Soldados con buen armamento I.
Mi padre quedó desnudo apoyando su cuerpo en el escritorio, su fisionomía dominante captó mi atención sin dejar de masturbarme, el me observaba con gula esperando que terminara mi trabajo. «¿Cuánto tiempo fingiras que no quieres mi pedazo de carne? ¡Ven aquí inmediatamente cadete!»ordenó.