El Baldío y El Mirador. 6ª parte.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
“Breves e intensos fragmentos de mi adolescencia”
Lo prometido es deuda vuelvo con la parte correspondiente de mis vivencias de adolescente, mismas que disfruté al máximo sin querer, ¡quien me puso el primer bocado lo respete!, mientras estuvo a mi lado, ella fue mí preciosa Jenny, y los demás postres que fui degustando; Miriam, Liliana, Perla y Jacqueline, fueron pasajeros sin problema alguno y luego fueron llegando más pastelillos que en delicadas rebanadas fui paladeando por un buen tiempo, esos se los iré describiendo al paso de los episodios de mi personal saga, por lo que sigo la continuación de la manera siguiente:
Continuación de la parte 5ª.
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Hola “barbi”, que pasó, ¿porque te regresaste?, ¡pues la verdad, no me duele mi tobillo!, sólo que me platicaron Miriam y Liliana, ¡que tuvieron que ver contigo en “cositas”!, y la verdad, desde que me dijeron eso, he andado algo, , , tú sabes, ¡algo como nerviosita!, y pues, quiero probar de ti Marvin, eso que les hiciste, >>> bueno y eso que me dices, ¡ya lo has hecho antes!, >>> ¡no, cómo crees!, sólo he chupado algunos penes y una que otra frotadita de pene con calientes tallloncitos en mí conchita, pero de hacerlo nada, >>> ¿entonces estás cerradita?, >>> sí, pero tú sabes que yo, al oír eso de ti, de que tratas bien a nosotras y no nos duele, ¡pues quiero que me lo hagas!, >>> ok, sí, pero mira, ¿si regresan antes y nos cachan?, ¡Jenny trae llave de la puerta del edificio!, pero como tú dijiste que andas mal del tobillo, te voy a poner una venda, por si llegan a venir les decimos que estas reposando el masaje y que por eso viniste a verme, ya que cómo soy paramédico tengo botiquín de primeros auxilios, ok, y lo mejor que traes faldita, así no te desnudas toda, ¡recuéstate te pondré una venda!
Ya le ponía esa mentada venda en su pie a manera de que quedará como calceta y recostada en la cama en posición recta, mientras su otra extremidad la levantaba en ángulo mostrándome su pantaletita infantil azul celeste, y que se le divisaba unas mariposas en vuelo, me excite de ver esa pose y la hice levantar para que se pusiera sus zapatos escolares altos que llevaba esa ocasión, y comenzarla a besar suavemente, mis manos recorrían sus breves curvitas, sus nalguitas duras y sus conitos mamarios en desarrollo, ella igual estaba excitada, sus manos y brazos abarcaban mi cuello, pero a la vez ella sola imponía un vaivén en sus caderitas, ya que por la posición en que estábamos y ella subida en un pequeño banco, quedábamos a la altura y nuestras nobles partes en fiebre estaban frente a frente, ¡por lo que se daba a rotarse muy pegadita a mi pene su montecito de venus!, el cual le sentía ese huesito que nos da placer a los hombres, ¡por varios minutos bailamos esa danza pre-sexual!, hasta que mi mano fue bajando a tocar por encima de su interior su tierna intimidad, ella comenzó a temblar en mis brazos, ya que había alcanzado un breve orgasmito, ¡que sus gemiditos la delataban!, la acosté mientras me cambiaba el pantalón por un short, ya que sí venía mi Jenny y las demás, rápido me lo subía y “barbi” se bajaba su falda, también eso lo hice, ya que le temblaban sus piernas, por lo que había hecho minutos antes, ya una vez que vi que eso había pasado, me acerque a la cama, la hice hincar sobre la misma y le di a mamar mi pene, el que golosamente ella lamía dándome un enorme placer por unos breves minutos.
