LA VENDEDORA DE EMPANADAS
he leído relatos de todo tipo, algunos más morbosos y pervertidos que otros,.
El morbo y la perversión hacen parte de nuestra vida diaria, negar que somos morbosos y en cierto modo pervertidos sería como negar a nuestra madre, ese morbo que sentimos al evitar mirar esa chica mal sentada, o el que sentirá ella al saberse observada, esa misma perversión de imaginarnosla desnuda o haciéndole cositas ricas, muuuuy ricas; esta niña del relato pasaba todas las mañanas por mi negocio, con su canastica llena de empanadas, por cierto deliciosas, llegaba hasta la puerta y me decía que si deseaba empanada, siempre luciendo un vestido un poco más arriba de sus rodillas, tendría tal vez unos once o doce añitos, su cabello castaño llegaba casi a su cintura, su vestidito ajustado hacía notar un cuerpito muy bien formado, solo verla en mi puerta despertaba ese morbo en mi, mis ojos se posaban en esa figurita que parecía princesa de cuentos, no podía evitar fijarme en sus senitos incipientes, menos en su provocativo culo, tenía esa forma de mirar que transmitía sensualidad; trataba de evitar contacto porque por lo regular mi mujer estaba acompañándome y de seguro no podría disimular mi interés. Un día en que mi señora estaba de salida justo llegó esta niña, empanadas dijo, le dije a mi mujer que si deseaba y me dijo claro, pero me las guardas para cuando vuelva, ok le dije y llame a la chica para que entrara; entro y mirando a mi mujer de una forma extraña me preguntó: «es su mujer? » Si le contesté, y me dijo, está muy bien, debe gozarcela mucho, estas palabras me desconcertaron un poco, más viniendo de una niña, pero seguí su charla y le dije, en que sentido mami, encogió sus hombros y dijo, pues con ese culo y esas tetas imagino que la debe gozar mucho, en ese momento mi morbo paso a perversión, la mire detenidamente y la devore con mi mirada, ella noto mi mirada y para mí sorpresa sonrió, sin pensarlo le dije, no imaginas cuánto, me la cojo mañana tarde y noche ( de por sí era cierto) para mí no hay cosa más deliciosa que meter mi verga en esa conchita rica, yo miraba a ver qué expresión hacia la chica, ella sin mirarme dijo, que rico, e instintivamente miro hacia mi bulto que en ese momento era bastante notorio, viendo la cámara que justo tenía colgada en mi cuello (olvide decir que soy fotógrafo) me dijo, y le toma fotos? Si, muchas, conteste, ella dejo su canasta sobre una silla y se metió a mi estudio, aquí se las tomas pregunto, algunas respondí, me dejarías tomarte algunas fotos le dije , sus ojos se iluminaron y siiii me respondió, que chévere. La acomodé en un sofá, arreglaba su cabello con mis dedos y tocaba su carita y cuello, aproveche y al acomodar sus piernas tocaba parte de su muslo y entrepierna, le estaba tomando varias fotos y en cada foto me arriesgaba a tocarla más, rozaba sus senitos, su culo, y eso al parecer le agradaba mucho, en un momento me dice » quiero que me tome fotos como a su mujer» vaya sorpresa y por nada del mundo dejaría escapar la oportunidad, me acerque y le susurré al oído, está bien, pero tendrás que quitarte el vestido, ni bien había hablado y ella con una sonrisa picarona me miró y fue quitándose su vestido hasta quedar solo en su calzoncito, yo temblaba del deseo y emoción, me acerque y le dije, espera te ayudo con esto y muy lentamente baje su calzon , ella no apartaba su mirada de mi bulto, descuida, ya lo verás y lo sentirás le dije, con la disculpa de las poses la toque por todos lados, hasta que mi arrechera fue más fuerte y empecé a saborear el manjar de sus teticas, ella estaba en otro mundo, sus ojos casi blanqueados, su cuerpo temblaba y no precisamente por frío, recorrí su cuerpo con mis besos, besaba su cuello, su carita, cuando de repente tomo mi cara entre sus manitos y me dió un beso no propio de su edad, nunca me habían besado con tal pasión, esta niña estaba que quemaba, y yo igual, bajo una de sus manos y tomo la mía y la llevo a su sexo, que delicia de capullo, parecía un manantial, metí un dedo y resbaló hasta el fondo por su rajita, metí otro y su cuerpo se arqueaba, ya pude deducir que no era virgen, un peso de conciencia menos, me moría por saborear su rajita, por sentir el sabor de sus juguitos vaginales, baje hasta su tesoro ansioso, mi lengua descubría cada pliegue de su conchita, ella se venía a chorros, mi verga estaba a reventar, casi se me parte de la ansiedad al sacarla de mi pantalón, estaba tan caliente que la tumbe en el sofá y le pegue la estocada con mis 18 Cms, casi no acabo de meterla cuando le llene esa chochita esponjosita de leche, se la enterré hasta el fondo y seguí machucandola sin piedad, la levantaba de su culito hasta sentir que ya no podría entrarle más, mi verga aún durísima la castigaba con furor, la estrechez de su vagina hacia que mi verga estuviera al rojo vivo, ella solo acertaba a taparse la boca con su vestido para que sus gritos no fueran tan notorios, acto seguido la puse en cuatro y chupe su concha hasta que me baño en leche, mi verga a reventar se introdujo nuevamente una y otra vez, una y otra vez, uffff no paraba, dale dale me decía, métela tooooda, que delicia de mujercita, otra gran avalancha de leche me hizo gemir como toro, me derrumbe sobre ella ya que mis piernas no podían sostenerme, les juro que ha Sido la mejor culeada de mi vida. Con tanto placer perdí la noción del tiempo y a carrera nos tocó limpiarnos y vestirnos antes de que regresará mi mujer, la verdad me volví adicto a las empanadas pero más a la muñequita que las vendía .
Sabroso tu relato ya me imagino que las empanadas estaban ricas y la nena no se diga ya le gustaba la verga a la chiquilla al decirte que cuerpo y que culo el de tu mujer que que rico la gosaras ya te pone un aviso de que le gusta coger ya tienes un culito para coger diario y de postre unas ricas empanadas continua con el relato pienso que hay más
buen relato muy interesante la trama y para la ocasión tenias una cámara, debes tener maravillosos recuerdos espero mas relatos. saludos