tienes!-, pero igual comenzó a darle besitos y luego le pasó la lengua por todo lo largo y después la metió dentro de su boquita, comenzó a chuparmela rico.
Para mis 25 años, no había tenido muchas novias en el pueblo, pero había tenido una señora viuda en mi pueblo como amante, que me enseño muchas cosas respecto al sexo y a lo que le gusta a las mujeres en la cama, asi que mientras ella me chupaba yo le acariciaba la panochita con mis dedos, hasta que se me mojaron con los jugos de su vagina.
-quieres comerme la cuquita?- me dijo mi primita al rato de estar mamandomela.
Le dije que si.
Entonces me puse acostado y ella se quitó su braguita y se fue subiendo sobre mi boca.
Me puso su cuquita en mi boca y comencé a chupar y a lamer toda su cosita peludita.
Cerré los ojos y pasaba mi lengua de un lado para el otro de su cuquita, de repente ella empezó a gemir, me decía que se lo estaba haciendo muy bien, muy rico.
Yo seguí metiendo mi lengua por todos lados y de repente encontré la entrada de su vagina y le metí la punta de mi lengua alli, mi primita dio un gemido largo y luego sentí amarga mi lengua y mi boca, mi primita se estaba corriendo y me llenaba su boquita de sus juguitos.
Mi primita Saira se quitó de mi cara y se fue sentando sobre mi pene, lo tomó con su mano y lo puso en su panochita, luego se fue sentando y clavando mi verga en su cuquita, sentí lo húmedo y caliente de su cosita cuando mi verga la iba penetrando.
No se la había metido toda, cuando ella comenzó a subir y bajar sobre mi verga, se sentía riquísimo y ella gemía como si la estuvieran torturando, estaba muy excitada mi primita.
Luego subía y bajaba con más fuerza y más rápido, -que bueno estas primo!- -qué cosa más rica!- me decía Saira mientras cogíamos.
Ella hizo que me quitara mi camiseta y yo ya estaba desnudo, en cambio ella todavía tenía puesta su blusa y la falda.
Mi prima se movía muy bien encima de mi, yo sentía que mi verga iba a explotar pues sus movimientos de su cuquita me jalaban la verga y me tenían al borde del orgasmo.
Pero fue ella la que llegó primero, comenzó a gritar aunque no muy recio porque sino nos podía pillar, pero sentí como mi verga se mojaba dentro de su vagina con sus juguitos.
Se movió como endemoniada, y de repente se detuvo.
Se recostó sobre mi pecho y luego subiendo la vista me dijo que -había estado rico-, me preguntó si había terminado, le dije que no.
Entonces tomó mi verga y se puso a masturbarme, hasta que mi verga comenzó a dar lechazos por todos lados, luego me la limpió con su boquita.
Al rato me dijo que me vistiera y me fuera a mi habitación.
Me fui con la mejor sonrisa.
Antes de irme me dijo que teníamos que repetirlo.
Cogerme a mi prima Saira fue delicioso, pero yo estaba prendado de mi tía, talvez por mi aventura con la viuda que dije.
Comencé a espiar a mi tía y me di cuenta que ella pasaba muchos días sola, pues su esposa casi siempre estaba de viaje, me di cuenta que ella se masturbaba con unos aparatos en la noche, eso me puso muy caliente y esperé una noche, llegue a su puerta y esperé hasta que ella empezara a masturbarse, pues no todas las noches lo hacía.
Tuve la suerte cuando la oí comenzar a gemir, esperé unos minutos y luego toqué la puerta, no esperé a que me dijera que entrara, entonces abrí, apenas ella se ponía la sabana sobre su cuerpo, pues de la cintura para abajo estaba desnuda.
Se puso nerviosa.
Me senté en la cama y le dije -qué haces tía?-, ella titubeo y me dijo que veía la tele.
Aunque la habitación olía a jugos íntimos femeninos.
Me senté a su lado y ella cubría su desnudez con la sabana.
-Tía eres una mujer muy hermosa, no se que piensa tu esposo con dejarte todos los días solita-, ella se relajó y me dijo que agradecía mis palabras, -piensas que todavía soy hermosa?- me preguntó.
ella.
-Claro que si, estas para comerte tía- respondí espontáneamente.
-Gracias Roberto, no sabes como agradezco tus palabras-, mientras ella me hablaba, yo metí una mano debajo de la sabana, la puse en su muslo, la viuda amante del pueblo, me había dicho que con las mujeres mayores había que ser más agresivo y tomar la iniciativa.
Y funcionó.
Mi tía no dijo nada, segui acariciando su muslo,mientras ella me preguntaba como me sentía en la casa.
Mi mano debajo de la sabana la comencé a subir y pude sentir que ella abrió sus piernas para mi.