La recosté nuevamente y le retiré su panty infantil, mientras ella se subía su faldita, lo que a mi vista quedó su incipiente peluserita rubia, como sus cabellos, le hice abrir sus piernas y me acomodé sobre de ella, mi pene al contacto se me erectó más aún de lo que estaba; entre las pasadas que le hacía, ella sólo cerraba sus ojos y su respiración se agitaba, ¡la que sentía hasta su aliento pegar en mi nariz!, una vez, que por fin ubiqué mi glande correctamente en el centro de su vulvita, comencé la presión de una manera suave y lenta, para que después de algunos minutos, “barbi” ya gozaba de mi glande, se quejaba de un ligero ardor, pero ella imponía sus movimientos de rotación pélvica, lentos pero exquisitos, mientras que de su interior brotaba esa savia, que bañaba mi punta atorada en esa rica vaginita, mientras ella rotaba yo empujaba a manera de que no sintiera que iba ya más adentro, a esas alturas de la calentura, yo ya salía y entraba con lo poco metido en ella, para que sus jugos y mi pre semen hicieran más lubricación, en una de esas metidas que le daba, ella alzó su cadera a encontrarme en el viaje del vaivén que le imponía, ¡sólo un leve grito dio!, los dos nos habíamos llevado su virginidad, por lo que me quedé quieto sobre ella, pero sin sacar nada de lo que tenía dentro, ¡debo decir que nunca hubo lágrimas, quejas de dolor!, sólo unas pequeñas muecas que anunciaban que le estaba doliendo, pero fueron pasando rápido, cuando sentí que dejó de contraerse su vaginita, en ese instante la subí encima de mí, con cuidado, la acomodé, yo quede debajo de ella, esperé otros minutos a que se fuera acostumbrando a lo poco hundido en ella.
Mis manos se afianzaron de su cintura y comencé a meter y sacar en esa posición de ¡amazona galopante, y yo su potro sin doma!, no había quejas de nada, ni dolor, pero no iba más adentro de cómo minutos antes que automáticamente ella se desfloró, entraba y salía suavemente, desde mi posición veía que de mi tronco bajaba en gotas el rojo de lo que fue su virguito, en un momento “barbi” me tomo de las manos que a su cinturita estaban y ella solita, comenzó a rotar sus caderas, lo que yo me quedé quieto unos instantes, sus movimientos cada vez más rápidos, que sin parar me estaba llevando a sentir la sensación de eyacular, pero me controlé, ¡mientras ella se daba!, yo presionaba a meter un poco más de mi hombría, lo que llevó a penetrar a esta nena, ¡un poco más de la mitad de mí pene!, entre gemidos pequeños e imperceptibles y gritos, mi “barbi”, ahhh, ahhhh, ayyy, ahhhh, ¡qué bien se siente!, ahhhhh, ahhhhh, ¡no te enojes me estoy miandooooooooooo!, uyyy, uyyyyyy, Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, ahhhhhh, ¡estaba acabando en un orgasmo con mucha pipí!, bañándome exquisitamente de sus calientes orines, yo aún me mantenía sin necesidad de votar lo mío, por lo que la recosté y me subí en ella, la penetré suave y sólo así acabe dentro de su feminidad, recuerdo que sólo fueron cinco disparos míos, ¡pero de esos disparos potentes!, llenos de semen que le fueron regando interiormente su hermosa y estrecha vaginita rubia.
Ya una vez recostado a su lado mí erección seguía en pie, me limpie de las lubricaciones de ambos, ella me observaba atentamente de mis movimientos, tomé el rollo de sanitario y me acerque a limpiarla, lo cual ella cedió el paso a mi mano aperturándo sus estilizadas piernitas blancas, la que con cuidado le limpiaba nuestros residuos que ya expulsaba su vaginita al exterior, mismos que salían pintados del bermellón rojizo de lo que fue su virgo, se levantó de la cama y se bajó su faldita, en su rostro de muñeca se le observaban ojeras, fue a la mesita acondicionada cómo tocador de mi Jenny y así de pie, se peinó, se puso algo de maquillaje, para disimular esas ojeritas, de momento unas risitas le escuchaba, jajaja, uyyy, jajaja, ayy, jajaja, ¿te pasa algo?, ya que me sorprendió sus risas, ji ji ji, ¡es que me da cosquillitas lo que me baja de en medio, jajaja, fui por más papel y le levante de nuevo su falda y le limpie otra vez, ya que mi semen estaba llegando debajo de medio muslo, en eso vio lo que le salía y me dice sorprendida, ¿te orinaste adentro de mí?, y se puso más blanca de lo que era, le digo ¡sí, y no me oriné te eché mi semen, , , mi esperma!, ya que no decía nada de groserías esta “barbi”, ¿entonces ya estoy embarazada?, no, como crees, ¡sí todavía no tienes la regla!, ¡sí, ya llevo dos meses que me baja!, a ver cuándo te bajó en este mes y cuando se te quitó, de una pequeña agendita que sacó de su bolsa, checó y me dice las fechas, yo calculando y viendo el calendario de la pared, le digo con seguridad, ¡no te preocupes, no estás en días fértiles!, no pasa nada, de todas formas yo anoté en un papel las fechas que me proporcionó y lo chequé con una doctora del ERUM.
