Las aventuras de Ernesto (El guardabosques)
Mientras sacaba tiras de leche una tras otra cerraba los ojos y gemía ronco, yo le acompañaba apegándome a su cuerpo lo más que podía restregando mis nalgas regordetas a sus piernas fornidas, deje que sus brazos musculosos me abrazaran mientras este amoldaba sus pectorales inflados..