La esposa del médico
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para empezar, debo dejar claro que todos los nombres son ficticios y que escribo esto sin el consentimiento de ella.
Diganme Toño, de 24 años, ella es Xiomara de casi 40, pero es una tremenda hembra, que por insatisfacción cayó en mis brazos, ella no lo había hecho nunca, según me dijo y averigué, y tuve el gusto de ser su amante por poco más de un año, hasta que hace dos meses se mudaron a una ciudad que está a seis horas de donde vivo. Yo soy soltero, mido 1.86 mt, delgado y tengo una buena pija larga y gruesa, soy muy caliente, vivo caliente todo el tiempo y me gustan los sitios porno como este. No tengo novia, porque me gusta mucho ligar mujeres y terminar con una en la cama cada cierto tiempo, no soy de los que se ata a una sola mujer.
Mi familia es humilde, yo estudio y trabajo. Trabajo para una empresa que entrega agua pura en garrafones, yo cubro cierta área de la ciudad, en el trabajo nos rotan cada cierto tiempo y asi fue que conoci a la señora Xiomara, el horario de mi trabajo es temprano, iniciamos a las 6:30 am, y yo llegaba a su casa a las 7:20 más o menos cada dos días. La primera vez que me atendió me pareció atractiva, a pesar que estaba en bata, sin maquillaje y despeinada, pero que mujer tan bien conservada, fue lo primero que me dije a mi mismo. Yo entraba a su casa, pues al parecer no tenían sirvienta en ese momento, asi que entre a desinstalar e instalar el garrafón, pude ver que la casa era lujosa y grande.
Pasaron los días y cada vez me gustaba más la señora Xiomara, y cada vez trataba de entablar conversación con ella. Algunas noches me masturbaba tratando de adivinar los detalles del cuerpo de ella. También en una conversación me había dicho que su marido era médico y que viajaba mucho y se mantenía ocupado, y era cierto yo no lo veía mucho. Cierto día, al parecer la señora tenía resaca y me abrió la puerta y me dijo que luego subiera y me pagaría arriba, lo hice y fui subiendo las escaleras, luego grité que alli estaba presente, oí su voz de una habitación y al pasar, la vi por primera vez en un atuendo muy sexy parar dormir, ella se puso de pie y su bluson le llegaba apenas tapándole su braguita diminuta, se trató de agachar y le vi sus nalgas, el cazón apenas tapaba una pequeña parte, se tambaleo y yo corri a ayudarla, estaba muy mareada, olía a licor, me agradeció y me dijo que tomara el efectivo de su bolsa y se acostó de nuevo, nuevamente pude verle las piernas, su braguita que marcaba los labios de su panocha, luego sus tetas sin sostén, casi pude verle los pezones, yo estuve atento y en un suspiro se quedó dormida. Yo me acerqué y corri las sabanas, luego apagué la luz de la habitación y me retiré. De todos modos quedé impresionado y más cachondo de la señora, sin saber que ese suceso sería importante más adelante.
A los dos días, ella me recibió con una sonrisa especial, entré y ella me dijo que había preparado desayuno para mi, y a decir verdad, casi siempre salía de mi casa sin desayunar, y asi entablamos más conversación personal, ella me decía que estaba aburrida de estar sola, y que disculpara lo del día anterior, que ella misma había tomado licor la noche anterior, pues la profesión de su marido siempre la había mantenido sola y que tenía siete meses de haberse mudado a ésta ciudad y que casi no tenía amigas. Yo le dije que cuando quisiera yo le podía hacer compañia, ella se río un poco y me dijo -eres un diablillo, verdad-.