Puse mi mano sobre su cuquita, pude sentir los pelitos, luego sus labios vaginales que estaban húmedos, mi verga crecía en mi pantaloneta de dormir que yo usaba, ella la vio y puso su mano sobre mi bulto, y asi mientras charlabamos yo acariciaba su cosita y ella mi bulto.
Ahora fui más agresivo y con los dedos abrí sus labios vaginales y fui penetrando su cuquita con uno de mis dedos, ella gimió y cerro sus ojos.
Entonces ella bajó mi pantaloneta y acaricio mi verga piel a piel.
Al rato me dijo -cierra la puerta con pasador-, me puse de pie con la verga parada afuera y la pantaloneta abajo de la cintura y fui a cerrar la puerta, Al regresar ella atrapó mi verga y comenzó a acariciarla apretándola y masturbándome, -que bien dotado estas sobrino!- me dijo.
Estando yo de pie y ella sentada en la cama comenzó a chuparmela, la lamía y la metía en su boca como si fuera la última verga del mundo, se notaba que a mi tía la tenía abandonada su esposo en la parte sexual.
Pues me hacía de todo con su boca.
Luego de dejarme la verga llena de saliva, ella levantó las sabanas, pude verle su cuquita, casi totalmente depilada, sus labios vaginales eran prominentes, ella se abrió de piernas frente a mi y con una sonrisa pecaminosa, me dijo que si me gustaba lo que veía, le dije que su sexo era lindo, me sumergí entre sus muslos y comencé a comerle su cuquita, ella comenzó a dar gemidos, primero suaves y luego fuertes, sentí sus manos sobre mi cabeza y mis cabellos, ella me jalaba para pegar más mi boca en su cuquita, al igual que a mi primita, le metí la punta de la lengua dentro de su vagina y ella se volvío como loca, luego me hundió la cabeza hacia abajo, con dirección a su culo, me puse a lamerle su ano arrugadito y ella daba de gritos, después me decía que se la metiera, me quité de su culito y me avalancé sobre ella y cuando empezamos a besarnos ella tomó mi verga y la puso en la entrada de su vagina y solo empujé y mi verga se fue metiendo en su cuquita, estaba muy caliente alli dentro, luego comencé a cogerla, ella me rodeo con sus piernas y mis embestida fueron profundas y duras, ella gritaba como loca -cógeme cariño, asi, asiii-.
No tardo en llegar a un largo orgasmo, mientras yo le martillaba mi verga adentro y afuera.
Mi tía estaba riquisima, que mujer tan bella y tan caliente.
Luego ella se subió sobre mi y me comenzó a cabalgar como si montara a caballo, lo hacía adelante y hacia atras, o arriba y abajo, ella movia sus caderas y sus nalgas con mucha propiedad y me estaba dando una buena cogida.
Yo sentía que su vagina jalaba mi verga para todos lados y la apretaba rico, yo le anuncie que estaba por correrme, ella aumentó más el ritmo y primero yo y luego ella comenzamos a gemir cuando empezamos a corrernos, toda mi leche fue a parar dentro de su vagina, no dejó de moverse hasta que me sacó hasta la última gota de semen.
Luego de descansar unos minutos.
Le dije que le daría un masaje, se puso boca abajo en la cama, desnuda, le acaricie sus hombros, espalda, cintura y luego apreté sus nalgas, fui besándole la espalda y ella era muy receptiva, fui besándola con lengua incluida toda su espalda y hombros, luego besé y lamí sus ricas nalgas morenas, se las abrí con las manos y divisé y rico ojito de su culo, lo lamí, ella solo daba pequeños gemidos de aceptación.
Humedecí mis dedos con bastante saliva y le fui frotando y acariciando su ano, mi intención era meterle mis dedos por alli.
Lo fui haciendo lentamente, sin prisa, poco a poco su ano fue cediendo y pude meter bien uno y luego dos dedos en su culo.
Ella me decía -sigue- -sigue-.
Yo ya estaba empalado de nuevo, me fui subiendo encima, puse mi verga sobre su culo, primero frote bastante, luego comencé a empujar con la verga agarrada por mi mano y por fin mi glande entró en su ano, ella dio un grito y luego gimió, me dijo nuevamente -sigue cariño-, fui metiendo la mitad de mi verga en su culo y luego me puse a bombearsela, entraba y salía de su rico agujero, no era mi primera vez por el culo, la fui metiendo cada vez más y por fin luego de varios minutos, se la tenía clavada casi toda.
Ella me pedía que le diera más duro y más duro.
Su culo estaba muy apretado.
-Dame duro cariño, tenía años que no me la metían por alli- me decía la caliente tía.
Luego ella comenzó a mover su culo y eso me hizo acabar más rapido, comencé a eyacular mi leche dentro de su ano, hasta que me sacó todo.
Nuevamente volvimos a caer rendidos sobre la cama.
