Fiesta de disfraces y cogida de mi amigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Habían pasado un par de meses luego que tuve la experiencia sexual con un maduro y ya empezaba mi mente a inquitarse, quería otra experiencia.
Mi compañero de departamento, Manuel, me preguntó si estaba de acuerdo con celebrar su cumpleaños en el departamento con una fiesta de disfraces.
Mi mente se puso a mil, me imaginé vestida en lencería de varias formas, policía, enfermera, mucama, etc.
Pero sabía que no lo podía hacer, así que simplemente dije que sí y busqué un disfraz de mago tipo Merlín; una peluca y barba blanca junto con un sombrero, botas negras y una bata morada que llegaba hasta el suelo.
Por su parte, mi amigo se disfrazó de cavernícola, él es un poco musculoso así que se veía muy bien.
Llegó el día y empezaron a llegar de a poco los invitados.
Primero llegaron unas amigas de él disfrazadas de brujitas sexys con un amigo disfrazado de Batman.
Llegaron muy temprano de hecho.
Empezamos a tomar un poco y a bromear con los disfraces.
Una de las brujas coqueteaba muy atrevidamente conmigo, incluso me robó un par de besos.
Ella me quitó la barba y se empezó a reir diciendo que sin barba me veo poco masculino ya que traía peluca y bata.
Como comenté en otro relato, tengo facciones poco masculinas.
Seguían las bromas y el alcohol, y las dos brujas se recostaron en el mismo sillón que yo estaba y me propusieron convertirme en otra brujita.
Me decían que me deje maquillar y ajustar la bata.
Por supuesto yo me negaba, pero ellas estaban muy bonitas y atrevidas con sus caricias tanto así que cedí.
Entre risas y más alcohol, sacaron de sus carteras maquillaje, me pusieron base, delineraron los ojos, sombras moradas y labial morado, me rizaron las pestañas y me empezaron a acomodar la bata.
El cavernícola y Batman no dejaban de tomar y reírse, aunque también se les veía algo de envidia porque las brujitas estaban prácticamente sentadas encima de mí.
Ellas estaban emocionadas con el resultado y me dijeron que entremos a mi cuarto para terminar.
Cerramos la puerta y una de ellas me hizo quitar la bata, yo estaba algo intimidado así que me dejaba hacer todo lo que ellas querían.
Una brujita empezó a besarme y cuando me soltó vino la otra y me pasó su sostén.
Yo quedé impactado de saber que mientras una me besaba la otra se sacó su sostén.
Bien, me lo pusieron y rellenaron con calcetines.
Me pusieron nuevamente la bata pero tomaron la parte baja y la subiero hasta más arriba de la cintura y la sujetaron fuertemente con una de mis correas.
Me acomodaron las peluca y el sombrero y me llevaron al espejo.
Me sentí muy apenado y excitado al mismo tiempo cuando vi en el espejo una mujer de peluca blanca con sombrero, botas, vestido y maquillaje morado.
Parecía un minivestido y hacía lucir muy bien mis gruesas piernas.
Regresamos a la fiesta y ya habían más invitados, al menos unas 30 personas.
Apenas salimos del cuarto empezó la burla y risas "ay bellezas", "brujas lindas", "hechízame", entre otras cosas que nos decían los invitados.
Por su parte mi amigo le dijo algo al oído a Batman y luego se acercó a mí y a las brujitas diciendo que por favor no digan que el travestido era su compañero de departamento ya que podían pensar mal.
No me pareció mala idea.
La fiesta transcurría y la gente me trataba como un travesti gay amigo de las brujitas, bromeaban conmigo, pero nada malo.
Cuando ya se fue el último de los invitados yo entré al cuarto para contemplarme nuevamente en el espejo.
Me encantaba cómo me veía y pensé en sacarme unas fotos sexys para mi cuenta de Facebook.
Primero saqué de mis cosas una tanga negra muy sexy con encajes.
Estaba preparando el celular poniéndolo en modo vídeo para empezar a posar, pero tocaron a la puerta, era Manuel.
Sin preguntar, entró y se sentó en la cama.
Me dijo que estaba muy sexy y que parecía mujer.
También me dijo que entre sus amigos bromeaban diciendo que sí me daban (significa que se acostarían conmigo).
Yo me reía pero con algo de nerviosismo porque estaba vestida de mujer, en mi cuarto, con un hombre con poca ropa, además que debajo traía ropa íntima femenina.
La cosa empeoraba porque tenía algo de alcohol en la cabeza y la situación empezó a excitarme.
Manuel me decía que si yo fuese mujer sería muy linda y tendría un cuerpo sexy.
Me reía nerviosamente.
Me dijo que le agradaba mucho como amigo y que si yo fuese mujer de seguro el buscaría conquistarme para que fuese su novia.
Todo eso me estaba calentando y creo que él notó mi cara de gusto.
Se levantó de la cama y se puso muy cerca de mí.
Me dijo que me veía muy femenina, que le encantan mis ojos y labios.