Y asi la cosa cambió, mi relación con ella se hizo más estrecha y yo le decía que era una mujer impresionantemente bella, ella se sonreía y me decía -si ya estoy vieja!!-
Y como dos semanas más tarde, encontré la puerta sin pasador, era la puerta principal, eso llamó mi atención pues siempre estaba cerrada. Entré llamándola por su nombre, gritando, no contestó nadie, estaba en un dilema, si entrar a ver si estaba bien o largarme de alli, pudo más saber como estaba ella, subí y abrí la puerta, -señora se encuentra bien, entré pues la puerta estaba sin pasador-, nuevamente sentí el olor a licor en la habitación, señal que había estado bebiendo. -entra Toño, ven aqui-, me dijo ella. Me acerqué lentamente y me dijo que me sentara en la cama, le vi el rostro, había estado llorando.
Repentinamente ella corrió las sabanas y se destapó, pude ver de nuevo que tenía el mismo traje de la vez anterior, solo que ahora en color blanco, me enseño sus piernas, me dijo -te parezco atractiva??, te parezco atractiva??- me preguntó, yo estaba confundido, balbucie algo tonto, pero luego de que un hubo silencio unos segundos, tomé aire y le dije, -señora, ud es la mujer más linda que he visto en mi vida, si yo fuera su marido la llevaría a todos lados, sin pensar luciría a mi esposa, pues no siempre se tiene a una mujer como usted- y me callé, ya lo había dicho todo lo que sentía. Hubo otro prolongado silencio. Luego..ella dijo
-Toño ven- me tomó de la mano y me jaló a donde ella estaba,
-Hazme el amor por favor!- y tomando mi mano la puso adentro de su bluson sobre una de sus tetas, que a pesar de la edad estaba durita y de buena forma.
-señora, es que yo…- empece a decir, pero ella me interrumpió, -..o no te gusto y lo que me dijiste hace un momento no era verdad- me replicó
Y en ese momento yo estaba muy excitado, solo quería que ella insistiera un poquito para dejarme ir sobre ella, la verdad. Asi que comencé a manosear sus senos, luego con mis dedos atrapaba sus pezones, ella acostada me decía -si, asi toño, asi-, yo seguía acariciando sus mamas, ella se bajó el bluson enseñándome la belleza de sus senos, tomándome del brazo me jaló el rostro hacia sus tetas, yo comencé a mamarlas por todos lados, me quedé chupando sus pezones, ella gimoteaba cada vez más, me pedía que por mi madre no dejara de mamarlas (literalmente eso dijo).
Mis manos no se quedaron quietas, recorrían sus piernas y paraban cuando empezaba su diminuta tanguita, yo acariciaba su panocha sobre la tela delgada de su braga, en pocos minutos pude sentir el calor de su raja y otros minutos después sentir la humedad que sobre pasaba su tanguita.
Ella me pedía cada vez más intensidad, yo fui bajando por sus senos a su vientre, y de su vientre hice a un lado su tanga y pude ver por primera vez su sexo, casi todo depilado, sus labios vaginales estaban humedecidos, mis labios comenzaron a lamer y chupar toda su panocha, los gemidos de la señora se intensificaron, casi gritaba de gusto, me decía -asi toño, asi toño, siguie asi, asi- y yo me comía toda su raja, rápidamente pude sentir los juguitos agrios de su vagina que yo tragaba con placer. La señora se contorsionó en la cama y yo no me desprendí de su panocha, estaba teniendo un enorme orgasmo. Yo seguí chupando y chupando sin cesar.
Como habia hecho con alguna que otra novia en la cama, le metí un dedo en la raja y luego otro y me puse a pajearla alli en la cama mientras mis labios tomaban su clitoris, ella se movia en la cama gimiendo y gritando, yo ya no le ponía atención a lo que decía, sino me limitaba a mamar y mover mis mojados dedos en su raja.
