Los juegos de papá IV

El disfrute de papa..
El dilatador se hundió en su esfinter y Theo sonrió. Voy a dejarselo un par de horas y cuando se duerma lo voy a cambiar por otro, tengo una variedad de dilatadores y pequeños vibradores para jugar.
Creo que con él no me va a costar tanto trabajo como con Luka, su anillito parece más elástico. Y su inocencia es un plus aparte.
Igual fue verlo con sus nalgas abiertas y desear enterrar mi verga hasta lo más profundo. La lujuria avanza por mi cuerpo y estoy todo el día duro y chorreando precum imaginando todo lo que haremos juntos.
Theo sigue en cuatro patas sobre la cama y quiero que pruebe mi verga por primera vez, es una suerte que ya me haya visto con su hermano porque no se asusta ante nada.
Masturbo mi verga mientras me acerco a su cara, mis 19 cm están duros y calientes esperando por su boca. La cabeza, roja, brilla resumando líquido preseminal.
Tomó un poco con mis dedos, los mismos que enterré en su culo, y se los acerco a la boca.

-Theo quiero que chupes, quiero que pruebes su sabor.- mi niño obediente abre su boquita y succiona como hace poco hacía con sus mamaderas, más gotas de líquido salen de mi verga. Las venas se marcaban y parecía palpitar bajo su mirada.
-Es dulce papá- me dice Theo y extiende su manito para tomar un poco más.
– Si bebé, es mi mielcita especial…solo para mis hijitos- pasa otra vez sus deditos por la punta de mi verga y se los lleva a la boca.
-Quiero que abras tu boquita y que lo saborees con la lengua, viste como Luka lo hacía?- su cabecita asintió mientras me acercaba a él.
Sus pequeños labios se abrieron para que la cabeza de mi verga entrará, sentir su lenguita paladeando casi me hace acabar. Imitaba lo que había hecho antes con su pitito y me sorprendió que se diera cuenta como hacerlo.
Se puso de rodillas sobre la cama para estar más cómodo y el dilatador se hundió un poco más, vi como su cuerpito tembló. Con una mano agarró mi verga que seguía dentro de su boca y con la otra empezó a acariciar mis testículos.
Vaya con mi bebé, iba adelantado en las clases.
Suspiraba y jadeaba mientras chupaba y sus ruidos se mezclaban con los míos…que placer.
Apoyé mi mano en su cabeza y empecé un suave vaivén, quería acabar porque mi verga explotaba pero no quería asustar a mi pequeño.
Gozoso abre un poco más la boca,  sus labios rojos se extienden sobre mi verga que se entierra casi hasta tocar su campanilla y hace arcadas. La saco y cuando veo que esta bien vuelvo a meterla, sus dientecitos de tanto en tanto me rozan pero es un dolor dulce…solo pienso en llenar su boca de leche.
Mis tetillas están duras y rozó con una mano sus puntas, algo se enrosca en mi vientre. Aumento de a poco la velocidad y mientras sigo agarrando su cabeza con la otra mano masturbo mi verga. Se hincha, las venas sobresalen y Theo se prende fuerte de mis brazos, sus uñitas se clavan en mi, la piel de su rostro se vuelve más rosada y sus ojos se abren, grandes. Creo que ya no esta tan contento.
Igual no puedo parar, es algo más fuerte que yo y sigo cogiendo su boca cada vez más rápido hasta que estalló. Todo mi cuerpo se endurece, parece estirarse y un grito escapa de mi garganta, con los últimos estertores del brutal orgasmo miró a mi pequeño.
El semen se desborda de su boquita y cae sobre la cama,  él respira atragantado. Mi verga sigue tan dura como al principio…tres cuatro cinco chorros de semen encuentran cobijo entre sus labios.
La saco para que pueda respirar y sigo descargando en su cara,  hacia días que me reservaba para él.
Theo me mira con ojos llorosos mientras pasa la lengua por los costados de su boca, con sus manitos junta la leche de su cara y se la come. De solo verlo me pongo duro de nuevo, creo que nos espera una larga noche.