"Concha de su madre" pensé, me estaba poniendo caliente.
Le dije, mirando hacia el suelo, que estuvo divertido pero ya me iba a cambiar.
¡Y me besa en la boca! Yo lo empujé, pero sin mucho fuerza, así volvió a besarme.
y le correspondí.
En mi mente decía "No, no, no, ya para.
".
No quería que él pensara que soy gay.
Me besó con más pasión y sus manos me empezaron a tocar las nalgas.
Entonces me separé y le dije "ya para, mira lo que nos está haciendo el alcohol".
Él se quedó callado mirándome con una ligera sonrisa.
"¿Qué?", pregunté.
Me dijo que sintió algo y se abalanzó contra mí para levantarme el vestido dejando ver mi ropa interior.
Me quedé quieto y super avergonzado, las manos me temblaban y con la voz titubeante le dije que no es lo que pensaba, pero ya era tarde.
Me abrazó y me volvió a besar de una manera y fuerza que yo no podía hacer nada.
Me sentía neutralizado por la vergüenza y la calentura.
Me abrazó por debajo de las nalgas, me levantó y me tiró en la cama.
Me dio vuelta, levantó el vestido y empezó a comerme las nalgas.
No sé qué me pasaba, yo no dejaba de temblar y la piel se me erizaba con sus besos, mordidas y lenguetazos.
Estaba en el cielo.
Se apartó y escuché cómo se quitaba la poca ropa que traía.
Yo giré un poco para ver.
Él se acercó y mientras manoseaba mi ano se masturbaba lentamente.
-Te gusta mi pene, ¿verdad?
–S-si
-¿Quieres que deje de tocarte?
–N-no
-Esto que tengo en mi mano podría ser para ti, ¿quieres ser mi mujer?
–Si
-Ok, ahora te voy a hacer mía.
Me hizo poner a gatas frente a su pene y me dijo que se lo chupe.
Me acerqué lentamente y empecé a hacerlo delicadamente.
Él sólo miraba y tocaba mi cintura y glúteos.
Me dijo que me saque el vestido y me ponga otra vez a gatas dándole la espalda.
Lo hice, me sentía asustada pero muy excitada.
Estando en cuatro, me bajé un poco la tanga y él volvió a comerme allá atrás hasta que se me escaparon unos gemidos.
Me dijo que me prepare a ser mujer.
Yo respiraba profundamente mientras sentía cómo me empujaba la punta de su pene en el ano con una vaivén que me volvía loca.
Yo sólo respiraba hongo y apretaba las sábanas.
Estuvo así unos minutos y cada cierto tiempo empujaba un poco.
Siguió así hasta que sentí su bolas en mis nalgas.
"Wow", pensé, tenía todo su pene adentro.
Empezó el mete y saca.
Luego se montó encima de mí como en las películas porno y seguía culeándome, pero con una diferencia.
El ángulo de penetración hacía que su pene presionara algo dentro mí haciéndome sentir ligeramente ganas de orinar, pero no dije nada.
Siguió así como un minuto y las supuestas ganas de orinar se convirtieron en la sensación de eyacular.
No tuve tiempo de evitarlo y empecé a eyacular soltando suspiros y unos gemidos.
Él sacó su pene y se vino en mis nalgas.
Me quedé en la misma posición con la mente confundida.
De repente Manuel, me hace poner de pie y me vuelve a besar, pero ya de una manera tierna.
Yo sólo me dejaba.
Terminó su largo beso, tomó su disfraz y su boxer y salió de mi cuarto.
Yo cerré la puerta y me metí a la ducha.
Al otro día me desperaton las notificaciones del Whatsapp:
-Hola
–Hola.
-Oye, ayer alcohol como que nos jugó en contra
–Si, creo que sí.
no lo puedo creer
-Siento que estuve con otra persona, no me lo creo que haya pasado contigo
–Jaja entiendo.
me da pena hablar de esto
-A mí también jajaja, pero.
–Pero.
?
-Te quiero llevar el desayuno a la cama
–No, no.
no me quiero que nos veamos todavía
-Ok, entonces sólo déjame saludarte
–No, tampoco!.
en serio me siento muy avergonzado
-No quiero que se dañe nuestra amistad, voy a tu cuarto
–No, espera.
La puerta suena, yo me pongo nervioso y apago la luz del baño que dejé prendida toda la noche.
Así mi cuarto queda muy oscuro.
Abro la puerta y corro a meterme en las cobijas.
Manuel me queda mirando y me dice que lo disculpe por entrar al cuarto.
Se acerca, se sienta en la cama, apenas nos podemos ver por la poca iluminación.
Me toma del rostro y me besa tiernamente, pero como un novia besa a su novia.
Se levanta y se va.
Al rato escucho que sale del departamento y me envía un mensaje:
-Desayunemos juntos por favor, te espero en el restaurante del parque
–Bueno, dame unos 20 min
-Ok
–Oki
Bueno, esa fue mi segunda experiencia, ya les contaré qué pasó después.
Besos.
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