INICIANDO A DOS LINDAS MUÑEQUITAS II
En mi anterior relato narre cómo inicie a una hermosa nena a la deliciosa vida sexual, pues bien continúo con mi relato, aunque ya escribí la continuación pero no sé porque no me lo publicaron,.
Después de ese maravilloso día en el que tuve la inmensa alegría y el gran placer de culiarme a mi monita bella, solo tuvimos un par de encuentros furtivos más, comprenderán que por su edad a ella no le quedaba fácil escaparse de su casa para poder estar conmigo, pues bien, en el último encuentro me dijo que le había contado todo lo que pasó a su mejor amiguita, un escalofrío recorrió mi espalda, como era posible que se hubiera atrevido a eso no solo poniendo en peligro nuestra relación sino a mi, le dije llamándole la atención, pero ella me dijo que estuviera tranquilo, su amiguita era mucho más loca que ella, tenía dos hermanos mayores que se la pasaban tocandola y haciendo cositas con ella, eso sí sin llegar a meterselo todavía , sentí algo de alivio mezclado con ganas inmensas de cogerme a esa muñequita, me contó además que cuando ella le estaba contando nuestro encuentro sexual con mucho detalle, su amiguita empezó a tocarse su conchita , se calentó tanto que corrio su calzon y se metió sus dedos hasta que se vino a chorros convulsionando su cuerpo como poseída; quiero que me lleves con él le dijo su amiga refiriéndose a mi, mi monita le dijo que debía hablar primero conmigo para ver qué decía yo, imagínense que podía decir, si con solo escucharla mi verga estaba que se reventaba de lo dura, claaaaro dile que ansió conocerla, es más programa con ella para el domingo que vayan a mi casa.
Llegó el tan esperado y ansiado domingo, después de múltiples pájazos fantaseando con ese banquete que me daría, por fin mi fantasía se haría realidad. Diez de la mañana sonó el timbre, presuroso abrí la puerta y lo que ví me deslumbró; mi mona preciosa acompaña de una morenasa , para sus doce añitos era una mujer muy bien estructurada , que mamasooota por Dios, que piernotas, sus senos muy desarrollados para su edad daban fe de lo que sus hermanos hacían con ellos, su vestido negro ceñido al cuerpo mostraba las bondades de su cuerpo, mientras pasaban mi mirada se clavaba en su hermoso culo, redondito apetecible, ya dentro la observé con más detenimiento, en verdad era hermosa, su boca era una invitación a saborear las mieles de sus labios, sus ojos eran como dos estrellas fugaces, su mirada algo pervertida denotaba a qué había asistido a mi casa, no disimulo al entrar y lanzarla justo al bulto que ya se me notaba en mi pantaloneta. Les dije, chicas como tenemos poco tiempo, a lo que vamos, quiero que hagan algo por mi, quiero verlas bailar, puse música especial y les dije que empezarán a bailar, que sensualidad, transpiraban lujuria, mi verga estaba a mil, después de un rato me les uni y les pedí que me siguieran, lentamente me fui despojando de mi ropa, ellas al tener solo un vestidito en la primera quedaron solo en calzones, sus calzoncitos de nenitas, que morbo, que lujuria, que arrechera, terminamos de desvestirnos y me situe detrás de la morenita, mis manos sobre sus caderas, has con ella lo mismo que yo haga contigo le dije, y al ritmo de la música seguimos bailando, yo detrás de mi morenita y ella detrás de la monita, mi verga daba pequeñas puntadas a la espalda de esa ricura, mis manos recorrían sus teticas, su espalda, su delicioso culo, ella hacia lo mismo con la monita, besaba su nuca, nuestra respiración agitada mostraba la calentura que ya teníamos, me senté y atraje a la morenita hacia mis piernas, ella no dejaba de observar mi verga como mástil, se que tus hermanos juegan contigo, le dije al oído, tienen una verga como la mía, no me dijo, pero mi papi la tiene más grande, preferí ignorar el comentario, la bese, como nunca había besado a una mujer, ella correspondía como una verdadera mujer, nos fuimos los tres a la cama, me acosté bocarriba puse a mi negrita de tal forma que su conchita quedara justo sobre mi boca, empecé a saborear ese manjar, mi monita tomo la iniciativa y se pegó a mi verga, la fui guiando hasta el punto de hacerme la mamada más increíble que me hayan dado, seguí con mi tarea de saborear esa conchita jugosa y esponjosita, cada ataque de mi lengua era recompensado con un chorrito de jugos vaginales, siiiii, chupala me decía, riiiico, no pares, no pares, parecía una llave, mi cara estaba empapada en sus jugos, ya era hora, hice que se pusiera de perrito al borde de la cama, y puse a la monita de tal forma que mi rica morenita le hiciera sexo oral, mi verga como una espada se disponía a penetrar esa humedecida chochita, jugué con la punta justo en su entradita un buen rato, metía un poco mi glande y lo sacaba, ella empujaba su culito como queriendo ser empalada de una vez, no te distraigas le dije, comete tu también esa chochita , ella quiere que tu lengua la penetre, dale, dale, y ella muy obediente chupaba la conchita de mi monita quien parecía gusano retorciéndose del placer, yo no pude más, apreté su culo y metí mis dieciocho centímetros hasta que mis pelotas pegaron en su culo, tal vez ya mi nenita tenía sus juguetitos con los cuales se complacía y mi embestida apenas saco un gritico ahogado, pero la estrechez de su cuevita me demostró que mi verga era la primera en entrar; esta niña era como un riachuelo corriendose, empujaba su culo y me pedía más, mi mente luchaba contra mi cuerpo, no quería venirme aún, mi verga ardía con el fuego que despedía esa chochita virginal, cada músculo de mi cuerpo estaba tenso, era como un animal salvaje taladrando su tesoro, saque mi verga justo para lavar su espalda con mi leche, uuuffff que corrida, estaba tan caliente que mi erección no pasaba, las puse a ambas sobre el borde de la cama bocarriba, le metí mi verga a la monita poniendo sus piernitas en mis hombros, gritaba como poseída con cada embestida, métela, métela, hasta el fondo me decía, yo no paraba, le daba de tal forma que parecía una muñequita de trapo, ella se corría a chorros, la negrita aún muy caliente me jaló hacia ella, yo sin pensarlo enfile baterías hacia ella, la clave y en un movimiento ya la tenía cabalgando sobre mi verga, que locura aquello, mi verga aunque resentida por su estrechez no dejaba de penetrar hasta el fondo su chocha, nuevamente sentí la tensión en mi cuerpo pero esta vez llene todo su agujero hasta que no quedo una gota de leche, ya mi cuerpo sucumbió al esfuerzo y caí rendido ante estas dos bellezas.
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