*SOLO FUERON PAJAS Y SEXO ORAL
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llegamos a la integración que duraría 3 días y éramos chicos y chicas de varios municipios del departamento, en un número de 50 personas. 35 hombres y 15 mujeres, muy bien seleccionados por su liderazgo y deberían ser de sectores vulnerables como el campo o comunas.
Luego de llegar, nos recibieron unas monjas de un colegio y el sacerdote párroco de la única iglesia del pueblo. Nos ubicaron en nuestros dormitorios, las chicas aparte porque no deberíamos compartir cuartos.
Luego de desayunar nos fuimos al gran salón de conferencias de la parroquia y allí recibimos todas las conferencias por parte de personal especializado en temas de juventud.
Luego que nos presentaron nos integramos en actividades lúdicas, Trabajos en grupo etc. Posteriormente a la hora del almuerzo compartíamos y por las noches luego de la oración final a dormir.
Ramón era un chico muy sobresaliente de un municipio muy cercano al mío, nos tocó compartir el mismo cuarto, puesto que dormimos en salones de 5 camarotes, en grupos de 10 personas por Habitación.
A él y a mí nos tocó los camarotes bajos enfrente, por lo que solíamos charlar con más facilidad, pero igual los 10 fuimos muy buenos compañeros además algo muy especial: Fuimos los 10 más sobre salientes del curso, los que organizamos el grupo y formamos un combo especial el cual siguieron llevando como modelo a otros lugares del PAIS.
Ramón y yo la pegamos muy bien y fuimos muy buenos amigos desde esa integración. Aunque no se habían popularizado tanto los celulares ni la internet. A través de correo físico y cartas nos comunicábamos permanentemente.
Me invitó a su casa y yo a la mía y nunca nos quedaba fácil. Llegó el mes de noviembre y con él las vacaciones de fin de año. En una de sus cartas me dijo que viajaría para un lugar cercano a mi residencia, lo que nunca sabía yo, era que su visita la haría a una finca cercana a la de mi familia, así que los vecinos donde Ramón estaría durante una semana estaban a solo 5 minutos de mi casa.
Con esa familia Nos podíamos comunicar a través de potreros de ganado y cultivos. Un día como era muy aficionado a la música, estaba tocando mi guitarra, cuando el perro de mi casa estaba que devoraba a alguien que llegaba. Cuando la persona pidió auxilio de inmediato salí, evitando fuera mordido. Cuando vi que el que había llegado era Ramón, me dio una inmensa alegría acompañada de asombro, todo imaginé menos que fuera ese gran amigo que hacía unos pocos meses había conocido. Le hice seguir a mi casa, le presente a mi madre, pues nadie más estaba en casa. Tomamos un delicioso jugo y platicamos un rato. Luego se regresó porque tenía que llevar los artículos que venía a llevar en calidad de préstamo para el vecino de mi familia donde estaba alojado.
Luego en horas de la tarde pedí permiso a mis padres y me fui a la casa de los vecinos donde estaba Ramón de visita. Allí Me recibieron muy bien y compartimos una deliciosa comida y me comprometí en ir a su casa a visitarlo en cuanto pudiera. Posteriormente regresé a mi casa antes que se hiciera tarde la noche.
Llegó diciembre, realizamos en la vereda los tradicionales alumbrados, las novenas de aguinaldos y el 27 de diciembre me dispuse a realizar la visita a una vereda del pueblo vecino a la finca donde vivía con sus padres y tres hermanos, dos hombres y una mujer.
Le hice una llamada telefónica donde unos amigos notificándole mi visita y me dispuse a viajar. Como la finca quedaba cerca del pueblo me fui caminando para poder llegar tranquilo y disfrutar de los paisajes del lugar. Luego de preguntar en dos lugares, llegué por fin a su casa. Su familia me recibió muy bien, parecían ya conocerme, porque él les había platicado casi todo de mi forma de ser y de mi familia. Así que nunca fui ajeno en aquel lugar.
Con sus hermanos la llevé muy bien, era una familia muy unida y su calidez y nobleza era espectacular. Fuimos de compras al pueblo y realizamos labores de campo junto con sus hermanos, hicimos aseo en las mañanas a toda la casa y sus alrededores, cocinamos, labor que nunca yo realizaba en mi casa e hicimos el concurso de realizar la empanada más grande y esa persona se la ofrecía al otro como cena; ciertamente Ramón me ofreció la suya como plato de bienvenida una grande y exquisita empanada. Igual yo hice una de tamaño gigante y se la ofrecí a sus padres. De esa forma compartimos una rica cena jamás vivida, la cual disfrutamos en familia. En solo un día ya me sentía como miembro de la familia. La noche se acercaba y todos fuimos a jugar a los potreros de la finca. Nunca me sentí tan bien, realizando juegos tradicionales con aquella familia; Hasta la señora del servicio doméstico participó de los juegos.
