Ultima aventura zoo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En los siguientes renglones les comentare los pormenores de cómo penetré a una ternera de ocho meses de edad, como lo mencione en mis relatos publicados en la finca que era de nuestra propiedad teníamos varias clases de animales entre ellas vacunos de raza normando.
Un día de tantos como de costumbre un fin de semana me encontraba completamente solo en la finca, en horas de la tarde lleve los terneros al establo, corral o achicadero como le dicen en varias regiones, había una ternera bastante crecida pero aun se mantenía lejos de la vaca para que permitiera el ordeñe, ya en la noche estaba muy pero muy excitado y necesitaba explotar mi libido con algo o con alguien, recordé a la ternera del corral por lo que me fui hasta allá, la sujete con un cabezal y la ate bien corta a una columna de un rincón, luego le maniate las patas como se hace con las vacas cuando se va a ordeñar, el sitio era oscuro por lo que no sentina ningún temor de ser visto por alguien.
Acto seguido comencé a introducirle mis dedos en esa panocha húmeda, calientita, suavecita y bastante excitante, la ternera se movía bastante sin embargo yo no dejaba de darle dedo hasta donde podía, al cabo de un muy buen rato el animal se calmo y me permitió seguir metiendo dos y luego tres dedos, mmmmm que rico se sentían unas contracciones permanentes, sentía mi mano húmeda, por lo que no aguante un segundo más, me baje los pantalones dejándome desnudo de la cintura para abajo, mi pene estaba erecto y a reventar, incluso me dolía un poco, con mis dedos le abrí los labios coloque mi glande en la entrada de su jugosa vagina la tome con cuidado con mis manos y sin hacer tanto esfuerzo se la mande hasta el fondo, aunque entro sin dificultad el animal se encorvó permitiéndome sentir esos pelos gruesos en mis testículos, sin pensarlo más inicie el mete y saca con calma, sentía un calor intenso, húmedo al mismo tiempo unas contracciones fuertes y leves, metía sacaba cada vez con mayor intensidad, simultáneamente segregaba algo liquido que en medio de la oscuridad no podía ver, aumente los movimientos para provocar una eyaculación la cual llego sin mucha dificultad y la hice fuera de ese manjar, lo increíble fue que quede con ganas por lo que decidí seguir hasta una segunda eyaculación esta vez la deposite dentro del animal, saque mi pene y apenas tuve alientos para soltar la ternera, me toco sentarme a descansar por un buen rato, me temblaban las piernas, estaba exhausto, después tome mis pantalones y regrese a la casa, solamente tuve alientos para recostarme y dormir.
En horas de la madrugada me levante y fui al baño a orinar, al encender la luz me percate que mi vello púbico estaba como si le hubiera echado gel, con curiosidad linterna en mano fui al corral me dirigí hasta donde se encontraba la ternera, le alumbre la vulva y efectivamente alrededor estaba lo mismo, el animal se puso de pie, luego apague la linterna y no resistí penetrar otra vez aquel nuevo descubrimiento.
Muchos Recuerdos a todos mis contubernios zoofilicos y espero les haya gustado
Juan carlos
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