Negros de buen corazón y buena verga V
Siguió forzando su hombría un rato más hasta que la mitad de su mástil de carne me atravesaba, sintió como algo golpeaba su glande desde mi interior, curioso buscó con sus dedos la zona qué estaba tocando su verga, pronto su mano se detuvo en mi abdomen, algo duro empujaba con fuerza mi piel. .