El Perro Callejero Negro Pt.2
El hermoso perro negro del que pude gozar por mucho tiempo..
Después de mi primer encuentro con el perro, obviamente no lo iba a dejar ahí, paso un poco de tiempo en lo que tuve la oportunidad de estar con ese perro otra vez, ya que mi familia estaba todo el tiempo en el departamento y ya no podía esperar mas para estar con el, así que me decidí a esperar a la madrugada para salir a buscarlo, salí con cautela hasta la calle y empecé a buscarlo, me tope con varios perros que me ladraban pero ninguno era el, debido al ladrido de los perros, pareciera que se despertó, cuando lo vi, empezó a ladrarme al igual que los demás, pero al verme este simplemente se callo y se acerco a mi, como si ya supiera que me lo iba a llevar para que me cogiera, no hizo falta llamarlo pues inmediatamente me siguió, el caminaba despacio pero al final llegamos hasta la casa, lo deje pasar pero esta vez nos quedamos en el piso de abajo, a penas podía ver algo porque el lugar no estaba iluminado, nuevamente comencé a acariciarlo y a masturbarlo, esta vez no tuve problemas para excitarlo, casi inmediatamente comenzó a embestir mi mano, empezó a querer montarme y yo le di acceso sin problema, me baje el pantalón y el bóxer y me puse en 4, inmediatamente se monto sobre mi espalda y empezó a tratar de metérmela sin éxito, rosaba su verga contra mis nalgas y mi espalda sin meterla correctamente, yo me masturbaba y no prestaba mucha atención a eso, después de montarme por un rato, se bajaba y empezaba a lamer el semen que embarraba en mi, para posteriormente volver a montarme y así por un rato, después de eso termine por correrme, pero el perro todavía tenia ganas de cogerme, yo ya estaba satisfecho pero no quería dejar con las ganas a mi amante canino, por lo que se me ocurrió darle el placer que buscaba con mi boca, comencé besando y lamiéndole los huevos mientras lo sujetaba para que no se moviera, después de eso proseguí a ir directo a mamarle la verga, jamás le eh mamado la verga a nadie, ni siquiera a mi novio, por lo que no sabia muy bien que hacer, lo masturbe un poco para que su pene saliera, cuando al fin salió, la tome de la bola que se le formaba para que no la ocultara otra vez, tenia un poco de asco porque no sabia que sabor tendría y además lo había visto cogerse a otras perras por lo que su verga había estado en muchos lugares que no sabia, aun así me decidí y me metí su verga a la boca, el sabor no era muy desagradable y empezó a cogerme la boca, yo saboreaba su polla con la legua y después me la saque de la boca, escupí todo el semen que dejo en mi boca, aun así el seguía con ganas de follarme, así que me puse en 4 otra vez y lo deje cogerme hasta que el se saciara, aun no podía metérmela correctamente, solamente me daba puntadas con su verga, así que estando en 4, tome su polla con la mano y la guie asta mi ano, el seguía embistiéndome y en una de esas embestidas me la metió correctamente, sentí un dolor bastante intenso y el perro comenzó a follarme con mas velocidad, me tomaba firmemente con sus patas delanteras como para evitar que yo escapara, quería metérmela por completo, estaba tan excitado que me sujeto con tal fuerza que con sus patas me rasguñó los muslos, estaba desquiciado, yo estaba asustado porque me había lastimado un poco, me lo quite de encima e hice que se corriera masturbandolo, pero no iba a dejar que todo ese semen se desperdiciara, tome una pequeña bolsa plástica y se la puse como condón y termino dejando bastante semen en la bolsa, después de un rato quedo satisfecho, lo saque y yo subí a mi casa, me metí al baño y con un embudo de jeringa me introduje todo el semen en el culo.
Unos días después de eso, volví a tener la oportunidad de estar solo en mi casa, por lo que sin pensármelo, salí a buscar al perro nuevamente, repetimos nuestra rutina de siempre, practicamos varias posiciones que había visto en videos de zoofilia, el acostado de espalda con las patas al aire y yo encima de el, metiéndome manualmente su verga, después yo boca arriba abajo de el mirándonos mutuamente, yo alzaba el culo para que pudiera metérmela, aun así no dejaba que me la metiera correctamente pues tenia miedo de que me lastimara, yo estaba satisfecho con que solo restregara su verga por mis nalgas, pasado un rato de que el me batiera su semen por todos lados, se me ocurrido la idea de ser esta vez yo quien cogería, lo tome firmemente delante de mi y comencé a acariciarle el ano, escupí un par de veces en el y en mi varga para lubricarlas un poco, el parecía no estar de acuerdo y bajaba la cola como para evitar que tocara su agujero, no fue impedimento para mi y le comencé a restregar mi verga un poco, le introduje despacio uno a uno mis dedos y cuando le metí el pulgar lanzo un quejido, parecía dolerle, ignore eso y muy forzosamente trate de meterle mi verga, a penas podía meterle la punta ya que ponía mucha resistencia, parecía imposible poder metérsela por completo, así que me rendí y se la saque, había trozos de mierda en la punta de mi verga, rápidamente lo limpie y me masturbe con el perro delante de mi, me recargue sobre el y empecé a jalármela dándole puntadas en el ano y la cola, cuando termine por correrme procure que todo el semen cayera directo sobre su ano, cuando termine el empezó a lamerse el culo, limpiando todo el semen que había dejado, nuevamente lo saque y limpie el lugar.
Después de eso, nuestros encuentros únicamente eran de madrugada, aun así los disfrutaba bastante, jamás lo deje meterme la verga por completo pues temía que me lastimara y además no sabría que hacer si me abotonaba por demasiado tiempo, poco a poco, nuestros encuentros se volvían cada vez menos, mi ultimo encuentro con el fue en la calle, era bastante temprano y yo iba hacia la escuela, cuando lo vi no dude en aprovechar la situación, lo llame cerca de un auto y ahí semi escondidos lo masturbe un poco, me baje el pantalón y el empezó a lamérmelo, para proseguir a cogerme como antes, era un poco incomodo debido al lugar, pero pude sentir su verga nuevamente rosando contra mis nalgas, no duro mas que unos segundos pues estábamos expuestos y podría vernos alguien, me subí los pantalones y me fui a la escuela.
Tiempo después de un día para el otro desapareció, quizás sus dueños se lo habían llevado o algo le había pasado, hace un año que se fue, desde ese entonces jamás me volvió a coger ningún otro perro, recientemente decidí salir a buscar a un nuevo candidato que heredara mi culo, sin embargo aun no eh encontrado ninguno, pero no parare hasta que por fin algún perro me folle como se debe.
Pobre perro, lo dejaste con ganas jaja.
Ahora me arrepiento de no haberlo dejado abotonarme