, días después.
Una vez que escucho de mi boca, de que no había peligro alguno, se fue calmando se volvió a recostar en la camita, mientras platicábamos de lo que había sucedido minutos antes, >>> ay Marvin bien dijo Liliana, que sabes hacer que no siéntamos dolor en la primera vez, ¡eres un experto!, >>> bueno es que he leído algo del sexo con nenitas chicas a las que se le debe de tratar con mucha calmita y cuidado, ya que cómo apenas se encuentran en desarrollo, es peligroso hacérselos fuerte, ya que uno como hombre las podemos lastimar o hacerlas sangrar por una hemorragia, ¡por eso yo soy cuidadoso con ustedes las bebitas!, >>> ah, sí eso me di cuenta que me lo hiciste muy suave, ¡es más ni sentí cuándo me rompiste!, sólo sentí algo así, ¡cómo un piquete de jeringa, por eso grité!, y ahorita me siento como inflamadita de la conchita, ¡pero estoy bien!, >>> que bien que no te duela, también es porque no entre mucho en tu conchita, ¡sólo cómo la mitad de mi pene!, es que, ¡cómo estas nuevecita llevara unas cuantas sesiones de sexo!, para que tu estrechez de pre-adolescente se vaya ampliando y aceptando cada vez más carnita mía, dentro de ti, >>> sí yo también he leído eso de que una se tiene que acostumbrar a los penes de los hombres, ya que varían de tamaño y de grosores, ¡pero el tuyo está muy bonito!, me gusta así, entre gruesito, delgado, y medianito, ya que algunos de los que he mamado antes, uff, me parecen feos, olorosos a meados y arrugados del cuerillo, ¡y el tuyo está bien hermoso!, cómo me lo describió Miriam y Liliana, >>> ¡qué cosas dices Jacqueline de mi pene!, pero bueno me siento con orgullo, de que les guste lo mío, cómo es, ¡y lo que les hace en sus tiernas pepitas!, pero mira de estarte escuchando, ¡ya se me erectó otra vez!, todavía tenemos 45 minutos, antes de que regrese Jenny y las demás, ¿no quieres probar otro ratito?, >>> bueno, pero sólo un poco y que sea parados los dos, ya que así, ¡es más rápido bajarme la falda y tu subirte el short!
Oye Marvin, ¿Qué te parece si probamos mis nuevas evoluciones de hawaiano?, pues no sería mala idea, ¡aprovechando que estamos solos!, pues deja subirme al banquito, ¡espera ya me subo mi faldita!, , , ¡ven pégate a mi conchita, para que sientas!, ¡así como un niño que le dicen ven por tu postre!, me ubiqué frente de ella, para comenzar a sentir movimientos, que ondulando su estómago y a la vez alzando su pelvis a ritmo lento, pero continuo, ¡lo que hacía, y por los roces de nuestras partes!, mí pene fuera ganando erección ya que sentía punzar la rajita divisoria de sus labios vaginales externos, por lo que bajé mi mano a acomodar mi glande entre esa breve panochita y con facilidad iba resbalando entre su entrepierna, para salir mi miembro bajo sus nalguitas blancas, pero a la vez sentía sus movimientos que sin parar me obsequiaba y me mojaban el tronco de los jugos de ambos, del anterior encuentro y que minutos antes habíamos sostenido, mientras mis manos abarcaban ese pequeño par de nalgas que puntudas las sentía y masajeaba sin apretarlas, ya que estaban duras, firmes y lizas, en eso me dice excitada, ¡ahora por atrás, llévame a recargar a la mesa!, su pedimento al instante fue concedido, puse el banquito para que se subiera y sus manos las recargaba en las esquinas de esa mesa de madera dura, yo por atrás de ella, me di a poner mi falo, que en contracciones presionaba por atrás su vulvita y que ella levantaba a modo de que yo la friccionará con la punta de mi glande, mientras empujaba firme, ella alzaba su redonda colita, que por la posición se veía como una manzana sobre algún frutero, esa visión para mí era lo máximo, por lo que me di a besar su espaldita, logrando ir bajando por su espina dorsal desde su primera cervical, hasta llegar a la última coxal, en la que me entretuve pasando mi lengua y seguir bajando entre la zanjita divisoria de sus nalgas blancas y duras, llegando a palpar mí músculo salival, la estrechez de su anito rosadito y pequeño que parecía me guiñaba a cada lengüeteada que le daba