Nos dirigimos todos a casa de nuevo después de disfrutar de una chocolatada y contar las estrellas. Ya en casa se acercó la hora de dormir. Ramón como hijo mayor de la familia dormía en un hermoso cuarto independiente con todas las comodidades. Llevó mi morral hasta el cuarto de huéspedes, un lugar con dos cómodas camas y me instaló allí. Luego se fue e instaló en su cuarto a los dos hermanos menores. Luego de dejar todo en orden llegó al cuarto de huéspedes recién bañado con su pijama puesta. Me dijo que me duchara con agua tibia, me llevó una gran toalla y una de sus pijamas para que me la pusiera después del baño. Así que me duché me coloqué aquella pijama y me dispuse a acostarme. Encendió el equipo a muy bajo volumen, escogió la música que más nos gustaba fue a la nevera y trajo un rico jugo y comenzamos a platicar diferentes temas. Cada uno estaba en cama diferente y mientras platicábamos se hacía tarde la noche por lo que había que hablar un poco bajo para no interrumpir el sueño de sus padres. Así que para poder estar cómodos y continuar con nuestro dialogo Ramón me pidió le permitiera quedarse al rincón y amanecer en mi compañía. Para mí fue normal acostarme en compañía de mi amigo y entre charlas era casi la una de la mañana y el sueño parecía ganarnos y yo trataba de simular quedarme dormido, por lo que comencé a hacer sonidos similares a alguien que está durmiendo. Sin embargo notaba que Ramón no podía conciliar el sueño sintiendo una ansiedad en su respiro. Fue al baño y regresó, yo seguía haciéndome el dormido y estaba boca abajo cuando el regresó a cama nuevamente no encendió la luz del cuarto sino que traía en su mano una linterna con la cual me observó de pies a cabeza según el giro de la luz ella cuando vi que recorría MI CUERPO CON SU MIRADA.
Me llamó suavemente y yo no le contesté, entonces como ambos estábamos cobijados con una enorme cobija, me arropó y se acostó de nuevo a mi lado. Yo trataba de contenerme y simulando estar dormido me giré quedando de espalda a él, entonces me llamó de nuevo y yo seguía actuando como alguien que duerme profundamente, pero por dentro estaba con una horrible ansiedad. Me puso la mano en el hombro y me movió suavemente mientras me llamaba. Igual seguía simulado dormir y unos segundos después me di la vuelta. Ya eran las dos de la mañana. Yo quedé de lado hacia él; él estaba boca arriba y se giró para encender de nuevo la música ya que estaba en tremendo desvelo. Yo entendía su mensaje pero seguía esperando su iniciativa para no ser atrevido. Además a mí Ramón me atraía desde las ves que nos conocimos en la integración. Creyéndome dormido deslizó con suavidad su mano hasta llegar al pantalón de mi pijama y comenzó a soltar el cordón que no estaba tan apretado, para con sutileza tocar mi pene por encima de mi bóxer el cual ante ese estimulo se puso de inmediato muy erecto. Rompí mi ego y de una agarré su temblorosa mano por lo cual el exhaló un suspiro profundo y yo una sonrisa. Quiso disculparse por el atrevimiento pero yo respondí: Fresco que nada pasa, pues ya estaba tocando por encima de su pijama su pene erecto que hervía como fuego. No hubo palabras, los pijamas cayeron al piso y ambos estábamos acariciándonos mutuamente nuestros penes. Ramón se me subió encima y comenzó a besarme el cuerpo yo me calentaba enormemente, por lo que le hice girar y me puse sobre el para corresponder de la misma forma.
Era un momento sublime e indescriptible, nuestros penes estaban a mil y súper lubricados, las caricias nos enloquecían y de repente comenzamos a besarnos como locos. De un momento a otro Ramón cubrió nuestros cuerpos con la cobija y bajo de ella encendió la linterna para ver mi pene, igual esa experiencia era fenomenal: Tapados bajo la cobija contemplando nuestros penes que a nuestra edad eran casi de 17 centímetros y muy hermosos esperaban mucho más en esa madrugada. Como un joven muy culto ramón me pidió permiso para besar mi pene porque nunca lo había hecho con nadie y ciertamente yo le inspiraba esa confianza. Pues yo tan poco había vivido una experiencia de esas, así que le permití. Pero más que beso Ramón se devoró mi pene de una. Su boca la llevó hasta lo más profundo donde su goce me enloquecía en sus ricas subidas y bajadas. Yo no sabía qué hacer y le dije: Espera que me toca el turno a mí. Igual sin esperar un instante me arrojé sobre su erecto pene y me lo devoré de una, hasta sentir que se perdía en mi boca.
Esta ansia y deseo sexual era como una locura, así que hicimos un 69 hasta que estábamos a punto de eyacular. Luego comenzamos a masturbarnos mutuamente, se sentó entonces sobre mis muslos y ambos eyaculamos como nunca, mojando nuestros cuerpos. Al amanecer cuando sus padres comenzaron a levantarse ramón se pasó a la otra cama y cuando ellos entraron al cuarto de huéspedes cada uno estábamos en camas separadas. Este ejercicio se repitió durante los 5 días que estuve de visita donde su familia. Luego en las vacaciones le visitaba y vivimos momentos espectaculares de sexo oral y pajas. Nunca le pedí ni me pidió nos penetráramos. El tenía su novia, yo la mía, pero nuestras pajas y nuestro sexo oral fueron nuestro secreto íntimo y era como una devoción y compromiso hasta que cumplimos 20 años. Él se fue para Australia a realizar una maestría y yo me fui a trabajar como instructor del Sena. Según sus hermanos se convirtió en un doctor en manejo de animales en vía de extinción y jamás volví a saber de él. Sin embargo puedo decir que fue una experiencia muy bonita que viví en mi adolescencia con un personaje del que nunca esperaba que ocurriera algo así. No lo busque, simplemente se dio y en nada nos perjudicó.
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