Sorpresas (3ra parte)
Ya no queda nada que esconder….
Ella cree que no me acuerdo… ahora todos esos recuerdos borrosos tienen sentido…
Desde que pasó eso con mi papá, no he parado de masturbarme, sentir su verga madura frotandome, sus brazos fuertes rodeándome… la sensación exquisita de sentirme más hembra que mi mamá, quitándole a su hombre en su misma cama, no puedo controlarlo, no quiero controlarlo…
No es la primera vez que los veo, me fascinaba espiarlos mientras cogían creyendo que yo estaba dormida, antes de los diez ya los había visto coger tantas veces… ver sus cuerpos maduros apretandose, besandose, mojados en el sudor, manchados con sus propios líquidos, sentir ese olor exquisito a sexo, el ruido de la lechecita y los jugos de la concha de mi mamá chocando con la piel, ardiendo y moviéndose más rápido, gimiendo despacio, tratando de que «la niña no es escuchara nada», y ahora… saber que mi mamá me tocaba de bebé, escucharla describir una perversión tan horrible, tan… tan caliente…
Pensé que no me estaban viendo, mi mamá estaba tan concentrada pajeando a mi papá y él con los ojos cerrados, me fue imposible no meter las manos en mi pijama, sentir mi vagina hinchadita y botando juguitos en mis muslos… abrir los labios, alcanzar ese botoncito de carne que me lleva al cielo y frotarlo, exprimirlo y sentir como palpita en la yema de mi dedo mientras me mojó más y más y el pijama se me pega en los labios de la concha y en el pliegue de mis muslos… la escena era tan rica, tan dominante, tan perversa. No supe que decir cuando mi papá me vio, me sentí mal, avergonzada, algo se me apretó en el pecho y me devolví corriendo a la habitación. Cerré la puerta con llave, mi corazón palpitaba a mil por hora, tantos pensamientos al mismo tiempo, conclusiones, preguntas y una calentura que no se me quitaba.
Me saque toda la ropa, apague la luz de la habitación, por instinto busqué mi cepillo «especial» que tenía el extremo en forma redonda, no tenía consolador, nunca quise comprarme uno, aunque una amiga mayor de edad me ofreció comprarlo por mi, pero no quise, mi mamá ordena toda la casa y no sabría dónde esconderlo. Cuando lo saqué del cajón, lo primero que hice, fue chuparle la punta redonda, deseando, rezando para que fuera la verga gorda y gruesa de papá. Abrí un poco las piernas y doble las rodillas, me metí tres dedos en la concha, sentía como los labios se estiraban mientras los sacaba y los metía rápido, fuerte. Hacia el mismo movimiento con el cepillo en mi boca, mientras algunas gotas de saliva se salían por los bordes de mi boca. «Papi te amo, te amo», esa frase se repetía en mi mente una y otra vez, mientras mis dedos estaban completamente mojados de mi concha… pero quería más… intenté meter el cuarto dedo, me dolía estirarme los labios, me dolía mucho, pero no aguantaba, de a poquito entro, solo un poco, apenas podía mover la mano, esa sensación de dolor y placer alternándose en cada movimiento me tenía loca, mis gemidos se escapaban sin querer, sin control. Me saque el cepillo lleno de saliva de mi boca y lo deje en el mismo mueble que lo saqué, y mi mano se fue a mi teta, a mí pezón pequeño e hinchado y sin medir mi fuerza, lo apreté lo más que pude… Ese dolor tan rico… lo apretaba y lo estrujaba, me mordía los labios mientras mis dedos entraban en mi concha ya roja de tanto manosearme… está calentura no se me iba con nada… solo se que estaba como una perra en celo, en las sombras pajeandome como loca, en una posición sucia, como si fuera a mear en la calle, como una vagabunda puta y abandonada, moviendo el culo y haciendo gestos obscenos con mi cara, con las rodillas tiritando, gimiendo como si me torturaran… no me importaba que me escucharán a esta altura, quería que me escucharán…
No sé cuánto tiempo pasó… diez minutos, media hora, toda la noche, no sé, solo sé que no quería parar. De repente tocaron a mi puerta. Me detuve de golpe, no sabía qué hacer. Por instinto, guardé el cepillo y me metí en la cama, para hacerme la dormida. Sentí un sonido de llaves entrando en la cerradura, estaba nerviosa, ansiosa, y mientras más ansias sentía, más mi concha pedía caricias y castigo… Cuando la puerta se abrió, pude ver la silueta pequeña y delgada de mamá entrando suavemente en la habitación, llevaba su bata de noche. Se acercó a la cama, se sentó a mi lado. Yo hacía que dormía y ella me empezó a acariciar el pelo suavemente.