Lentamente me fui alzando de mi posición de encuclillado y le puse mi miembro entre esas nalguitas oprimiendo la cabeza que ya babeaba mi pre-semen, ¡ubicando inmediatamente lo que había degustado mi paladar segundos antes!, su vocecita inmediatamente se escuchó en ese ambiente de dos, ayy, , , ¿por ahí también se puede?, ¡claro que sí, con cuidado entra en la colita!, ayyy, ayyyy, ¡mejor por la conchita sí!, ayyy, ayyy, ayyyyyy, pero en mi avance ya comenzaba a introducirse, un ligero empujoncito más y ya estaba guardado mi glande en ese redondo y ajustadito anillo, que en contracciones me recibía su esfínter, el cual me transportaba a un placer desconocido, ¡para mí, y para mí “barbi” más!, ayyy, ayyyyy, ¡mejor sacameloooo!, ayyyy, ayyyyy, dueleeee, dueleeee, ¡bueno ya no me lo aprietes y me salgo!, uffff, ¡pero no puedo parar de apretar mi colita!, ayyy, ayyyyyy, ayyyyyyyyyyyyy, pasarían unos escasos minutos y dejo de hacer presión su ojito trasero, chequé la hora y ya casi llegaban las demás, por lo que le presioné un par de veces, sin ir más adentro y una fuerte descarga espermática fue entrando en el interior de ese blanco y puntudo culito, ayyyy, ayyyyyyy, ayyyy, uffff, ¡qué calientessssssss!, ayyymmmm, ya pasada la excitación mía, me zafé con cuidado escuchando el clásico ruido de descorche de una botella de sidra, y ¡un largo pedito chifladito!, soltaba ella acompañado de mi semen, bajándole por sus ingles y mojándole sus partes internas de sus muslitos estilizados, rápido tomé papel sanitario y la llevé al baño a que se sentara, para que se le saliera esa mezcla de esperma y heces fecales.
Mientras; regresé al cuarto a ver el desastre de la cama, recoger los papeles sucios del piso, todo a gran velocidad lo hacía y, ¡entre las sábanas estaba ese bikini de mariposas de Jacqueline!, lo tomé y lo guardé en la bolsa de una chamarra que colgada de un clavo estaba, rocié de aroma floral y abrí la ventana, para despejar cualquier aroma extraño a la nariz de mi Jenni, cuando llegara, yo me limpie bien y me puse mi pantalón, el short lo puse en la ropa sucia hasta abajo, ya que estaba manchado de semen y juguitos de la “barbi”, en eso entró al cuarto la susodicha chiquilla y me decía que le dolía su colita, por lo que le di una pastilla para el dolor la cual es de efecto inmediato, al cabo de en lo que llegaron las otras, a “barbi”, ya se le había medio pasado la molestia, se despidieron de mi las tres y mi Jenni las acompañó a la puerta de salida del edificio.
Ya solos mi Jenny y yo, nos dimos a tomar un café y pan que ella preparó, para después acomodar mi bolsa de paramédico, ya que al día siguiente me correspondía mi guardia por la mañana y hasta tarde de ese domingo en él ERUM, ¿y qué le hiciste a Jacqueline?, ¡que ya se fue caminando sin dolor!, a pues le di un masaje en su pie, le puse un ungüento para el dolor y se la vendé, y sí vieras que se le pasó la molestia, ¡sí eso nos dimos cuenta!, ¿qué bajó las escaleras como si nada le molestara?
En pocos días estaré enviando para su publicación el siguiente capítulo 7 de esta saga, la que cada vez se pone más intensa, saludos a todos, califiquen y comenten sí hay panel en este capítulo, hasta pronto.
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