Perlas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Maturanga.
Busca dos collares de cuentas de cristal del tamaño de perlas y que las cuentas tengan los bordes redondeados, aunque su forma no sea necesariamente redonda; quizás las formas variadas lo hagan aun más interesante.
El primer collar debes coserlo a un elástico o un liguero, formando una especie de tanga en la que el collar se meta entre tus labios vaginales y en el culo. De forma que quede bien ceñido pero sin apretar, rozando el clítoris, la entrada de la vagina y el ano.
Por eso las cuentas deben ser de cristal, para evitar alergias y ese tipo de cosas, además es mucho más estético. Elige el tamaño de cuentas que te parezca más cómodo sin ser demasiado pequeño.
Esa tanga de cuentas debes llevarla un día entero bajo la ropa mientras haces las tareas normales. Quiero que camines por la calle llevándolo puesto, que trabajes con él, que estés sentada en casa con el collar puesto….
Solo podrás quitártelo para ir al cuarto de baño y evidentemente tendrás que extremar tu higiene intima. Y por su puesto no podrás masturbarte en todo el día, por muy caliente que estés
Cuando estés apunto de irte a dormir será el momento del placer.
Prepara el segundo collar, que debe ser un poco largo y asegúrate de que el hilo que une las cuentas es fuerte para que no se rompa por accidente.
Cierra el collar para que queden dos líneas de cuentas en paralelo y así haz un nudo casi al final, asegurándote de que queda firme y no se soltará. Ahora tienes una especie de bola de cuentas un poco más pequeña que una nuez. Haz otro nudo igual unos dos o tres dedos más abajo, de manera que la segunda bola quede separada de la primera.
Ahora desnúdate por completo, comienza a acariciarte. Presta especial atención a tus pechos. Alarga las caricias y demora la excitación. Por mucho que lo desees aun no puedes jugar con tu coño. Solo lo podrás hacer cuando estés realmente ardiendo.
Bien, adelante, deja que tus manos bajen hasta tu coño, pero ten cuidado porque no quiero que te corras aún. Solo haz que tus dedos despierten el hambre de tu coño. Aumenta aún más el deseo y la húmeda de tu vagina y cuando sientas el máximo de excitación, vuelve a un ritmo muy lento y coge el collar.
Mete el primer nudo en la vagina, puedes sentir las cuentas en tu interior, empuja con los dedos para hacer sitio al segundo nudo que te terminará de llenar.
Ahora eres libre para masturbarte como quieras, pero puedes usar ese trozo de collar que cuelga de tu coño para frotarlo sobre tus labios vaginales, así lo tendrás a mano para el final de la prueba.
Busca tu placer, ahora nada te lo impide. Hazlo rápido o lento, con suavidad o con furia. Hazlo como quieras, pero cuando llegues al orgasmo tira del trozo de collar que se quedo fuera. Saca los nudos coincidiendo con tu orgasmo. Y déjate llevar.
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