De cazador a presa.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, soy Danm nuevamente. Este título expresa exactamente lo que me sucedió en mi último contacto sexual con otro hombre.
A la edad de 17 años salgo de mi estado natal a estudiar a la universidad en otro estado de mi país, al principio llegue a vivir con una tía, su esposo e hijos. Ya uno de sus hijos había tenido relaciones sexuales conmigo ya que él estuvo viviendo en mi casa mucho antes de que yo fuese a la de él. Cuando estaba recién llegado a su casa, nos quedábamos charlando mucho después que todos se acostaban a dormir, entonces yo le sobaba su pene que siempre desde que lo vi me llamó la atención, mi primo no era el tipo bien dotado pero su pene era como de unos 12 cm de largo, o sea, algo pequeño pero a su favor lo que tenía era que era grueso, de cabeza blanca, pocas venas y piel liza, su sabor era otra cosa, olía a caramelos.
Luego de sobar lo suficiente su hermosa verguita, se lo mamaba bastante, luego hacía que me lo metiera para llegar ambos él dentro de mí. Unos meses después jugando con su hermano el tercero de unos 16 años descubro que tenía una verga descomunal la cual no me pude comer en esa ocasión pero si tuve la oportunidad de tenerlo en mis manos y hacerle una paja, esa verga me la comí después y eso lo conté en un relato que denominé, “Mi auto gol”. Luego de un año de estar en casa de mi tía y sus hijos, me mudo a una casa solo y luego a una residencia. En la residencia conozco al sobrino de la dueña, un flaco alto, trigueño de piel, amanerado, por comentarios de mis compañeros de cuarto me entero que el ciudadano en cuestión tenía unos hijos pero había cambiado su preferencia sexual, ahora era gay. Hicimos cierta amistad ya que él frecuentaba mucho la casa de su tía y era habitual verlo allí, en esos días no llegó a ser más que otra persona que iba a esa casa. Un año después me vuelvo a mudar y voy a vivir a una comunidad más alejada de donde vivían mis primos. Una noche se celebraba en una comunidad intermedia la fiesta de su patrona y coincidimos en el lugar, después de una cuantas cervezas yo le indico que me voy a mi casa porque estaba exhausto y quería dormir, él me pregunta que si podía irse conmigo porque ya a esa hora no era fácil devolverse a su comunidad, yo sin malicia le digo que no hay problemas. Tomamos un taxi y nos dirigimos a donde yo vivía.
Al llegar a mi casa le indique donde podía dormir y le dije que me daría una ducha antes de acostarme a lo que él preguntó que si podía acompañarme, noté de inmediato su aparente intención, como tenía unos tragos encima no le di importancia y le dije que no había problemas. Entramos a la ducha y comenzamos a bañarnos, a mí se me para mi verga que es de buen tamaño, y lo tomo de la cintura y lo pongo de espaldas a mí, le pongo jabón en su culo y comienzo a tratar de meterle mi verga, no sé porque no era posible que entrara, después de muchos intentos mi acompañante se voltea y puede detallar su verga, era gruesa y más larga que la mía unos 20 cm, morena y con grandes venas, me voltea contra la pared y pone jabón en mi culo y mete de un solo golpe aquella verga dentro de mí, recuerdo que gemí por no gritar y unas lágrimas me saltaron de los ojos confundiéndose con el agua de la ducha, el dolor que aquella tranca me produjo hizo que mis piernas se aflojaran, condición que él aprovechó y metió hasta la pata de su verga en mi culo, su mete y era fuerte y llegó un momento en que ya no sentía nada en mi culo, solo aquella tranca entrando y saliendo con fuerzas. Aquel gay me había partido el culo y al llegar salió semen de mi culo como quien tiene diarreas, me lo sacó y él mismo lavo mi raja que ardía al máximo, luego me acostó en mi cama boca abajo y me abrió las nalgas y comenzó a lamer mi culo herido, aquello me hizo volverme loco y después de largo rato y con el culo bien lubricado volvió a meter aquella palanca en mi culo, yo estaba hipnotizado, aquel gay hacía conmigo lo que quería, me levantó y metió una almohada debajo de mi vientre y mis nalgas quedaron paraditas, posición que aprovechó para embestirme salvajemente.
Después de largo rato dando y bombeando dentro de mi llegó igual o más que antes, los chorros de su leche caliente los sentía en mi estómago, aquella bestia sacó su tranca de mi culo y me dio vueltas, al ver que mi pene estaba erecto y a reventar me dio una mamada que sentía como succionaba desde su garganta hacia fuera y a los pocos minutos estallé en una erupción de leche. Nos dormimos hasta el día siguiente, que tuvimos que salir muy temprano porque yo trabajaba en un mercado. De ese pene no supe más nunca nada. Solo sé que de cogedor salí cogido.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!