- Se que no estás durmiendo
Esa frase pareció como una daga atravesando me… miedos estúpidos…
- Escuchaste todo?
- Si
- Date la vuelta, mírame
Gire mi cuerpo y vi su rostro. Sus ojos estaban rojos e hinchados.
- Mi amor… Perdóname…
Su pena, era tan sincera, no supe que decir.
- Mamá…
- Sé que está mal lo que te hice, pero no me puedo controlar, nunca pude mi amor.
Al decir esto, rompió en llanto. Vergüenza, pena, arrepentimiento, perversión, calentura… Nunca en mi vida había tenido una noche tan intensa. Se me llenaron los ojos de lágrimas, no sé porque en realidad, quizás fue solo el contagio de la pena de mi mamá. Me senté en la cama, y la abrace, con mi mano lleve su cabeza a mi hombro y ella se apoyo en él, y el llanto se empezó a ahogar, de a poco se fue calmando. Aún tenía la vagina húmeda y los pezones inflados, pero ni siquiera se me pasaba por la cabeza seguir tocándome… era mi mamá… y a pesar de lo que escuché, no sentía rencor… más bien su perversión y descaro con el que le hablo a mi papá, me calentaban más que cualquier otra cosa.
Estiré mi brazo a la mesita de noche al lado de mi cama, tengo una de esas cajitas con pañuelos en el, así que saque algunos y aleje la cara de mi mamá de mi cuerpo, y suavemente le seque sus lágrimas. Ella me miraba sorprendida, pero yo solo le respondí con una sonrisa. No sabía qué decirle en realidad.
No debí haberlo hecho, se supone que debería estar furiosa o al menos triste…
Al secarle las lágrimas, me fue imposible no darle un beso en la mejilla, muy cerca de la boca, no despegué mis labios de su piel y un magnetismo extraño me hizo acercar mis labios a los de ella… un pequeño roce que me prendió la calentura nuevamente. Me separé de ella, como fingiendo que no pasaba nada, ella estaba helada mirándome y yo seguía secándole las lágrimas. Me acerque nuevamente a su rostro, esta vez le di un «piquito» en los labios, luego otro y otro. Ella no se movía y mi concha me palpitaba más a cada besito… hasta que comencé a besarla, a abrazar sus labios con mi boca… no se porqué lo hize, podría dar mil razones, pero en realidad en ese momento no estaba pensando en nada… solo estaba demasiado caliente.
Ella no se movía, la piel de su rostro estaba tensa, podía sentir eso con mis labios, pero eso me calentaba, sentía que estaba invadiendo su espacio… violando su espacio… tal como ella me lo hizo a mi.
Ya no quería fingir nada, no podía. acerque mas mi cuerpo al de ella, quería rozar mis pezones en su bata, en su piel, mis manos la abrazaron más fuerte, ella seguía helada sin hacer nada, mi clítoris empezó a palpitar nuevamente, mojarse nuevamente. Cuando ya tuve mis tetas más cerca de ella me las empeze a frotar en su cuerpo, sentía como palpitaban a cada roce que le daba.
– ¿Ya no me quieres? – Le pregunté
– Bebe, no es eso… es… no se
la mire fijamente a los ojos… algo me hizo sospechar que me estaba escuchando, que me estaba espiando antes de entrar y esa idea, me calentó muchisimo mas…
me puse de pie encima de la cama, frente a ella. ella se alejo un poco, sorprendida, pero sin pararse de esta.
– ¿Qué estás haciendo?
no dejaba de mirarle a los ojos, mientras exhibía mi cuerpo completamente desnudo frente a mi madre. No era la primera vez que me veía desnuda, pero esta vez era diferente.. yo queria que me viera
– mi amor, por favor… – dijo con voz temblorosa
– ¿Ya no me deseas? – le dije mordiendome los labios y apretandome las tetas
– mi bebe, yo siempre te voy a amar
Cuando dijo eso, la misma calentura que tenía hace un par de minutos atrás que me quemaba por dentro, volvió a encenderse, ese calor indecente y lascivo me tomaba desde los dedos de mis pies hasta el último cabello de mi cabeza. abrí las piernas y mientras lo hacia, mas fuerte me mordí los labios y apretaba el culo, para mover mis caderas hacia adelante y mostrarle mas mi concha humeda y colorada de tanto pajearme.