Al mucho rato ella se puso de pie y comenzó a buscar su ropa, me dijo que tenía que irme, asi que hice lo mismo y me fui no sin antes darle un beso en los labios.
Asi comenzó una vida promiscua de sexo, de mucha lujuria.
Mi prima Saira me llamaba para ir a su habitación en la noche y cogíamos rico por horas, me hacía terminar dos o tres veces y yo la hacía terminar tres o cuatro, siempre ella fue más orgasmica.
A mi tía me la cogía cuando ella quería, podía ser en su cama o me decía que la acompañara a hacer unos mandados, me llevaba a un motel y alli podiamos coger a placer, le daba por la vagina y por el culo.
Por último Sandrita.
Yo no tenía necesidad de cogerme a Sandrita, con el sexo que me daba mi prima Saira y mi tía era suficiente para mantenerme satisfecho.
Pero las cosas se dan.
Una noche, me había cogido a Saira, y me fui a ver televisión a la sala, en eso llegó Sandrita, con su pijama de blusa y pantaloncito corto, se puso encima de mis piernas, de frente, y mientras hablabamos, ella se movía y su pelvis se frotaba contra mi verga, me fue poniendo caliente.
-oye que haces?- le dije.
-qué, no te gusta?- me contestó.
-Si me gusta, pero tu eres una niña- le dije.
-Te voy a demostrar que ya no soy una niña- y diciendo esto, me comenzó a besar, al principio yo esquivaba sus besos, pero conforme pasaban los segundos fui respondiendo.
Tenia poca experiencia para besar, entonces sin decir una palabra, le fui enseñando, pero mi verga se puso parada.
Le levanté la blusa de la pijama y vi sus dos pequeñitos senos, en forma de un cono pequeño, las mamé una por una, por turno le chupé sus pezoncitos, ella daba ronroneos como gatita, mientras yo le comía sus pechitos.
En eso oí que abrieron una puerta, y ambos nos separamos y ella se bajó la blusa, no era nada.
-puedo llegar a tu habitación más tarde?- me preguntó Sandrita.
-claro, a la hora que quieras- le contesté.
Ella se fue a su recamara y yo también lo hice.
Después de media hora me ganó el sueño y me quede en calzoncillos sobre la cama.
En eso sentí como un sueño húmedo, que alguien mamaba mi verga, abrí los ojos y vi a la pequeña Sandrita con mi verga en sus manos y chupando mi verga.
La dejé que continuara, solo le hice una sonrisa de aceptación.
Ella lamió y chupó mi verga por todos lados, me la dejó paradisima.
Luego la acosté y le quité toda su pijama, la dejé en cueros, tomé uno de sus pies y le dije que se lo chuparía, ella asintió.
Le chupé cada dedito y todo el pie, uno por uno, luego besé sus muslos y fui llegando a su cerradita cuquita, se la chupé lentamente, gozando cada pedazo, ella se retorcía sobre mi cama, le pasé la lengua desde su cuquita hasta llegar a su ojito de su culito, lo lamí y lo chupé como si fuera un dulce, la pequeña tuvo su primer orgasmo, según ella me contaría después.
Después me puse sus pies sobre los hombros, puse mi verga en la entrada estrecha de su vagina y la froté para que se dilatara un rato, luego empujé y la fui desvirgando poco a poco, sus gemidos se volvieron gritos cuando mi verga comenzó a entrarle en su cuquita, no tuve prisa, pero no dejé de empujar y bombear mi verga en su cuquita, mi verga entro lentamente, solo un tercio de mi verga fue suficiente para cogerla al inicio, yo entraba y salía.
Poco a poco entró un poco más de la mitad y ella se retorcía en la cama, le vino un segundo y tercer orgasmo, la pequeña era igual de caliente que su mamá.
Después le di la vuelta y la dejé en cuatro, le besé sus pequeñas nalgas y su culito.
Luego la volví a penetrar por la vagina y ahora en esa posición casi se la tragó toda por la cuquita.
La bombie suave y lento hasta que la oí correrse de nuevo, entonces ahora le di duro para correrme yo.
No tardé en eyacular, se la saqué y lo hice sobre su espalda.
Ella estaba agotadisima, que la tuve que llevar cargada a su habitación, la dejé alli y ella me agradeció por desvirgarla.
En los diez meses que viví con ellos, le di a las tres mujeres de la casa.
Aunque mi preferida era mi tía.
Con ella tardé más de dos años cogiéndola, ahora yo alquile un apartamento y ella llegaba frecuentemente para tener sexo conmigo.
Más tarde ella se divorció de su esposo.
y me pidió que volviera a vivir con ellos, su hija Saira va a la Universidad y solo viven en la casa ella y Sandrita, quien ya es una chica muy linda.
Yo le he pedido a mi tía que si me voy a vivir con ella, quiero ser su novio y el único con el que tendría sexo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!