Escuela para aprender a follar V
El profesor Terry había metido sus huevos en mi culo junto a su verga, sonreí encantado besando el pezón izquierdo de mi hombre..
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El profesor Terry había metido sus huevos en mi culo junto a su verga, sonreí encantado besando el pezón izquierdo de mi hombre..
Marque mis dedos en sus glúteos bombeando su culo, las paredes de su ano que estaban unidas al tronco de mi verga siguieron el recorrido de mis vaivenes hasta que de una estocada se la metí hasta el fondo, el escritorio tembló, su hermano a su lado observaba todo con lágrimas en sus ojos..
Soy una bestia en el sexo, tu ano sangrara en la primera hora, tus intestinos se retorcerán cada vez que mi hombría te perfore, tus órganos se revolverán por el choque de nuestras pieles, tu piel arderá como el infierno mientras mis músculos te sofocan y mi sudor te mojara cada segundo que pase..
Cuando la polla del maestro Víctor estuvo adentro, empezó a bombear el culo del joven levantando sus piernas, nadie perdió de vista la manera en que aquel agujero pequeño se había estirado para soportar semejante monstruo, parecía que estaba succionando su ano en cada estocada..
«Tu primera clase es en media hora, el profesor Terry te asignará un compañero de estudios, ahora vete y cierra la puerta al salir» ordenó la figura masculina tomando al pequeño a su lado, beso sus labios mientras dejaba que este lo montará, su verga fue tragada por el ano del chico, ambos gimieron..
«Ven hijo, quiero que te tragues todo, mañana empezará tu nuevo entrenamiento para convertirte en un macho follador» dijo mi padre con voz ronca, agarró su verga con una mano limpiando su semilla de ella, mientras lo hacía estiró uno de sus brazos en la espalda dejando a la vista su axila peluda..
Cada embestida se hacía con delicadeza, evitando asustar al menor, desde los dedos gruesos que amasaban las nalguitas hasta la manera de curvar la pelvis para reducir la fuerza de sus penetraciones, aquel espécimen masculino era un experto en cogerse al bebé al punto que parecía una danza erótica..
Saludé a mi amigo Michael de 11 años mientras montaba la verga del segundo oficial Martines, este sonrió complacido besando el cuello del chico..
Mi padre quedó desnudo apoyando su cuerpo en el escritorio, su fisionomía dominante captó mi atención sin dejar de masturbarme, el me observaba con gula esperando que terminara mi trabajo. «¿Cuánto tiempo fingiras que no quieres mi pedazo de carne? ¡Ven aquí inmediatamente cadete!»ordenó.
Aquella hombría maciza se restregaba entre la línea de mis glúteos en un vaivén lento, los músculos abdominales de mi padre se contraían en cada movimiento, su pecho fornido con aquella curvatura en sus hombros me hicieron enamorarme de lo masculino que era mi progenitor..