Aquella mañana en la que te vi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElMarques.
Te vi llegar esa noche, el verde uniforme que traías puesto, te hace ver muy guapo. Mordí las ganas, y el deseo de mi entrepierna, brinco estando atrapada.
Mamá te ha recibido… quiero bajar a la sala y poder abrazarte, pero siento un temor frió en todo mi cuerpo. Me acuesto en la cama y con el cobertor me abrigo de pies a cabeza. El aliento que suspiro es caliente, como si tuviese prendido en fiebre.
Acostado de lado en la cama, pienso y mi erección palpitante moja mi ropa interior. Pienso en ti, tu cuerpo; músculos dorados por el sol. Imagino mis manos acariciar tus brazos fuertes, y creo no poder aguantar con tanta excitación que recorre en todo mi ser.
Sueño que tu eres mio, y mojo las sabanas por un profundo sueño húmedo.
Me levanto y el sol ya entra por las ventanas alumbrando todo a su paso.
El silencio es tétrico en la habitación, salgo al pasillo y llego a la puerta de tu habitación, bajo la mirada a la cocina y no veo a mamá. Llego hasta la habitación de ella, y no la encuentro.
El olor es propio de ti, se siente en toda la habitación; aspiro y es como tocar tu piel. Me prendo en calor y mi ropa interior se levanta, armando una carpa.
Estas acostado durmiendo plácidamente, el estomago cubierto de vellos oscuros, acentúa tu piel tostada. Te veo desde la puerta y me quedo ahí admirando tu hombría durmiente; se marca de lado, en esa tela opaca que cubre tu sexo -trago grueso-, y mi mirada te come completamente.
Estoy tan cerca de ti, que puedo ver como desciende tu respiración, y una erección matutina se hace presente ante mis ojos que la ven como se eleva y marca el grosor en la tela. Creo estar seco de la garganta, y la fiebre en mi cuerpo, quema al contacto.
Reposando en la cama junto contigo; a la altura de tu cintura, mi mano inquieta quiere posar sobre tu masculinidad que esta dura como una piedra.
Toco, la sensación es diferente a la que imaginaba ¡Es mucho mejor! tocando con los dedos la zona del glande, llevo mis dedos a la nariz y, aspiro con fuerza, imaginando que el olor de tu virilidad en mis dedos ha quedado.
…Ohh yeah yeah
At last
the skies above are blue
My heart was wrapped up in clover
The night I looked at you…
Es una emoción tan grande que siento, que mi corazón late tan fuerte y mi cuerpo tiembla sin control alguno. Acerco mi olfato a tu entrepierna y huelo el olor que emanas; es caliente, suave y embriagador. Con mi vista tan cerca, puedo ver lo vellos oscuro y grueso que salen por la pretina de que tapa tu erección.
Toco de nuevo; desde la base hasta el glande, te acaricio las pelotas y tu miembro viril, brinca queriendo salir del interior.
<< ¿ha sido una invitación? >> me pregunto.
Y el descontrol de mi deseo, se avocad y hábilmente con dos dedos jalo la pretina y tu sexo moreno rebota en su máximo esplendor.
Esta cubierto, y en la punta se ve la humedad viscosa salir. Poco a poco se deja ver, y el glande con brillo; a mis sentidos hipnotiza, no le dejo de ver, y viendo como va cayendo de lado, por lo pesada que es; tu virilidad palpitante reposa en tu piel.
Mi mejilla ruborizada hace contacto con los vellos oscuros que cubren tu ingle. Mis labios están cerca de la cabeza, mi lengua ávida toca la fisura; la textura es lisa y babosa, caliente y apretada.
Con la boca abierta, como si fuese un hoyo, la guió y tu erección dentro de ella, se estremece hasta tocar la campanilla de mi garganta.
El sabor junto con la textura, reventó en mi paladar en un mar de sabores: fue dulce, salado y las dos cosa juntas, fue irreconocible lo delicioso, al sentir que tu fierro caliente tocara mi lengua abierta a conocer todo esos sabores que hay en toda tu hombría.
Me atore la garganta hasta provocarme una arcada. Las lagrimas me corrían por las mejillas y, me ahogue de nuevo hasta sentir que tocaba tus vellos con la punta de mi nariz; el olor me prendió y, con una mano acariciaba las pelotas peludas, hasta hacerle desprender su propio olor.
Abarcando todo el grosor, mis finos labios, estirados estaban para abrir paso a tu erección tocar el fondo de mi garganta. El liquido que brotas, en mi lengua explota y deliro de placer.
Tu miembro palpita en mi mano, la veo y te succiono solo el glande rosado. Tu cuerpo se estremece y comienzas a temblar, tu erección dentro de mi boca, y abres los ojos…
El marrón de tus ojos se queda fijo en los míos, la barba afeitada raspa tu clavícula. El calor de mi cuerpo desciende con esa mirada seria y fría. Con esa expresión de sorpresa, bajas la cabeza a la almohada.
Tus dedos gruesos se entrelaza en mi cabello, con un poco de fuerza me agarra tu con tu otra mano agarrando firme el grosor de tu virilidad; moviendo rápido y el glande cerca de mi labios, gimes bajito y te la jalas para acabar en mi cara.
Te veo cerra los ojos y aprietas los labios junto con todo los músculos de tu rostro. Con el cuerpo tenso acostado de lado, empuñas tu hombría a mi boca, con el glande abriendo paso por mis labios… el primer chorro caliente quema en mi lengua, y dejando entrar toda la virilidad, la enterraste hasta al fondo de mi garganta y en con incontrolables espasmos acabaste todo tu néctar hasta tragarme cada disparos que que expulsabas sin parar…
At last my love has come along
My lonely days are over
And life is like a song…
Despierto y toco mi ropa interior mojada… ¡oh hermano!
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