– Ya no me deseas? ya no me quieres?
ella solo miraba, con la respiracion agitada
– hazme de nuevo lo que me hacias, hazme de nuevo las cosas que le contaste a mi papa… ya no me quieres? no me quieres violar como lo hacias? – mi tono se volvio agresivo y sarcastico – chupamela como le decias a mi papa que lo hacias, tocame
me apretaba la concha y movia las caderas como culeando frente a ella, poseida por esa hambre que ella misma desperto a una edad en la que yo no podia hacer nada. lujuria, rabia, miedo, pasion, veguenza, pena… todo en una noche… pasando como como la estela de una estrella fugaz, quemando el cielo de este hogar, cambiandolo para siempre…
– sabes lo que hize con tu marido cierto? – mi tono se volvio agresivo, queria humillarla, cogermela, ser mas hembra que ella – sabes que casi me lo cojo al lado tuyo? sabes que senti esa verga gruesa rozando esta misma concha que tu chupabas? – mientras le decia esto, abria los labios de mi vagina, con una sonrisa burlona en mi rostro, y aprovechando de meter mis dedos adentro – estabas despierta cierto? se que estabas despierta. me quede en la puerta, no me fui, los escuche mientras cogian, gritabas como zorra mientras el te llenaba de moco y me pajeaba escuchandolos… siempre lo hago, siempre los escucho, te gusta eso? que tu niña se haga pajas espiandote? – esboze una sonrisa picara y burlona mientras sacaba los dedos humedos de mi concha mojada, y los lamia frente a ella.
mi mama estaba perpleja, me miraba y eso alimentaba mas mis movimientos lascivos… «cogeme, cogeme zorra, cogeme maldita, tal como me cogias de niña, te gusta? te gusta asi?»… esa frase se repetia en mi mente una y otra vez y cada vez que lo hacia, mas me calentaba y ya no aguantaba… no era yo… una de mis manos busco mi ano, queria abrirme el culo tambien… esta euforia tan rica…
el rostro de mi mama se fue relajando, sus ojos ya no tenian esa expresion de sorpresa y tension, estaban mas relajados. sus labios estaban entre abiertos y su pecho se movia al respirar. mi dedo entro sin pensar en mi culito apretado, mis ojos se cerraron por la sensacion repentina de dolor… exquisito…
mi mama bajo su bata y empezo a pellizcarse los pezones, yo solo la miraba, extasiada de su cuerpo maduro y pequeño, de sus tetitas chiquitas y sus pezones un poco alargados por amamantarme… un dedo en mi culo no era suficiente… meti otro suavemente y otro… tres dedos, urgando en mi sucio interior, me dolia y me encantaba, tuve que encogerme un poco para que pudieran entrar y al hacerlo quede muy cerca de su cara, podia sentir el calor de su cuerpo cerca del mio. trataba de pajearme rapido, pero no podia y mientras mas lo intentaba, mas me dolia y lo hacia con mas fuerza aun… la locura que vive en mi, gracias a ella…
Apoye mi cabeza en su hombro, mientras trataba de empujar mis dedos hacia dentro de mi culo lo mas fuerte que podia, mi madre estaba jadeando de calentura. le susurre al oido
– tambien me chupabas el culito, y me metias tus dedos.. mmm… tambien le comias el culito a tu bebe… mami? – por alguna razon, esta frase se la dije con una dulzura tan tierna.
– bebe – suspiro – desde que te tuve en mis brazos bebe…
me tomo la cara y me dio un beso profundo, rico, acuoso y su lengua empezo a violar mis labios, a meterse en mi boca y enredarse con la mia. mis dedos entraban y salian freneticos y dolorosos de mi ano diltado y sudoroso, el dolor no paraba, pero eso me excitaba aun mas. mi otra mano se apoyo en su brazo, para poder pajearme mejor, sus manos no me soltaban la cara, yo empeze a gemir de placer, un gemido ahogado que se combinaba entre nuestra saliva ardiente.
me tomo del pelo, me alejo de su rostro y dijo
– eres mia y tu papa tambien… son mios y haras lo que yo te diga, entendiste?
su mirada tierna se transformo, ahora estaba llena de ardor y calentura, y destellaba una fuerza increible, sin pensarlo, me dio una bofetada que me movio el rostro y empujo su cara a mi pezon
– chupa, chupa fuerte, te gusta la leche de mama? te gusta zorrita?
ese estallido violento me estremecio el alma, me senti indefensa ante su presencia, me tiraba el pelo con fuerza y restregaba mi cara en su teta
– chupa te dije! chupa! –
… fue siempre asi?… fue siempre asi conmigo?…
me tiraba del pelo muy fuerte, tanto asi que casi pierdo el equilibrio y deje de masturbar mi ano y al salir mi mano, intente sujetarme de su brazo. sentia que ella gozaba viendome asi… incomoda. Cuando pude agarrar el pezon con mi boca, lo empeze a chupar muy fuerte, ella solto un siseo candente entre sus labios. sentir su pezon de nuevo fue exquisito. se lo chupaba fuerte, tal como ella queria, lo rasguñaba con mis dientes, lo apretaba, lo tiraba y mientras mas fuerte lo hacia, mas gemia y se movia.