-Toño, toño!, cógeme, cógeme- me gritó por ultimo, cosa que si hice caso, me desvestí en segundos, ella se quitó el blusón y su braga, luego me abrió sus piernas para recibirme y ya estando desnudos ambos, me monté y le metí mi pija de un solo golpe, pues estaba muy lubricada la señora, sentí todo el calor de su vagina en mi pija, no había sentido otro calor igual, casi quemaba mi pija. Ella me abrazó y buscó mis labios, nos besamos al tiempo que yo entraba y salía de su panocha. Ella me atrapaba con las piernas y eso hacia que yo entrara bien profundo en su raja. Los dos gemimos y gritamos cosas, yo le decía -qué rica esta señora, tiene una panocha muy ricaa!!-.
La oí llegar a otra corrida, pero no dejamos de coger en todo momento. En la cama dimos una vuelta y ella quedó ahora arriba, ni siquiera nos desprendimos de nuestros sexos al dar la vuelta, segui dentro de ella. Ella se puso a cabalgarme mientras me chupaba los pezones de mis tetillas, algo que nunca había probado y que fue regio. Ella bajaba para ofrecerme sus tetas y yo las mamaba con buena succión, pude habérselas dejado marcadas por que casi las mordía, estábamos fuera de si ambos, la cama crujía del movimiento de los dos arriba. No pude más y mientras ella se movía rapidamente encima de mi, eyaculé.. -ahhh!!- grité y mi pija daba latigazos dentro de su raja, pero como ella no se detuvo yo tampoco deje de tocarla, besarla y mamarle las tetas. Seguimos cogiendo.
Luego ella se fue dando la vuelta sin sacarse mi pija, quedó arriba pero de espaldas, pude ver su bellas nalgas encima de mi pija subiendo y bajando, su panocha dilatada, mojada y brillante daba paso a la entrada de mi pija que no había perdida su dureza después de mi corrida. Ella se agachó hacia mis pies y divisé muy bien su ojete del culo y comencé a querer meterle mi dedo adentro, ella gimió, como indicándome que estaba bien, asi que seguí probando para meter mi dedo hasta que lo logré asi estuve dedeando su culo hasta que la oí de nuevo llegar a otro orgasmo, ella movió sus caderas como una diosa después de eso y me hizo llegar a mi unos segundos más tarde, volví a correrme dentro de ella. Hasta que el movimiento de la cama se detuvo, los dos estábamos muy sudados, ella se desprendió y caminó hacia el tocador que había en su habitación. Yo me puse a vestirme mientras ella estaba alli dentro. Al salir me dijo que haría desayuno y poniéndose la bata bajó por las escaleras. Desayunamos juntos y antes de irme me dio un beso de lenguita y me dijo que habia estado increíblemente rico.
A los dos días tuvimos nuestro segundo encuentro, no había olor a licor, sino más bien a perfume, ella se había preparado para mi, tenía más depilada su raja. Repetimos las anteriores poses sexuales más algunas nuevas. Le di una buena follada a la señora Xiomara, Le metí dos dedos en el culo y al voltearse me pidió que la penetrara por su "chiquito", (asi lo dijo literalmente), yo no entendí en los primeros segundos, pero debía referirse a su culito, asi que cambié mi pija de su panocha a su culito, mis jugos y sus jugos intimos sirvieron de lubricante y además el sexo anal no era algo nuevo para ella, mi pija fue entrando en su recto y ella gimoteaba; me pedía que le diera más duro, ella movia su trasero de modo que se autopenetraba, su recto era más estrecho que su raja por lo que en algunos minuto más a ese ritmo me hizo correrme como un animal, mi semen salía por la comisuras de su "chiquito". Fue apenas mi segundo anal en mi vida y el mejor de ellos.
Si cuento esto, es porque me he quedado solo, ella se mudó, y aunque no quiera reconocerlo, me enamoré de una mujer 16 años mayor y no se que quiero hacer ahora, aveces me da por dejar todo e ir a buscarla, pero si ella no me recibe?, al final creo que tengo la culpa por haberla tomado en serio. Aunque no cambio por nada todos los momentos que estuvimos juntos, y que fueron más de medio centenar.
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