– tirate en la cama – me dijo, como dandome una orden
ella se bajo de la cama y mientras ella lo hacia yo me acomodaba encima. una vez que estuve completamente estirada, desnuda y cansada de pajearme, ella se quedo mirandome, contemplandome, parecia que se estaba comiendo con sus ojos cada centimetro de mi cuerpo. levanto una pierna y la dejo en mi cama, la bata se abrio suavemente mostrandome su concha, depilada y sin dejar de mirarme, empezo a frotarse el clitoris con sus dos manos
– mi bebe… mi bebe… eres tan bella, me encantaba tanto tocarte, masturbarte mientras te daba leche mi amor…
cerro los ojos por un momento, luego su cabeza se inclino un poco hacia arriba, como recordando… su piel blanca, su cuerpo pequeño y delgado, sus pechos como duraznitos, su cabello castaño revuelto y bajando por sus tetas y aunque en su vientre se dibujaban una pequeñas estrias por mi embarazo, es una hembra madura hermosa…
– pasaba toda la tarde chupandote la conchita mi bebe, metiendote los dedos despacito en conchita, te abria el culito con mis dedos, te chupaba tus tetitas… aaahhh… mi amor… me frotaba la concha con tus manitos, con tus piecitos, te dejaba llena de mis jugos mi bebe… todos los dias mi niña, todos los dias…
deberia sentirme mal, deberia estar furiosa, pero no puedo.
se abalanzo sobre mi, besandome, apretandome las tetas, yo la abrazaba deseperada, le apretaba el culo, su piel y la mia se deslizaban entre besos y agarrones, cada una tratando de poseer a la otra. sentia su boca bajando por mi cuello, besando, lamiendo, mordiendo despacio, luego mi pecho, para luego besar y lamer el contorno de mis tetas y suavemente acercarse a mi pezon inflado. primero sus labios lo abrazaron, luego su lengua acaricio la punta dejandolos humedos y despues sus dientes apretaron el pezon y los tiro de a poco, sin soltarlo, como mamando… podia sentir los jugos de mi concha mojando mis muslos, su mano empezo a bajar por mi vientre y al llegar a mi vagina, se fue deslizando despacio por los labios de esta, ya mojados y rojos de tanto roce. los abrio despacio y con fina destreza apreto el clitoris entre la llema de sus dedos y al mismo tiempo que lo hacia, me tiro el pezon lo mas fuerte que pudo… una descarga de fuego me recorrio el cuerpo entero, me retorci de placer, ella no paraba chupar y apretar mientras perdia el control de mi cuerpo en sus manos, entre espasmos y tiritones.
– maaa… mamaa… – era lo unico que pude decir, tiritando, desesperada en sus caricias
ella continuo, no paraba, sentia que salia mas liquido, sentia las sabanas mojadas y pegandose en mi culo por mis jugos… pero ella no se detenia
– por favor para! me voy a hacer! me voy a hacer pipi!
ella levanto la mirada, me miro a los ojos y un brillo picaro se dibujo en ellos, un brillo que me dijo que no se detendria.
siguio apretando, moviendo, mis caderas se movian hacia adelante y atras, su boca no se despegaba de mi concha, siguiendo mis movimientos, mis nalgas estaban mojadas, sentia como salia liquido de mi concha y mientras mas fuerte me movia, mas fuerte chupaba ella, los dedos de mis pies estaban encogidos, como intentano contener «algo» que iba a explotar, mis manos agarradas a la sabana, sujetando «eso» que queria salir… y de repente, chupo tan fuerte, que me dolio la vagina… y ese dolor, me hizo perder el control…
– mama me duele! aaaahhh! me duele! para por favor!
las lagrimas se asomaban en mis mejillas, sentia que mi corazon iba a explotar… pero ella no tenia compasion, disfrutaba viendome sufrir… mas rapido, mas fuerte, «no puedo, no puedo mas»… un ultimo espasmo, me atraveso el alma y senti como un chorro de fuego me quemaba la concha por dentro y salia con fuerza, mientras mi cuerpo tiritaba y mis quejidos entrecortados inundaban la habitacion… y despues cerre los ojos y solo hubo silencio, en mi…
sentia como me lamia la vagina, saboreandome, limpiandome, pero no dije nada, ella se acosto a mi lado, yo por instinto, me acurruque en posicion fetal, ella me rodeo con sus brazos, me acaricio el cabello y susurro en mi oido, mientras suavemente iba cayendo en un sueño exahusto y embriagado de placer
– duerme mi amor, duerme, mañana limpiamos todo… y conversaremos los tres…
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